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Selecciones de Osward Chambers

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Selecciones de las meditaciones diarias de Oswald Chambers
1. Cristo en ti – la santificación. “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios … santificación ..” (1 Cor. 1:30)
2. El Maestro y el Señor. “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor, y decís bien, porque yo soy … os digo: El siervo no es mayor que su señor …” (Juan 13:13, 16)
3. La compasión natural contra los intereses de Dios. “…teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo …” (Hebreos 10:19) .
4. Un desánimo que duele. “... uno le dijo en el camino, ´ Señor, te seguiré adondequiera que vayas´” (Lucas 9:57).
5. La fuente no sabe el efecto. “El que cree en Mí … de su interior correrán ríos de agua viva” ) Juan 7:38.
6. Elegidos para Él, no para la gente. “Jesús les dijo otra vez, … Como me envió el Padre, así también os envío.” (Juan 20:21)
7. Perdonados por la cruz, no por el amor. “Cuando él venga, convencerá al mundo del pecado …” (Juan 16:8).
8. El perdón de Dios. “En quien tenemos ... el perdón de pecados ...” (Efesios 1:7).
9. “¡Consumado es! “He acabado la obra que me diste que hiciese.” (Juan 17:4).
10. Tratando severamente con la gente. “No he venido para traer paz, sino espada” (Mateo 10:34).
11. La situación no requiere un poco del amor, sino una cirugía mayor. “Si yo fuere levantado … a todos traeré a mí mismo” (Juan 12:32).
12. Extraer la nueva vida. “Todas mis fuentes están en ti” (Salmo 87:7).
13. La vida escondida. “Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Col. 3:3).



1. Cristo en ti – la santificación. “Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios … santificación ..” (1 Cor. 1:30) La santificación significa nada menos que la santidad de Jesús, haciéndose mío y demostrándose en mi vida. El secreto más maravilloso para vivir una vida santa no tiene que ver con imitar a Jesús, sino permitir que las calidades perfectas de Jesús se demuestren en mi carne humana. La santificación es “Cristo en ti…” (Colosenses 1:27). Es su vida maravillosa compartida conmigo por medio de la fe como un regalo soberano de parte de la gracia de Dios.
La santificación significa las calidades santas de Jesucristo dadas a mí. Es el don de Su paciencia, amor, santidad, fe, pureza y piedad que se demuestra en y por medio de cada alma santificada. La santificación no quiere decir tomando de Jesús el poder para ser santo … es por tomar de Jesús la misma santidad que se demostró en Él, que ahora se demuestra en mí.

2. El Maestro y el Señor. “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor, y decís bien, porque yo soy … os digo: El siervo no es mayor que su señor …” (Juan 13:13, 16) Tener un maestro y señor no es lo mismo, como ser dominado y enseñado. Tener un maestro y señor quiere decir que hay alguien que me conoce mejor que yo conozco a mí mismo, que es más cercano que un amigo, y quien entiende las áreas más profundas de mi corazón y puede satisfacerlas. Nuestro Señor nunca toma medidas para esforzarme hacer lo que Él quiere. A veces deseo que me dominare, me controlare y que me haga hacer lo que Él quiere, pero no lo hará…. ¿Es Él nuestro Maestro y Señor? Las palabras tienen muy poco lugar en nuestros vocabularios. Preferimos las palabras Salvador, Santificador, y Sanador….. Él quiere que tengamos una relación en la cual Él fácilmente es nuestro Maestro y Señor de manera que ni estamos conscientes de esto: una relación en la cual solo sabemos que somos de Él para obedecerle.
3. La compasión natural contra los intereses de Dios. “…teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo …” (Hebreos 10:19) . La intercesión no quiere decir llevar nuestras simpatías y preocupaciones personales a la presencia de Dios, demandando que Él haga lo que pedimos. Nuestra capacidad acercarnos a Dios tiene que ver totalmente con la identificación del Señor con nuestros pecados, como un substituto que sabe y siente lo que es mejor para las personas. Tenemos libertad de entrar “por la sangre de Jesús.”
