Entradas Recientes
Lowell Brueckner

Ingrese su dirección de correo electrónico:


Entregado por FeedBurner

Lo que palparon nuestras manos, último capítulo

Etiquetas:

CAPÍTULO 12


EL 75 ANIVERSARIO


En el hermoso santuario de la Iglesia Alianza de Fe en Chilton, Wisconsin, el pastor Jim Jensen anunció la primera canción, la mañana del domingo 19 de septiembre de 2010. Fue el siempre apropiado himno de alabanza “A Dios sea la gloria, grandes cosas ha hecho”, que incluye estas emocionantes palabras: “Grandes cosas nos ha enseñado, grandes cosas ha hecho Dios, y grande es nuestro regocijo en el Hijo Jesús”. El siguiente himno fue “¡Alabadle! ¡Alabadle! Jesús nuestro redentor bendito”, concluyendo el tiempo de alabanza con una canción más contemporánea titulada “Dad gracias con un corazón agradecido”.  

El pastor Jim Jensen con un veterano de la iglesia

Se trataba de la celebración del 75 aniversario de la capilla de Quinney/Iglesia Alianza de Fe. El pastor narró brevemente la historia de los principios de la iglesia, y de las luchas y batallas que tuvieron que enfrentar cuando la congregación se mudó de la pequeña aldea de Quinney a Chilton, una población más grande. Compartió un poco acerca de su propio llamado a esta congregación 37 años atrás, pero insistió: “¡Esta no es mi iglesia! ¡Nunca ha sido mi iglesia! ¡Jesús es la cabeza de esta iglesia!”, y explicó la razón por la cual la iglesia había sido fundada: “Dios había querido alcanzar y atraer gente a Sí mismo”. Ovejas perdidas habían sido atraídas a ambos lugares de Quinney y Chilton. También recordó cómo en su infancia, durante un periodo económicamente difícil en los años 30, la pequeña iglesia había podido dar durante el primer año más de 400 $ (cuando un dólar valía mucho más que ahora) a las misiones extranjeras, cantidad que se incrementó en los años siguientes.

22 Noviembre - 10 Diciembre Meditaciones diarias de los Salmos

Etiquetas:

No voy a estar en casa hasta el 10 de deciembre. Por eso estoy incluyendo las meditaciones hasta aquella fecha.

22 de Noviembre Salmo 119

Cof
145. Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová, y guardaré tus estatutos.
146. A ti clamé; sálvame, y guardaré tus testimonios.
147. Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.
148. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos.
149. Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu
     juicio.
150. Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley.
151. Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad.
152. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los
     has establecido.

  La oración no es lo más importante, sino Él, a quien oramos. La primera cosa
que tenemos que saber para poder orar bien, es si estamos dirigiendo nuestras
oraciones en la dirección correcta. Muchas oraciones diligentes son vanas porque
no llegan a oídos de Dios. María y otros santos, se han convertido en los recipientes
donde van a parar las súplicas de mucha gente. También se reza a falsos cristos,
nada menos que dioses paganos que han sido fabricados por las propias mentes
de los hombres.
  La segunda cosa que tenemos que saber, es la meta de nuestras oraciones.
Muchos piden mal, esperando que Dios abandone Su voluntad y entre en la de
ellos para su propia satisfacción y gloria. El salmista clamó al Señor; quería tener
Sus estatutos, Sus testimonios, Su palabra, Su juicio, Su ley y Sus mandamientos.
Esto es muy evidente en los Salmos y es imposible ignorarlo. Sin embargo, es
algo desconocido para los esfuerzos modernos de oración, donde lo que es eterno
muchas veces es puesto a un lado, siendo prioritario lo que es temporal.
La tercera consideración es la intensidad de la oración. “Clamé con todo mi
corazón... me anticipé al alba... se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche”.
Cuando se unan estos tres ingredientes, entonces tendremos una oración basada
firmemente en la palabra de Dios, que es sin límites y estremece la tierra.

Anotaciones tomadas de un mensaje vital de M. Lloyd-Jones

Etiquetas:

Yo opino que nadie puede ser un gran teólogo a menos que esté ungido y lleno del Espíritu. Hay muchas personas intelectuales, pero no es difícil ver la diferencia entre éstos y los que son enseñados por Dios. Por eso, me encanta el escrito de Martyn Lloyd-Jones, un hombre de Dios y, al mismo tiempo, un hombre bastante intelectual.

