El apóstol no conformista
Capítulo 1:11-24
Unas ruinas de Tarso, ciudad natal de Pablo |
Vs.11-12. “Pues quiero que sepáis, hermanos, que el
evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre. Pues ni lo recibí de
hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo”.
¿Por qué el apóstol se
preocupa tanto de que los gálatas entiendan que él mismo no fue autorizado por
el hombre, ni que su doctrina ni el evangelio le fueron enseñados por hombre
alguno? Tiene que estar muy consciente de un gran peligro por el medio y la
manipulación con la que el hombre puede invadir e influir a la iglesia. Ya
estaba ocurriendo en aquellas iglesias nuevas y tenía el potencial de ser fatal
en la vida de los que habían sido engañados por los invasores.
Pablo, por su propia
experiencia en el pasado, conocía muy bien las maneras de los rabís judaicos.
Fíjate en la palabra ahora del
versículo 10… “¿Busco ahora el favor de los hombres o el de
Dios?” En su antigua religión él sí buscaba el favor de los hombres, pero ahora, esta ambición se acabó. Antes él
si buscaba ganar la aprobación de los hombres porque de ellos venía su
autoridad y él avanzaba por medio de su aprobación.
Zac Poonen, que
personalmente cayó en la trampa de una secta en Noruega, llegó a la siguiente
conclusión: “La batalla más grande en la
vida cristiana no es la batalla contra la ira o contra pensamientos sucios. La
batalla más grande en la vida cristiana es la batalla contra el deseo de ganar
el apoyo de los hombres. En este asunto tenemos que decidir estar bien delante
de Dios solamente, si queremos quedar libres” (lee en este blog “Las
señales del cultismo”).
Mi anhelo es que, cada persona
que lea estos capítulos inspirados de Pablo, vea las consecuencias, las mismas que
él asegura que le esperan a los gálatas. Así, cada persona tendrá que aplicar
los principios que Pablo presenta donde sea necesario, a las circunstancias que
son semejantes en nuestros días, de las cuales él está consciente. También
tiene que recibir, de parte del Espíritu Santo, un impacto sobre su alma, que
le haga sentir la seriedad de tal engaño. El resultado será que activamente
empezará a remover cualquier atadura de su propia alma, y buscará la liberación
de otros por el remedio bíblico que Pablo presenta a su pueblo en esta carta.
Los hombres que anhelan ser
protagonistas pero que al mismo tiempo tienen un entendimiento débil sobre la
dimensión entera de la Escritura y han tenido que basarse en “revelaciones”
aparte de la Biblia, han enseñado y siguen enseñando conceptos y doctrinas erróneas.
Muchos, indoctos en cuanto a la Escritura, han confiado totalmente en ellos
para su dirección espiritual. Los enemigos más grandes de aquellos que quieren
llevar a cabo su propia agenda, son los estudiantes serios de la Escritura. Los
dirigentes sospechosos se oponen a la teología, no porque no tengan teología (como pretenden no tener, sino revelaciones
directamente recibidas de Dios), sino porque la verdadera teología contradice su pobre teología.
No existe una visión,
sistema o programa legítimo, aparte de lo que está enseñado en la palabra de
Dios. Existe solamente un evangelio que predicar y sólo un propósito para
llevar a cabo; aquel que Jesucristo nos entregó. Los deberes de cada persona
llamada por Dios son: predicar el evangelio, alimentar la grey de Dios, y
corregir y disciplinar a los que pecan y se desvían de la verdad.
Por eso Pablo nos advierte
fuertemente acerca de un tipo de hombres y su propio “evangelio”, y lo que
escribió está preservado hasta el día de hoy porque continúa la misma
perversión. El evangelio de Pablo es, sencillamente, el cumplimiento del
propósito de Dios, revelado en la Escritura. La revelación que Pablo recibió venía
de la misma luz, que es recordada desde Génesis hasta Malaquías, seguida por la
vida y enseñanza del Mesías, que vino cumpliendo las profecías del Antiguo
Testamento. Jesús dijo que después de Su partida, el Espíritu de Verdad vendría
para enseñar a Sus discípulos. Dijo también que el Espíritu Santo edificaría
sobre la palabra de Cristo: “Tomará de
lo mío y os lo hará saber” (Jn.16:14).
