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Lowell Brueckner

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Agua Viva y cisternas rotas

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Capítulo 2

 La juventud de Israel

 No toda la historia anterior de Israel fue negativa. Tenían que estar muy agradecidos cuando Moisés derramó las plagas del Señor sobre Egipto, mientras que los hijos de Israel gozaban de una protección maravillosa en Gosén. La primera Pascua fue una celebración profunda y espiritual y, al día siguiente, a mediados de marzo, el 15 de Abib, abandonaron Egipto desde Ramesés. Salieron ante los ojos de los egipcios que estaban sepultando a sus primogénitos. Desde un lugar llamado Pihahirot, ellos experimentaron el glorioso cruce sobrenatural del Mar Rojo y, después, María, con un pandero en la mano, dirigió a las mujeres en una gozosa danza, cantando un cántico compuesto especialmente para el evento:

 Cantaré a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;

Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación,

Éste es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

 Ya en el desierto, acamparon en Elim, siendo refrescados por 12 manantiales de agua y 70 palmeras. En el desierto de Sinaí, el pueblo empezó a recoger y comer el maná que el Señor había provisto para ellos. El maná tenía un sabor agradable, como de hojuelas con miel, y se podía preparar de diferentes maneras. Podía ser molido o majado, cocido en caldero o en tortas preparadas con aceite.

 Ellos vieron el poder del Señor cuando obtuvieron la victoria militar sobre los amalecitas. Estaban involucradas fuerzas espirituales en la batalla de Israel en Refidim. Moisés se sentó sobre una colina con las manos levantadas, sujetas por Aarón y Hur, porque Israel prevalecía mientras Moisés mantenía sus manos alzadas. Allí edificó un altar y lo llamó Jehová-nisi… El Señor es mi bandera.

 Israel vivió bajo la gloria de Dios, manifestada por una columna de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche. La columna le conducía dondequiera que caminaba. Además, había una gloriosa manifestación de Dios sobre el monte Horeb o Sinaí. El pueblo se purificó y se encontraron con el Señor al pie del monte. Escucharon el fuerte sonido de la trompeta de Dios, sintiendo como el monte tembló, mientras el Sinaí echaba humo, y relámpagos y truenos llenaron la atmósfera. Recibieron su incomparable ley y se comprometieron: “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”. Las naciones civilizadas de todo el mundo formaron sus sistemas de justicia según esta ley. 

 

 Estas son algunas de las santas experiencias de los israelitas con su Dios, y Él se acordó de aquellos tiempos. Ahora, para Jeremías, era tiempo de empezar su ministerio e ir de su hogar en Anatot a Jerusalén y clamar al pueblo en nombre del Señor: “Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada”. Se acordó de la relación de amor que hubo entre Él y Su pueblo, cuando era una nación joven, y de Su cuidado íntimo y constante.

 Aunque Dios fue perfectamente fiel en guardar Su pacto, es también perfectamente obvio que Israel no lo fue. Debemos entender, por las palabras citadas al principio, que Israel, desde muy temprano en su historia, experimentó la benignidad de Dios. Por otra parte, su respuesta fue esporádica, mientras Él los amó como un novio y los guio fielmente por el desierto. El Señor está declarando a Israel Su amor, Su guianza, Su defensa y Su elección, no la fidelidad de ellos. Sabiendo esto, Él los reprendió, preguntándoles por qué razón le habían abandonado y seguido a los ídolos (v.5). No hay un amor como el Suyo y Él extiende Su corazón hacia a ellos con una tristeza apasionada: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí?

 Dios ha llamado a Jeremías para hablar de Su parte porque todavía está dispuesto a llegar a un acuerdo con ellos, aunque sea tarde. Antes que a Jeremías, Dios dio a Isaías la misma misión y, en el primer capítulo, abre Su gran corazón a ellos: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Sin embargo, sus corazones se hicieron insensibles y no lo quisieron tomar en cuenta, incluso, no consideraron Sus maravillas en Egipto y en el desierto (v.6). No agradecieron por la tierra de abundancia que les había dado (v.7). Lee tú mismo las palabras que Dios les dirige, ya que exceden mis pobres comentarios (especialmente los versículos del 5 al 13).

