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Lowell Brueckner

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Apocalipsis 3:7-13

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La iglesia en Filadelfia
  
7.      Y escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre, dice esto:
8.      Yo conozco tus obras. Mira, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de poder, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.
9.      He aquí, yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que yo te he amado.
10.  Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra.
11.  Vengo pronto, retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona.
12.  Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo.
13.  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Una historia de Filadelfia

Alașehir, Turquía, el sitio del antiguo Filadelfia
Antes de adentrarnos, históricamente, en la ciudad de Filadelfia, su mensaje y lo que significa para la historia de la iglesia, quisiera escribir lo que mueve mi corazón en este momento. Justo, por la mañana, vi a nuestra nieta, Jessica, interpretar con señas una canción contemporánea de Navidad para sordos, “Noel”, y quedé prendido por una sencilla línea: “¡Ven y ve lo que Dios ha hecho!” Sí, mira a este infante recién nacido, en un pesebre, en un lugar para los animales, a un lado del mesón. Mira en ese cuerpecito, a Alguien que el mundo jamás había visto… algo que solamente Dios pudo hacer: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Is.7:14).

Justo después de ver a Jessica, abrí mi Biblia en Isaías 64 para preparar la grabación de un programa de radio; una serie de estudios expositivos sobre el gran profeta inspirado. En el programa anterior, habíamos estudiado los últimos versículos del capítulo 63: “Nuestros adversarios han pisoteado (tu santuario). Hemos venido a ser como aquellos sobre los que nunca gobernaste, como aquellos que nunca fueron llamados por tu nombre” (Is.63:18-19).

En el capítulo 64, el profeta clama con un apasionado y desesperado ‘¡Oh!’… “¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras, si los montes se estremecieran ante tu presencia (como el fuego enciende el matorral, como el fuego hace hervir el agua), para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, para que ante tu presencia tiemblen las naciones!” (Is.64:1-2). Es un llamado pidiendo un reavivamiento, una visitación celestial sobre la tierra para experimentar días del cielo sobre ella. Al terminar el programa, mandé un texto al técnico de la emisora: “Pedro, me parece que la palabra para la iglesia, hoy en día, es reavivamiento. Al menos, así lo siento yo”.



La ciudad de amor fraternal… esto es lo que quiere decir Filadelfia. La ciudad fue establecida en el año 189 a.C. por el rey Eumenes II de Pérgamo. Nombró a la ciudad por el amor de su hermano y sucesor Attalus II, cuya lealtad le hizo ganar el apodo ‘Filadelfos’, significando, literalmente, “el que ama a su hermano”. Un descendiente entregó el reino a sus aliados, los romanos, en el año 133 a.C. Roma estableció la provincia de Asia en el año 129 a.C., al combinar Jonia con el reino de Pérgamo. Filadelfia está situada sobre una llanura fértil junto al antiguo río Hermo, a menos de 50 kilómetros al sur de Sardis.

Las ruinas del teatro romano en Filadelfia
Muy al principio de su historia, familias judías se mudaban a esa región, estando muy establecidas allí en el tiempo de los apóstoles. Filadelfia estaba bajo el distrito administrativo de Sardis y, en el año 17 d.C., un devastador terremoto arruinó la ciudad. Roma la eximió incluso de pagar impuestos. Agradecida por ello, la ciudad de Filadelfia estableció la secta que adoraba a césar y acuñó monedas con las palabras, “barrendero del templo”.

El cristianismo tuvo un poderoso efecto sobre esta ciudad. Ignacio envió una carta a esta iglesia y la visitó, antes de ser martirizado en Roma. Sin embargo, es obvio que la ciudad no había sido enteramente convertida, ya que en el siglo VI fue llamada, “el pequeño Atenas”, por sus festivales y templos paganos. Cerca del año 600 d.C., fue edificada la basílica de San Juan, cuyas ruinas pueden verse ahora. Durante varios siglos, Filadelfia resistió la conquista de los otomanos, hasta el año 1390, después de que todas las demás ciudades de Asia Menor se hubiesen rendido a ellos. Hoy, las únicas ruinas que restan del tiempo del apóstol Juan, es un pequeño teatro romano. Actualmente, la ciudad de Alașehir se encuentra en ese lugar y, en 1990, contaba con una población de 36.649 habitantes y 45 mezquitas.

