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Lowell Brueckner

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22 Noviembre - 10 Diciembre Meditaciones diarias de los Salmos

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No voy a estar en casa hasta el 10 de deciembre. Por eso estoy incluyendo las meditaciones hasta aquella fecha.

22 de Noviembre Salmo 119

Cof
145. Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová, y guardaré tus estatutos.
146. A ti clamé; sálvame, y guardaré tus testimonios.
147. Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.
148. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos.
149. Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu
     juicio.
150. Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley.
151. Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad.
152. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los
     has establecido.

  La oración no es lo más importante, sino Él, a quien oramos. La primera cosa
que tenemos que saber para poder orar bien, es si estamos dirigiendo nuestras
oraciones en la dirección correcta. Muchas oraciones diligentes son vanas porque
no llegan a oídos de Dios. María y otros santos, se han convertido en los recipientes
donde van a parar las súplicas de mucha gente. También se reza a falsos cristos,
nada menos que dioses paganos que han sido fabricados por las propias mentes
de los hombres.
  La segunda cosa que tenemos que saber, es la meta de nuestras oraciones.
Muchos piden mal, esperando que Dios abandone Su voluntad y entre en la de
ellos para su propia satisfacción y gloria. El salmista clamó al Señor; quería tener
Sus estatutos, Sus testimonios, Su palabra, Su juicio, Su ley y Sus mandamientos.
Esto es muy evidente en los Salmos y es imposible ignorarlo. Sin embargo, es
algo desconocido para los esfuerzos modernos de oración, donde lo que es eterno
muchas veces es puesto a un lado, siendo prioritario lo que es temporal.
La tercera consideración es la intensidad de la oración. “Clamé con todo mi
corazón... me anticipé al alba... se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche”.
Cuando se unan estos tres ingredientes, entonces tendremos una oración basada
firmemente en la palabra de Dios, que es sin límites y estremece la tierra.


23 de Noviembre Salmo 119

Resh
153. Mira mi aflicción, y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado.
154. Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra.
155. Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos.
156. Muchas son tus misericordias, oh Jehová; vivifícame conforme a tus juicios.
157. Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, mas de tus testimonios no
     me he apartado.
158. Veía a los prevaricadores, y me disgustaba, porque no guardaban tus palabras.
159. Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; vivifícame conforme a tu
     misericordia.
160. La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.

  El versículo 155 es un mensaje poderoso al pecador despreocupado, quien está
sin esperanza y sin Dios. La esperanza obrará en él cuando empiece a dar paso
en su vida a la palabra de Dios, “como a una antorcha que alumbra en lugar
oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones”. La misericordia de Dios, manifestada a través de Su palabra a los
hombres, es grande y tierna, pero a menudo es pisoteada. Hablamos mucho en
cuanto al dolor que sentimos por otros, pero lo que Dios busca son personas
apenadas al sentir el dolor de Su corazón. La razón por la cual los Salmos expresan
mucho dolor, es porque Él es lastimado. Me pregunto si sabemos lo que significa
“la tristeza que es según Dios” (Fíjate en 2 Co. 7:10). No te rindas a las modas
populares ni a las opiniones de la mayoría. El pueblo de Dios se ve afectado
fuertemente por influencias mundanas, pero lo que es popular no debe definir lo
que significa la justicia. Lo que Dios ha puesto desde el principio permanecerá
para siempre, aunque esto suene extraño a oídos modernos.


24 de Noviembre Salmo 119

Sin
161. Príncipes me han perseguido sin causa, pero mi corazón tuvo temor de tus
     palabras.
162. Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.
163. La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo.
164. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.
165. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.
166. Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por
     obra.
167. Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera.
168. He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos
     están delante de ti.

  No puedes amar sin aborrecer. Amar la ley (ley significa la naturaleza de Dios)
quiere decir aborrecer la mentira. Los que aman la verdad hablarán enérgicamente
en contra de la mentira.
  Cuídate de ser impresionado por personajes fuertes y, como Elías, preocúpate
por estar bien en la presencia de Dios. Un representante de Cristo tiene que pasar
tiempo en Su presencia, para aprender Sus caminos. Tiene que ser un cristiano
con un corazón perfecto, y su manera de caminar debe estar totalmente entregada
a Dios. Éste, según los Salmos, es el verdadero cristianismo. Organiza tu horario
según el versículo 164 y entonces podrás experimentar el 165.
  Teme a la palabra de Dios y la hallarás asombrosa. Las recompensas descubiertas
en la Biblia te sorprenderán más que los grandes descubrimientos del mundo. En
tiempos de avivamiento muchos han llegado a reconocer que Dios satisface
muchísimo más que todos los tesoros y placeres que puedan venir de otras fuentes.
Al menos una vez en mi vida, quisiera ver una avalancha de gente con pasión
por la palabra, andando apasionadamente tras el oro espiritual.