 Los sacerdotes no le conocieron

 Sus representantes, los sacerdotes, no desafiaron al pueblo por la ruptura de su relación, y porque no fueron fieles en reprenderle, el pueblo no guardó su pacto con Dios, y Él se alejó de ellos. Ellos mismos ya no tenían una relación viva con el Señor. Todo formaba parte de una religión muerta, normas y ritos vacíos. Dios quería que Israel fuera un ejemplo para las naciones, una teocracia bajo la bendición de Dios, pero los líderes políticos andaban en pecado. Los profetas fueron engañados por Baal, haciéndose espiritualmente pobres y sin una realidad en su oficio (v.8). Fue una situación de muerte y tremendamente triste. 

 Dios estaba a punto de dictar una sentencia contra ellos que abarcaría hasta la tercera generación (v.9). Él argumenta con el caso de los paganos, usando el ejemplo de la isla de Chipre (Quitim) al noroeste y Cedar al sudeste, una tierra bárbara (v.10). ¡Ellos fueron fieles a sus dioses falsos! ¿Cómo puede ser que la gente rechace lo mejor, lo que es la esencia de la realidad de una vida espiritual? Es una depravación, no… una locura… en la cual toda la creación sigue caminando y viviendo hoy en día, hacia su propia condenación eterna. ¡Ojalá que pudiera expresarlo mejor!, pero solamente puedo poner la verdad ante ti: “Mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha”. Estudia la historia de Israel y verás que la nación más bendecida entre todas es la que da el más claro testimonio al mundo de la naturaleza rebelde y caída (vs.11).

 Es una parodia de significado universal; nada la puede sobrepasar. Toda la naturaleza, incluso las cosas inanimadas, deben espantarse al ver la rebelión de la humanidad, que tendrá consecuencias desastrosas. Llegará el día en que Dios conmoverá los cielos y destruirá la tierra en llamas (v.12). Los pecados de Israel se resumen en los dos mayores: 1) La gente a quien habla no son paganos. Han dado la espalda a la Fuente de Vida, a quien ellos han conocido y experimentado. Él se compara al manantial de agua fresca y limpia. 2) Ellos han elegido beber del agua estancada de la lluvia, recogida en tanques hechos por hombres y destinados a agrietarse y a perder su contenido con el tiempo. Fíjate en todo el mundo y observa la pobre y lamentable mentalidad de la humanidad. Ha rechazado a su Creador, prefiriendo las cosas imperfectas, hechas por manos mortales (v.13). La verdad es más traumática que cualquier ejemplo con el que pueda ilustrarse.

 La nación de Israel nació libre, desde el tiempo de Abraham hasta Jeremías. Fue creada para vivir y tener comunión con su amado Dios omnipotente. Su estado es peor que el de una ciudad en esclavitud, porque las naciones de alrededor están abusando de su calamidad, saqueándola, al ver rotos los muros de las ciudades y las casas destruidas y abandonadas (v.4). La Tierra Prometida ha llegado a ser un desierto (v.15). Menfis ahora es el Cairo, y Tafnes, probablemente, recibió su nombre de la reina Tahpenes, te quebrantaron la coronilla, significando que Faraón-Necao de Egipto viene a remover al rey de Judá, Joacaz, y a tomar grandes tributos del pueblo. El buen rey Josías murió, batallando contra este Faraón (v.16).

 Todas estas son heridas autoinfligidas, porque Israel ha rechazado a su Protector y Guía (v.17). Por esta razón, Egipto y Asiria la han conquistado y dominado (v.18), y ahora depende de estos poderes mundiales. Tendrán que aprender de sus propios errores. Dios está enseñando a su joven estudiante, Jeremías, de la historia de Israel y de los eventos actuales. Siempre he insistido en que tenemos que aprender de la historia. Especialmente, al estudiar el Antiguo Testamento tenemos que ser muy conscientes del significado espiritual de lo que pasa en el día de hoy. Dios dijo en el mismo versículo 19, ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, y Jesús dijo: “No tenéis amor de Dios en vosotros” (Jn.5:42). El temor y el amor no son fuerzas en conflicto, sino complementarias. Los que en verdad aman a Dios, también le temen.   

 El Señor liberó a Israel estando en la esclavitud de Egipto, y ellos prometieron serle fieles. Ya nos hemos referido a su confesión en Éxodo 24:7. Ahora, Él apunta al hecho, obvio, de que no han guardado su promesa (v.20). La idolatría es desenfrenada. Dios utiliza una ilustración tras otra para demostrar su pecado al pueblo, precisamente en el versículo 21, hablando de una vid escogida, de mucha calidad, que ha sido degradada hasta convertirse en una vid extraña o silvestre. También hay idolatría en la iglesia en el día de hoy, porque muchos líderes y miembros han fabricado un dios extraño en sus mentes y corazones, ignorando o tratando con ligereza la revelación bíblica. El apóstol Pablo habló de “otro Jesús que el que os hemos predicado (2 Co.11:4).

