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Lowell Brueckner

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La Genealogía de Jesús

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Rachel y Mike

Me comprometí a escribir y a publicar algunos sermones de nuestros hijos. Daniel es pastor de la Iglesia Cristiana de Swanton (Swanton Christian Church), Vermont, EEUU; y Mike es pastor de la Iglesia de esperanza (Church of Hope) en Elk River Minnesota, EEUU. Pronto imprimiré un sermón de Daniel que fue predicado, de hecho, a la iglesia de Mike (en la casa de Mike y Rachel durante los primeros días de Covid), en el que habla del ministerio de Jesús en Capernaum, Galilea, especialmente de la salvación y la sanidad de un paralítico al que descendieron en su lecho por el techo. 

 Ahora quiero compartiros un excepcional mensaje de Mike, predicado en 2021, sobre las cuatro mujeres en la genealogía de Cristo. Fue de gran ánimo para mí, y creo que tú también hallarás algo que alimentará tu alma.

 

Mike Brueckner, Navidad 2021

El profeta Isaías dijo que los pensamientos de Dios y Sus caminos no son los nuestros. En verdad, dice que, como los cielos son más altos que la tierra, así Sus caminos y pensamientos son más altos que los nuestros. En 1 Corintios 1, enseña que Dios usa las cosas que el mundo considera insensatas e inútiles y las usa para ser glorificado.

Emily, Elayna, Jaykin, Erica
 Este es un principio bíblico… por ejemplo, al pensar en la historia de la Navidad, concluiríamos en que cuando Cristo vino a la tierra hubiera nacido en un palacio. Si hubiera alguien digno de tal nacimiento, sería Él. Sin embargo, nació en un pesebre, algo que el mundo definiría como insensato. Él es el Rey de reyes y Señor de señores, sin embargo, no hay sitio para Él en el mesón. No importa quien estuviera hospedado allí, sería justo despedirle y dar su lugar a Jesús.

 Consideremos también a los discípulos que Él escogió. No eran personajes destacados en el mundo, sin embargo, ellos serían los que iban a llevar a cabo la misión que Él empezó. Repito que lo que estamos tratando es un principio bíblico, que es comprobado por toda la Palabra de Dios. Está escrito para animarnos y darnos esperanza.

 Ahora quiero enfocarme en la genealogía de Cristo. En tiempos antiguos, las genealogías tenían mucha importancia. Era como una revisión de antecedentes, especialmente relacionados con linajes reales; si querías revelar tu linaje, este debía ser lo más puro y digno posible. Era común que, si alguien tenía alguna mancha, no quisieran registrarle y cambiaran la genealogía, quitando a tal persona y poniendo otro nombre más aceptable.

 Sin embargo, en Mateo, capítulo 1, el Espíritu Santo está revelando el linaje de Jesús. Quisiera afirmar que ninguno de los que legítimamente tomaron un papel en este linaje, ha cambiado. De hecho, el Espíritu Santo recalca especialmente los antepasados menos deseados. Por ejemplo, como en todas las genealogías en la Biblia, el autor podría haber dado solamente los nombres masculinos: padres e hijos; pero el Espíritu Santo vio importante poner a personas que, normalmente, viéndolas, la mentalidad mundana concluiría: “Estas personas no deben estar, son una mancha. Este linaje no es puro”.

 Pero hay un propósito conforme al plan de Dios de por qué están. Él quiere que sepamos por qué Jesús nació en un pesebre hace 2.000 años y qué es lo que quiso llevar a cabo. Él recalcó a cuatro mujeres que vamos a estudiar hoy. El resto de la genealogía solo menciona los nombres masculinos, como es común, pero aquí, al principio del capítulo, nombra a las mujeres.

 En los días de Jesús las mujeres eran despreciadas muchas veces, consideradas menos que los hombres. Dios quiere demostrar que no es así, que Él las ve iguales y que Él tiene un plan para sus vidas, como lo tiene para los hombres. Vino a elevar el entendimiento de la gente sobre el llamamiento de Dios para las mujeres.

 

Tamar

 La primera mujer que observaremos será Tamar. El siguiente versículo: Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara” (Mt.1:3) nos dice por medio de quién Judá engendró gemelos. ¿Quién fue Tamar? Primeramente, permitidme aclarar que, al ser José muy prominente en el Antiguo Testamento, sería fácil llegar a la conclusión de que sus descendientes deberían estar en el linaje de Cristo, pero no fue así. Desde Génesis sabemos que Su linaje procedió de Judá, el hermano de José, llamándole Jacob “el León de la tribu de Judá”. Judá fue el peor de todos sus hermanos, porque aunque casi todos quisieron matar a José porque le aborrecían, Judá quiso usarle para obtener ganancias, vendiéndole como esclavo, que era un destino peor que la muerte.