Aunque sea de una forma
mucho menor que la del apóstol, por supuesto, los verdaderos convertidos captan
instintivamente la verdad, aún antes de asistir por primera vez a una clase
bíblica. Esta capacidad viene, juntamente, con el nuevo nacimiento. Tienen un
hambre insaciable por la Palabra de Dios y responden a la enseñanza de la fe y
la gracia. Este alumbramiento brotará y crecerá bajo la exposición fiel de la
Palabra de Dios, pero también puede desvanecerse por escuchar conceptos no
ungidos de los hombres. Un sencillo predicador bautista, Vance Havner, de forma
medio irónica, dijo: “Cuando te encuentres
con un converso genuino, intenta que no se acerque mucho a cristianos más
maduros”. Pablo sabría lo que Havner quería decir. Los gálatas fueron
seriamente dañados por “cristianos, supuestamente, más maduros”.
Vs.13-14. “Porque vosotros habéis oído acerca de mi
antigua manera de vivir en el judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a
la iglesia de Dios y trataba de destruirla, y cómo yo aventajaba en el judaísmo
a muchos de mis compatriotas contemporáneos, mostrando mucho más celo por las
tradiciones de mis antepasados”.
Pablo nos cuenta su
experiencia personal; cómo progresó en el judaísmo y cómo su meta era agradar a
los hombres y ganar su aprobación. Su celo y servicio fueron dirigidos en la
misma dirección que sus antepasados. Al decir… mis antepasados… no se refiere a los padres bíblicos, sino a los
padres del movimiento farisaico, ya que él mismo era hijo de un fariseo
(Hch.23:6; 26:5). Sirvió a este movimiento con gran devoción y progresó rápidamente
en el sistema, aventajando a sus compatriotas contemporáneos, debido a su fanática
entrega. Éste fue el secreto de su éxito, totalmente en la dirección opuesta a
la que ahora, bajo un llamamiento divino, está tomando. Su único propósito al
predicar el evangelio es ser un siervo de Cristo y agradarle a Él.
Él había pensado que, al
servir al judaísmo, estaba sirviendo y agradando a Dios, pero era un grandísimo
engaño. En verdad, ciegamente, estaba oponiéndose a la obra de Dios,
persiguiendo a la iglesia y dedicado a su destrucción. Pero este engaño no
terminó con Saulo de Tarso; puedes estar seguro de que habrá oposición, donde y
cuando Dios se mueva. La oposición se levantará de parte de aquellos que tienen
su propia agenda. La historia del avivamiento demuestra, claramente, que la
resistencia al mover de Dios viene de ellos porque el fuego del avivamiento es
una amenaza a su statu quo. Cuanto
más poderoso sea el mover del Espíritu de Dios, más grande será la amenaza al
sistema de los hombres y, por eso, mayor será la resistencia.
Lo he leído en cada libro
que habla del avivamiento y, personalmente, he sido testigo de este fenómeno en
mi juventud. En todo el territorio donde vivíamos, pastores y maestros de la
Biblia, incluso mi propio padre, que servía en el comité ejecutivo de su distrito
denominacional, fueron forzados a renunciar a sus posiciones. Ellos se
entregaron a la dirección del Espíritu Santo y por eso se hicieron inútiles en
el astuto plan de los hombres. En mi propio caso, más de una vez, he visto
prometedoras llamas del Espíritu extinguidas por los que, celosamente,
guardaban los perímetros de su sistema.
Vs.15-17. “Pero cuando Dios, que me apartó desde el
vientre de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar a su Hijo en
mi para que yo le anunciara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne
y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que
fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco”.
Ruinas de Antioquía (Pisidea) |
Sí, la elección de Pablo, igual
que la de Isaías (Is.2:22) y Jeremías (Jer.1:5), ocurrieron antes de su
nacimiento. Además, al hablar de una separación desde el vientre de su madre, Pablo
está refiriéndose a un aborto espiritual… es decir, Dios iba a cortarle de todo
lo que él era y quería ser, humanamente hablando, para poder hallar su vida
solamente en Cristo. Creo que es un preámbulo, o sea, un prefacio a su poderosa
declaración en 2:20: “Con Cristo he sido
crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí”.
