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Joshua, Adrienne, JJ, Reimer, Kiersten, Seth |
A veces, no puedes escapar de una canción que queda
trabada en el cerebro. Adrienne, la esposa de nuestro nieto, Joshua, escribió,
aconsejando:
“Si
te pasa esto, por lo menos, no pidas que la canten en la reunión del domingo
por la mañana. No te ayudará para nada a quitártela de la cabeza.”
“Por otro lado, si estás casada con la persona que dirige
la alabanza, tienes ciertas ventajas, porque puedes pedirle que cante las
canciones que quieras, sin límite, toda la vida”.
“Antes de despertar esta mañana, estuve cantando, en
sueños, una canción y, al despertar, seguí cantándola. Pedí a mi marido que la
cantara en la reunión, durante el tiempo de la alabanza. Estas palabras están impactándome
continuamente…”
Fija tus ojos en Cristo,
directamente en Su rostro maravilloso,
Y la luz del mundo,
misteriosamente se atenuará,
En la brillantez de Su
gloria y gracia.
“Con lágrimas de gozo en mis ojos escribo esto, mientras
el mundo y sus quehaceres se atenúan para mí, y es la cosa más hermosa que te
puede pasar. Fija tus ojos en Jesús, amigo mío”.
Hace muchos años que conozco a Adrienne, y después de
leer lo que escribió y algunas otras cosas que también proceden de ella en
estos días, pensé: “Algo muy hermoso está pasando en esta chica”. Después,
Joshua, su marido, colgó este testimonio de su esposa y pude saber que no estaba
equivocado…