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¡El amor no es Dios!

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¡El amor no es Dios!

Después de algunos comentarios míos, citaré varios párrafos del libro de A. W. Tozer, El conocimiento del Dios santo, específicamente del capítulo sobre el amor de Dios. Antes que pudo él entrar en su tema, primeramente se sintió obligado enfrentar una confusión que es muy común entre creyentes hoy en día. La idea equivocada es que la declaración, “Dios es amor”, sea una definición de quien es Dios. No es una definición.

A. W. Tozer
Durante mis años de ministerio, dondequiera que he predicado y enseñado, he intentado de aclarar el mismo asunto. Si alguien preguntaría una congregación, “¿Cómo describirían quien es Dios? ¿Cómo es Él?” la respuesta que recibiera comúnmente sería, “Dios es amor.”

Sin embargo, debemos tomar en cuenta declaraciones semejantes en la misma epístola de Juan, sobre otros atributos de Dios. En 1:5… “Dios es luz.” En 2:29 y 3:7… “Él (Dios) es justo.” Es igual de verídico que Dios es luz y Dios es justo, como es la verdad que Él es amor. Jesús dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y es igualmente lo que Él es, como es la verdad que Él es amor.

Espero que puedas captar lo que Tozer está exponiendo y permitir que esta verdad forme tu concepto de Dios; si es necesario, espero que corrija cualquier idea errónea que tendrías. Favor de poner mucha atención, mientras Tozer enseña sobre este asunto, respaldado de la autoridad de la Biblia: El apóstol Juan, movido por el Espíritu, escribió: "Dios es amor", y algunos han tomado sus palabras como una declaración definitiva con respecto a la naturaleza esencial de Dios. ¡Esto es un gran error! Con esas palabras, Juan estaba presentando una realidad, pero no estaba ofreciendo una definición.


Igualar al amor con Dios es un grave error que ha producido una gran cantidad de filosofía religiosa poco sana, y ha hecho correr un torrente de poesía vaporosa totalmente en desacuerdo con las Santas Escrituras y procedente toda ella de un clima distinto al del cristianismo histórico.

Si el apóstol hubiera afirmado que el amor es lo que Dios es, nos habríamos visto obligados a decidir que Dios es lo que el amor es. Si Dios es amor, en un sentido literal, entonces también en un sentido literal el amor es Dios, y tendríamos que adorar por obligación al amor como el único Dios que existe. Si el amor es igual a Dios, entonces Dios sólo es igual al amor, y Dios y el amor son idénticos. Así, destruimos el concepto de personalidad en Dios, y negamos directamente todos sus atributos con excepción de uno, y ese uno hacemos que sustituya a Dios. El Dios que habríamos dejado no es el Dios de Israel; no es el Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo; no es el Dios de los profetas y de los apóstoles; no es el Dios de los santos, los reformadores y los mártires, ni siquiera el Dios de los teólogos e himnólogos de la Iglesia.

Por el bien de nuestra alma debemos aprender a comprender las Escrituras. Debemos escaparnos de la esclavitud a las palabras para adherirnos lealmente en cambio a los significados. Las palabras deben expresar las ideas, no originarlas. Decimos que Dios es amor; decimos que Dios es luz; decimos que Cristo es la verdad, y nuestra intención es que estas palabras sean comprendidas de una manera muy similar a la forma en que se entienden las palabras cuando decimos con respecto a un hombre que "es la bondad personificada". Al decir esto, no estamos afirmando que la bondad y ese hombre sean idénticos, y nadie entiende nuestras palabras en ese sentido.

Las palabras "Dios es amor" significan que el amor es un atributo esencial de Dios. El amor es algo cierto con respecto a Dios, pero no es Dios. Expresa la forma en que Dios es en su ser unitario, como lo hacen las palabras santidad, justicia, fidelidad y verdad. Puesto que Él es inmutable, siempre actúa de acuerdo con su propia personalidad, y puesto que es una unidad, nunca suspende uno de sus atributos para ejercer otro.

A partir de los otros atributos conocidos de Dios, podemos aprender mucho acerca de su amor. Por ejemplo, podemos saber que, al ser Dios auto-existente, su amor no tuvo principio; al ser Él eterno, su amor no podrá tener fin; al ser Él infinito, no tiene límite; al ser Él santo, es la quintaesencia de toda pureza inmaculada; al ser Él inmenso, su amor es un amor incomprensiblemente amplio, sin fondo y sin orillas, ante el cual nos arrodillamos en gozoso silencio, y del cual la elocuencia más elevada se aparta confusa y humillada.”

Warren Wiersbe
Añadiremos a la enseñanza de Tozer, palabras semejantes de Warren Wiersbe, quien fue pastor de la Iglesia de D. L. Moody en Chicago: “Dios es amor”: Esta afirmación no significa que ‘el amor es Dios’, y el hecho que dos personas aman una a la otra no significa que su amor es algo necesariamente santo. Alguien dijo que ‘el amor no define a Dios, sino que Dios define lo que es el verdadero amor’. Dios es amor y Dios es luz; por eso, Su amor es un amor santo y Su santidad se expresa por el amor. Todo lo que Dios hace expresa todo lo que es Dios. Aún sus juicios son medidos por el amor y la misericordia (fíjate en Lam.3:22-23).

Mucho de lo que la gente llama ‘el amor’ en la sociedad moderna, no es nada semejante, ni se relaciona, al amor santo y espiritual de Dios. Sin embargo, vemos carteles portados en festivales, especialmente donde los jóvenes hacen lo que les complazca, que anuncian ‘Dios es amor’… como sí se podría validar la inmoralidad por llamarla ‘el amor’.

El amor cristiano es un arte de amor muy especial. En 1 Juan 4:10… En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros…”,
podemos legítimamente parafrasear, “De esta manera es manifestado el verdadero amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios…” Hay un amor falso y tal amor Dios rechaza. El amor que nace de la misma esencia de Dios tiene que ser espiritual y santo, porque ‘Dios es espíritu’ y ‘Dios es luz’. Tal amor verdadero ‘ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado’ (Ro.5:5).”







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