25 de Noviembre Salmo 119

Tau
169. Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a
     tu palabra.
170. Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho.
171. Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos.
172. Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.
173. Esté tu mano pronta para socorrerme, porque tus mandamientos he escogido.
174. He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia.
175. Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.
176. Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, porque no me
     he olvidado de tus mandamientos.

  Estos versículos son un resumen de este largo Salmo y terminan declarando
que los mejores hombres y sus intenciones son falibles.
  Debemos desear ser buscados por Dios, ya que Él va tras las ovejas perdidas
y hambrientas que anhelan los rediles del Señor, y examina sus corazones. Los
primeros discípulos estaban hambrientos, pero a la vez eran falibles. Uno de ellos
encontró a Dios debajo de una higuera. Otros abandonaron sus barcos en Galilea
para poder asistir a las reuniones de Juan el Bautista en el desierto del Jordán.
Siguieron a aquel profeta raro y poderoso, hasta que éste les presentó al Cordero
de Dios. Entonces, siguieron al Cordero durante tres años y medio, y le obedecieron
cuando dijo: “Quedaos en Jerusalén”. Les hizo saber claramente que no habían
sido ellos los que le habían buscado y elegido a Él, sino al contrario. Tú, si has
sido elegido por Dios en estos días, ¡clámale, anhela Su salvación, siéntate
bajo Sus enseñanzas, deléitate en Su ley, alábale y habla de Su palabra! Descubrirás
de repente que Él es quien ha estado iniciando la búsqueda. Básicamente, esto
es lo que enseña este Salmo. La persona que es consciente de haber invitado a
Cristo a entrar en su vida, descubrirá que en verdad ha estado disfrutando de
Su presencia, porque originalmente Él fue quien hizo la invitación.


26 de Noviembre Salmo 120

1. A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió.
2. Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta.
3. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?
4. Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.
5. ¡Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!
6. Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz.
7. Yo soy pacífico; mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.

  ¡Gracias a Dios que tenemos a quien acudir cuando estamos en angustias!
Normalmente no esperamos para orar hasta que estamos bien, en un estado sereno
y elevado. De hecho, lo más común es lo opuesto; normalmente vamos a Dios
cuando estamos perturbados y desesperados. No hay aflicción más grande que
vivir en un ambiente dominado por paganos. La mentira es el núcleo de una
pecaminosa manera de vivir, porque el hombre, desde la caída de Adán, tiene
como característica más sobresaliente la de ser un mentiroso. ¿Cómo puede uno
agradecerle algo o razonar con él? Su naturaleza demanda mucho y nunca se
satisface. Un cristiano debe intentar vivir en paz con todos, sin embargo, el que
ama la mentira, aborrece la paz. La guerra es inevitable para tal persona debido
a su implacable naturaleza. Dios nos pone en este ambiente para enseñarnos a
poner la atención de nuestro corazón en Él y no en los hombres.
  Con este Salmo entramos en los Cánticos graduales mientras marchamos hacia
Sion, en dirección opuesta a las mentiras expuestas en este capítulo. Vamos desde
el oeste hacia el este, al Salmo 121, alcanzando las colinas alrededor de Jerusalén
y avanzando hasta entrar en la ciudad de Dios, descrita en el Salmo 122.


27 de Noviembre Salmo 121

1. Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
2. Mi Socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
3. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
4. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
5. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
7. Jehová te guardará de todo mal; él guardará tu alma.
8. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.

