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Lowell Brueckner

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Fidelidad Absoluta

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Herman, ya mayor, siguió viviendo Jer. 33:3*
Jeremías 33

 

La palabra de Dios no está presa

      1.      Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo: 

      2.      Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: 

3.      Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. 

4.      Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas 

5.      (porque vinieron para pelear contra los caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad): 

 Satanás y sus fuerzas no tienen un mayor archienemigo que la Palabra de Dios, que les recuerda los propósitos de Dios desde antes de la fundación del mundo. Enseña cómo el hombre puede ser libre de las armaduras diabólicas por medio de la victoria en el Calvario. Muestra a Cristo conquistando la muerte, saliendo de la tumba y manifestándose vivo a más de 500 creyentes. Declara la derrota y condenación eterna de los ángeles caídos. No hayan consuelo en nada, desde Génesis hasta Apocalipsis, así que pelean desesperadamente en un intento vano de silenciar la Palabra. Pablo escribió a Timoteo desde la cárcel: “La palabra de Dios no está presa” (2 Ts.2:9).

 Pablo poseía una pluma cuando estaba en su celda, desde donde escribió a la iglesia cartas más preciosas que “plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces” (Sal.12:6). Los comunistas quitaron el lápiz y el papel al escritor de himnos de Rumanía, Nicolae Moldoveanu, al entrar en la prisión, pero no pudieron quitarle sus pensamientos. Compuso cientos de himnos mientras los agentes del diablo le torturaban, y los almacenó en su mente hasta ser puesto en libertad. Después de salir continuó escribiendo como 6.000 himnos más durante el resto de su vida. Se oyen continuamente testimonios procedentes del frente de batalla, que relatan la victoria de la Palabra de Cristo.

 El diablo, satisfaciendo su naturaleza pervertida, hizo un sin número de intentos vanos por silenciar la Palabra de Dios hecha carne. Jesús dijo a la multitud diabólica que vino a arrestarle: Esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas” (Lc.22:53). La multitud se aprovechó de aquella hora e hizo lo peor que le fue posible, torturándole y colgándole en una cruz romana. Pero no resultó, porque el Padre dio la vuelta a todo, realizando el sacrificio necesario para la salvación de las almas de los hombres, y al tercer día levantó a Jesús de los muertos.  

 La palabra no pudo estar presa en el caso de Pablo, y tampoco lo estuvo en el tiempo de Jeremías. Desde que Dios le habló en el último capítulo, ha pasado tiempo. Todavía estaba preso en el patio de la cárcel cuando le vino la palabra por segunda vez (v.1). El Señor confirmó que establecerá todo lo que había dicho (v.2).  

 El versículo 3 es poderoso y quisiera relatar una historia que viene al caso. Un amigo mío, Herman Williams, un joven de la tribu navajo, no pudo asistir a la escuela cuando era niño por estar enfermo, y no había aprendido a leer ni a escribir. Con 20 años, más o menos, quiso explorar todo el territorio del oeste de los Estados Unidos, desde Arizona hasta Montana, donde fue contratado por un granjero cristiano, que introdujo a Herman en las cosas de Dios. Es una gran historia y muy emocionante, y que cuenta cómo este joven analfabeto, finalmente, se arrodilló a los pies de Jesucristo.

 Al llegar a la casa del granjero, después de la reunión en la que la vida de Herman fue transformada, la familia, muy contentos por lo que había ocurrido en su vida, le dieron un regalo por Navidad, aunque solo era septiembre, porque pensaron que Herman lo necesitaba inmediatamente. Era una hermosa y costosa Biblia, con una portada de cuero y papel fino de india, pero no imaginaban que Herman no sabía leer.

 Cuando fue a su dormitorio, estando a solas, abrió el regalo y lo puso sobre su cama. De repente, arrodillado ante su Biblia abierta, le sobrevino una gran tristeza; las lágrimas fluían de sus ojos hasta la punta de su nariz, cayendo sobre aquel papel tan costoso. Herman se dio cuenta de que este era el Libro que hablaba de la Persona que acababa de encontrar y Quien le había dado una paz celestial que antes ni siquiera sabía que existiera, pero… ¡no podía leer ni una palabra de Su libro!

