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Lowell Brueckner

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2 Agosto – 8 Agosto Meditaciones diarias de los Salmos

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 2 de Agosto Salmo 72:3-9

3. Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados justicia.
4. Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará
     al opresor.
5. Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación.
6. Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que estila
     sobre la tierra.
7. Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.
8. Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.
9. Ante él se postrarán los moradores del desierto, y sus enemigos lamerán el
     polvo.

  En nuestros tiempos aplicamos este Salmo espiritualmente, pero llegará el día
cuando se cumplirá literalmente. Hoy en día, la iglesia florece cuando Dios
derrama lluvias espirituales, y de esta manera la palabra corre y es glorificada.
Así nos aproximamos al cielo lo más cerca posible. Pedro habló de “tiempos
de refrigerio de la presencia del Señor”. La palabra de Dios conquista las almas
y éstas se someten a Él. El ambiente parece estar cargado de una electricidad
espiritual, y comunidades enteras sienten la corriente de vida divina.
  El Rey de Paz tiene que gobernar sobre los corazones en justicia, porque la
justicia trae paz. Cuando Dios juzga situaciones y la gente aprende a temerle
sometiéndose a Sus sendas de justicia, la confusión y la disensión desaparecen.
Los montes simbolizan la provisión para nuestra defensa obstruyendo el ataque
de los enemigos, y la lluvia siempre simboliza las bendiciones que descienden
del cielo para saciar los corazones de los hombres. La lluvia produce ríos y
cultivos, y vuelve al cielo para completar su ciclo. “Porque de él, y por él, y para
él, son todas las cosas”.

Una alegoría... quinta parte

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LLENAD LA TIERRA – AMAD AL INDIVIDUO


 
…El paisaje mejoraba mientras caminábamos y charlábamos; la vegetación volvía a aparecer y oíamos el torrente de un Río. Pronto llegamos a su ribera. Ahora era fácil ver el sendero, aunque en realidad nos dimos cuenta que nunca lo habíamos abandonado, aún cuando habíamos sido dirigidos en distintas direcciones por el desierto. No fue menos real que la carretera que toman las aves al emigrar al sur cuando se acerca el tiempo frío, o al dirigirse al norte, cuando el clima es ideal para anidar. Ellas son guiadas por una mano invisible y nunca se pierden. Si reconocemos el propósito del Rey y no nos apoyamos en nuestra propia prudencia, aún cuando no lo veamos, Él enderezará nuestra vereda hacia nuestro destino.  

Por primera vez, el Río nos llevó a las afueras de una ciudad gigante. Se llamaba “Tinieblas”. Estuvimos mirándola desde una colina, y observamos grandes muchedumbres de gente llenando las calles y aceras. Esa mañana leímos juntos acerca de la comisión que el Rey había dado, y nos acordamos de la cuota que teníamos que pagar. Nuestros corazones se unieron con el del Rey. Su nombre y atributos tenían que ser proclamados entre todos los pueblos que han sido engañados por Su enemigo. Es imperativo que tengan la oportunidad de escapar de su gobierno cruel.

Entramos en el barrio más cercano, y en la plaza pública que creímos más conveniente, llamada “Plaza de la Ignorancia”, declaramos que todo hombre tiene que arrepentirse de sus caminos malvados y someterse al verdadero Rey. Vimos que cada uno estaba encadenado, y que las cadenas conducían a distintos lugares. Unas guiaban hasta los callejones donde circulaban prostitutas, travestís y traficantes de drogas. Otras conducían a las oficinas y centros de negocios. Algunas incluso entraban en las iglesias. Parecía que muchos de los que tenían las cadenas más largas, ni se daban cuenta que estaban encadenados; otros tenían cadenas muy cortas y luchaban con ellas. No eran pocos los que, mientras hablábamos, se acercaban todo lo que sus cadenas les permitían. Nos preguntaron cómo podían ser libres y establecer contacto con el Rey. 

Una alegoría… cuarta parte

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 PROCESOS EN EL DESIERTO Y MONTES DE CRISIS


…Recorrimos una larga distancia llevados por el Río (ya no podemos llamarle “Corriente”). Existía vida por todos lados. Había una rica vegetación y los pescadores en la ribera gozaban de un éxito tremendo. Más adelante, el Río fue empujando  al pequeño grupo, uno por uno, hasta sus orillas.

