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Lowell Brueckner

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Matt Luneau escribe de Brandon

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A la izquierda están Matt Luneau y su familia, que ahora asisten a la iglesia en Swanton, Vermont, donde nuestro hijo Daniel es pastor. Con ellos, el pastor Parker. Matt ha conseguido trabajar como entrenador del equipo de baloncesto en un instituto. Ayer recibimos una carta suya, que sigue después de mis comentarios.

En el instituto, que pertenece a una aldea cerca de Swanton, llamada Enosburg, se sienten muy agradecidos por tener un entrenador como Matt, que da tanta calidad al equipo. En un artículo del periódico, Brandon Gleason, el mejor encestador del equipo, comentó: “Al principio fue un poco diferente. Los chicos se quejaban: “¿Tenemos que hacer todo esto?... Pero nos ha ayudado”. Yo no diría que ha sido sólo “un poco diferente”… Matt dijo que habían mejorado las calificaciones de todo el equipo… Matt buscó a un chico que no había jugado desde hacía dos años, debido a su adicción a las drogas, le dirigió a Cristo, dejó las drogas y se convirtió en uno de los mejores jugadores del equipo. Brandon Gleason también recibió a Cristo. ¿Un poco diferente sólo? Matt enseñó al equipo a cantar varias canciones cristianas (aunque nunca las habían cantado antes) y les llevó a diferentes iglesias para cantarlas. Después de un encuentro de baloncesto victorioso, Matt escribió un mensaje de teléfono a Brandon (citando un himno que habían aprendido) “¡Oh, victoria en Cristo!”, y Brandon contestó citando la siguiente línea: “¡Mi Salvador para siempre!”

¿Por qué iba un hombre a dejar su empleo en una universidad, famosa por su calidad deportiva, con un buen futuro y un mejor salario, para recibir mucho menos, entrenando a un equipo de baloncesto en un instituto? No parece lógico. Matt Luneau contesta esta pregunta en la siguiente carta, recibida ayer, el 28 de abril de 2013.


Quisiera compartir lo siguiente:

El jueves pasado, mi familia y yo fuimos de viaje a Syracuse (New York), donde habíamos vivido, pensando en pasar un tiempo visitando a los amigos. Al llegar allí, lo primero que hicimos fue ir a ver nuestra antigua casa, que es mucho más grande que la que tenemos ahora, y contiene grandes recuerdos del tiempo en Syracuse. Fue una experiencia rara; sonreímos y hablamos sobre los buenos tiempos pasados. Entonces mandé un mensaje a Dave Southwich, haciéndole saber que estábamos frente a nuestra vieja casa y le dije, bromeando: “¿Qué nos hizo abandonar Syracuse?” A las 4:05 pm me contestó: “Hay jóvenes en Enosburg que te necesitan en sus vidas”. “¡Alabado sea el Señor! Gracias. Amen.” - le respondí.

El viernes pasé el día con el pastor Parker, que hace poco tuvo síntomas de haber tenido una apoplejía, y se retiró del púlpito. Nos dijo que los doctores habían encontrado algo en su cerebro, y que querían removerlo porque si no podría ser fatal. Me dijo que no iba a pasar por una cirugía y que está preparado para irse con Jesús. Era un poco extraño oírle hablar de morir en un futuro cercano, pero al mismo tiempo expresarlo con tanta paz. Me dijo que podía llevarme todos los libros que quisiera. Tengo una gran caja llena de ellos (libros cristianos) que son nuevos para mí. Fue un tiempo magnífico con el Pastor Parker y Matt Gantt, que si Dios quiere, estarán en Enosburg otra vez este verano para el campamento cristiano de baloncesto inter-ciudad.

Estando todavía en Syracuse, el viernes por la noche, a las 2:30 de la madrugada, recibí una llamada telefónica de nuestro jugador Wyatt Larose, diciendo que otro jugador, Brandon Gleason, había muerto en un accidente de tráfico. ¡No podía creerlo! Me quedé en shock. Me acuerdo repetir vez tras vez: “¡Ay, ay, ay!” Cinco minutos más tarde volvió a sonar el teléfono, y esperaba que fuera de nuevo Wyatt para decirme que estaba mal informado. Pero no, era… era nuestro director de deportes, Chris Brigham, diciéndome que Brandon sí había muerto. Todavía no lo puedo creer. No pudimos dormir, y un par de horas después recibimos un mensaje diciendo que mi madre había sufrido un ataque cardiaco y había sido transportada rápidamente a Burlington.

Entonces, esta mañana temprano salimos de Syracuse hacia el hospital Fletcher Allen en Burlington. En el mismo accidente estaba David “Twinkie” Perron, que también fue llevado al hospital Fletcher Allen. Aunque necesita ser operado de la cadera el lunes, él va a estar bien. “Twinkie” y Brandon eran grandes amigos. Al llegar al hospital encontramos que “Twinkie” estaba en la planta de encima de mi madre, y nosotros pasamos el tiempo entre las dos plantas, con mi madre y “Twinkie”.

Mi madre ya está bien y la darán de alta el lunes. Mientras estaba con “Twinkie” en su habitación, él me pidió oración, así que yo invité a todos los que estaban en el pasillo a que entraran. Como 40 personas llenaron la habitación y parte del pasillo. Yo oré y pedí que se volviera a Dios y no se alejara de Él. Doy gracias a Dios que me dio la oportunidad de llevar esta situación a Él y hacer que todos entendieran que todo tenía que ver con Él. Había mucha gente lastimada y llorando. La tristeza era mucha.

De esta forma Brandon va a seguir siendo utilizado aquí en gran manera y yo voy a asegurarme de utilizar estas oportunidades para Dios y también para Brandon. Doy gracias a Dios que nos ha traído aquí por Brandon. Él dio su vida a Jesucristo este invierno en nuestra cocina, y yo vi el cambio y el entusiasmo que él tenía para Jesús. Otra vez digo: “Gracias, Dios, por habernos traído aquí”. Tenemos mucha paz sabiendo que Brandon está con Jesús, aunque le echamos mucho de menos… lloramos mucho.

La mayoría de los del equipo de baloncesto y otros amigos del equipo irán con nosotros a la iglesia mañana para escuchar de Dios. Si no fuera por lo que le pasó a Brandon no irían. Espero que Dios me de la oportunidad de hablar esta semana en el instituto. Orad por estas oportunidades.

Quiero decir unas cosas sobre Brandon… Era una de las personas más amables que jamás he conocido. Dios se manifestó en él… amaba a todos. Es como si Dios hubiese traído a Brandon a mi vida y a la de otros para decirnos: “Así debe amar uno”. ¿Qué mejor cosa se puede decir sobre otra persona? Todos los que conocieron a Brandon sabían que era muy especial. Pudiera decir mucho sobre él, pero lo que me hace sentir sumamente feliz es saber que Brandon recibió a Jesucristo como Señor y Salvador. Gracias por vuestras oraciones. Seguid orando. Orad por la comunidad de Enosburg. Orad por la comunidad cristiana.

¿Por qué salimos de Syracuse? Gracias a Dios, fue Su voluntad. Fue por Brandon Gleason, el equipo de baloncesto, y la comunidad de Enosburg.

“El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más”.  Salmo 103:15-16

 
Swanton Christian Church junto al ayuntamiento en Swanton, Vermont


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