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Lowell Brueckner

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1 Corintios 7

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Capítulo 7
Íntimas relaciones matrimoniales

1.     En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
2.     No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
3.     Que el marido cumpla su deber para con su mujer, e igualmente la mujer lo cumpla con el marido.
4.     La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido, y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
5.     No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
6.     Mas esto digo por vía de concesión, no como una orden.

La Biblia provee respuestas para todas las áreas de la vida… incluso las que son muy delicadas… y los corintios no sentían vergüenza de preguntar a Pablo acerca de ellas. Como resultado, simplemente, podemos leer estos primeros versículos, sin comentarios, y saber claramente cómo tratar ciertos asuntos. Mencionaré una cosa: La Iglesia Católico Romana enseña que tales relaciones matrimoniales son estrictamente para la procreación y, aunque sí es la razón básica, no es la única que la Biblia da. Pablo nos da una razón más en el versículo 2, e incluso, mencioné otra razón en un capítulo anterior. Señalé hacia una porción en Proverbios 5:18-20, de la que citaré la mayor parte aquí: “Regocíjate con la mujer de tu juventud… su amor te embriague para siempre. ¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña, y abrazar el seno de una desconocida?” Quizás quisieras revisar de nuevo Hebreos 13:4. Un hombre casado con su esposa, comprometidos uno al otro para toda la vida, cumplen un deseo natural del cuerpo y así comparten intimidad.

Pablo sigue escribiendo acerca de deberes mutuos, que pertenecen al marido y a la esposa (vs:3-4). En el matrimonio, ni uno ni el otro, puede considerar su cuerpo como, egoístamente, suyo, sino que tiene que compartir el derecho con su compañero. En un matrimonio cristiano puede haber un acuerdo mutuo de abstenerse de las relaciones físicas durante cierto tiempo, de igual forma que uno puede abstenerse de la comida para ayunar. Sin embargo, estamos hablando de ocasiones temporales, cuando, como cristianos, se dedican exclusivamente a buscar a Dios en la oración. La vida cotidiana normal incluye tanto hábitos regulares de comer, como relaciones físicas entre el marido y su esposa. (v:5). Pablo está cubriendo algunas áreas que Jesús no mencionó en los Evangelios, cosas acerca de las cuales los corintios le preguntaron, y el hecho de que Jesús no las tratara, no significa que las respuestas de Pablo no fueran inspiradas (v:6).

En ninguna parte del Nuevo Testamento sugiere que la poligamia es legítima, ni tampoco en el principio, cuando Dios creó al hombre y a la mujer. La Biblia solamente enseña sobre una unión de amor entre un hombre y una mujer. No tengo que mencionar que, en toda la Escritura, no existe ninguna unión homosexual, porque el sentido común da a entender que tal suciedad es una perversión y una rebelión contra el Creador. La gente razonable del tiempo bíblico lo entendía así y, tener que aclarar este asunto, es una señal de la maldad de nuestros tiempos. La Biblia, claramente, condena todas estas prácticas. 


Lo que Jesús enseñó sobre los eunucos

7.     Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de una manera y otro de otra.
8.     A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo.
9.     Pero si carecen de dominio propio, cásense; que mejor es casarse que quemarse.

Pablo tiene un don especial, y es lo que el Señor menciona en el Evangelio de Mateo 19:11 y 12. La falsa enseñanza que existe sobre este asunto, hace que algunos estén confusos sobre ello. Espero que todos podamos llegar a un entendimiento claro sobre el asunto de los eunucos espirituales. “No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte”.

El Señor Jesús dejó claro que esta enseñanza no era para todo cristiano, “sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado”. Aplicar incorrectamente la verdadera Escritura es tan peligroso como la falsa doctrina. Él había instruido sobre el tema del matrimonio y, la palabra “eunuco”, es un término aplicado a los que, por varias razones, son incapaces entrar en el matrimonio. Él dijo que habría eunucos por causa del reino de Dios. El apóstol Pablo fue uno de ellos y, personalmente, he conocido a pocas personas que hayan sentido que ésta era la voluntad de Dios para ellos, quedarse solteros. Sin embargo, los hay, aunque son muy pocos.