Una puerta inmovible

El primer detalle que debe ser considerado en el estudio de cualquier iglesia, pasada o presente, es su relación con Cristo, y ésta tiene que ser desde Su punto de vista y no desde el nuestro. Esto es exactamente lo que tenemos al principio de cada uno de los siete mensajes a las iglesias. En Filadelfia, Él es el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, y el que abre y cierra con una autoridad que nadie puede desafiar.

En primer lugar, Él es el Santo, el que es único, apartado por Dios sobre todo lo demás. Al declarar este punto, podríamos hacer un estudio extenso de la carta de Pablo a los Colosenses, del libro de Hebreos y de otras muchas porciones de la Escritura. Pero, por el momento, nos limitaremos a unos pocos comentarios sobre lo que está escrito en Colosenses.

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col.1:15). El primogénito no apunta al tiempo, sino a la posición predominante, cláusula que podría ser traducida como, “el primogénito sobre toda creación”. Él está muy por encima de todo lo que es creado y Él es la imagen misma de Dios, co-igual con el Padre y el Espíritu Santo. Él dijo: “Él que me ha visto a mí, ha visto el Padre” (Jn.14:9).

“Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen (griego: se mantienen unidas)(Col.1:17). ¿Por qué razón se mantienen unidos los átomos? El científico no podrá contestar esta pregunta porque no existe una explicación científica que demuestre la razón por la cual toda la creación se mantiene unida. Sin embargo, la Biblia nos declara que Jesús es el ‘pegamento divino’, quién impide el caos cósmico. Al final, Él quitará Su mano y los cielos y la tierra se desbaratarán.

“Él es también la cabeza del cuerpo, que es la iglesia”, y ningún ser humano puede tomar esta posición, ni siquiera de forma limitada. “Él es el principio, el primogénito de entre los muertos”, significando Su posición dominante sobre la muerte, asegurando así la resurrección de cada creyente. “No era posible que Él quedara bajo el dominio de ella” (Hch.2:24). “A fin de que Él tenga, en todo, la primacía” (Col.1:18), significando que Él tiene la prioridad, sobre todo. Esto resume la posición del Santo, apartado y único por Sí mismo, sobre todo. Él es el Santo y la Cabeza sobre Filadelfia, por tanto, “¿quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?” (Ro.8:34-35).

Sigue diciendo que Él es el Verdadero. Él es la verdad personificada; Él dijo: “Yo soy la verdad” (Jn.14:6). Él es la plenitud de la verdad, a tal grado que nadie tiene por qué mirar en otra dirección. Él es auténtico y en Él no hay nada sintético. Volvamos a Colosenses para ver la excelente e inspirada conclusión de Pablo: “En quien (en Cristo) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento… Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo” (Col.2:3,8). La iglesia de Filadelfia tiene toda la plenitud y toda la suficiencia en Cristo.

Él tiene la llave de David (v.7). Esta declaración está basada en la profecía de Isaías, a quien Cristo cita con toda confianza, por tener toda la autoridad, ya que es la palabra inspirada del Espíritu Santo. En el tiempo de Isaías, el mayordomo del palacio de Ezequías, Sebna, tenía la posición más alta delante del rey, pero fue degradado y desplazado por Eliaquim, elegido por Dios para tomar su lugar. “Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá” (Is.22:22).

Cito mis comentarios sobre el libro de Isaías: “Una vez más, después de Su ascensión y glorificación, Jesús comprueba que Su doctrina no es Suya, sino la de Su Padre. A la iglesia con “poco poder” que ha guardado Su palabra, le ha sido dada “una puerta abierta”. ¡Qué ejemplo más rico nos ha dado Isaías! Eliaquim fue un prototipo de Cristo, y Filadelfia siguió en las pisadas de Cristo.”