La idolatría no puede ser borrada fácilmente ante los ojos de un Dios omnisciente. Él descubre el intento de esconderla, pero la ve claramente (v.22). El valle mencionado en el versículo 23 es el valle de Hinom, al cual el rey Acaz de Judá dio mala fama, haciendo en ella sacrificios humanos. Pero solamente se engañan a sí mismos, y Dios da otro ejemplo para demostrar la confusión de Israel… dromedaria ligera que tuerce su camino. Aunque camina rápido, al librarse de lo que la sujeta, vaga sin sentido, de acá para allá.

 Aún da otra ilustración: Israel es como una asna montesa en su ardor, olfateando el viento, buscando un macho. Cada costumbre vil del mundo animal, Dios la usa como un ejemplo, pero, aún así, no llega a describir la pasión inherente al ser humano de seguir en pos de dioses falsos. Ahora, debemos estar muy alerta a la naturaleza caída del hombre, que está dirigida por un corazón descrito por el profeta más adelante: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer.17:9). El escritor de Hebreos sabía de su engaño. Escucha su gran advertencia a los creyentes: “Exhortaos los unos a los otros cada día… para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (He.3:13).

 Dando la espalda al pecado, de una vez y para siempre

Pregunto: ¿Cuántos continúan en los caminos del mundo porque se sienten desesperados y no hallan una salida para su pecado? Con el pasar de los años, he cultivado un aborrecimiento profundo por las enseñanzas que dejan a las personas tristes y sin esperanza diciendo: “No hay remedio en ninguna manera” (v.25). La puedes observar en sus propios rostros. Habiendo dicho todo lo que uno puede decir sobre el pecado y el engaño, el predicador del evangelio tiene que insistir aún más sobre la doctrina de la gracia. Una de las diferencias principales entre las mentiras del diablo y la convicción del Espíritu Santo, es que el diablo quiere abandonar a la gente cuando está en un estado de depresión, mientras que el Espíritu Santo siempre ofrece un escape. Dios es el Dios de la esperanza y ofrece esperanza con cada reprensión, como lo hizo Jeremías. Permíteme parafrasear el versículo 25: “Ya que no hay remedio ni posibilidades espirituales para mí, voy a abandonarme a andar en el pecado y a aguantar el vacío en mi ser. ¡Me rindo a ello!” He visto a cristianos resignados a un destino fatal; ¡Qué Dios tenga misericordia!

 La vergüenza experimentada por uno, después de haberse descubierto públicamente su pecado, es de poco valor. El cristiano debe sentir vergüenza en el mismo momento que peca, aunque nadie se dé cuenta (v.26). Espero que todos los que son sorprendidos en el acto de pecar hallen un verdadero arrepentimiento, pero es mucho más genuino cuando uno se lamenta de su pecado, aunque él sea el único que lo sepa.

 Hay buenas razones para estar avergonzado por llamar a un palo “padre” y por confesar a una piedra, “Tú me has engendrado.” ¡Qué tontería es el pecado de idolatría! Por supuesto, un palo puede adoptar una forma sofisticada cuando se transforma en un mueble u obra de arte; las piedras pueden ser joyas hermosas, pero seguirán siendo ídolos en el siglo XXI si se convierten en una meta y anhelo en la vida (v.27).

 Los ídolos son fascinantes y encantadores, pero no hay ninguna esperanza espiritual en materiales hechos por el hombre. En cada ciudad de Israel había un dios o diosa, y nosotros, personalmente, observamos santos patrones en cada pueblo y ciudad de Méjico cuando vivimos allí. No, los ídolos no son antigüedades, ni están obsoletos en la civilización moderna. Son más numerosos que nunca, pero el punto que quiero enfatizar es que ahora son muy sofisticados (v.28). ¿Podemos clamar a Dios por Sus buenas bendiciones y Su liberación, mientras vivimos obteniendo ídolos (v.29)?   