Yo conozco una enseñanza que se ha extendido más allá de lo que considero como una excepción, y se aplica equivocadamente a todos los creyentes. También se aplica a ciertas prácticas que van más allá del matrimonio como, por ejemplo, el anonimato. Es decir, prohíbe adjuntar el nombre del escritor a su obra o el nombre de un compositor a una canción. Esta es una práctica radical y no va de acuerdo con la Escritura. Con pocas excepciones, sabemos quienes son los escritores de los libros de la Biblia y, David (para usar un ejemplo), tomó crédito por sus cantos y poesías. Está más de acuerdo con la Escritura el hecho de que una persona permita que su nombre sea usado para dar gloria a Dios. También tiene que ver con hacerse responsable por lo que uno hace, debiendo estar dispuesto a dar cuentas por lo que escribe o compone. Rehusar a tomar tal responsabilidad y quedarse en el anonimato, en estos casos, es una cobardía. Sabiendo quien es el escritor, el lector puede preguntar e incluso corregirle, si fuera necesario. Cuando firmamos documentos, estamos comprometiéndonos a cumplir con lo que está escrito.

Volviendo al tema del matrimonio… Como cuando creó el cielo y la tierra, Dios también expresó satisfacción por cada obra, diciendo que era bueno… pero hubo una excepción. Al crear al hombre declaró: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea” (Gé.2:18). Pablo entendía que su estado de soltería era un don excepcional de Dios (vs:7-8). Tenemos que saltar hasta el versículo 26, por un momento, para entender que Pablo está hablando de una “presente aflicción”, unas circunstancias extraordinarias del tiempo en el que escribió, al decir que deseaba que todos pudieran vivir solos, como él. Debemos saber que Dios nunca deseó que la iglesia se constituyera de solteros y solteras, sino de familias. Aquel, era un tiempo especialmente angustioso para los corintios, e hizo que el matrimonio y la vida familiar fueran extremamente dificultosos. Aunque el caso fue así, Pablo reconoció la necesidad de que, a menos que Dios diera una gracia especial, era mejor que las personas se casaran. Los hermanos naturales del Señor estaban casados, y también Pedro y otros apóstoles (1 Co.9:5).

En el estado perfecto del cielo, “ni se casan ni son dados en matrimonio, sino que son como los ángeles…” (Mt.22:30). La vida sobre la tierra es imperfecta y siempre existe el peligro del pecado. Tampoco es sabio exponerse a una batalla continua por mantener las pasiones naturales bajo control. Así Pablo concluye que es mejor casarse que quemarse con la pasión (v:9).

Sobre la separación y el divorcio


10.  A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido
11.   (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.
12.  Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
13.  Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
14.  Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos.
15.  Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe; en tales casos el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz.
16.  Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu mujer? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?

Ahora Pablo va a citar los Evangelios, obteniendo la siguiente doctrina directamente del Señor. “La mujer no debe dejar al marido… y que el marido no abandone a su mujer”, dijo. El Señor enseñó en Marcos 10:11-12: “Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”. Si hay una separación o un divorcio, tanto él como ella no deben casarse de nuevo. Por supuesto, siempre hay que dar lugar a la posibilidad de la reconciliación y unirse de nuevo (vs:10-11). ¡Yo conozco un caso de reconciliación después de 25 años!

Jesús no dio una enseñanza sobre el caso de un creyente casado con una mujer incrédula, o viceversa, pero Pablo habla de ello inspirado por el Espíritu Santo. Estos casamientos ocurrieron antes de que el evangelio llegara a Corinto. El apóstol aconseja que estas parejas, habiendo sido unidos en matrimonio, deben continuar viviendo juntos (vs:12-13). Debido a la presencia del Señor en la casa, por medio del miembro creyente, Él extenderá Su obra desde el/la creyente hacia el compañero/compañera y los niños. Esto no significa que van a ser salvados automáticamente porque un creyente more entre ellos, sino que él/ella añade un elemento santificador a la casa. Porque Cristo mora en el creyente, aumentan las probabilidades de que los otros miembros sean convertidos (v:14). 

Sin embargo, si el incrédulo/incrédula se opone a la obra que Cristo ha hecho en su compañero/compañera, creándose en el hogar un conflicto de intolerancia, entonces pueden separarse. Sin embargo, el consejo es que permanezcan juntos, si es posible. Pablo desea que el creyente sea el medio por el que el Espíritu Santo pueda obrar y traer salvación a otros miembros dentro de la familia (v:16). Sin embargo, si se crea una vía de escape, nadie está obligado a vivir en un constante campo de batalla matrimonial. Si es que el incrédulo quiere separarse, entonces que el creyente halle paz y no esté esclavizado a una vida de conflicto, e incluso, en muchos casos, de abusos y mal trato (v:15). Debemos observar que aquí, Pablo, no menciona nada sobre casarse de nuevo. No insertes algo que el texto no enseña claramente.