Ser un cabezota espiritual es el estorbo más efectivo contra la intercesión, porque se base en un “entendimiento” natural de las cosas en lo cual nosotros estamos o otros están involucrados …. Tenemos que reconocer que la identificación que Jesús tiene con el pecado significa un cambio radical de todas nuestras simpatías e intereses. La intercesión que hacemos para otras personas significa que, a propósito, sustituimos los intereses de Dios en otros, por nuestra compasión con ellos. ¿Estoy mimado, demandando lo mío, o estoy completo en mi relación con Dios? ¿Estoy demandando lo que yo quiero o estoy determinado identificarme con Sus intereses?
4. Un desánimo que duele. “... uno le dijo en el camino, ´ Señor, te seguiré adondequiera que vayas´” (Lucas 9:57). La actitud de nuestro Señor hacia este hombre fue de un desánimo severo, “porque sabía lo que había en el hombre” (Juan 2:26). Nosotros diríamos, “¡No puedo imaginar porque perdió la oportunidad de ganar a este hombre! ¡Imagínate, tratándole tan fríamente y dejándole ir tan desilusionado!” Nunca busca excusar al Señor por lo que hace o dice. Las palabras del Señor ofenden y lastiman hasta que se acaban con todo lo que puede ser ofendido y herido. Jesucristo no tiene simpatía alguna con lo que últimamente ruina a una persona en el servicio que quiere hacer para Dios. Las respuestas de nuestro Señor no están basadas en algún capricho o un pensamiento impulsivo, sino en el conocimiento de “lo que hay en el hombre.” Si el Espíritu de Dios trae una palabra del Señor a tu mente que te lastima, puedes estar seguro que hay algo en ti que el quiere lastimar hasta que muera.
Lucas 9:58 Este hombre no quería desalentar a Jesús, pero tampoco quería demostrar una falta de respeto para su padre. Nosotros ponemos un sentido de lealtad a otras personas antes de nuestra lealtad a Jesucristo, esforzándole tomar el último lugar. Cuando hay un conflicto entre tus lealtades, siempre obedece a Jesucristo, no importa lo que cuesta.

5. La fuente no sabe el efecto. “El que cree en Mí … de su interior correrán ríos de agua viva” ) Juan 7:38. Un río alcanza lugares desconocidos por su fuente. Jesús nos dijo que si hemos recibido Su plenitud, “ríos de agua vida” fluirán de nosotros, derramando bendiciones para “lo último de la tierra” (Hechos 1:8), no importa que tan pequeños nos parecen los efectos de nuestras vidas. Nosotros no controlamos el derrame – “esta es la obra de Dios, que creáis …” (Juan 6:29). Raras veces permite Dios que una persona vea la grandeza de la bendición que resulta por medio de él hacia otras personas.
El río es persistente de forma victoriosa, venciendo todas las barreras. Por alguna distancia sigue derecho, pero entonces encuentra un obstáculo. Puede estar estancado por un tiempo, pero pronto encuentra la manera de circunnavegarlo. O posiblemente lo perdimos de la vista por kilómetros, cuando fluye debajo de la tierra, pero después lo vemos otra vez más fuerte y grande que nunca… Nunca enfoca en el obstáculo o la dificultad... Enfócate en la Fuente. Nunca permitas que algo se mete entre tu y Jesucristo… nada debe distraerte de la Fuente grande y única.
Dios ha abierto verdades maravillosas a nuestras mentes, y cada una es una indicación del poder más ancho del río que fluirá por nosotros. Si crees en Jesús, verás que Dios ha desarrollado y nutrido en ti ríos poderosos de bendición para otros.
6. Elegidos para Él, no para la gente. “Jesús les dijo otra vez, … Como me envió el Padre, así también os envío.” (Juan 20:21)
Un misionero es alguien enviado por Jesucristo, como Él fue enviado por Dios. El factor que nos controla mayormente, no deben ser las necesidades de la gente, sino el mandamiento de Jesús. La fuente de la inspiración de nuestro servicio para Dios está tras nosotros, no delante. La meta es ser fiel a Él – de cumplir con Sus planes.
El gran peligro de la obra misionera es poner las necesidades de la gente antes, en lugar del llamamiento de Dios, y entonces la simpatía humanista para estas necesidades ahoga absolutamente el sentido de ser enviado por Jesús. Las necesidades son tan tremendas y las condiciones tan difíciles que cada esfuerzo de la mente falla y desmaya. La tendencia es poner a un lado la razón única que sostiene toda la obra misionera. No es en primer lugar elevar a la gente a un nivel mejor de la vida, su preparación escolar, sus necesidades, etc., sino lo primero y más importante es el mandamiento de Jesucristo, “Id y haced discípulos a todas las naciones ….” (Mateo 28:19).
