Entradas Recientes
Lowell Brueckner

Ingrese su dirección de correo electrónico:


Entregado por FeedBurner

El Creador o dioses formados

Etiquetas:



 
41. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 44

Escogido

¿Has considerado las muchas cosas en tu vida, sobre las que no tenías control? Nadie te preguntó cómo las querías. Por ejemplo, la familia en la cual naciste, el tiempo y el lugar de tu nacimiento, tu nombre, y tus rasgos físicos; todo esto son cosas que tú no elegiste. En la primera etapa de tu vida, dependías totalmente de otros para que te cuidaran. Fuiste dejado en sus manos para que te movieran, te alimentaran y te acostaran para dormir. Ellos pensaban y hacían todo por ti.

Como niños, anhelábamos tener libertad e independencia, esperando el día en el cual pudiéramos dejar la casa de nuestros padres y tener nuestra propia casa. Así que buscamos un empleo y vivimos en nuestro propio hogar. Pero pronto, nos dimos cuenta de que no éramos tan libres como pensábamos. Había cuentas que pagar, y nuestro jefe pensaba que teníamos que obedecerle. Después, nos casamos y vimos que nuestra área de libertad era incluso más pequeña, porque teníamos que compartir nuestra vida con otra persona. Entonces… los hijos, quienes hicieron que nuestro pequeño mundo de independencia se redujera aún más.

La única salvación para Israel

Etiquetas:




40. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 43

Lo que el Espíritu dice ahora

Vemos, en el libro de Apocalipsis, que Jesús dio un mensaje diferente a cada una de las siete iglesias. Concluyó cada mensaje con las siguientes palabras: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap.2:7,11,17, 29; 3:6,13,22). Aunque cada cristiano debe ocuparse en un estudio sistemático sobre todo el alcance de la revelación bíblica, el Espíritu de Dios también nos habla con una palabra especial, que se aplica específicamente a diferentes lugares y diferentes tiempos. Tenemos que estar atentos a lo que el Espíritu dice a la iglesia ahora.

Quiero seguir animándote a que abras tu Biblia para poder seguir el texto, mientras repasamos el capítulo. Notarás que el versículo 1 empieza con la palabra “ahora”. El predicador de Eclesiastés dice que todo tiene su tiempo (Ec.3:1-7), y el predicador del evangelio tiene que ser sensible al Espíritu, para poder saber específicamente lo que Él quiere que su pueblo oiga en cada ocasión. Hay tiempo para reprender y tiempo para consolar. El profeta Isaías sabía cómo y cuando hacer ambas cosas.

“Ahora”, después del aviso de juicio declarado al terminar el capítulo 42, Dios consuela a Israel. No hay consolador como el Espíritu Santo. Él inspira a Isaías para empezar con la creación de Israel. El Señor sigue creando; crea individuos en los senos de sus madres, y crea naciones enteras. El consuelo comienza con el conocimiento de que somos seres creados y, por eso, tenemos un propósito y un cuidado de parte de nuestro Creador.

Spurgeon, Ryle y los judíos

Etiquetas:



             














    


Quiero presentaros un estudio importante para nuestros tiempos, utilizando las palabras de dos de las más importantes y respetadas figuras del siglo XIX, C. H. Spurgeon, un predicador Bautista, y J. C. Ryle, un obispo en la Iglesia de Inglaterra. He obtenido el material de dos fuentes: Lo de Spurgeon, de Dennis Swanson de Master´s Seminary, y lo de J. C. Ryle, de Middletown Bible Church. Mi propósito es citar directamente a estos dos hombres, no los comentarios añadidos por las fuentes mencionadas.

Nuestra meta será ver el punto de vista de Spurgeon y Ryle, sobre el retorno de los judíos a su Tierra Prometida. Éste, es un asunto extremamente importante para nuestros días, porque Israel fue reestablecida como una nación soberana en 1948, cumpliendo así profecías habladas 2.400-2.700 años antes. La evidencia más grande de que estamos en los últimos tiempos, lo que distinge estos tiempos de otros, en los que los cristianos pensaban que estaban en los últimos tiempos, es que los judios han vuelto a su tierra e Israel es una nación soberana. Podemos estar seguros que la venida de Cristo para reinar sobre la tierra está cerca.