Fue una obra de gracia, una
obra ganada para Pablo, fuera de sus esfuerzos, camino a Damasco. Le tomó totalmente
por sorpresa y dio un giro de 180 grados a su vida. Cristo le concedió la
salvación y fue hecho un cristiano. Después, le dio poder, más allá del suyo
propio y de sus capacidades, al llenarle con el Espíritu Santo.
Seguidamente dice que el
Hijo de Dios le fue revelado, no solamente a
él, o por medio de él, sino en él. Pablo vio al Cristo morando en
él, además de la luz que vio en el camino a Damasco, que era más brillante que
el sol. Fue aún más maravilloso ver que la realidad de esa gloriosa Luz estaba
dentro de él.
Dios segó las ambiciones
terrenales de Pablo, nacidas en el seno de su naturaleza adámica, conducidas y llevadas
a cabo por un poder egoísta. Él había soñado grandes sueños y tenía una fuerte
voluntad humana para verlos cumplirse. Obtuvo la mejor preparación, aprendiendo
a los pies de Gamaliel, y empezó a subir hasta lo sumo de la escalera judía.
Parecía que nada podía detenerle… ¡sólo el Rey de reyes y el Señor de señores!
La voluntad de Dios siempre está, no solamente encima de, sino contra todos los
deseos de la naturaleza caída de un hombre… aun cuando tiene que ver con servir
a Dios. Pablo, sí, quería estar involucrado en las cosas de Dios, pero estaba
completamente equivocado sobre cómo llevarlas a cabo. Aprendió que la voluntad
de Dios para él era que predicara a los paganos no judíos.
Ofrezco una pequeña
historia, escrita por Warren Wiersbe, sobre Charles Spurgeon: “Cuando Charles Haddon Spurgeon era un
predicador joven, su padre, el Rev. John Spurgeon, sugirió que Charles fuera a
la universidad para ganar prominencia. Le arregló una entrevista con Dr. Joseph
Angus, el director de Stepney College, Londres. Iban a encontrarse en la casa
del Sr. Macmillan en Cambridge, y Spurgeon llegó puntualmente. Esperó dos
horas, pero el gran doctor nunca apareció. Al inquirir al final sobre el
hombre, descubrió que el Dr. Angus había estado esperando en otra habitación y,
por tener que asistir a otra cita, ya se había ido. Desalentado, Spurgeon salió
para cumplir con un compromiso que tenía de predicar. Mientras caminaba,
escuchó una voz claramente: “¿Buscas para ti grandes cosas? No las busques”
(fíjate en Jer.45:5). Desde este momento, Spurgeon decidió hacer la voluntad de
Dios para la gloria de Dios”.
El texto literal, “no consulté enseguida con carne y sangre”,
tiene una profundidad y un poder que uno debe obtener, más allá del sencillo
significado de no consultar con nadie. Las palabras de Pablo demuestran un
contraste entre un encuentro con el Dios Omnipotente, Hacedor de los cielos y
la tierra, y una mera criatura hecha de carne y sangre. La experiencia que cegó
a Pablo en la presencia de Dios, el Hijo, hizo que jamás quedara satisfecho con
lo que se puede conseguir por medio de un vaso “cuyo soplo de vida está en su nariz” (Is.2:22). Después de tal
encuentro con Jesús, consultar a un ser humano, sin
importar su categoría, solamente sería degradar a Pablo y un insulto para
Cristo.
Cuando escucho un testimonio
que pone mucho peso sobre un instrumento o institución humanos, cuestiono si el
testigo en verdad se ha encontrado con Cristo. Creo que Dios no es una realidad
para el gran porcentaje de cristianos en el siglo XXI. Cuando Pablo escucha del
centro de mando en Jerusalén no significa nada para él, ya que ha escuchado directamente
del cielo. Consultar con otros apóstoles solamente significa charlar con otros
seres humanos. ¿Qué sentido tiene para él, en cuyos oídos todavía suena la Gran
Voz como una trompeta (Ap.1:10)? Pablo volvió a Arabia y después a Damasco,
¡anhelando oír solamente de nuevo Su voz!
