Pronto para oír… con mansedumbre
19. Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
20. porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
21. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
Durante los dos primeros años de escuela asistí a una del estilo de “La Casa de la Pradera”; donde estábamos, desde primero hasta octavo, en un solo aula. Cuando el profesor se sentaba en una mesa con uno de los cursos más altos y los enseñaba, yo escuchaba atentamente y pude almacenar una buena porción de ello. En el estudio bíblico aprendemos que la Biblia ofrece conocimiento del mundo espiritual que se extiende mucho más allá de que lo que uno puede aprender en el transcurso de toda su vida. Por eso, debemos escuchar lo que otros han aprendido antes que nosotros.
John Wesley resume el resto del libro de Santiago por lo que dice en el primer capítulo, versículo 19:“Todo hombre sea pronto para oír” –va desde Santiago 1:21 hasta el final del siguiente capítulo. “Tardo para hablar” – lo trata en el tercer capítulo. “Tardo para airarse” – lo trata desde el tercer capítulo, y hasta los capítulos cuarto y quinto.
En el versículo 5 Santiago aconseja al cristiano que ore por sabiduría y, en el versículo 19, añade que esta oración debe ir acompañada con el deseo de escuchar. Mientras conversamos aprendemos lo que otros han aprendido y, por supuesto, también aprendemos por medio de predicadores y maestros, incrementando así nuestro conocimiento de la Palabra. Leer también es una forma de ‘escuchar’, y el cristiano que aprecia la lectura recibirá mucha bendición. Tiene que ser pronto para escuchar y además debe hacerlo con ganas para poder obtener sabiduría.