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Lowell Brueckner

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El bautismo en el Espíritu Santo II

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 Segunda Parte

“El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ‘De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva’. Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado”. 
                                                                                                                      Juan 7:38-39

“Como ha dicho la Escritura”

Me parece que Jesús no está hablando aquí de una sola promesa o profecía, sino de un principio espiritual del que hablan las Antiguas Escrituras en muchas partes y de muchas maneras. El símbolo del agua tiene mucho significado para el judío. Israel es “tierra de montes y valles, bebe el agua de las lluvias del cielo. Es una tierra que el Señor tu Dios cuida; los ojos del Señor tu Dios están siempre sobre ella” (Dt.11:11-12). Las aguas simbolizan la abundante bendición de Dios sobre Su pueblo. Son aguas en el desierto: “Derramaré agua sobre la tierra sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes” (Is.44:3). Son “aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía vadear” (Ez.47:5).

El bautismo en el Espíritu Santo I

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Primera Parte

(La versión usada en este artículo es La Biblia de las Américas)

Cristo en nosotros

La vida cristiana es una vida sobrenatural, celestial y espiritual. Su testimonio es un misterio entre los gentiles (el mundo de incrédulos), que es Cristo en nosotros, la esperanza de la gloria” (Col.1:27). Esta vida jamás funcionará con, meramente, capacidades naturales y humanas. La gran necesidad de hoy en día, son personas que sepan andar bajo la dirección y poder del Espíritu Santo de Dios.

El apóstol Pablo escribió: “Grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en la carne…” (1 Ti.3:16). Está hablando del gran misterio de cómo, el eterno, glorioso Dios, el Hijo, pudo aparecer en un cuerpo humano. Por supuesto, el cuerpo había sido preparado y engendrado por Dios y no estaba corrompido por una naturaleza caída, sino que era sin mancha, ni contaminación, ni posibilidad de pecar.

Sin embargo, nuestro cuerpo, sí ha sido concebido en un estado de caída indecible e incalculable, y aunque hemos sido rescatados, perdonados y limpiados, seguimos siendo imperfectos, cometiendo muchos errores. ¿No es un gran misterio, entonces, que el trino Dios pueda manifestarse por medio de nosotros a un mundo sorprendido por ver a hombres y mujeres manifestando una vida sobrenatural? Es un misterio que no entiendo, ni puedo explicar, pero que es bíblicamente cierto.

La revelación de Jesucristo

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He terminado mi lectura anual de la Biblia (dos veces del Nuevo Testamento) hace unos cuantos días y he estado pensando sobre cual libro estudiar y presentar en el blog por el resto de 2018. Ya que hemos pasado por la profecía de Daniel el año pasado, es lógico que sigamos con el libro de Apocalipsis. Empezaremos ahora. Si algunos están preguntando sobre el estudio de Eclesiastés, os diré que continuaremos colgando artículos de forma intermitente, sobre aquellas inmensamente importantes observaciones del rey Salomón.