 En Génesis 38, tenemos la historia de Fares y Zara. Bien, Tamar era nuera de Judá, quien tenía tres hijos. Er fue el mayor y marido de Tamar, pero él fue malo delante de Dios y Él le quitó la vida. Después, según la costumbre del tiempo y la región, el siguiente hijo debería tomar a la viuda y levantar un descendente para el mayor. Así, Onán tuvo que tomar a Tamar, pero como sabía que la descendencia no había de ser suya, tomó precauciones para que la mujer no se quedara embarazada. Esta actitud también desagradó a Dios y lo mató.

 Ahora solo quedaba un hijo, pero no es suficientemente maduro como para darle en matrimonio. Judá empezó a pensar que Tamar podría tener la culpa de la muerte de sus hijos, y usó como excusa la inmadurez de Sela, diciendo que cuando madurara le daría como esposo. Pero pasó el tiempo y Judá no cumplió su promesa. Así que, después de morir la esposa de Judá, Tamar se disfrazó de prostituta. Judá se sentía solo y buscaba compañerismo. Pecaminosamente, contrató a esta prostituta sin saber que era su nuera. Ella quedó embarazada y dio a luz a Fares y a Zara.

 La historia tiene más detalles que podéis estudiar en ese capítulo. Por cierto, si buscáis esta clase de “novelas”, no tenéis que ir a ver ninguna película hecha en Hollywood, porque la Biblia contiene muchas.  Bien, así es como Tamar entró en el linaje de Cristo. En Mateo 1, el escritor hubiera podido dar solamente el nombre de Judá y, sencillamente, proceder a Fares, pero el Espíritu Santo vio importante mencionar que el descendiente de Judá fue por medio de Tamar.

 

Rahab

 La segunda mujer mencionada en la genealogía es Rahab, en el versículo 5 de Mateo 1: “Salmón engendró de Rahab a Booz…” ¿Quién es Rahab? Tienes que ir a Josué, capítulo 2. Probablemente, te des cuenta de que Rahab era una prostituta y no era judía. Ella guardó seguros en su casa a los dos espías judíos, mientras ellos desarrollaban un plan para conquistar su ciudad. Cuando les escondió dijo: “La palabra sobre vuestras conquistas se está esparciendo por todas partes, y la gente tiembla al oírla”. En verdad, este entendimiento de Dios es el que la sociedad debe tener. Cuando Él se mueve, hay razones para temblar. Dios había estado dirigiendo a Israel y ellos habían conquistado varias naciones, causando que los pueblos se preguntaran si ellos podrían ser los próximos.

 También Rahab lo escuchó y pidió misericordia. Los espías le dieron algun consejo: Debía colgar un cordón de grana de su ventana… creo que esto es muy significante. Fue una señal semejante a la sangre aplicada sobre las puertas en Egipto, cuando todos los primogénitos de los egipcios fueron matados. Ahora, por causa del cordón rojo toda la casa de Rahab sería salvada… fue redimida. Y no sólo eso, sino que esta prostituta halló un lugar en el linaje del Mesías. El Espíritu Santo ve importante recalcar su parte en Mateo 1:5. No tenía por qué hacerlo, pero lo hizo.

 

                                                                          Rut

Mike enseñando en Suecia

En tercer lugar tenemos a Rut entrando en el linaje de Cristo, y lo vemos en el versículo 5 también: “…
Booz engendró de Rut a Obed...” ¿Quién es Rut? El libro de Rut nos cuenta que había un hombre llamado Elimelec y que su familia moraba en Belén, ¿Puedes creerlo? ¿Sería una coincidencia? No lo creo. Debido a la hambruna que hubo en ese lugar, se fueron a vivir a Moab. Los moabitas eran enemigos de Israel, pero es allí donde Elimelec fue para habitar con su mujer y sus dos hijos. Sin embargo, murió, y sus hijos,  que murieron poco después, se casaron con moabitas.

 Ahora surge un problema. ¿Quién va a proveer para las mujeres? Noemí, la esposa y madre dice: “Yo vuelvo a Belén, mi pueblo, y vosotras, Orfa y Rut, deben volver a sus pueblos”. Orfa sí regresó con su familia, pero… ¿recuerdas cómo respondió Rut?: “Donde tú vayas, iré yo. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios”.

