Lo siguiente fue escrito por unos líderes de un grupo cristiano:
Os pedimos que lo leáis esto con un corazón abierto a Dios y con el único deseo de recibir de Su palabra lo que es necesario para saber cómo vivir en TODOS los aspectos de nuestra vida como cristianos (este sólo es uno de ellos). Sin darnos cuenta, y cada vez más y más, nos estamos alejando (o nunca hemos estado cerca) de la Palabra de Dios, y estamos dejando que el mundo nos moldee y nos influencie, y poco a poco nos vamos acostumbrando a ver las cosas que son malas como buenas. Cualquier opinión que tengamos acerca de este tema o cualquier otro, tenemos que estar seguros de poder respaldarlo con la Palabra de Dios, no basarnos en ideas u opiniones personales que, en muchos casos, sirven para justificar lo que a veces solamente son manifestaciones de la carne.
La gracia, si es gracia, siempre está a favor del cristiano, capacitándole para poder vivir lo que para Él sería imposible; una vida que da gloria a Dios, nunca para darse gloria a sí mismo, y para morir cada día a una naturaleza egoísta que siempre busca satisfacerse a sí misma. Pero, desgraciadamente, es la "ley" (normas) lo que en muchos casos está poniendo ciertos límites en cuanto a, por ejemplo, la manera de vestir, la música, películas, televisión, ciertos estilos de vida... ¿Por qué? ¿Creéis que habría mucha diferencia entre nosotros y el mundo? Sé que ninguna de estas cosas que mencionamos (ropa, música, televisión, películas, estilos de vida, etc…) son la causa del problema, sino solo una manifestación de lo que está en la raíz. Pero esto es algo en lo que cada uno debe meditar y ser honesto consigo mismo. Necesitamos que Dios nos abra los ojos.
Lo que nos hace diferentes no es lo que hablamos, sino lo que somos, y si somos hijos de Dios, entonces que TODA nuestra manera de vivir lo refleje. Por favor, no nos conformemos a vivir con ciertas normas morales sino a ser enseñados por el Espíritu en “cómo conducirnos en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. 1 Tim. 3:15…”para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandeceréis como luminares en el mundo”. Fil 2:15.