Entradas Recientes
Lowell Brueckner

Ingrese su dirección de correo electrónico:


Entregado por FeedBurner

¡Tendrás que renacer! cuarta parte

Etiquetas:

Hemos llegado a algo muy interesante en el estudio sobre el nuevo nacimiento. Veremos para que es la nueva creación en la vida personal, como tambien en el pueblo de Dios, que es la iglesia. (No he tenido tiempo de revisar... estamos de viaje... este artículo. Lo corregiré después. Por lo pronto, solo espero que sea entendible.)



A. Sobre el nivel personal. Gal.2:19,20… Con Cristo he sido juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí.” Otra vez Pablo está hablando del nuevo nacimiento, sea la vida resucitada en Cristo. Sin embargo, primeramente habla de una crucifixión que él había experimentado y refiere a su antiguo hombre. Cristo no solamente llevó el pecado a la cruz, sino que también el antiguo hombre, la naturaleza caída de Adán. “Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El, a fin de que el cuerpo del pecado fuera desactivado para no servir más al pecado” (Ro.6:6). Esto no quiere decir solamente que una persona que ha nacido de nuevo no continua andando en el pecado. Sino que ahora, según el deseo de Dios, las características de Su Hijo se demuestran por medio de él, porque actualmente Él ya vive en él. La fe aquí no es una fe en, sino del Hijo del Hombre. Después lo miraremos de una forma más completa.

Barnes: “Si alguno está en Cristo es una nueva criatura” (2 Co.5:17). “La expresión “está en Cristo” claramente quiere decir estar unido a Él por medio de la fe; o estar en Él como el pámpano está en la vid… esto quiere decir, estar tan unido, como para recibir todo su alimentación y fuerza de la vid, y estar totalmente sostenido por ella” (Jn.15:2).”

Ro.8:8-9… “Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, por cuanto el Espíritu de Dios vive en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, éste no es de Él.” Estar “en la carne” quiere decir ser gobernado por la carne, como “estar en el Espíritu” quiere decir ser gobernado por el Espíritu. En esto vemos la necesidad del nuevo nacimiento. Dos cosas son necesarias para reconciliarnos con Dios. Primeramente, la barrera del pecado tiene que ser removida y por eso, Cristo murió por nuestros pecados para llevarnos a Dios, según 1 P.3:18. Tampoco es posible  ser compatible con Dios, si alguno “está en la carne”. La naturaleza carnal es enteramente contraria a la naturaleza de Dios: “Porque la manera de pensar de la carne es enemistad contra Dios” (Ro.8:7) y como dice Pablo aquí, los que están en tal condición, no pueden agradar a Dios. El Espíritu Santo, o sea el Espíritu de Cristo, entra la vida lavada por la sangre de Cristo, en la cual el cuerpo de pecado ha sido destruido y esta persona ya no está más en la carne. El principio de la santidad está en él, sin la cual nadie verá a Dios. Nace de nuevo y todos que pertenecen a Dios tiene Su Espíritu morando en él.


Henry: “El Espíritu morando en nosotros es la mejor evidencia que estamos en el Espíritu, porque tal estado de permanecer es mutuo (1 Jo.4:16): Permanece en Dios y Dios permanece en él. El Espíritu visita a muchos con Sus movimientos que no son regenerados, los que ellos resisten y apagan; pero Él mora en todos los que son santificados, permaneciendo y gobernando. Él está como un hombre en su propia casa, donde él está constantemente y tiene dominio. ¿Pondremos una pregunta a nuestros propios corazones? ¿Quién mora, quién gobierna, quién guarda su residencia aquí?

1 Jn. 5:11-12… “Éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eternal, y esta vida está en su Hijo. Él que tiene el Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” La salvación no es algo, algún regalo bonito que Dios nos ha dado y que espera que lo guardemos. La salvación es Alguien; Dios nos ha dado a Su Hijo para que nos guarde, porque nunca hemos podido cuidarnos. “El que fue engendrado por Dios, lo guarda” dijo Juan unos versículos más tarde (v.18). Cristo viviendo en nosotros es nuestra única esperanza, pero no en el sentido en que nosotros utilizamos la palabra esperanza. La usamos sinónimo con un deseo, pero esto no es la esperanza en sentido bíblico. La esperanza de la Biblia es un futuro seguro. No es una meta, sino un destino que está por delante de nosotros, por medio de la obra cumplida de la cruz y porque Cristo toma el cuidado personal para cada uno do los Suyos.