  Creo que el mensaje en este Salmo es el siguiente: Miraré en dirección a los
montes para considerar los atributos que éstos simbolizan, y después miraré más
allá, para ver la realidad llevada a cabo por el Señor. Para poder contemplar al
Creador, nuestros ojos tienen que fijarse más allá de las defensas naturales. Sólo
Él nos guardará firmes en un mundo inseguro. Él hace “mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, aun cuando tropezamos.
El Espíritu Santo asegura que, por Su mano omnipotente, nos guardará en nuestra
hora más débil. No existe maldad que pueda penetrar en la protección que está
asegurada para nuestra alma.
  “Desde ahora”; éste es el tiempo más adecuado para reclamar las promesas
infalibles de Dios. ¿Por qué esperar más? ¡Cámbiate al camino que te guía hacia
la eternidad! Cuando decidimos alejarnos del mundo y caminar hacia el cielo, el
Señor nos protege del ardiente sol con Su sombra, y de noche, cuando la luz de
la luna puede traicionarnos, nos esconde. Él nos guía y nos da descanso mientras
caminamos.


28 de Noviembre Salmo 122

1. Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.
2. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén.
3. Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida
     entre sí.
4. Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado
a Israel, para alabar el nombre de Jehová.
5. Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David.
6. Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.
7. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.
8. Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea
     contigo.
9. Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien.

  ¡Hallemos nuestro deleite en el S eñor! ¡Caminemos con gozo hacia el lugar
donde D ios se siente en casa! ¡Qué bueno es escuchar a otros santos que viajan
en esta misma dirección decirnos: “A la casa de Jehová iremos”!
  ¿Podemos nosotros, con los ojos del espíritu, ver a las tribus elegidas por el
Señor ascender a la tierra consagrada para ofrecerle acciones de gracias? D avid
estuvo contento por estar con ellos. L os que aman a D ios, también aman la ciudad
de Jerusalén. ¡Ámala hoy y ora por su paz y prosperidad! O ra para que sea una
paz honrada que dé gloria a D ios por la causa de Jesús. Jerusalén representa la
ciudad celestial hecha sin manos, donde la arquitectura de D ios se demuestra en
todos sus rincones.


29 de Noviembre Salmo 123

1. A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.
2. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y
     como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran
     a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3. Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros,
     porque estamos muy hastiados de menosprecio.
4. Hastiada está nuestra alma de escarnio de los que están en holgura, y del
     menosprecio de los soberbios.


  Si deseas ponerte en contacto con Dios, no puedes estar mirando hacia lo que
es mundano y temporal. No puedes dirigir tu vida en dirección horizontal, hacia
intereses y compañeros que tienes a mano. Tienes que mirar hacia arriba, porque
los que ponen sus ojos en lo celestial demuestran que dependen de Dios. Éstos,
a menudo, son despreciados por los que descansan en la tranquilidad terrenal.
Son hombres arrogantes porque piensan que han hallado prosperidad sin la ayuda
de Dios. Una mirada sensible a lo celestial es la gran necesidad de nuestros días.
Después de haber levantado los ojos de lo que tenemos al alcance, posiblemente
tardemos algún tiempo hasta poder enfocarlos en las realidades inmensas de la
eternidad. ¡Que el versículo 2 sea para nosotros mucho más que poesía, y podamos
aplicarlo de manera práctica en nuestras vidas! Haz un pacto contigo mismo de
que solamente vas a fijarte en el Señor y no vas a tener otro maestro. La vida
no presenta demandas más legítimas.


30 de Noviembre Salmo 124

1. A no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel;
2. A no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros
     los hombres,
3. Vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra
     nosotros.
4. Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado
     el torrente;
5. Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6. Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos.
7. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y
     escapamos nosotros.
8. Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra.

  Los que son de Dios se fijan solamente en Él para recibir Su favor. Reconocen
que sin el Señor son incapaces e inexpertos para la guerra, y que sus enemigos
tienen ventaja. Los cristianos muchas veces se engañan pensando que tienen que
brillar más que los que son del mundo; edificios más impresionantes, líderes más
inteligentes, más talento, producción más excelente y más poder político. Creyendo
esto se alejan del único poder que puede darles una victoria aplastante. Me estoy
refiriendo a la ventaja sin igual de tener al Señor a nuestro lado. Él se complace
en ayudar a los que no pueden, en dar fortaleza a los débiles, y sabiduría a los
simples. Él abandona a los que se creen capacitados, para que hagan lo que les
de la gana. David dijo: “Nuestro socorro está en el nombre de Jehová”. En cada
batalla espiritual están los que son de Saúl y los que son de David. Los de Saúl
casi siempre son mayoría. Sin embargo, el ejército de Saúl está terriblemente
superado por un enemigo poderosísimo, y cuando se da cuenta de ello, no halla
esperanza ni a quien acudir. Solamente los que están del lado de David pueden
testificar de cómo escapar de las trampas y los torrentes de agua, porque el Señor
nunca abandona en manos del enemigo a los que confían en Él. Únete a los
que son subestimados y menos capacitados, pero que tienen al Señor a su lado.