Personalmente sentí cómo una corriente poderosa me llevaba desde el centro del Río hacia un lado; verdaderamente fue el Río el que me impulsó a una playa de arena. Mirando a derecha y a izquierda, pude ver a algunos de mis compañeros lejos de mí, pero cuando les llamaba, ellos no contestaban ni hacían por acercarse. El paisaje ahora era totalmente diferente. No había árboles, el aire estaba caliente, y el sol brillaba con fuerza sobre mí. Sin embargo, me sentí obligado a investigar este nuevo ambiente. Era una amplia extensión de tierra seca sin un sendero que seguir; pero aún así caminé hacia el interior.

Mi mente luchaba por comprender lo que estaba viviendo. Mis emociones eran tan secas como el paisaje que presenciaba, y me sentí vacío y abandonado. ¿Qué pasó con el sentir de la presencia del Rey? Me parecía que estaba lejos de mí,  y mi fuente interior seca. Me volví hacia atrás, pero ya no podía ver el Río. ¿Sería posible que hubiese vagado tan lejos de él? Seguí adelante tambaleándome, y pronto se hizo de noche. Monté mi tienda e intenté dormir, pero no me fue posible.

26 Julio – 1 Agosto Meditaciones diarias de los Salmos

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26 de Julio Salmo 69:1-15

1. Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma.
2. Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; he venido a
     abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.
3. Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han
    Desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.
4. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me
     aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me
     destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?
5. Dios, tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos.
6. No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor  
     Jehová de los ejércitos; no sean confundidos por mí los que te buscan,   
     oh Dios de Israel.
7. Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro.
8. Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi
     madre.
9. Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te
     vituperaban cayeron sobre mí.
10. Lloré afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido por afrenta.
11. Puse además cilicio por mi vestido, y vine a serles por proverbio.
12. Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y me zaherían en sus
     canciones los bebedores.
13. Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; oh Dios,
     por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación,
     escúchame.
14. Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me
     aborrecen, y de lo profundo de las aguas.
15. No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el
     pozo cierre sobre mí su boca.

Una alegoría... tercera parte

Hace poco incluí a este parte de la alegoría, junto con el texto del capítulo que le corresponde. Aquí lo tendremos en su lugar con la alegoría del siguiente capítulo.


LOS CRISTIANOS NACEN, NO SE HACEN

…Mi nuevo compañero y yo charlábamos mientras íbamos caminando. Me contó la historia de cómo él llegó a conocer al Rey, y de todas las cosas que ahora había en su interior y que jamás había experimentado en su vida. Habló de sus anhelos de ser dirigido por la Corriente y poder experimentar personalmente las propiedades de sus aguas. Obviamente, había recibido la fuente interior de agua viva del Rey.

Le hablé de aquella reunión de hace muchos años y de la falta de respuesta por parte de la mayoría de la gente. Mencioné la cuota que no fue pagada y mi deseo de poner mi parte para hacerlo, y encontrar a muchos otros con el mismo anhelo. Entonces saqué la petición y nos pusimos de rodillas a un lado de la vereda; él firmó su nombre en ella. Juntos pedimos ayuda a nuestra ciudad materna, la Nueva Jerusalén, como estaba escrito en la petición: que el pueblo del Rey fuese poderosamente movido por la Corriente para llevar Su mensaje a todo ser humano.

No nos habíamos puesto en pie todavía, cuando oímos que alguien estaba sollozando. Fuimos rápidamente hacia el lugar de donde procedía el sonido, hasta que vimos, casi escondido en la maleza, un hombre de mediana edad, tirado en la tierra con su rostro hacia abajo. Sus ropas estaban rotas y sucias, y tenía numerosos moratones y heridas. Ambos le tomamos por los brazos y con mucho cuidado le ayudamos a sentarse. Después de haber bebido gran cantidad de agua de mi cantimplora y haberse comido una de las pastillas de chocolate de mi amigo, comenzó a contarnos su historia.

