""Dad a conocer sus obras... Hablad de todas sus maravillas" (Sal.105:1,2). No es una opción, es un mandamiento. Por eso Pedro y Juan dijeron: "No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído". El enemigo utiliza trucos sutiles para silenciar a aquellos que pueden testificar del poder sobrenatural de Dios. Es un intento de robar de Dios la gloria que le pertenece. Hemos colgado ya varios testimonios: De Herman, el indio navajo, de Oma Zabel, de nuestra hija, Raquel, y como no, de lo que yo conozco mejor, es decir, lo que yo mismo he visto y oído. Lo hago, principalmente, para que, no solamente el incrédulo vea, sino también los cristianos, que Jesús es el mismo hoy que ha sido siempre. Yo creo que todos los cristianos se gozan al oír a otros testificar de lo que Dios ha hecho en sus vidas. Dijo Pablo en cuanto del Cuerpo de Cristo: "Si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan"
(1 Co.12:26).