1 de Diciembre Salmo 125

1. Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino
     que permanece para siempre.
2. Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de
     su pueblo desde ahora y para siempre.
3. Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; no
     sea que extiendan los justos sus manos a la iniquidad.
4. Haz bien, oh Jehová, a los buenos, y a los que son rectos en su corazón.
5. Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los
     que hacen iniquidad; paz sea sobre Israel.

  Los que iban caminando a las fiestas de Jerusalén observaban las montañas
alrededor de la ciudad. Éstas fueron la defensa natural provista para los habitantes;
en primer lugar para los jebuseos, y después para los israelitas. Las montañas,
espiritualmente hablando, son útiles sólo para sacar ilustraciones, porque no
tienen valor para la guerra espiritual. Hoy todavía el pueblo de Dios, igual que
en aquellos días, puede confiar en las fuerzas impenetrables del Señor rodeándole,
no importando si vive en el pico de un monte o en el valle (v. 2). Dios no permitirá
que penetren los malvados, no sea que Sus elegidos sean corrompidos (v. 3). En
cuanto a los del rebaño que vagan y se dejan influenciar por los impíos, Dios les
dará el mismo castigo que a ellos (v. 5).
  Jesús prometió vida, una vida en abundancia que permanece para siempre. El
que vive su vida confiando en el Señor, participará en la vida eterna, que es
prometida con seguridad en los Salmos. Esta persona se fijará en Emmanuel para
entrar en la eternidad, y hasta el fin de los siglos. Emmanuel es la protección para
el pecado que quiere penetrar en su vida, y está con él para su bien, dándole paz.


2 de Diciembre Salmo 126

1. Cuando Jehová hiciera volver la cautividad de Sion, Seremos como los que
     sueñan.
2. Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces
     dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.
3. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres.
4. Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev.
5. Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir
     con regocijo, trayendo sus gavillas.

  En naciones desarrolladas poca gente entiende lo que quiere decir sembrar con
lágrimas. Los granjeros, hoy en día, echan las semillas en la tierra junto a
fertilizantes químicos e insecticidas, y si algo va mal, el gobierno o los seguros
cubren la mayoría de los daños o pérdidas. En el Israel antiguo no fue así. Quizá
fue semejante a lo que observamos en la Costa Chica de Méjico. Para el granjero
pobre, mientras duraba el tiempo de sequía, suponía un gran sacrificio guardar
algo de su maíz hasta el tiempo de la siembra. Tenía que protegerlo de las ratas
e insectos. En tiempos de necesidad fue tentado a usarlo para la comida. Por fin,
cuando llegó el tiempo adecuado, puso la preciosa semilla en la tierra y esperó
a que cayera la lluvia, y a que las demás circunstancias favorables tomaran lugar,
para que la siembra no se perdiera y diera como resultado una buena cosecha.
De no ser así, la familia iba a padecer hambre. “Sembrar con lágrimas” es la
mejor forma para definir esta manera de sembrar.
  También, en la iglesia de hoy en día, poco se sabe de sembrar con lágrimas.
Las enseñanzas exigen un cultivo inmediato y dan las fórmulas para una siembra
y cosecha fáciles. Son métodos que no cuestan dolor. En cualquier tiempo, la
semilla es echada sobre la tierra no preparada, sin la guianza del Espíritu Santo.
Grandes cantidades de dinero son gastadas en este proceso y en los esfuerzos
subsiguientes, que fuerzan a la semilla a brotar y a crecer. Los frutos son arrancados
antes de ser maduros, y aunque se recogen grandes cantidades, casi todo es dañado
e inútil.
  El día vendrá, creo, cuando los incrédulos observarán una vez más los hechos
maravillosos de Dios hacia Su pueblo. Para los que claman a Él con lágrimas y
esperan una obra de su Espíritu Santo, la cosecha que resultará habrá valido la
pena. Dios puede cambiar situaciones de tal manera que sobrepase a lo que hemos
pedido o pensado, de modo que creeremos que estamos soñando.