Spurgeon y Ryle eran contemporáneos, ambos ingleses, y murieron cerca del comienzo del movimiento Sionista, que tenía que ver con el regreso de los judíos a Palestina desde todas partes del mundo. Sin comentar más, vamos a permitir que Charles Spurgeon nos relate su opinión sobre el rapto pre-milenario de la iglesia, y después, sobre las dos resurrecciones, una de los justos y otra de los injustos. Además, necesariamente, tanto Spurgeon como Ryle nos hablarán de la interpretación literal de la profecía bíblica.

Cristo, el Siervo

Etiquetas:




39. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 42

Una profecía mesiánica

“He aquí mi Siervo, a quien Yo sostengo; Mi escogido, en quien se complace mi alma” (v.1 BTX). Dios nos ha demostrado que Él es capaz de levantar a alguien, elegido para ayudar a los judíos a volver a su patria, pero ahora está diciendo que puede y quiere hacer más por Su pueblo. En este capítulo habla de Uno que llevará a cabo los propósitos de Dios, de forma incomparable, más allá de lo que Ciro podría hacer. Él vino a la tierra como un Siervo, manso y humilde de corazón. “Siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.2:6-8). El apóstol Pablo, por supuesto, escribe acerca de Jesucristo, profetizado por Isaías.

Este Siervo cumplirá la voluntad eterna de Dios, concebida antes de la fundación del mundo, con el fin de extenderla a una eternidad, cuando los días y años no se enumeren. Él es escogido y sostenido por el corazón de un Dios complacido: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt.3:17). El Padre lo proclamó cuando el Hijo fue bautizado, y el Espíritu vino sobre Él. Su ministerio empezó y sigue siendo una obra de la trinidad y justo así, nuestro primer versículo, lo profetiza: “Yo (el Padre) he puesto sobre él (el Hijo) mi Espíritu (el Espíritu Santo).”  Es un placer considerar un capítulo que empieza con una referencia inconfundible del Mesías. El judío, igual que nosotros, tiene la convicción de que este pasaje se refiere al Mesías aunque, por supuesto, él todavía sigue esperando Su primera venida.

Sólo Dios cuenta el futuro

Etiquetas:




38. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 41

Recientemente, leímos acerca de Asiria y su rey, en el libro de Isaías. No solamente vimos la profecía acerca de este imperio, sino que también aprendimos algo de su historia, especialmente, en relación a la invasión de Judá. Hemos estudiado lo que Isaías vio de antemano acerca del imperio babilónico y habló de su influencia satánica.


Un mensaje a las naciones

En este capítulo, Isaías empieza a profetizar de Ciro de Persia. Aprenderemos mucho sobre él en los siguientes capítulos. Es un personaje destacado e Isaías, incluso, nos da su nombre en 44:28 y 45:1, muchos años antes de su nacimiento (lee también 41:2, 25; 45:13; 46:11). En los libros de Esdras y Nehemías, él tiene mucho que ver con el retorno de los judíos a su tierra y en reedificar su templo.

Las profecías de Isaías tienen que ser escuchadas más allá de las fronteras de Israel. Aún, en el Antiguo Testamento, la palabra de Dios tenía que alcanzar tanto a las naciones gentiles como a las judías. El Santo de Israel es el Creador del cielo y la tierra. Este es un mensaje especialmente para el territorio mediterráneo que estará bajo el reino persa. Cuando Dios habla, la reacción apropiada y razonable de parte de cualquiera, debería ser la de prestar toda la atención, con total asombro y reverencia. Los profetas demandan esto de todos los pueblos de la tierra: “Calle delante de él toda la tierra” (Ha.2:20) y “Calle toda carne delante de Jehová” (Zac.2:13). Así debe ser, y es una ley que tiene que ser observada por todas las edades. Debido a la rebelión total de la población mundial, Su palabra es ignorada y los pueblos vagan sin rumbo en un caos.