31.
Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 33
La copa de Dios que mide la maldad

Por eso, en el versículo 1,
se trata, en primer lugar, de Asiria, pero este mismo principio tiene que ver
con cualquier sistema humano que ejerce su poder sobre naciones más débiles. Se
caracteriza por ser destructivo y traicionero, y atacar sin ser provocado. Su
propósito no es recobrar lo que les ha sido quitado, ni vengarse por el daño cometido
contra ellos. A quienes ellos atacan no les han traicionado, ni agraviado en el
pasado. Un ejército formado por seres humanos caídos no necesita ser desafiado;
es maligno por naturaleza.