3 de Diciembre Salmo 126:3, 5-6

3. Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos; estaremos alegres.
5. Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
6. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir
     con regocijo, trayendo sus gavillas.

  En la obra de Dios, esperar el tiempo adecuado es de suma importancia. Hay
pocos que resisten a la tentación de tener resultados inmediatos, y también son
pocos los que quieren esperar a que Dios haga caer la lluvia temprana para la
siembra. Parece que la semilla de Dios no es preciosa para el sembrador de hoy
en día, así como lo fue para el sembrador en épocas de dificultades y sequía.
En aquel entonces, fue puesta con mucho cuidado en la tierra, acompañada con
lágrimas, oración y fe. La espera fue pesada, pero los obreros tenían la seguridad
de que la palabra de Dios no fallaría, sino que traería una cosecha gozosa; sin
duda volverían a venir con resultados abundantes. ¡Qué tiempo tan gozoso es
el de la cosecha! Especialmente es así cuando hemos estado trabajando mano a
mano con el Señor de la cosecha y sabemos que el fruto es producto de Su obra
soberana. “Grandes cosas ha hecho Jehová... estaremos alegres”.


4 de Diciembre Salmo 127

1. Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová
     no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
2. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y
     que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.
3. He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
4. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.
5. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado
     cuando hablare con los enemigos en la puerta.

  Estos Salmos se titulan “Cánticos graduales”, queriendo decir que fueron
cánticos cantados gradualmente mientras los peregrinos proseguían paso a paso
hacia el monte de Sion, en Jerusalén. Este sigue al cántico de sembrar y cosechar,
y ahora trataremos con el asunto de edificar. Observaremos principios similares
a los del capítulo anterior, en el cual Dios nos llama a algo más que sencillamente
sembrar; habla de sembrar con lágrimas. Tampoco habla solamente de llevar la
semilla, sino de llevar la preciosa semilla. Estas pequeñas distinciones representan
diferencias tremendas. Como vemos en este capítulo, todo será en vano si el
Señor mismo no está totalmente a cargo de la obra. Él es Señor de la cosecha y
también tiene que ser Señor de la casa. Podemos invertir mucho trabajo y gastos
para edificar una casa, pero si la obra no tiene las cualidades que la distinguen
por ser hechura Suya, no habrá valido la pena. El Señor edificará la casa que tenía
proyectada antes de la fundación del mundo. En el versículo 1 también nos
dice que Él es quien tiene que guardar la ciudad, una ciudad cuyos fundamentos
preceden a la creación de la mente humana. A Dios no le interesa otro plan. No
intentemos persuadirle ni poner Su sello sobre nuestras invenciones. No le
roguemos que aplique Sus promesas a nuestros “Ismaeles” (algo que es fruto de
nuestra carne e impaciencia).
  El hombre no es indispensable y tiene que reconocer sus limitaciones; sólo
existe para cumplir y desarrollar el plan que Dios tiene para él. La frontera de su
labor productiva termina al borde de la voluntad de Dios para su vida. ¿Estamos
construyendo Su casa? ¿Estamos ocupados con Su ciudad? Si es así, no tenemos
que asumir toda la responsabilidad, sólo tenemos que hacer la parte que nos
corresponde. Hay tiempo para descansar si confiamos en el Señor.
  También es interesante ver como Él da hijos, para que ellos también entren en
la obra y sean un beneficio y ayuda para cumplir Su plan.


5 de Diciembre Salmo 128

1. Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
2. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
3. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como
     plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová.
5. Bendígale Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu
     vida,
6. Y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.

  Este Salmo continúa con el tema de ayer y abre la puerta a todos los que temen
al Señor. “El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente”. Ninguno que anhele entrar y esté dispuesto a someterse a la
voluntad del Señor, tiene que temer ser rechazado. El lugar o la época en la que
vivimos no tienen que ver con el asunto. Estamos tratando con la palabra de Dios,
la cual es fiel hasta mil generaciones. Aun en circunstancias contrarias e impiadosas
de esta generación, todavía podemos entrar. La bendición empezará en la casa,
donde la mujer halla su satisfacción y el plan para su vida. Como plantas nuevas,
los hijos siguen el ejemplo de sus padres, para así continuar llevando el mismo
fruto que el árbol del cual proceden. Por supuesto, el olivo es el que produce el
aceite de la unción, por el que toda la familia es ungida. Si hay personas como
Pablo y parejas que no tienen hijos naturales, serán recompensados con bendiciones
espirituales. ¡Cómo se regocijó Pablo por sus hijos espirituales! Fueron su gozo
y corona de gloria. Él esperaba y anhelaba presentarles a Cristo. Vio que los
resultados de su obra eran interminables, y los señaló como una parte del propósito
de Dios.