He tomado anotaciones de un mensaje clave suyo, grabado en mp3, predicado en 1969 en el estado de Florida. Me lo dio mi yerno y tengo la profunda convicción de que es un mensaje que debo compartir. Es una palabra que sacude el alma y habla más a nuestra generación que a la suya. Me gustaría que tuvierais la oportunidad de meditar sobre los puntos principales…
 
El problema del evangelismo

     Dr. Martyn Lloyd-Jones

Dr. Martyn Lloyd-Jones murió en 1981. Fue pastor de
Westminster Chapel, cerca del palacio Buckingham
El término usado en nuestros días es “el problema de la comunicación” o “expresar bien el evangelio”. Nos engañamos cambiando términos, pero realmente estamos hablando del evangelismo o de predicar el evangelio. La iglesia cristiana está fracasando en presentar el evangelio y por eso hay mucha discusión sobre cómo comunicárselo al mundo. Creemos que lo que los hombres necesitan es el evangelio, pero la pregunta es, ¿cómo podemos transmitir mejor el mensaje?

Nos dicen que estamos viviendo en el tiempo post-cristiano, en el tiempo de la ciencia, y que no podemos pensar en hacer las cosas como las ha hecho la iglesia sobre los siglos. Son necesarios nuevos métodos para comunicar el evangelio, dicen.

Algunos piensan que hace falta un nuevo mensaje, y que no podemos esperar que el hombre moderno con su conocimiento científico crea lo que sus antepasados creyeron. Que no puede aceptar lo milagroso y sobrenatural, como un nacimiento de una virgen y los milagros hechos por los apóstoles. Tenemos que quitar los mitos del evangelio porque el hombre es ya un ser maduro.

Introducción al libro, "Buscando la verdad del reino"

Etiquetas:



Lo que sigue es la introducción al libro, “Buscando la verdad del reino”, el segundo tomo de la serie, “Buscad el reino de Dios”. Por favor, pon mucha atención a estas palabras, porque marcará la diferencia entre los verdaderos y falsos. Todos los que no quieren enfrentarse con la verdad, serán engañados, ¡con un engaño enviado desde los cielos! 


Todo está sujeto a la verdad de Dios

Jesús dijo: “Yo soy la verdad”. También dijo: “La verdad os hará libres... si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Jn. 8:32,36). La verdad es una fuerza viva que palpita y respira. Es eterna y espiritual, poderosa y celestial, misteriosa y sobrenatural. Es mucho más que una colección de principios, mandamientos y doctrinas que los maestros enseñan y los estudiantes aprenden. No es algo meramente intelectual que entra en el cerebro y se escribe en cuadernos. Es algo que solamente el espíritu puede captar, aunque las facultades mentales también jueguen un papel en el proceso de dar entendimiento al ser humano. Pero aún así, las facultades humanas tienen que ser transformadas y capacitadas por el Espíritu Santo para poder recibir la verdad divina.

Lo que palparon nuestras manos, capítulo once

Etiquetas:

  Los apóstoles lo tenían muy claro que los creyentes pertenecían solamente al Señor que les había comprado. Eran pastores que les guiaban, obispos que sobreveían, y ancianos que daba el ejemplo, pero nunca mandamases que manipulaban, controlaban o mandaban – “para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28). “Ruego a los ancianos que están entre (no sobre) vosotros, yo anciano también con ellos... apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella... no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos...” (1 Ped. 5:3). Son de Cristo por redención de sangre y por relación: “Las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre... va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños” (Juan 10:3-5). “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (vs. 14) “...tengo otras ovejas... y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor” (vs. 16). “Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:27-29). 


CAPÍTULO 11

REGRESO A LA COSTA CHICA

Nuestros gemelos, Daniel y David
Nuestros hijos nos ayudaron a abrirnos paso en la Costa Chica. Cuando llegamos allí conocimos a un doctor muy bueno, un americano, del vecino estado de Guerrero. Por las malas condiciones de las carreteras entre nuestra casa y el hospital donde trabajaba, sugirió que Margarita fuera a quedarse con su esposa durante los últimos días de su primer embarazo. Lo que no nos dijo fue que Margarita llevaba gemelos y que posiblemente podría dar a luz antes de lo programado. Días antes de lo previsto, la madrugada del 23 de marzo de 1967, empezaron las contracciones. Sin tener ninguna idea de qué debía hacer, acudí a despertar a un vecino muy amable, que nos llevó hasta un doctor de la aldea. Antes de las nueve y media de la mañana de ese mismo día, Daniel y David habían nacido. La esposa del doctor pesó a los pequeños en una báscula que usaba para pesar el queso en su tienda. De pronto, el pueblo de Cacahuatepec se mostró interesado y orgulloso por estos niñitos que habían nacido entre ellos y que estaban registrados en el archivo municipal de su ayuntamiento. Además habían nacido el Jueves Santo. Esto era muy significativo para la gente religiosa. Nadie recordaba un caso en la aldea en el que los dos gemelos hubieran sobrevivido a un parto. Como puedes ver, nuestros hijos se hicieron misioneros y testigos desde el mismo día que nacieron.