 Un año después, Herman ingresó en una escuela bíblica para nativos americanos. Aunque no cumplía los requisitos básicos para estudiar en la escuela, el personal administrativo de la escuela decidió que, con la ayuda de sus compañeros, Herman podría memorizar, al menos, versículos bíblicos, mientras aprendía a leer y a escribir.

 Un día, se sentó frente a una alumna con la intención de aprender otro texto. Esta tomó su Biblia y la abrió justo en la página que estaba arrugada por sus lágrimas, derramadas por la tristeza de no poder leer y así aprender de su Salvador. Mirando a Herman, le preguntó por la página que estaba dañada, pero él no quiso hablar de aquella experiencia tan personal. Entonces mirando otra vez la página exclamó: “Herman, ¡aquí mismo, donde está arrugada, hay un versículo excelente para aprender! Es Jeremías 33:3.” La palabra no estuvo presa, incluso para un muchacho navajo que no sabía leer pero sí llorar por no poder leer acerca de Jesús, y el Señor usó sus lágrimas para hablarle lo que él tenía que saber. Con el tiempo, Herman aprendió a leer y acumuló más de mil quinientos libros en su biblioteca. Le oí terminar su testimonio, citando: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”, añadiendo… “¡y lo ha hecho!”

 Aquella palabra nos sigue hablando en el siglo XXI y no ha perdido nada de autoridad. Además, con toda la sinceridad que poseo, te digo que todo el arsenal del Señor de los ejércitos todavía está disponible. Dios responde al corazón sediento y se manifiesta con una suministración celestial y sobrenatural. El mundo ignora totalmente estos tesoros, pero tú y yo podemos conocerlos personalmente y recibir una sabiduría sin igual.

 ¿Has visto la condición? “Clama a Mí” - ¡significa orar! Justo antes de escribir este artículo, estuve hablando con nuestro hijo menor, Mike, que es pastor. Su iglesia ha adquirido el hábito trimestral de tres días de ayuno y oración con reuniones dos veces al día para poder orar juntos. Me dijo que están empezando a asistir más personas, expectantes de ver una respuesta de parte de Dios. Le comenté que tendrían que dejar la actitud de toda una generación, al menos, de cristianos que han pensado que pueden existir sin una reunión semanal de oración. Con pocas excepciones, la oración está fuera de moda en la iglesia moderna. Hace un par de días, nuestro hijo mayor, Dan, también pastor, nos dijo que ya no hay sitio en su casa para la reunión de oración entre semana. Su iglesia ha sido muy fiel en orar a lo largo de los años y los resultados hablan del éxito por haberlo sido. Dios ha escuchado y ¡ha manifestado cosas grandes y ocultas!

 Los siguientes dos versículos, 4 y 5, describen el intento inútil de Jerusalén, al resistir el consejo de Dios e intentar defenderse contra lo que Dios ha determinado para Nabucodonosor y Babilonia. Aún las casas más cómodas, las de los reyes, han sido derribadas, para poder fortalecer los muros de la ciudad contra el asedio babilónico. Pero toda la resistencia es para nada; Dios ha determinado juicio por su maldad.

 

Limpieza y perdón

 6.      He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. 

7.      Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al principio. 

8.      Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron. 

9.      Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré. 

10.  Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin hombre y sin morador y sin animal, 

 Ahora tenemos las buenas nuevas. Jesús dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mt.9:13; Mr.2:17; Lc.5:32). La salvación es para ellos, aunque han provocado la ira del Señor; ¡es para pecadores! El resto de este capítulo es un consuelo para los cautivos, derrotados por los babilonios por su pecado. Si no fuera por el pecado, este sufrimiento no habría tenido que suceder. Si no fuera por el pecado, Cristo no habría tenido que sufrir la penalidad de la cruz. Él fue el inocente Cordero; nosotros somos los culpables criminales.

 John Wesley comentó: “Ya que Dios comparó el estado miserable y trastornado de una nación con ‘heridas y enfermedades’, llama ‘salud y curación’ su restauración. Les traerá otra vez a un estado de paz y tranquilidad, en el cual permanecerán muchos días.”