 Parece que cada reprensión se encuentra con una oposición de parte del pueblo. Espero estar equivocado sobre la sinceridad de algunas personas que piden oración, cuando ellas han vivido en pecado por décadas y están experimentando las consecuencias. Los hijos y los nietos siguen tras sus pisadas y, finalmente, la horrible tragedia cae (v.30). Piden:        “¡Por favor, orad por mí!”, y los cristianos oran, por supuesto, pero yo también oro por un arrepentimiento profundo y una rendición y una entrega totales a Dios. ¿Leen estos cristianos las palabras de Jeremías? Me crea dudas.

 Estudiad bien las promesas de Dios y no veréis nada, sino las mejores intenciones: “Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Sal.84:11). “… el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1Ti.6:17). Dios no abandona a Su pueblo en un desierto… Su gobierno es un reino de luz. El ego arrogante del hombre está en el centro de su falta de gratitud y piensa que puede tratarse mejor de lo que puede hacerlo Dios: “Somos libres; nunca más vendremos a ti” (v.31).

 Una señorita aprecia sus joyas y una novia pone todo su corazón en su boda. Pueden ser casos legítimos, pero otra vez, el Señor pregunta: ¿Cómo es que Mi pueblo se olvida del mayor tesoro y el privilegio más grande? Es la locura de su ego arrogante (v.32). Jeremías es profeta para nuestros días también; parece que vive entre nosotros. Si es verdad que Israel enseñaba a sus ciudadanos el sexo inmoral, mucho más sucede en la sociedad de hoy. Es obvio en su publicidad, películas y estilos (v.33). Quizás el aborto no era común en Israel, pero era común ofrecer a los niños en sacrificio, de manera que el versículo 34 lo podemos aplicar fácilmente al aborto. Lo citaré de LBLA: “Aun en tus faldas se halló la sangre de los pobres, de los inocentes; no los encontraste forzando la entrada. Pero a pesar de todo esto, aún dices: ‘Soy inocente, ciertamente su ira se ha apartado de mí.’ He aquí, entraré en juicio contigo porque dices: ‘No he pecado’” Su culpabilidad está expuesta abiertamente. ¡El aborto es un acto legal, abierto al público! He oído a personas que están a favor del aborto decir que son cristianas; que el aborto es una virtud cristiana. Repito, ¡la sociedad moderna está loca! Creo que fue Vance Havner que dijo: “El mundo es un manicomio y los pacientes están encargados”. 

 A pesar de todo, una mentalidad engañada proclama su inocencia: “No he pecado y no estoy bajo la ira de Dios. Todo me va mal porque Dios no ha sido justo conmigo.” Peor todavía, no admitirán que han sido engañados, aunque su estilo de vida da testimonio de su pecaminosidad (v.35). Aunque viene de la boca de Dios, niegan arrogantemente cada acusación que Él pronuncia sobre su condición espiritual.  

 ¿Por qué das tantas vueltas cambiando tu camino? (LBLA) Siendo humillado por Asiria, hay un nuevo esfuerzo en Judá para buscar apoyo en alguna otra parte. Egipto está en espera de humillar a Israel otra vez (v.36). La gente siempre busca otra manera de resolver su problema, pero a menos que haya un profundo remordimiento desde el corazón, seguido por dar muerte, de una vez y para siempre, al diablo, al mundo, al pecado y a sí mismo, será eficaz. El nuevo nacimiento es una provisión gloriosa, pero es un nacimiento que solamente Dios puede concebir y llevar a cabo. “Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn.1:12-13). En tiempos pasados, los predicadores hablaban de “conversiones espurias” … de un cambio superficial.

 Todo el esfuerzo que hicieron los judíos que viajaban a Egipto buscando apoyo, falló. Dejaron la mesa de negociaciones con las manos sobre la cabeza, sin haber logrado un beneficio. El Señor ha abandonado a Israel y será derrotado por Babilonia; nada mejor para los egipcios (v.37). ¡Qué horrible es observar cómo desaparecen todas las oportunidades y encontrarse solo en el mundo! Sin embargo, todas las profecías tienen su propósito, especialmente para el individuo, y Dios es especialista en tratar con cada persona individualmente y de forma única. Cuando una persona llega al fracaso total y descubre que no puede soportarlo o aguantarlo más, es cuando puede volverse a Dios y hallar un nuevo principio glorioso. Sólo Cristo es la respuesta y el remedio para Israel y también para el hombre o la mujer que han sido abandonados por todos los demás, dejándoles solos para poder experimentar las consecuencias de sus fallos en la vida. ¡No permitas que pase el último bote salvavidas!


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