 Es fascinante ver cómo Rut, que no era judía, regresó con Noemí. Ella empezó a trabajar para poder proveer para su suegra y para sí misma, recogiendo espigas de cebada tras los segadores. Terminó trabajando en el campo de Booz, pariente de Noemí, quien estaba muy impresionado por la lealtad de Rut; una mujer extranjera viviendo en una tierra desconocida, buscando el bienestar de su suegra. Booz es un hombre noble. Como puedes imaginar, Noemí está en una situación complicada, ya que es viuda y además ha perdido a sus hijos. Había vendido el terreno que pertenecía a su marido y el futuro no era nada prometedor. Según la costumbre de aquel entonces, el pariente más cercano ayudaba a redimir la propiedad a la familia del fallecido, si fuera posible.

 Booz era pariente, pero había otro más cercano todavía, quien tenía la primera responsabilidad y oportunidad de redimir. Este hombre estaba de acuerdo, pero sabiendo que al conseguir el terreno también debía casarse con Rut (como en el caso del segundo hijo de Judá, que tuvo la responsabilidad de levantar un heredero para el hijo mayor de Noemí, el marido de Rut que había muerto), no quiso asumir esta responsabilidad. Booz esperaba que sucediese esto y dijo: “Yo lo haré”.

 Me encanta la historia de Rut, porque está repleta del Evangelio en sus cuatro capítulos. Booz tomó a Rut como esposa. Si repasas la historia, de principio a fin, verás que Rut dió a luz a un hijo llamado Obed, quien a la vez engendró a un hijo llamado Isaí. Isaí tuvo un hijo llamado… ¡ayudadme iglesia!… David, el rey David. Siendo parte de este linaje, Rut se halla en la genealogía de Cristo. El Espíritu Santo, quien inspira a Mateo, ve importante recalcar el nombre de la no judía Rut, haciendo brillar Su poderosa luz sobre ella y… ¡es un hecho asombroso! 

 

La esposa de Urías

 La mujer número cuatro es Betsabé. ¿Quién es Betsabé? Es interesante que Mateo no use su nombre, sino que recalca el nombre de su marido. Acabamos de hablar de David como descendiente de Booz y Rut. El versículo 6 dice: “El rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías”. David, conforme al corazón de Dios, debería haber estado con sus soldados en la guerra pero, en lugar de esto, estaba paseando sobre su terrado, observando a una mujer bañándose. En vez de retirarse para librarse de la tentación, empezó a dar lugar a sus deseos. Le dominó su lujuria y preguntó: “¿Quién es esta?”, y averiguó quienes eran su padre y su marido. El marido era uno de sus soldados en la batalla. Podríamos pensar que esto sería suficiente para que David se retirase, pero no, sino que persistió en su pecado. Envió mensajeros para llamarla, durmió con ella y la dejó embarazada.

 Está claro que David ya tiene un gran problema. Aunque tiene la oportunidad de arrepentirse y hacer público su error, empieza con una estrategia: “¿Qué hago? Bueno, llamaré a su marido de la batalla”. Cuando Urías llega, David le pregunta sobre los asuntos de la guerra, intentando hacer que la llamada pareciera legítima. Después le pidió que fuera a su casa y le envió un regalo allí, pero Urías no fue. Siendo un hombre de buen carácter, reconoce que sus compañeros están batallando y dice: “Bien, duermo afuera con los siervos del rey. ¿Debo yo gozar de la vida mientras los demás están batallando?” David intentó emborracharle para que se fuera a su casa, pero incluso estando borracho, Urías no cedió a la comodidad.

 Seguramente David, al ver la sabiduría y el honor de Urías tomando sabias decisiones, sintió su culpabilidad y tuvo la oportunidad de arrepentirse. Pero no, al contrario, mandó una palabra a su comandante, Joab: “Quiero que veas dónde es más fuerte la batalla y pon a Urías al frente, después, abandónale”. Joab obedeció y Urías murió. Betsabé hizo duelo por su marido. Pasado el luto, David pensó que se ha librado y tomó a Betsabé como esposa, pensando que nadie lo descubrirá. El niño nació después de haberse casado.

 Amigos, “Sabed que vuestro pecado os alcanzará”. El profeta Natán vino a David a contarle un acontecimiento que él había observado: “Hay un rico que tiene cientos de ovejas en su rebaño, pero hay un pobre que solo tiene una. La tiene como si fuera parte de la familia, incluso come con ellos. Un visitante viene al rico y, en lugar de coger una oveja de los cientos, quizás miles, de su rebaño, roba la única oveja del pobre, la mata y la prepara para el visitante”. Natán pregunta: “¿Qué debemos hacer?” A David le produce rabia la historia y dice: “Tan cierto como que hay un Dios, este hombre debe morir. Y no solo morir, sino que dará cuatro veces más por lo que él robó, y le será restaurado al pobre”. La pena sería muy correcta; de hecho, fue totalmente legal. Después Natán le dice: “¡Tú eres el hombre! Eso es lo que has hecho con Urías y su esposa”.