Ser realista con tu situación

17.  Fuera de esto, según el Señor ha asignado a cada uno, según Dios llamó a cada cual, así ande. Y esto ordeno en todas las iglesias.
18.  ¿Fue llamado alguno ya circuncidado? Quédese circuncidado. ¿Fue llamado alguno estando incircuncidado? No se circuncide.
19.  La circuncisión nada es, y nada es la incircuncisión, sino el guardar los mandamientos de Dios.
20.  Cada uno permanezca en la condición en que fue llamado.
21.  ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; aunque si puedes obtener tu libertad, prefiérelo.
22.  Porque el que fue llamado por el Señor siendo esclavo, liberto es del Señor; de la misma manera, el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.
23.  Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres.
24.  Hermanos, cada uno permanezca con Dios en la condición en que fue llamado.

Pablo está aconsejando a los corintios a crecer donde están. ¡Que no estén perpetuamente anhelando lo que en tiempo presente es imposible! El cristiano tiene que tratar su situación en el lugar donde está, no donde quisiera estar. Puede ser que la situación no sea la ideal y, ciertamente, no es lo que quisiera, pero tiene que aceptarlo y esperar que Dios haga lo que Él quiera. Pablo ordenó que fuera así en todas las iglesias (v:17).

El judío sigue siendo un judío circuncidado después de ser cristiano, y no debe negar su herencia étnica. Es cierto que, más importante que su trasfondo étnico, él ya es un cristiano, pero sigue siendo un judío. O quizás sea un gentil incircunciso; entonces no debe intentar ser un judío (v:18). Hay muchos creyentes en nuestros días que tienen que atender a los consejos de Pablo, porque piensan que deben adoptar las fiestas y costumbres judías. Estos son pasos legalistas que no tienen que ver con el evangelio. Pablo, constantemente, enseñaba contra tales cosas.     

No debemos determinar si la circuncisión o la incircuncisión son correctas o incorrectas, o si son una ventaja o una desventaja. Tanto una cosa como la otra son condiciones físicas que están totalmente aparte de lo que tiene que ver con el evangelio. El error comienza cuando estas cosas son convicciones religiosas que adquieren importancia, cuando para el evangelio son totalmente secundarias. Sin embargo, guardar la ley moral de Dios desde el corazón, indica si una persona es genuinamente cristiana o no (v:19). Las situaciones matrimoniales y las condiciones culturales son asuntos que deben permanecer en su mismo estado después de que la persona entre en el cristianismo. No debe hacer cambios que no sean necesarios, según Pablo (v:20).

Pablo también considera que el estado social esté sujeto a la ordenanza del versículo 17. Algún nuevo converso podría pensar que no es posible servir a Dios apropiadamente siendo un esclavo, pero el cristiano maduro debe decirle que Dios puede tomar su desventaja, como esclavo, y abrir puertas y oportunidades para poder servir a Cristo. Por supuesto, el sentido común te dice que, si puedes ser libre, es porque el Señor te está proveyendo la libertad, y por eso, ¡recíbela! (v:21). El principio es el siguiente: Aunque eres un esclavo, tienes libertad para servir a Cristo; pero si eres libre, recuerda que estás totalmente sujeto a Cristo las 24 horas del día (v:22). Tu lugar en Cristo te eleva por encima de tu estado en el mundo. Él ha pagado un precio asombroso para comprar tu alma; debes considerar este hecho siempre por encima de tu estado entre los hombres. Él recibe la prioridad en cada situación; y tú le debes obediencia absoluta (v:23). La diferencia entre tu situación, antes y después de tu conversión, es que ahora Dios está en esa situación, y este hecho lo cambia todo (v:24).    

La presente aflicción

25.  En cuanto a las doncellas no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza.
26.  Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente aflicción; es decir, que es bueno que el hombre se quede como está.
27.  ¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
28.  Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo os los quiero evitar.
29.  Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
30.  y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada;
31.  y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.
32.  Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, como puede agradar al Señor;
33.  pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de como agradar a su mujer,
34.  y sus intereses están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
35.  Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor.
36.  Pero si alguno cree que no está obrando correctamente con respecto a su hija virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case.
37.  Pero el que está firme en su corazón, y sin presión alguna, y tiene control sobre su propia voluntad, y ha decidido en su corazón conservar soltera a su hija, bien hará.
38.  Así los dos, el que da en matrimonio a su hija virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.
39.  La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee, sólo que en el Señor.
40.  Pero en mi opinión, será más feliz si se queda como esta; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.