6 de Diciembre Salmo 129

1. Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel;
2. Mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra
    mí.
3. Sobre mis espaldas araron los aradores; hicieron largos surcos.
4. Jehová es justo; cortó las coyundas de los impíos.
5. Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
6. Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca;
7. De la cual no llenó el segador su mano, ni sus brazos el que hace gavillas.
8. Ni dijeron los que pasaban: Bendición de Jehová sea sobre vosotros; os
     bendecimos en el nombre de Jehová.

  “Las puertas del infierno no prevalecerán”. Desde la iglesia primitiva hasta
la fecha, el enemigo ha intentado derrotarnos, pero Dios ha tenido y siempre
tendrá una respuesta justa. Los que se aprovechan de nosotros nos hacen heridas
profundas, y los opresores han intentado esclavizar la heredad del Señor. Cualquier
persona que tiene el toque de Dios en su vida es marcada para aborrecimiento de
los hombres. Como Dios se expresa por medio de Su gente, así los impiadosos
expresan su odio hacia Dios persiguiendo a Su pueblo. Fíjate en la historia de
Israel en el Antiguo Testamento hasta el día de hoy. Recuerdo un chiste político
donde se veía dibujado el edificio de las Naciones Unidas. Del interior del edificio
procedían voces que discutían entre sí, acerca de como iban a resolver los
problemas en todo el mundo. La única voz constante y unida que se dejó oír fue:
“Yo propongo que condenemos a Israel”. Sin embargo, todavía hoy es amado
por Dios a causa de los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, quienes eran Sus
amigos y a los que prometió bendecir su descendencia. ¡Qué día tan dichoso será
aquel en el que Dios recoja a Israel, y una vez más suene el saludo tradicional:
“Os bendecimos en el nombre de Jehová”! Será el testimonio del Marido que
nunca escribe un acta de divorcio.


7 de Diciembre Salmo 130

1. De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.
2. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?
4. Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
5. Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado.
6. Mi alma espera a Jehová más que los centinelas a la mañana, más que los
     vigilantes a la mañana.
7. Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante
     redención con él;
8. Y él redimirá a Israel de todos sus pecados.

  Si no hubiera perdón de parte de Dios, habría desesperación universal. Sin
embargo, aunque Dios dice: “Ven, al que quiera...”, existe una razón por la
cual tomar esta invitación con temor, reconociendo que Dios está dando una
oportunidad inmerecida de hacer la paz con un Hacedor misericordioso. Si no
existiera esta oportunidad, quedaríamos sin ninguna esperanza. El temor de Dios
es limpio. Primero nos lleva a la sumisión y después a la esperanza.
  Cuando una persona experimenta las consecuencias de su iniquidad, todavía
puede clamar a Dios. Él está presto a redimir, bajo cualquier circunstancia, a
quien encuentre esperando Su palabra. Sin embargo, Dios no tiene la obligación
de responder inmediatamente. Debemos reconocer que el hombre es un
delincuente, aunque, cuando ha venido al encuentro con el Señor, ha hecho lo
correcto. El pecador puede tener ansiedades profundas y pensar: “¿Cuánto tiempo
tendré que continuar en un estado de incertidumbre?, cuando Dios hable, ¿qué
me dirá?” El Señor es soberano y más grande que nuestra condición. Existe
una gracia que es mucho más grande que nuestros temores. ¡El Señor sí redimirá!


8 de Diciembre Salmo 131

1. Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve
     en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí.
2. En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño
     destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.
3. Espera, oh Israel, en Jehová, desde ahora y para siempre.

