Tengo un libro de
meditaciones diarios que, por el mes de junio, enfatizaba el tema de la
justicia y la ira de Dios. Yo sé, por la mentalidad que existe en la iglesia
ahora, que muchos juzgarán los siguientes comentarios citados como “críticos,
sentenciosos, y faltando de amor”, pero los comentarios mismos destruirán esa
opinión. Hay una falta tremenda de hablar sobre la justicia y la ira de Dios y
por esta razón la mayoría, quizás, de cristianos hoy en día se asustan y lo juzgarán
mal lo que les ofrezco aquí. Pero la opinión de la mayoría no cambia la verdad.
El Nuevo Testamento como el Antiguo testifica claramente de la justicia y la
ira de Dios y la historia de la iglesia es una historia de gente convertida por
medio de una predicación sobre la ira de Dios contra el pecado y las
consecuencias horrorosas para las personas que persisten en el pecado.
¡Venga, pueblo, vamos a despertarnos del sueño diabólico producido por lo que
domina los púlpitos evangélicos en estos tiempos! “En lugar de cooperar con el
Espíritu Santo en la conversión de las almas, están ayudando al diablo
condenarlas”, dijo Duncan Campbell. Y añadió que el evangelismo de hoy en día,
“es una cosecha de infieles”. Están intentando decirnos que Dios pasará por
alto el pecado y amará a la persona, a pesar del hecho que tal persona ama más
a su pecado que a Dios. Estas ideas están condenando a los que creen sus
mensajes y están engañando a muchos que piensan ser cristianos, pero jamás han
visto la gravedad de su pecado delante de un Dios santo. Por eso, por favor,
pon atención a los siguientes comentarios de varios autores del tiempo
presente, como del pasado, porque lo que dicen es el cristianismo. Lo que comunmente oímos en estos días no es.