¿Dónde están los que escuchan de Dios?
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testimonios
John, Paul Shelley con Anna, Dan y Josh
Mientras compartíamos con los refugiados en Alemania, nuestro hijo, Daniel, junto con su esposa, Shelly, escucharon la voz de Dios llamándoles a Macedonia. Al principio, los únicos que estábamos con ellos éramos nosotros, los de la familia, y algunos amigos. Daniel había conocido a un macedonio, no cristiano, mientras trabajaba en Alemania, que le invitó a su casa. No conocían cristianos en ese país, así que ellos, junto a sus tres niños pequeños, se quedaron con él y su familia. Yugoslavia estaba en guerra, y amenazaba Macedonia. Era invierno y no había calefacción en la habitación donde dormían. Además el retrete estaba afuera.
Después de algunas semanas encontraron una casa de alquiler, junto a un barrio de gitanos. Daniel no llegó allí respaldado por una iglesia local, como la mayoría de los misioneros que vivían allí. La única manera que tenía de mantener su residencia en la nación era involucrándose en un negocio. Así que consiguió un préstamo y después, junto con un macedonio, se dedicaron a importar rejas de arado desde Bulgaria. Pronto pudieron liquidar todo el préstamo.
Hace poco, estando en Croacia, me hospedaron varios estudiantes macedonios, buenos amigos de Dan y Shelley. Uno de ellos reflexionó sobre el tiempo que ellos habían estado en su país. Dijo que cuando salieron, todos les echaron de menos y que todavía hablaban de ellos. No les sorprendía escuchar que la iglesia en Vermont estaba creciendo, porque habían visto su calidad de vida. Mientras la mayoría de los misioneros crean “su pequeño mundo”, mencionó que Dan y su familia habían dejado a un lado las costumbres americanas para aprender las suyas. Llegaron con un coche que les había costado 400 dólares, más o menos, y no vivían en una casa bonita en la capital, sino en una ciudad más pequeña.
Otro estudiante me dio un librito, escrito por Roza, una cristiana brillante, muy conocida en el país, debido a sus exposiciones de arte, sus poesías y entrevistas en la televisión. Está confinada a una silla de ruedas y dibuja con su boca. Ella pudo creer en Cristo porque Dan hacía estudios bíblicos en el centro de inválidos donde ella estaba. Dan y Shelley se involucraron con una nueva traducción de la Biblia macedonia. Evangelizaban en aldeas musulmanas y animaban a la juventud a ocuparse en los negocios de Dios. Muchos lo hicieron.
La gente que vive cerca de Dios no está limitada para poder llegar a las alturas que se pueden alcanzar por la fe. Estoy más que un poco cansado de oír sobre una mentalidad común y el control del hombre. Dios es un Dios celoso que llama a cada creyente a una relación con Él. Me duele observar a cristianos sinceros que no pueden distinguir la voz de Dios por encima de las demandas de sus colegas y líderes. Va a haber sorpresas al llegar ante el tribunal de Cristo, estoy seguro de ello. Muchos creen que están haciendo todo lo que Dios requiere, sólo por haber sido sumisos y fieles a los requisitos de su organización o iglesia local. Temo que descubran demasiado tarde que no han cumplido con el plan de Dios. Estamos en días en los cuales tenemos que pensar seriamente sobre los galardones eternos.■
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