“El misterio oculto desde los siglos y edades, pero ahora manifestado a sus santos, a quienes quiso Dios dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria. (Col.1:26-27). Él es nuestra vida y Su vida, demostrada por medio de nosotros, es nuestro testimonio. Ser un buen testimonio no significa solamente que damos testimonios o compartimos con la gente. No solamente quiere decir que somos gente maja con un estilo moral de vida. Si no llevamos a un Cristo viviendo en nosotros con Sus atributos saliendo de nosotros, entonces fracasamos como testigos. Hay algo sobrenatural en cuanto de cada cristiano verdadero. Pablo dijo que fue crucificado y ahora la vida que vivió fue la de Cristo, que vivía en él: “Vivo en la fe del Hijo de Dios.” No fue la fe de Pablo. Los discípulos pidieron más fe de Cristo, pero Cristo habló de la fe de un grano de mostaza… no hacía falta más fe, sino otro género de fe que puede remover montañas. Una buena traducción de Marcos 11:22 es: “Tened la fe de Dios.”

El fruto del Espíritu no es la vida humana llevada a un nivel muy alto y perfeccionada, sino es el resultado del Espíritu Santo viviendo en un ser humano y manifestándose por medio de él. Jesús dijo a Sus discípulos, “Paz os dejo, mi paz os doy. Yo os lo doy no como el munda la da” (Jn.14:27). Entonces dijo, “Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros… (Jn.15:11, fíjate también en 17:3). No tendrán la paz y el gozo de ellos, sino la paz y el gozo de Él. También les dio Su amor: “Permaneced en mi amor” (Jn.15:9).  Esta fue Su oración al Padre: “Para que el amor con que me amaste esté en ellos, y Yo en ellos” (Jn.17:26). En el último capítulo del Evangelio de Juan, Él prueba a Pedro sobre Su amor (Jn.21:15-17) (una buena versión diferencia entre las dos palabras griegas que son utilizadas para la palabra amor en esta porción… agapao y  phileo). Pedro, como todos nosotros, fracasará en alimentar a la manada de Cristo, si no sea motivados por agapeo. Phileo nunca será suficiente. La única cosa que llevará el mundo a la fe es cuando Cristo vive en vasos humanos: “Como Tú, Padre, en mí, y Yo en ti; que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste… para que el mundo conozca que Tú me enviaste…” (Jn.17:21,23).

Clarke: El que tiene el Hijo tiene la vida… Como la vida eterna es dado en el Hijo de Dios, resulta que no puede ser experimentada sin Él. Ninguno puede tenerlo sin poseer a Cristo; por eso, el que tiene el Hijo tiene la vida, y el que no tiene el Hijo, no tiene la vida. En vano esperamos la gloria eterno, si no tenemos a Cristo en nuestro corazón. El Cristo morando adentro da un título a ella, y da una capacidad para ella. Esta es el testimonio de Dios. Que ninguno se engaña sobre este asunto. Un Cristo morando adentro y la Gloria; ningún Cristo morando adentro, Ninguna gloria. El testimonio de Dios tiene que permanecer firme.

JFB:  Está en el Segundo Adán, el Hijo de Dios, en quien esta vida es asegurada para nosotros. La cual, si dependiera de nosotros, lo perderíamos, como el primer Adán la perdió.

Wiersbe:  Los verbos griegos traducidos desvestido y revestidos (Col.3:9-10) indica una acción de una vez para siempre. Cuando venimos a confiar en Cristo, desvestimos de la vieja vida y un nuevo hombre ya controla. Sin embargo el verbo traducido “renovado” es un participio presente… “quien continuamente está siendo renovada”. La crisis de la salvación nos dirige al proceso de la santificación, siendo más y más como Jesucristo… ¿Cómo se lleva acabo este renovación? Por medio del conocimiento. La palabra conocimiento fue uno de los términos claves en el vocabulario de los gnósticos. Sin embargo su nombrado conocimiento espiritual no pudo cambiar la vida de una persona para que fuese como Cristo. Lo más que uno conoce a Cristo, lo más se hace como Él (Fil.3:10)… El propósito de Dios para nosotros es que seamos “de la misma forma de la imagen de su Hijo”(Ro.8:29). Esto refiere a Su carácter, la cualidad espiritual del hombre interior. Cuando vemos a Jesucristo, seremos como Él y tendremos cuerpos glorificados (1 Jn.3:1-3); pero mientras esperamos Su regreso, podemos ser como Él y compartir Su santo imagen. Este es un proceso de renovación constante, mientras el Espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios.”