Era un momento decisivo. Ahora sí, David se arrepiente y encuentra la misericordia de Dios. En el mismo capítulo, Natán dice que Dios le concedió perdón, aunque sufrió consecuencias severas. El niño que nació de esta historia no era Salomón. Este niño, concebido por Betsabé, murió, siendo solamente una de las terribles consecuencias de la insistencia egoísta de David. Salomón nació después y, en Mateo 1:6, la mujer de Urías es resaltada como quien entró en el linaje de Cristo, el Mesías. El griego original dice exactamente: “David engendró a Salomón de la de Urías”. Dios lo quiso decir de esta manera. 

 

El principio bíblico vale hasta hoy

Mike predicando en España

¿Qué significa todo esto? Para eso vino el Mesías, y el mensaje debe ser gritado de una azotea a otra, de la cima de una montaña a otra. Dios elige lo que no merece ser parte de sus propósitos eternos ¡y lo utiliza! Al final, Él recibe toda la gloria. El Salmo 46 nos hace una invitación: “Venid, ved las obras del Señor”. ¿Quieres ver algo asombroso? Fíjate en lo que hace Dios. Él toma lo que está muerto y lo hace vivir. Toma lo que está roto y lo recompone. Nos dice: “Por eso vine. No excluyo a nadie de tomar parte en lo que quiero hacer. No escribas tus propias reglas sobre quien puede participar. Yo recojo a los excluidos, a los desamparados y a los rechazados porque ellos son los que estoy llamando para tomar parte en Mi reino”.

  Ver cómo Dios opera te emociona el corazón y hace volar tu cabeza, pero también tienes que captar la transformación que acontece en cada persona de estas historias que acabamos de repasar. Judá fue transformado; él fue el que quiso vender a su hermano a la esclavitud, pero se transformó en el que ofreció su vida para librar a otro hermano. En lugar de buscar mejorar su propia situación, se entregó a sí mismo. Fue totalmente transformado, demostrando la obra que Dios hace. Interrumpe al pecador en su pecado, se encarga del que no es capaz de conducirse bien, y le transforma. Nunca le deja como era antes.

 No solamente se salvó toda la familia de Rahab, sino que Dios la utilizó para que la ciudad fuera derrotada y los israelitas conquistaran la tierra, empezando por los muros de Jericó. La familia de Noemí fue redimida por Booz, y Rut recibió favores increíbles, casándose con Booz y entrando en el linaje del rey David. No fue así su situación al principio de la historia, ¿verdad? Estos son los ejemplos de cómo Dios funciona. David fue transformado, se arrepintió y ahora tenemos el Salmo 51, uno de los más hermosos de arrepentimiento: Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos”. Clama por misericordia: “Borra mis rebeliones… Lávame, y seré más blanco que la nieve”. 

 Es el clamor de cada persona que reconoce que es un pecador delante de un Dios santo. Hay una sola cosa que lava el pecado, y es la sangre de Jesucristo. Esta es la obra asombrosa que Dios hace. Así, para que todo el mundo lo vea, Mateo escribe el linaje inspirado por el Espíritu Santo, que declara: “Estos son mis caminos y estas son las personas que yo escojo. El Mesías está aquí y aquí está Su linaje. Cristo, el Salvador, el Señor, está aquí y ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido." Lo hace de una manera por la cual Él recibe toda la gloria.

 El enemigo quiere que tú y yo creamos que nuestro pasado no puede ser perdonado. Nos dice que somos irremediables y que la cruz no hace lo que los cristianos dicen. Pero no es cierto, es un engaño; Cristo vino a buscar y a salvar lo que está perdido. No creas al enemigo. Como creyente, el enemigo te dirá que Dios no puede utilizarte y que no tiene un plan y un propósito específicos para ti en Su obra. Él dice que quizás sí te haya salvado, pero que solo llegarás hasta ahí. Mi oración es que tú seas librado de tal engaño. No escuches al diablo.

 Como nueva creación en Cristo, lo antiguo ya no existe y lo nuevo ha llegado. Te asombrarás al ver lo que Dios puede hacer en la vida de una persona quebrantada. Un hombre que no entiende las cosas de Dios diría: “No puedes tener parte en el plan de Dios¨. Sobre la misma persona, Dios dice: “Este es un candidato para Mi reino”. ¡Qué gozo, qué esperanza! Tú eres, en verdad, un candidato perfecto para el propósito de Jesucristo. Que sepas hoy que Dios puede salvar a quien sea que clamare al nombre del Señor. Él desea usarnos a todos en los planes eternos para Su gloria.

 

 

 

 

 

 

 

 


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