 

Ninguna nación o persona puede experimentar la paz sin la verdad. Israel adoró a dioses falsos y escuchó a falsos profetas. La falsedad tiene que ser reemplazada por la verdad. A menos que estemos dispuestos a enfrentarnos con la incomodidad y la pena de la verdad, la curación o salud están fuera de nuestro alcance. El apóstol Juan describió a Jesús como “lleno de gracia y verdad” (Jn.1:14). Entonces dijo: “La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn.1:17) … no solamente la gracia, sino también la verdad. En la cruz de Cristo, “la misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron” (Sal.85:10). Son la misericordia, paz y gracia verdaderas. Ten mucho cuidado con los sustitutos falsos.

 Gracias a Dios que Él es un Dios de restauración. Hay un lugar donde el pecador puede volver. El pródigo pudo saber que su padre esperaba su regreso (v.7). Hay limpieza de la iniquidad y perdón para el pecado. Jamieson-Fausset-Brown dice: “Toda su iniquidad – ambos, el principio del pecado interior, y sus manifestaciones exteriores de hechos”. La obra es profunda; quita el castigo y también la mancha que hizo que el castigo fuera necesario (v.8).

 Más importante todavía, la restauración trae gloria a Dios. Le dará gozo y alabanza, y le honrará universalmente. Su obra será proclamada por todo el mundo y las noticias traerán un temor de Dios saludable. Dice el texto que incluso temblarán. No es el temor de la retribución, sino aquel que produce asombro. Lee especialmente el Evangelio de Marcos, empezando en 1:27, y sigue notando las muchas veces que la gente quedó asombrada al ver las obras poderosas de Jesús (v.9).

 

Una escena agradable del futuro

 11.  ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como al principio, ha dicho Jehová. 

12.  Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados. 

13.  En las ciudades de las montañas, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová. 

14.  He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá. 

 El pueblo está desalentado y deprimido por la destrucción de Jerusalén. Su desolación ha provocado un silencio espantoso. Ningún hombre anda por las calles, ninguna bestia lleva un jinete o carga, ningún pájaro canta en los árboles (v.10), pero la tristeza se volverá en gozo, el llanto en alegría, las bodas se celebrarán, y la alabanza ascenderá a Dios. Su pueblo conocerá Su bondad y misericordia eterna. Los cautivos serán puestos en libertad y volverán a sus hogares (v.11).

 Los campos también están desolados, sin ganado, ni rebaño, ni pastores. Una vez más, no están los animales de carga… los bueyes arando, los caballos y los burros no están para llevar cargas (v.12). Aún así los campos serán restaurados, y también su población. El Señor describe con detalles las áreas geográficas… las ciudades de las montañas, las de los valles, las del sur, Benjamín dirección norte de Jerusalén, y las del territorio de Judá. Incluso el ganado se incrementará y será contado (v.13).

 Lo que se menciona hasta este punto es muy agradable y provee escenas que todo Israel anhela, algo que no ha visto todavía en su reciente historia. Ellos empiezan a vivir el año temido, el onceavo año del reinado de Sedequías. Están en la última etapa de un asedio terrible, y el ejército de Babilonia entrará pronto en Jerusalén.

 

El pacto eterno del Señor con Israel

15.  En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 

16.  En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. 

17.  Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 

18.  Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días. 

19.  Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 

20.  Así ha dicho Jehová: Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, 

21.  podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 

22.  Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas que me sirven. 

23.  Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 

24.  ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. 

25.  Así ha dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, 

26.  también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia. 

Sin embargo, en el versículo 14, la profecía adquiere un tremendo significado, apuntando a un tiempo futuro de una extraordinaria restauración política de proporciones increíbles. El Señor la llamó “la buena palabra”, superior a las demás. Es la promesa del Renuevo profético, anunciado por Isaías, Zacarías, y también Jeremías. Esta es una profecía mesiánica del más alto nivel, la promesa de las promesas. Un Hijo de David vendrá a sentarse sobre el trono de Israel y gobernará el mundo con juicio y justicia perfectos (v.15).