Col.1:27… “A quienes (a Sus santos) quiso Dios dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.” Fue un misterio en las edades pasadas y sigue siendo un misterio a los inconversos. El hombre natural sin el Espíritu no puede saber los misterios de Dios, (son misterios para él) porque vienen solamente con ayuda sobrenatural. Por esta razón solamente son conocidos y entendidos “a los santos”… los creyentes que han sido lavados y apartados para Dios, iluminados por el Espíritu Santo. Fue el propósito y placer de Dios tener este conocimiento experimentado efectivamente entre los gentiles y esparcido entre los gentiles por todo el mundo como testimonio a todas las naciones. 

Es definido por estas palabras… la riqueza de la gloria. Empieza considerando la gloria de ello. La gloria quiere decir calidad, algo que no sólo existe, sino que es una forma muy alta de existencia. Pedro escribe del hombre y su gloria como la hierba y la flor… la flor es la gloria. La gloria es algo que brilla de alguna materia, para que los rayos alcanzan más allá del cuerpo mismo. La gloria es un beneficio, como es la luz y el calor, por los cuales el hombre vive y desfruta de la vida. La luz ilumina la vida y la causa ver y andar en lo que vale la pena. El calor trae consuelo y sentimientos al alma, ardiendo en él.

Entonces piensa sobre las riquezas de esta gloria… el valor y la abundancia de ella. El valor no tiene comparación. No hay una gloria terrenal que es semejante y esta gloria es dada sin medida. No tiene límite; siempre hay más. Ahora ¿de qué habla? Habla de la vida de Cristo dentro del santo y proclama que es la esperanza de la Gloria. Él que tiene el Hijo tiene la vida; hemos estudiado esa lección, pero aquí aprendemos que él que tiene el Hijo tiene esperanza. Es la única esperanza.

Hemos aprendido que la esperanza de la Biblia es más que un deseo, sino un futuro seguro. Es la esperanza porque es futuro, pero es un futuro que es absolutamente seguro. Vemos porque es seguro y la razón es porque Cristo vive en nosotros, lo que algunos han nombrado bien “la vida de Cristo”. Su vida en nosotros garantiza nuestro destino. Toda duda es quitada y todas las preguntas son anuladas, cuando Cristo viene a vivir y reinar en un ser humano. Nada pudiera ser tan seguro y nada pudiera ser tan glorioso. Es el sumo de lo que un ser humana pudiera experimentar. Pablo predicó este mensaje entre los gentiles y lo nombró “la inescrutable riqueza de Cristo”… calidad y cantidad más allá de la comprensión. Esta es la voluntad de Dios, ¡por eso entra! No estás violando propiedad ajena, al entrar. Estás allí por una invitación y hay una mesa preparada para ti. Al responder, solo ensalzas a Su benevolencia y generosidad.  

JFB:  “Ahora tienes tú “Cristo en vosotros la esperanza de la gloria” apenas mencionado. Alford traduce “Cristo en vosotros” como respondiendo a “este misterio entre los gentiles”. Pero toda la clausula, “Cristo EN vosotros (Ef.3:17) la esperanza de  gloria” responde a “este misterio”, y no a toda la frase, “el misterio entre los gentiles”. Lo que se da a conocer  “entre los gentiles” es “Cristo en vosotros (como tu vida interior escondida por la fe, Col. 3:3; Gal.2:20) la esperanza de gloria” (tu vida manifestada). El contraste (antítesis) entre “CRISTO EN VOSOTROS” ahora como tu vida escondida, y “la esperanza de gloria” manifestada en el futuro, exige esta traducción.”

JFB nos está enseñando, al mismo tiempo, creo yo, la traducción correcta de las palabras de Jesús, “El Reino de Dios está dentro de vosotros” y no debe ser interpretado “entre vosotros”. 2 Co.4:7… “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros.”