19 - 25 Julio Meditaciones diarias de los Salmos

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19 de Julio Salmo 66:8-20

8. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.
9. El es quien preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies
     resbalasen.
10. Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata.
11. Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por
     el agua, y nos sacaste a abundancia.
13. Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos,
14. Que pronunciaron mis labios y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15. Holocaustos de animales engordados te ofreceré, con sahumerio de carneros;
     te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah
16. Venid, oíd todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17. A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua.
18. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría
     escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica.
20. Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

  “Todo esto proviene de Dios” (2 Co. 5:18). Éstas son palabras de consuelo
para los que andan conforme a la nueva naturaleza. Él se encarga de todos los
asuntos de su vida, y es completamente fiel. Aunque les lleve por duras pruebas,
aunque sean atrapados, afligidos y aparentemente sobrecogidos por una generación
perversa, sus pies no serán removidos, y la victoria estará por delante cuando
pasen por el fuego y la tormenta. “Id a todas las naciones...y he aquí estoy con
vosotros todos los días”.

Una alegoría... segunda parte

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JESÚS DE NAZARET


…Quedé totalmente convencido del hecho de que la visión de la Nueva Jerusalén me vino como resultado de estar cerca de la Corriente de agua viva, y de que la revelación fue dada a mi corazón, y no a alguna otra parte de mi ser. Si una persona se queda allí mientras contempla el Manual del Rey, verá cosas que no es posible ver en cualquier otra parte del mundo, y le serán más verdaderas a él que las cosas que puede ver con sus ojos y oír con sus oídos. Este Libro y la Corriente son una combinación maravillosa y un tesoro de la casa del Rey.

Fue por medio de esta combinación que empecé a conocer acerca del Rey. Aprendí que, a menudo, dejaba Su palacio y venía a lugares en el campo, en los cuales se encontraba con gente común como yo. A veces pasaba tiempo con ellos enseñándoles Sus caminos. Probablemente uno de los más favorecidos fue un joven pastor que cuidaba las ovejas de su padre. El Rey le enseñaba canciones con tanto significado y sentimiento, que habitualmente son cantadas en el mundo entero. Otro pastor enseñado por el Rey fue hecho un profeta, conocido en todo el mundo. Personalmente, también conozco a personas que frecuentemente se encontraban con Él en el bosque, a las cuales les fueron enseñadas cosas especiales, no conocidas ni siquiera por la gente más preparada del mundo.

De hecho, el Rey dedicó 33 años para andar y hablar con Su pueblo. Fue un carpintero en una aldea, lo que dejó claro su desinterés por ser conocido como alguien importante en esta tierra. Durante esos años, también pasó tiempo en el campo, observando las flores, las aves, y a los campesinos haciendo sus trabajos. Como puedes ver, nuestro Rey es una persona especial con un corazón por las cosas que viven.

12 - 18 Julio Meditaciones diarias de los Salmos

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12 de Julio Salmo 64:1-2

1. Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; guarda mi vida del temor del enemigo.
2. Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la conspiración de los que
     hacen iniquidad,

  En este Salmo, David se encontraba de nuevo en una batalla de oración.
Necesitamos leer a menudo acerca de estas luchas para que nuestras almas se
mantengan firmes, entendiendo que tenemos que estar siempre luchando en
oración. Si no entendemos esto, corremos el peligro de llegar a pensar que algo
extraño nos está sucediendo cuando pasamos por momentos así, cuando en realidad
es algo normal. Debemos saber que existe una guerra continua en la que está
involucrada otra gente, y que mientras sirvamos a Cristo vamos a tener encuentros
con enemigos humanos.

  David exclamó: “¡Escucha…guarda....escóndeme!” Su defensa era Dios, con
quien se encontró por medio de la oración, y esperó a que Él actuase. ¿Guardó
Dios a David? El testimonio en el primer libro de Samuel nos cuenta que le
protegió de las intenciones más feroces de sus enemigos. ¿Le escondió? No
solamente le escondió, sino que también en una ocasión puso en su mano a Saúl,
su enemigo.

  En la oración que trae resultados, el primer paso que tenemos que dar es tener
la seguridad de que Dios nos escucha.

  ¡Gracias a Dios que delante de Su trono está el Cordero que fue inmolado! Él
dijo a Sus seguidores que si pedían cualquier cosa en Su nombre les sería dado.
Les aseguró que el Padre les amaba como amó a Su Hijo. ¡Dios sí escucha y
contesta la oración!

Una alegoría... primera parte

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En el libro, “Dios hizo el campo”, escribí una alegoría para encabezar cada tema de los que intenté desarrollar. El sueño con el que empecé el libro es uno que tuve hace muchos años. La interpretación se encuentra entrelazada con el sueño.