Hemos llegado al versículo 26, y los siguientes versículos se aplican a esa situación conflictiva. La mayoría de nosotros vivimos bajo una condición cultural muy diferente a la del día de Pablo, aunque hay lugares en el mundo en los que el consentimiento de los padres es de suprema importancia en el casamiento. Aun así, la parte que toca a los padres siempre debe ser importante, por eso vamos a considerar la enseñanza del apóstol en esta porción. Lo estoy diciendo porque, en parte, Pablo está considerando la parte de los padres en el asunto del matrimonio de las doncellas. 

La “presente aflicción” de aquel tiempo puede ser la invasión de los romanos en Israel, particularmente, la de Jerusalén en el año 70 d.C. Esto trastornó a todo el mundo, pero especialmente, al mundo cristiano. Comprometerse en matrimonio en aquel tiempo pudiera ser semejante a hacerlo durante el holocausto nazi. En una situación normal, no es correcto que los que tienen esposa vivan como si no la tuvieran (v:29). Sé cuidadoso, porque la falsa enseñanza sobre tales temas puede traer una enorme confusión en la iglesia. Todo lo que Pablo dice tiene que ver con una “aflicción presente”, sea lo que sea. Quizás la persecución podría separar a la pareja casada. Esto pasó bajo el comunismo, cuando pastores u otros maridos y padres cristianos, fueron a la cárcel, y sus esposas e hijos se quedaron solos, teniendo que buscar la manera de sobrevivir. En Rumanía, Richard Wurmbrand, estuvo en la cárcel durante 13 años, mientras que su esposa tuvo que cavar un canal para el régimen comunista… una situación extremamente complicada.

Por supuesto, el divorcio no era la respuesta a tal problema, pero el creyente debía tomar en cuenta tal situación antes de considerar el matrimonio (v:27). Pablo no está tratando un caso pecaminoso en estos versículos; el pecado no tiene nada que ver con sus consejos ahora, aunque el matrimonio pueda ser considerado un terrible error, tras sufrir las consecuencias (v:28). Va a haber problemas serios y Pablo, con compasión, quiere evitar la preocupación y el dolor. Cuando llega la tristeza, el Espíritu Santo ofrece consuelo. Cuando hay ocasión para regocijarse, ten cuidado de que no te sorprenda un dolor repentino. No era el tiempo correcto para amontonar posesiones terrenales; sólo debían obtener lo necesario, pero no apoderarse de nada (v:30). En otras palabras, utilizar, mas no poseer. No debían tomar nada que fuera provisional seriamente, porque en un futuro cercano, su vida no iba a ser normal. Debían separarse de los asuntos del mundo, lo más que fuera posible (v:31).

Lo que motiva al apóstol es lo siguiente: “Quiero que estéis libres de preocupación”. El soltero/soltera no tendrá que pensar en una esposa/esposo, o niños pequeños (vs:32-34). Su única preocupación consistirá en ser fiel al Señor es esos tiempos. No tendrá la tentación de comprometerse para salvar a su familia. Tener que hacer tales decisiones puede ser tremendamente brutal. Es mejor pensar solamente en Dios y agradarle, manteniendo la más alta forma de santidad (v:35). Que ésta sea la única prioridad, porque es de suma y excelente importancia. Pablo sólo está buscando su bienestar.

Otra vez, Pablo recuerda a los lectores que no está hablando de caer en pecado, así es que, si es la voluntad del Señor que su hija se case, y es obvio que hacerlo le beneficiará espiritualmente, entonces, que el matrimonio tome lugar (v:36). Puede haber un profundo amor entre una doncella y un joven, y negarles llevar su amor al cumplimiento sería un comportamiento inapropiado. Que se casen, dice Pablo. Sin embargo, si no hay una necesidad intensa, es mejor, bajo las circunstancias del día, que permanezcan solteros (vs:37-38).

Para terminar con el tema de este capítulo, Pablo les recuerda la ley inmutable de Dios sobre el matrimonio; es para toda una vida y nada menos. Mientras viva el esposo/esposa, no hay libertad en Dios para que el otro vuelva a casarse, con la única excepción de la muerte de uno de los dos cónyuges. Si la voluntad de aquella persona está unida a la voluntad del Señor, entonces que se case con quien quiera (v:39). Aun en tal caso, Pablo comenta, es mejor que la persona quede sin casarse, debido, otra vez, a la “presente aflicción”. Y, añade que, el Espíritu Santo le ha inspirado en todo este discurso (v:40).


1 comentarios:
Unknown dijo...
14 de enero de 2020, 8:03  

Dios siga bendiciendole, hermano lowell , gracias por compartir con nosotros la palabra .

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