Cuando observamos las vidas de hombres y mujeres de Dios, decimos, “¡Que sabiduría tan aguda e inteligente y tan perfectamente entendieron todo lo que Dios quería!” Pero la mente aguda e inteligente tras ellos fue la mente de Dios, en ninguna manera la sabiduría humana. Atribuimos el éxito a la sabiduría humana, cuando debemos reconocer la dirección divina, obrando en gente tan sencilla como niños, la gente suficiente “insensata” como para confiar en la sabiduría y la capacidad sobrenatural de Dios.
7. Perdonados por la cruz, no por el amor. “Cuando él venga, convencerá al mundo del pecado …” (Juan 16:8). Pocos de nosotros sabemos algo sobre la convicción del pecado. Sabemos lo que quiere decir ser perturbado porque hemos hecho cosas malas. Sin embargo, la convicción del Espíritu Santo borra todas las relaciones sobre la tierra y nos hace consciente solo de una, “Contra ti solo he pecado” (Salmos 51:4). Cuando una persona es convencida de esta manera, toda su conciencia le dice que Dios no atrevería perdonarle. Si Dios le perdonare, entonces esta persona tendría un sentido mayor de la justicia que lo que Dios tiene. Dios sí perdona, pero le costó quebrantar Su corazón con tristeza por la muerte de Cristo, para poder hacerlo. El gran milagro de la gracia de Dios es que perdona el pecado, y es la muerte de Jesús solo que capacita la naturaleza divino para poder perdonar y a la vez seguir fiel a Sí mismo. Es una insensatez superficial decir que Dios nos perdona porque Él es amor. Si hemos recibido la convicción del pecado, jamás lo diríamos. ¡El amor de Dios significa el Calvario y nada menos! El amor de Dios se demuestra en la cruz y en ningún otro lugar. La única base sobre la que Dios me pueda perdonar es la cruz de Cristo. Allí Su conciencia se satisface.
8. El perdón de Dios. “En quien tenemos ... el perdón de pecados ...” (Efesios 1:7). Ten cuidado de un punto de vista agradable, en cuanto de Dios como Padre, que declara: Dios es tan benigno y amoroso que por supuesto nos perdonará. Este pensamiento, basado en el sentimentalismo, no se encuentra en el Nuevo Testamento. La única base sobre la cual Dios nos puede perdonar es la tragedia tremenda de la cruz de Cristo. Basar nuestro perdón sobre cualquier otro fundamento es una blasfemia. El perdón, que es tan fácil para nosotros aceptar, costó la agonía del Calvario. Nunca debemos tomar el perdón de pecados, el don del Espíritu Santo y nuestra santificación por la fe sencilla, para después olvidarnos del costo enorme de parte de Dios que nos dio todo esto.
Lo que costó a Dios, para poder perdonar el pecado y permanecer un Dios santo, fue la cruz de Cristo. Nunca acepta un punto de vista sobre Dios como nuestro Padre, si esto anula la redención. La verdad revelada de Dios nos hace ver que sin la redención, Él no puede perdonar – chocaría con Su propia naturaleza, si lo intentaría…. Lo que despierta la fuente más profunda de gratitud en un ser humano es el perdón de Dios para sus pecados. Pablo nunca se escapó de esta realidad. Una vez que tu experimentas lo que costó a Dios perdonarte, estarás siempre cautivado por un “tornillo de banco”, constreñido por el amor de Dios.
9. “¡Consumado es! “He acabado la obra que me diste que hiciese.” (Juan 17:4). La muerte de Jesucristo es el cumplimiento de la historia del propósito y la intención de Dios. No hay lugar para pensar en Jesucristo como un mártir. Su muerte no fue algo que le aconteció – algo que podría ser evitado. Su muerte fue la razón por que Él vino.