  Hay un proceso que separa espiritualmente y ataca la altanería. Tenemos que
llegar a una madurez en la que poder saber, la gran ganancia que es la piedad
acompañada de contentamiento. Tenemos que dejar de quejarnos y llorar como
niños, y aprender a esperar en el Señor tranquilamente. Tenemos que abandonar
las ambiciones personales e infantiles y conformarnos al plan eterno de Dios.
  No intentes alcanzar lo que es demasiado alto para ti. Los delirios de grandeza
pertenecen a un mundo de fantasía y no pueden contribuir a un futuro de bienestar.
Hacen que uno sea repugnante y un objeto de burla, y en muchas ocasiones te
dejan totalmente desanimado. Es mejor hacer lo que nos enseñó Jesús: ¡Siéntate
en el último lugar y deja que Dios te haga ascender si Él quiere! Acepta la posición
inadvertida y desconocida, y sirve al Señor con todo tu corazón y toda tu fuerza.
Busca sólo agradarle a Él, y hazlo para Su bien y gloria.


9 de Diciembre Salmo 132

1. Acuérdate, oh Jehová, de David, y de toda su aflicción;
2. De cómo juró a Jehová, y prometió al Fuerte de Jacob:
3. No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
4. No daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento,
5. Hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob,
6. He aquí en Efrata lo oímos; lo hallamos en los campos del bosque.
7. Entraremos en su tabernáculo; nos postraremos ante el estrado de sus pies.
8. Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo, tú y el arca de tu poder.
9. Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos.
10. Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro.
11. En verdad juró Jehová a David, y no se retractará de ello: De tu descendencia
     pondré sobre tu trono.
12. Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos
     también se sentarán sobre tu trono para siempre.
13. Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí.
14. Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido.
15. Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan.
16. Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus santos darán voces
     de júbilo.
17. Allí haré retoñar el poder de David; he dispuesto lámpara a mi ungido.
18. A sus enemigos vestiré de confusión, mas sobre él florecerá su corona.

  Este es un capítulo clave entre los Salmos que se llaman Cánticos graduales.
Es un capítulo especialmente importante, ya que los judíos a través de estos
cánticos prepararon sus corazones en su marcha hacia el santuario en Jerusalén,
como está representado en los capítulos 135-150. Nosotros también debemos
aprender lo que se nos enseña aquí y preparar nuestros corazones para entrar
en Su presencia.
  El Señor había elegido Sion mucho antes de que David le conociera. Él entró
en el plan eterno de Dios cuando ganó Jerusalén en una batalla, y ofreciendo
sacrificios trajo el arca de la presencia y la misericordia del Señor (1 Cr. 11:4-5
y 16:1). En el mismo lugar donde había reinado el sacerdote Melquisedec en
Salem (Jeru-Salem), y antes de que la tribu de Leví fuese designada por la ley
como tribu sacerdotal, David llegó a ser sacerdote y rey. Él tampoco pertenecía
a la tribu de Leví, sino a la de Judá (puedes estudiar Hebreos 7 para que veas la
importancia de estas “excepciones de la ley”. De la descendencia de David
procedió el Rey y Sacerdote que cumplió todas las profecías y tipos presentados
en el Antiguo Testamento. Él fue el reposo (o sea el descanso) de Dios en persona
(v. 14 y He. 4), quien complació a Dios, y quien, por medio de Su sacrificio en
la cruz, puso fin a la enemistad entre Dios y Su pueblo. Como consecuencia,
un día Dios nos guiará al Sion celestial para que podamos experimentar la
perfección del reposo. David procuró entrar en este reposo y los profetas lo
buscaron diligentemente. Ellos tuvieron que esperar la venida de Cristo al mundo
y que también nosotros entremos con ellos.
  Ahora, que nos estamos preparando para aquel día, el Señor ha venido a reinar
en los corazones, a vestir a Sus sacerdotes con la justicia y la salvación, y a habitar
con gozo en ellos (v. 9 y 16). El aceite sacerdotal (Ex. 40:9-15) nos unge para
hacer el servicio que ha de hacerse: “No con ejército, ni con fuerza, sino con
mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Es una obra puramente de Dios.


10 de Diciembre Salmo 133

1. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
2. Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la
     barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3. Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque
     allí envía Jehová bendición, y vida eterna.

  Cristo, quien es el Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, ha prometido estar
en medio nuestro. La unidad le exalta a Él, sin embargo, no puede haber una
verdadera unidad sin el ungüento único del Espíritu Santo, el señorío y la dirección
de Cristo, y las ropas blancas de justicia sobre los santos. Donde Cristo manda,
el Espíritu Santo se mueve con poder y los santos viven una vida de justicia.
¡Cuán buena y deliciosa es la unidad entre los hermanos! ¡Dios permita que
sus majestuosas bendiciones caigan sobre ella!


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