 Pablo también profetizó del tiempo, cuando todo Israel será salvo (Ro.11:26). Jerusalén será la ciudad de acuerdo con su nombre, la Ciudad de Paz. Ningún enemigo podrá, ni siquiera, intentar atacarla, porque la defensa será absolutamente impenetrable (v.16). La promesa de Dios sobre el reino será perfectamente cumplida (v.17) y el sacerdocio de Aarón también. Zacarías vio un presagio de este día, cuando Zorobabel, descendiente de David, fue rey, pero sin un trono, y Josué fue el sumo sacerdote, pero sin un templo. Sin embargo, en los últimos días, ambos, el reino de David y el sacerdocio de Aarón y Leví, tendrán dimensiones celestiales, como las descritas en el libro de Hebreos (v.18).

 Israel alcanzará una posición de perfección durante el Reino Milenario, cumpliendo todas las intenciones que Dios tenía desde el principio, antes de llamar a Abraham. Cristo reinará, no solamente como el Hijo de David, sino como la Raíz de David, el que inició y propuso el trono davídico antes de crear la tierra. Él compuso la genealogía, y después llamó a David del redil, desde un lugar secreto, como el hijo menor y humilde pastor. Cristo servirá como Sumo Sacerdote, más allá del sacerdocio levítico, como el Sacerdote inmortal del orden de Melquisedec.

 El Señor después sella la profecía con una garantía (v.19). El pacto con Israel será perfecto durante el Milenio, en el cual continuarán los días y las noches (v.20). Por eso el pacto con David continuará, como también el sacerdocio (v.21). Cuando las estrellas del cielo y la arena en las orillas del mar sean contadas, entonces Su pacto podrá ser desafiado (en otras palabras, será imposible invalidarlo). La población será innumerable, y el Reino y el Sacerdocio estarán seguros (v.22).

 El Señor añade otra seguridad a esta ciertísima profecía (v.23). El pueblo, por no poder ver su situación como el Señor la ve, piensa que ellos mismos, Judá e Israel, no tienen futuro. Piensan que Dios ha fallado en cumplir lo que inició. El Señor dice que su falta de fe insulta a su propia nación, porque insinúa que no tiene un Dios ni tampoco un futuro (v.24). Están blasfemando tanto a la nación como a su Dios. Pero todo lo que ordenó en los días de Abraham, Isaac y Jacob, el desarrollo del plan eterno de Dios en Génesis, se completará totalmente. La nación de Israel no fallará sino que llegará a la perfección. Serán conducidos, según la promesa a David, por medio de su linaje real.

 Exactamente, en lo que Dios insiste en esta porción sobre Su fidelidad a Israel, es lo que yo argumentaré contra la creencia de que la iglesia ha reemplazado a Israel. Es la comprobación de la permanencia de la nación. Vamos a repasarlo brevemente: Él dijo que no les desecharía hasta el punto de dejar de ser una nación. Es muy específico en esto, nombrando tanto a los descendientes de Jacob como a los de David. Después vuelve a los patriarcas y les dice que sus cautivos volverán. No hay manera de tratar justamente con esta porción si no la tomamos literalmente. Deja muy claro que será fiel a Israel. Si no es así, ¿cómo podremos entonces confiar en que sus promesas sean fieles para ti y para mí?

 Como Dios lo reclama en los versículos 20, 22 y 25, ¿quién le puede cuestionar sobre su fidelidad, como la manifiesta en la naturaleza? Thomas Chisholm (1866-1960) da este testimonio en su tan amado himno, “Oh Tu fidelidad”

 La noche oscura, el sol y la luna
Las estaciones del año también
Unen su canto cual fieles criaturas
Porque eres bueno, por siempre eres fiel

 (Para escuchar la canción completa, recomiendo el siguiente enlace:

https://canal50.com/video.asp?video=9n3rqo9BNn4&letra=2514725)

 

*  La foto demuestra a Herman visitando las ruinas del Filipos antiguo y, en el mismo viaje, le entrevistaron en la televisión secular en Strumica, Macedonia, por unos cuatro horas. Herman fue a varios paíces en Europa, incluso Alemania, nuevamente reunificada, poco después que cayó el muro de Berlín. Le recibieron con gusto dondequiera. 


 

 

 

 

 

 

 

 


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