Nunca presenta tu caso de perdón sobre la idea que Dios es nuestro Padre y nos perdonará porque nos ama. Este pensamiento contradice la verdad revelada en Jesucristo. Hace que la cruz no sea precisa o necesaria y la redención “mucho ruido y pocas nueces”. Dios perdona el pecado solo por la muerte de Cristo. Jesús es exaltado como Salvador por Su muerte. “Vemos a Jesús ... coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte” (Hebreos 2:9) La nota más fuerte de triunfo que jamás ha caído sobre los oídos de un universo asustado, fue la nota pronunciado en la cruz de Cristo, “¡Consumado es!” (Juan 19:30). Es la palabra final para la redención de la humanidad.
Cualquier cosa que disminuye o destruye totalmente la santidad de Dios, por una suposición falsa de Su amor, contradice la verdad de Dios, revelada en Jesucristo. Nunca te permitas creer que Jesucristo está con nosotros, y en efecto en contra de Dios, por un sentir de compasión o simpatía, o que por éstas, Él fue hecho una maldición por nosotros. Jesucristo fue hecho maldición por nosotros por un decreto divino. De nuestra parte es la convicción de pecados, que nos hace apreciar el significado tremendo de Su maldición. La convicción nos es dada como un regalo para la vergüenza y el arrepentimiento; es dada por la gran misericordia de Dios. Jesucristo aborrece el pecado de la gente y el Calvario mide la profundidad de su odio.
10. Tratando severamente con la gente. “No he venido para traer paz, sino espada” (Mateo 10:34). Nunca simpatices con una persona, si su situación te hace concluir que Dios está tratando duramente con él. Dios puede ser más tierno que nosotros podemos concebir, y a vez en cuando nos da la oportunidad de tratar severamente con alguien, para que Él pueda ser reconocido como la Persona tierna. Si una persona no puede hacer contacto con Dios, es porque tiene un deseo secreto que no está dispuesto abandonar. Puede ser que sí, reconoce su pecado, pero volaría por su propio poder, antes que dejaría esta cosa. Es imposible tratar simpáticamente con gente que es así. Tenemos que alcanzar la raíz profunda de su problema, lo que causará la hostilidad y el resentimiento hacia tu mensaje. La gente quiere la bendición de Dios, pero no aguantará algo que penetra al corazón de su problema.
Si eres sensible del camino de Dios, tu mensaje como Su siervo tiene que ser sin compasión y insistente, cortando a la raíz. Si no, no habrá sanidad. Tenemos que manejar el mensaje con tanto esfuerzo, para que la persona no pueda esconderse, sino que tiene que aplicar la verdad a su vida. Tenemos que tratar a la gente donde se encuentra, hasta que empiecen a reconocer su verdadera necesidad. Entonces, pon delante de ellos el alto criterio de Jesús. Su reacción podría ser, “Nunca podemos ser así.” Entonces dirías, “Jesucristo te dice que tienes que ser así.” “Pero, ¿Cómo puede ser?” “Pues, no puedes, a menos que recibes un Espíritu nuevo” (fíjate en Luc 11.13).
Tienen que tener una convicción de su necesidad, antes que tu mensaje pueda tener valor. Miles de personas en este mundo pretenden ser felices sin Dios. Pero si pudiéramos ser verdaderamente felices y morales sin Jesús, entonces ¿Por cual razón vino? Vino porque la felicidad y la paz de ellos es algo superficial. Jesucristo vino a “traer la espada” a cualquiera paz que no esté basada en una relación personal con Él.

11. La situación no requiere un poco del amor, sino una cirugía mayor. “Si yo fuere levantado … a todos traeré a mí mismo” (Juan 12:32). Muy pocos de nosotros tenemos un entendimiento sobre la razón por la cual murió Jesús. Si la compasión fuese todo lo que necesita el ser humano, entonces la cruz de Cristo es una idiotez y no hace falta absolutamente para nada. Lo que el mundo necesita, no es un poco de amor, sino una cirugía drástica.
Cuando te enfrentas con una persona perdida espiritualmente, acuérdate de Jesucristo en la cruz. Si esta persona puede acercarse a Dios por cualquier otra manera, entonces la cruz de Cristo no es necesaria. Si piensas que puedes ayudar a los perdidos con la compasión y entendimiento, eres un traidor para Jesucristo. Primeramente tu mismo tienes que tener una relación debida con Él, y entonces tienes que derramar tu vida para ayudar a otros en Su camino – no en una manera que ignora a Dios. El tema de la religión en el mundo hoy en día es servir en una manera agradable y nada polémica.
