No hay nada para observar en esta tierra más hermoso ni asombroso que la obra de Dios en el individuo. Lo más maravilloso y detallado que veremos en este artículo será la obra hecha en la vida de Charles Finney mismo. Probablemente, los testimonios más consoladores que descubriremos son el resultado de historias que leeremos o escucharemos de las terribles pruebas que otros cristianos han pasado, especialmente cuando son personas de la calidad de un Finney. Sí, los más grandes entre los santos son llevados por el Espíritu Santo a un desierto de horrible soledad, como el Señor mismo. Son tentados por el diablo más allá de lo que ellos pudieran llevar sobre sí y, por esta razón, el Espíritu Santo es su paracleto, está a su lado como un abogado defensor, el único que puede rechazar las acusaciones del acusador de los hermanos. Sin Él, todos nos desmoronaríamos y perderíamos, y Finney, con la ayuda del Espíritu Santo es tremendamente impulsado a alturas más altas de experiencia espiritual y victoria constante.
Este artículo contiene el relato de cristianos que han sido llevados al
nivel más alto de comunión en su relación con su Señor. Al hacerlo, han
descubierto el significado de la creación del hombre, hecho a imagen y
semejanza de Dios. Es algo que puede, incluso, traer confusión a la mente de un
incrédulo, como le sucedió al marido de una mujer creyente en la primera
historia que sigue (1). Después veremos el relato de otra mujer que llegó a tener
una relación íntima con Dios, siendo la cosa más importante de su vida, más que
la vida misma (2). Seguidamente, veremos al anciano de una iglesia que, aunque
había estado frío espiritualmente, es reestablecido en un momento por el toque
de Dios sobre su vida (3). Veremos cómo el gran poder de la verdad libra y
transforma a alguien que había sido engañado por un error que le había sido
presentado como cristianismo. Antes de volver a la historia de Finney veremos cómo
un creyente amado (4), pasando por el valle de sombra de muerte, no halló valle
ni sombra, sino solamente la esperanza de juntarse con los santos triunfantes
en gloria.
La asombrosa obra de Dios en el corazón de seres
humanos