15 - 21 Noviembre Meditaciones diarias de los Salmos

Etiquetas:


15 de Noviembre Salmo 119

Yod
73. Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus
     mandamientos.
74. Los que te temen me verán, y se alegrarán, porque en tu palabra he esperado.
75. Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad
     me afligiste.
76. Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu
     siervo.
77. Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia.
78. Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; pero
     yo meditaré en tus mandamientos.
79. Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios.
80. Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado.

  Nuestro Creador sabe la manera de hacernos entender, y lo hace por medio
de la oración y la revelación divina. Solamente podemos tener verdadera comunión
con aquellos que han sido enseñados igualmente por Dios. Nuestros corazones
se unen con aquellos que le temen y se regocijan compartiendo mutuamente con
otros lo que el Señor ha hecho en sus vidas; pero carece completamente de deleite
la comunión con los que se alimentan de otras fuentes. Ellos no comprenden las
aflicciones ni los justos juicios que vienen de parte de Dios. Los que le temen
saben que el consuelo no depende de las circunstancias, sino de Su bondad y
misericordia. La salud espiritual viene como resultado de someterse humildemente
a Dios y deleitarse en Su palabra. Por el contrario, los independientes y orgullosos
caen en escándalos, pero los que están sobre sus rostros delante del Señor, no
podrán caer.

Lo que palparon nuestras manos, capítulo diez

Etiquetas:


CAPÍTULO 10
 

LA OBRA DE DIOS CON SU PODER Y PROVISIÓN
 
La familia Loel Brueckner
  Tenía catorce años cuando tres amigos vinieron a visitarnos a nuestra casa en Jacksonville, Florida. Entre ellos había una pareja. El marido se había graduado en la escuela bíblica para indios, Mokahum, cerca del Lago Cass, Minnesota, donde papá había sido director, y su mujer era una antigua profesora. Con ellos viajaba la que era decano de la sección femenina de la escuela. Como era la víspera de año nuevo, papá, mamá y ellos, dedicaron algún tiempo a orar juntos y a buscar al Señor. Yo también estaba presente.

  No me acuerdo de muchas de las palabras y acontecimientos de aquella noche, pero recuerdo claramente cómo el antiguo alumno oraba por mí. Lo que ocurrió en ese momento me cogió totalmente por sorpresa. Tuve una experiencia, aunque no tan poderosa, similar a la que cuenta Charles Finney en su autobiografía. “El Espíritu Santo descendió sobre mí como si fuera a atravesarme en cuerpo y alma. Tuve la impresión de que me recorría como una ola de electricidad. De hecho, parecía venir en forma de olas, olas de amor líquido; no sabría describirlo de otra manera. Era como si el propio Dios estuviera respirando”. La antigua decano de las mujeres, una persona callada, tranquila y sin pretensiones, dijo que en ese momento había tenido una visión en la que yo me encontraba cantando y tocando la guitarra ante gente de piel morena.

8 - 14 Noviembre Meditaciones diarias de los Salmos

Etiquetas:


8 de Noviembre Salmo 118:21-29

 

21. Te alabaré porque me has oído, y me fuiste por salvación.

22. La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo.

23. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos.

24. Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.

25. Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas

     prosperar ahora.

26. Bendito el que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os

     bendecimos.

27. Jehová es Dios, y nos ha dado luz; atad víctimas con cuerdas a los cuernos

     del altar.

28. Mi Dios eres tú, y te alabaré; Dios mío, te exaltaré.

29. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.

 

  Los hombres son ciegos e ignoran la obra del Señor en la iglesia, pero Dios

pondrá cada piedra en su propio lugar. Fíjate en la Cabeza del Ángulo, rechazado

por los hombres, y aprende de Él la norma para todo el edificio. Observa lo

que hace el Señor, no los hombres. Los judíos no reconocieron el día de visitación

y no discernieron el significado del tiempo en el cual vivían. Ten cuidado y evita

reposar en el letargo espiritual de la vida cotidiana. Dios obra en nuestros días y

está buscando piedras cortadas sin mano, mansas y humildes, que palpitan con

la vida de Dios. Muchas veces son rechazadas por ser inconformistas y no querer

seguir patrones, pero lo que les importa verdaderamente es el éxito que viene de

Dios. Necesitamos la bendición del Señor en el día del Señor. Hacen falta personas

que vengan en Su nombre desde Su casa (v. 26), y que no confíen en príncipes.

Quisiera repasar los pasos para poder prosperar dados en este Salmo.