Clarke: “En esto y el siguiente versículo hay varios puntos maravillosos: I. Encontramos toda la substancia de la predicación del apóstol.
1.      Él predicaba a Cristo, como el único Salvador de los pecadores.
2.      Él proclamó que este Cristo estaba en ellos, porque el propósito del evangelio es poner a los hombres en la posesión del Espíritu y el poder de Cristo, para que fuesen participantes de la naturaleza divina, y de esta forma prepararles para la unión eterna con Él. Si alguien digiera que la preposición εν debe ser traducido entre, el significado es el mismo; porque Cristo estaba entre nosotros, para alumbrar, avivar, purificar, y refinarles, y todo esto no pudiera hacer sin morar en ellos.
3.      Él predicaba este Cristo presente y adentro como la esperanza de gloria; porque ninguna persona pudiera lógicamente esperar la gloria si no tenía el perdón de sus pecados, y si su naturaleza no fuera santificado; y ninguno pudiera tener el perdón si no fuera por medio de la sangre de Su cruz; y ninguno pudiera tener la glorificación, si no fuera por el Espíritu de Cristo adentro santificando.”
  
2 Corintios 13:5… “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os reconocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que estéis descalificados!” Pablo está retando a los Corintios a un examen; es el examen más importante y vital que jamás pudieran tomar. Determinará sí o no Jesucristo está en ellos, significando sí han nacido de nuevo o no. El Espíritu Santo, por medio de Su palabra escrita, presenta el mismo examen en nuestros tiempos, cuando la substancia del evangelismo es tan débil y muchas conversiones espurias han resultado. Hay razones porque dudar si una salvación verdadera ha ocurrida.

Parece que el texto indica que Pablo sintió que la prueba de sus vidas traería reconocimiento que Cristo verdaderamente vivía en ellos, pero también vio que algunos reprobarán el examen y encontrarán que habían experimentado una esperanza falsa. ¿Cuáles serían las cuestiones en particular que debieran preguntarse? Ciertamente, serían las mismas que Juan puso ante la gente en su primer epístola, algunas ya presentamos en este estudio. Juan, como Pablo, esperó que llegaran a una conclusión positiva, sabiendo que poseyeran la vida eterna. Sin embargo, si algunos reprobarían, Pablo no tuvo la intención que desesperaran, siendo condenados, sino que despertaran a la realidad, y que acudieran verdaderamente a Cristo para obtener el nuevo nacimiento. 

Pablo demuestra que si no aprueban el examen, esto reflejaría sobre su propio ministerio. “Espero que reconoceréis que nosotros no estamos descalificados…” (v.6). Pero en seguida demuestra que no esté preocupado en primer lugar que su ministerio haya sido efectivo, sino que su preocupación es sobre el bien estar de ellos. “Para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros aparezcamos como descalificados” (v.7). Sin embargo, hay una conexión entre la efectividad de la conversión y la efectividad del evangelista. Si la gente no conviertan a Cristo verdaderamente, hay algo falso en la presentación. Por eso hoy, porque el mensaje tiene fallos y porque hay una falta del poder en la unción, un gran porcentaje de los que responden a este "evangelio" no nacen de nuevo verdaderamente. Por eso el ministro tiene que examinar si su ministerio es genuino. Tiene que llegar a dos conclusiones: 1) ¿Está correcto el contenido de su mensaje? 2) ¿Está el poder del Espíritu Santo sobre el mensaje?

Henry: De esta manera él demuestra que, si ellos pudieran comprobar su propio cristianismo, esto sería una comprobación de su apostolado; porque si ellos estaban en la fe, si Jesucristo estaba en ellos, esto comprobaría que Cristo hablaba por medio de él, porque fue por su ministerio que ellos creyeron. No solamente era él un instructor, sino un padre para ellos. Él les había engendrado por el evangelio de Cristo.”

Clarke: ¿Mora Jesucristo en ti? Tenéis Su Espíritu, Su poder, Su mente, si sois cristianos.”

Wiersbe: Sin lugar a duda, muchos de los problemas en la iglesia de Corinto fueron causados por una gente que profesó ser salva, pero que nunca había arrepentido y confiado en Jesucristo. Nuestras iglesias están repletas con tales personas hoy en día. Pablo llamó estas personas ‘descalificadas’, lo que significa “falsos, reprobados después de un examen.”

