El día de Pentecostés
2. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3. y se les aparecieron lenguas repartidas, como
de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
4. Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que
hablasen.
5. Moraban entonces en Jerusalén
judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6. Y hecho este estruendo, se juntó la
multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia
lengua.
7. Y estaban atónitos y
maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
8. ¿Cómo,
pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido?
9. Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en
Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10. en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las
regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes,
tanto judíos como prosélitos,
11. cretenses y árabes,
les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12. Y estaban todos atónitos y
perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
13. Mas otros, burlándose,
decían: Están llenos de mosto.
La expresión: “Cuando llegó el día
de Pentecostés”, describió el hecho de cómo los judíos contaban
cincuenta días desde el día de Primicias, marcando que el día cincuenta
había llegado desde aquella fiesta. Como trasfondo a este estudio
sobre el derramamiento del Espíritu Santo, veremos lo que la ley enseña sobre
este día de fiesta del Antiguo Testamento. Pentecostés era la palabra griega
número cincuenta y también el título de la llamada fiesta de semanas por
los hebreos. El propósito de la fiesta era hacer una celebración jubilosa por
las primicias de la siega del trigo.
miércoles, septiembre 10, 2025 | 0 Comentarios