Lo que tengo colgado aquí es el sueño y la alegoría que corresponde con los primeros dos capítulos. Pienso de seguir con unos ocho episodios más, hasta terminar con toda la alegoría. Espero que os guste.  

YO SOÑÉ...

…Una noche, hace muchos años, soñé que estaba en un largo salón, angosto y nada adornado. Estaba repleto de gente, una gran asamblea, la congregación de los primogénitos, que habían sido llamados fuera del mundo y apartados para el Rey. La razón por la que no estaba adornado era porque la gente que lo edificó hace mucho tiempo, no buscaba las exquisiteces de la vida en el mundo, sino lo que era práctico y útil para adelantar los negocios del Rey. Era angosto porque la verdad, en la cual yo había entrado, no permite amplias opiniones o un estilo de vida liberal. 

Estaba sentado cerca de la pared trasera del edificio, cuando me fijé en un reloj que había allí colgado. El tiempo designado para la reunión había pasado; estábamos retrasados para cumplir el plan del Rey. Justo entonces, empezó a notarse un poco de movimiento cerca de la puerta trasera, la cual se abrió y varios hombres entraron por ella. Aunque sólo pude reconocer a uno de ellos, un anciano mandatario, entendí que estos hombres eran los embajadores de los asuntos del Rey en todo el mundo. El caballero anciano había pasado la mayoría de su vida en el Continente Oscuro. Llevaba una silla plegable, ya que era extranjero y peregrino en esta tierra y, por supuesto, no podía asentarse en cualquier situación permanente.

Los cristianos nacen… no se hacen

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Este pequeño articulo es tomado de un capítulo del libro, “Dios hizo el campo”. Lo que sigue es lo que fue escrito en la contraportada:   

“Nos encontramos ante un libro en el que el autor, a través de una alegoría basada en su mayor parte en experiencias reales, nos va introduciendo en los aspectos más importantes de la vida cristiana. Su contenido sólido y profundo, pero sencillo a la vez, nos exhorta a volver a los principios bíblicos, tan devaluados en los tiempos que vivimos. Espero que su lectura no te deje indiferente, sino que te lleve a dirigir tu mirada hacia lo que es eterno.”

Cada capitulo del libro empiece con una alegoría. Doy rienda suelta a mi imaginación, por lo que la alegoría es inventada; sin embargo, en parte, está basada en situaciones y experiencias verdaderas. Después de algunos párrafos dejo la alegoría y sigo con el tema que deseo comunicar. La misma sucesión se repite en cada capítulo. Aquí voy a incluir la alegoría que corresponde a este capítulo.

5 - 11 Julio Meditaciones diarias de los Salmos

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 5 de Julio Salmo 60:6-12

6. Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; repartiré a Siquem, y mediré
     el valle de Sucot.
7. Mío es Galaad, y mío es Manases; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá
     es mi legislador.
8. Moab, vasija para lavarme; sobre Edom echaré mi calzado; me regocijaré sobre
     Filistea.
9. ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom?
10. ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, y no salías, oh Dios, con
     nuestros ejércitos?
11. Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres.
12. En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos.

  Dios nunca compromete Su santidad. Si Su pueblo vuelve a la inmundicia, lo
desechará. En los días de David, Dios pudo hablar a Su gente en el santuario.
Andaban conforme a Sus caminos y Él se regocijó otra vez en ellos. Pudo continuar
desarrollando Su plan, obrando y manifestando Su poder entre ellos. Unió a todas
las tribus a Sí mismo y dio bendiciones a cada una de ellas. Sujetó a sus enemigos
y les hizo siervos de los israelitas. ¡Qué cosa tremenda es cuando Dios sonríe a
Su gente!
  Tenemos que volvernos al Dios de la santidad, quien ha rehusado salir a la
batalla con nuestros ejércitos rebeldes (v. 10). Nuestros propios esfuerzos son
vanos, como también lo es la ayuda de otros. Los seres humanos no ofrecen un
substituto o un programa adecuado. ¿Quién podrá guiarnos hasta la victoria?
¿Podrá hacerlo la motivación humana, los programas de crecimiento de iglesias,
o los esfuerzos unidos de la hermandad? Úsalos si quieres, mi amigo, pero no te
servirán de apoyo en contra de la ciudad fortificada que Dios quiere que venzas.
Sólo “en Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos”.