Sin embargo, nuestra única prioridad tiene que ser presentar a Jesucristo crucificado – levantarle siempre (fíjate en 1 Cor 2:2). Cada creencia que no tiene raíces firmemente plantadas en la cruz de Cristo desviará y engañará a la gente. Si el obrero mismo cree en Jesucristo y está confiando en la realidad de la redención, sus palabras serán exigentes. Lo que es extremadamente importante es que la relación sencilla entre el obrero y Jesucristo esté fuerte y siempre creciendo. Su utilidad para Dios depende de esto y solo esto.
El llamamiento de un obrero nuevotestimentario es para exponer el pecado y revelar a Jesucristo como Salvador. Como consecuencia, no siempre puede ser amistoso y encantador, sino que tiene que estar dispuesto ser duro para llevar acabo la cirugía crucial. Somos enviados de Dios para exaltar a Jesucristo, no para tener hermosas charlas. Tenemos que estar dispuestos a examinar a otras personas de igual manera que Dios nos ha examinado. Tenemos que estar muy sensibles a los pasajes de la Escritura que traerían la verdad al corazón, y entonces no debemos tener miedo de aplicarlos.
12. Extraer la nueva vida. “Todas mis fuentes están en ti” (Salmo 87:7). El Señor nunca “repara” nuestras virtudes naturales, es decir nuestras características o calidades naturales. Él renueva una persona en lo interior. “Vestíos del nuevo hombre” (Efesios 4:24). En otras palabras, tenlo de seguro que en nuestra vida terrenal en el cuerpo, tenemos que vestirse de todo lo que tiene que ver con la vida nueva. La vida que Dios pone en nosotros produce sus propias virtudes, no las virtudes de la simiente de Adán, sino de Jesucristo. Cuando Dios empiece la obra de la santificación en tu vida, verás como Dios causa que tus virtudes y poderes naturales se desvanece. Seguirá hasta que aprendas extraer del depósito de la vida resucitada de Jesús.
¡Da gracias a Dios por la sequedad que produce esta desconfianza en tus propias virtudes! Nos aferramos a nuestras virtudes naturales, pero Dios intenta de ponernos en contacto con la vida de Jesucristo; una vida que no podemos describir en términos de virtudes naturales. Es la cosa más triste ver a personas que intentan servir a Dios, dependiendo de lo que la gracia de Dios nunca les ha dado. Ellos dependen solamente de lo que han conseguido por la herencia de sus antepasados. Dios no transforma nuestras virtudes, porque jamás producirán lo que Jesucristo requiere. Ningún amor natural, ninguna paciencia o pureza natural puede satisfacer Sus demandas. Pero en nuestros cuerpos naturales puede ver una armonía con la vida nueva que Dios ha puesto en nosotros y así se puede demostrar en nosotros las virtudes que caracterizaban al Señor Jesús.
13. La vida escondida. “Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Col. 3:3). Vivir una vida santificada es la cosa más segura posible, porque Dios omnipotente te respalda. Lo más peligroso e inseguro es intentar de vivir sin Dios. Para la persona nacido de nuevo, es más fácil vivir una vida en buena relación con Dios que fracasar, tomando en cuenta que hacemos caso cuando Dios nos advierta y que “andemos en la luz” (1 Juan 1:7).
Cuando pensamos en ser librado del pecado, ser “lleno del Espíritu” y “andar en la luz”, imaginamos el pico de una gran montaña. Lo vemos tan alto y maravilloso que nos hace decir, “¡Jamás podré vivir allí!” Sin embargo, cuando llegamos por la gracia de Dios, vemos que no es un pico montañoso, sino una meseta con bastante lugar para vivir y crecer. “Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado” (Salmos 18:36).
Cuando en verdad veas a Jesús, te desafío poder dudarle. Cuando oyes que te dice, “No se turbe vuestro corazón …” te desafío poder estar preocupado. Es casi imposible dudar cuando Él está presente. Cada vez que tienes contacto personal con Jesús, Sus palabras son una realidad para ti. “Mi paz os doy” – una paz que te trae una confianza no restringida y te cubre por completa … tu vida esta escondido con Cristo en Dios y la paz de Jesucristo que no puede ser estorbada ha sido dada a ti.


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