B. En Su pueblo, la iglesia  Romanos 8:29:  “Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos” Es el propósito de Dios crear una raza de personas, una nación santa, en la cual sus muchos ciudadanos son como Su Hijo, en quienes Él está complacido (Mt.3:17; 17:5). Aunque son pocos que entran en cualquier lugar o tiempo, de todos modos el número total es muy grande. La relación entre Dios y Su pueblo es la relación más influente posible.

Muy relacionado a esta declaración, es la enseñanza de Pablo a los efesios sobre la salvación por la gracia por medio de la fe. Efesios 2:10… “Porque somos hechura suya, creados en Jesúcristo para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.” Somos el resultado de Su obra; es Su creación por medio de un nuevo nacimiento. En los “genes” de este nuevo nacimiento hay una naturaleza que complace en hacer “buenas obras”. Él quiere ser limpio, santo y justo. La mejor manera entender estas obras, preparado por Dios, es por estudiar los dos ejemplos que Santiago nos da, Abraham y Rahab (2:21-25) para poder entender que estas obras se hacen naturalmente por la fe. La fe en ellos dio evidencia física de su existencia, llevándola a la perfección… significando, plenitud… completándolo. Fue visto primeramente en Cristo Jesús, el Hermano mayor.

El propósito de Dios, muy claramente, no es sencillamente salvar a un pueblo de la condenación eterna, sino transformarlo, injertando en ellos el nuevo nacimiento, por lo cual su estilo de vida se conforma con la imagen de Su Hijo. Esto es el principio de la santidad, sin la cual nadie puede ver al Señor.

Efesios 4:13-15… “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo… para que ya no seamos niños… crezcamos en todas las cosas en Aquel que es la cabeza: el Cristo.” La iglesia crece hasta que sea un varón perfecto (maduro), llevando a cabo la voluntad de Dios en la nueva creación. Es singular, “varón perfecto”, pero Pablo está hablando del cuerpo de Cristo que es la iglesia.

Santiago 1:18… Él, porque quiso, nos engendró con la palabra de la verdad para que seamos primicias de sus criaturas.” En el Antiguo Testamento, la tribu de Levi tomó el lugar de los primogénitos de cada familia en Israel. Ahora Santiago nos enseña que bajo el Nuevo Pacto los que han nacido de nuevo son un posesión específica de Dios entre la raza humana entera. Las mismas palabras son usadas en versículo 15 y demuestran una concepción y un nacimiento. Allí la concupiscencia concebida con el tiempo engendra o da luz al pecado. Entonces el pecado con el tiempo, resulta en la muerte. Ahora, en versículo 18, Dios ha concebido un pueblo según su voluntad soberana y entonces lo lleva al nacimiento, opuesto a la voluntad y concupiscencia del hombre en la cual Dios no tiene lugar o parte. Vemos que el método usado es la palabra de la verdad. “Habiendo reengendrados… por medio de la palabra de Dios, que vive y permanece.” Esta es una de las dones buenas y dádivas perfectas que Dios da. Dios sólo da cosas buenas, aunque a veces no podemos detectar lo bueno en lo que da (v.17). La manera utilizada para llevar al nacimiento es la palabra de la verdad. La palabra de la verdad tiene que ser predicado en el evangelismo y esta es la semilla. Dios obra juntamente con Su palabra para dar vida y llevar la semilla al nacimiento. Pablo dijo a los corintios que por presentarles el evangelio, él tuvo parte en su nacimiento espiritual, aunque Dios, por supuesto, fue el único que podía compartir la vida.

Esta gente es las primicias… nosotros la llamamos, la iglesia. Este término, bíblicamente significa que ellos pertenecen específicamente a Él. En el Antiguo Testamento, las primicias de la cosecha fueron ofrecidas a Dios y Él reclamaba el primogénito de los hombres y animales después de la Pascua en Egipto. Todos los primogénitos y primicias tenían que ser ofrecidos a Dios, planta, animal y persona. La persona que no es totalmente consagrada a Dios, como primicia, aparentemente no ha sido llevado por Dios al nacimiento.

JFB: 1 Pedro 1:3… “ Pedro reconoce que el hecho histórico de la resurrección de Cristo lleva a cabo la regeneración. Este sentimiento es lo de Pablo, porque Pablo repetidamente habla de cristianos que mueren y se levantan con Cristo. Ro.7:4; 6:8-11.”







0 comentarios:

Publicar un comentario