Vs.18-24. “Entonces, tres años después, subí a
Jerusalén para conocer a Pedro, y estuve con él quince días. Pero no vi a
ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo, el hermano del Señor. (En lo que
os escribo, os aseguro delante de Dios que no miento.) Después fui a las
regiones de Siria y Cilicia. Pero todavía no era conocido en persona en las
iglesias de Judea que eran en Cristo; sino que sólo oían decir: El que en otro tiempo nos
perseguía, ahora predica la fe que en un tiempo quería destruir. Y glorificaban
a Dios por causa de mí”.
Después de tres años andando
con Cristo y siendo enseñado por el Espíritu Santo, Pablo pasó dos semanas en
Jerusalén. Aparentemente, no hacía falta que los primeros apóstoles le tuvieran
que enseñar cómo funcionaba el programa cristiano. Me acuerdo leer acerca de La Gente de Jesús en la China Comunista;
el gobierno no pudo tocarla. Los comunistas hallaron al que la gente señalaba
como el líder, llevando estiércol en una carretilla. Cuando le preguntaron dónde
estaba el centro de mando, él señaló con su dedo al cielo. Por medio de la
persecución y la opresión, esos cristianos habían vuelto a las raíces del
Carpintero de Galilea y Sus seguidores.
Más ruinas en el territorio de Galacia |
Los falsos maestros que
llegaron, habían agotado la vida espiritual de Galacia. Ya habían llevado a la
gente a un estado en el cual no podían comprender la simple realidad de ser
enseñados por Dios. Pablo tenía que jurarles que no estaba mintiendo acerca de
su preparación divina para el ministerio. Estos profetas, malditos, empobrecían
espiritualmente a los gálatas, ahogando su relación personal con el Señor.
Ellos se conformaban con la religión, siendo dirigidos y controlados por el
hombre, hasta el punto de no poder creer el testimonio de Pablo en cuanto a no
haber sido entrenado en Jerusalén y no haber tenido contacto con los apóstoles.
La idea del no conformismo era extraña para ellos. Dudaban de que alguien pudiera predicar y enseñar sin usar
los medios humanos. ¿Hasta dónde llegaba el daño causado por interferir con la
obra del Espíritu Santo, que lleva al individuo a una relación íntima con Dios?
No creo que se pueda calcular.
Siria y Cilicia fueron lugares
importantes para Pablo y fue en esos lugares donde su ministerio empezó a
desarrollarse. Su ciudad natal era Tarso en Cilicia y Bernabé le buscó y le
halló allí, trayéndole con él a Antioquía, Siria (Hch.11:25-26). La iglesia que
se formó en Antioquia, como Hechos 11:19-22 lo cuenta, creció bajo el
ministerio de Bernabé. A partir de que Pablo llegara por periodo de un año,
ambos compartían y enseñaban a una gran congregación. Al llegar al capítulo 13,
vemos que Antioquía tomó el lugar de Jerusalén, tomando en cuenta el plan de
Dios que se desarrolla en el libro de los Hechos. Se convirtió en el centro de
la obra misionera, que seguía adelante, y pronto se extendió a varias
provincias de Roma, Asia Menor, e incluso Europa. Bernabé y Pablo tuvieron un papel
mayor que tomar en la iglesia de Antioquia, cooperando con otros profetas y
maestros claves, como Simón, Lucio y Manaén (Hch.13:1).
Como vimos antes, Pablo, ya
bien establecido en el evangelio y la doctrina nuevo testamentaria, fue a pasar
dos semanas con Pedro y Jacobo, apóstoles destacados en Jerusalén. No se
juntó con otros líderes. Fuera de Jerusalén, las iglesias más antiguas estaban
en el territorio de Judea, pero Pablo dijo que jamás las había visitado, siendo
él un extranjero para ellos. Por supuesto, Saulo, el perseguidor, era muy
conocido y todos habían escuchado acerca de su conversión. Estas fueron
noticias importantes en Judea y una gran bendición y causa de gozo para los
creyentes. No solamente glorificaban a Dios porque un cruel enemigo habia sido convertido, sino también porque tal transformación radical era una demostración
milagrosa del poder de la gracia de Dios.
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