“Sea como individuo o como iglesia, que el Señor nos dé el privilegio de representarle fielmente. Padre, que el Cristo viva en nosotros con Sus atributos. Danos la santidad… es decir, que seamos apartados totalmente para Ti, y haznos caminar en la pureza. Haznos verdaderos, es decir, fieles y genuinos, sin nada de hipocresía. Que entremos por puertas que Tú abras, para así estar involucrados en Tus cosas eternas (v.22).”

“El versículo 23 sigue derramando aún más bendición sobre Eliaquim: “Lo clavaré como estaca en lugar firme, y será un trono de honra para la casa de su padre”. ¡La mano omnipotente de Dios clavará la estaca! Puedes asegurarte que esa estaca permanecerá en su lugar, porque depende del poder del Todopoderoso. El escritor de Hebreos escribió de “una salvación tan grande”. No la desbarates ni la debilites por ponerla en las manos de los hombres. Pedro infiere que la estaca está pegada a una “herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación, que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 P.1:4-5).”

“El versículo 24 continúa definiendo esta posición de Filadelfia, dada por Dios: Colgarán de él toda la gloria de la casa de su padre, descendencia y prole, todas las vasijas menores, desde los tazones hasta los cántaros”. Puedes colgar el peso que quieras sobre esta estaca; porque quedará firmemente en su lugar. El peso es lo que Pablo definió como un “excelente y eterno peso de gloria” (2 Co.4:17), que es lo que espera a Eliaquim en la casa del Padre hasta la eternidad, no medida por el tiempo. El Padre le ha clavado y le ha llamado para eso.”

“Al terminar el capítulo, es decir, el versículo 25, el Señor se refiere otra vez a Sebna: La clavija clavada en un lugar firme se añejará, se quebrará y caerá”. La posición del hombre es inestable y débil y, aunque está “clavada en lugar firme”, no fue una obra de la mano del Todopoderoso. Cederá, caerá y se romperá, y lo que depende de ella caerá juntamente. Esta es la palabra de Dios, compartiendo con nosotros el futuro de lo que es puesto por los hombres y de lo que es nombrado por Dios.”

Dios, en Su soberanía, ha posicionado la Iglesia de Amor Fraternal dentro la Ciudad de Amor Fraternal, aunque, ciertamente, se refiere a una forma de amor más alta de lo que era secular en la ciudad. Filadelfia, probablemente, no era una iglesia grande, sino lo suficientemente débil como para depender de Dios. Están mirándole a Él para que les dé fuerzas, y sus obras son hechas en el poder del Espíritu Santo. Él pone a la iglesia en una posición en la que es imposible fracasar. De esta manera, ellos guardan Su palabra y son fieles a Su nombre. Buscan Su dirección para poder encontrar la puerta abierta que les guíe a la voluntad eterna de Dios (v.8).

Una puerta abierta significa la oportunidad de tener un ministerio exitoso (fíjate en Hch.14:27; 1 Co.16:9; 2 Co.2:12; Col.4:3). Un verdadero siervo de Dios sabe bien que, aunque haya mucha resistencia, la puerta que Dios abre, no puede ser cerrada. Muchos cristianos se atrasan porque están dando mucha importancia a los obstáculos que hay en su camino.

La oposición, una vez más, viene del mundo religioso de los judíos. Jesús tiene un discernimiento perfecto y una percepción clara sobre a qué están adorando. No es la obra de Dios, de ninguna manera, sino que están siendo inspirados por el enemigo. ¿Cómo percibe Él a las iglesias y organizaciones que se oponen al reavivamiento, al derramamiento del Espíritu, y a las manifestaciones de Sus dones? Pablo pudo ver que, para que alguien pueda ser un verdadero judío, tiene que depender de mucho más que de su linaje. “Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes… Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Ro.9:8,16).

El mismo principio se aplica a los verdaderos cristianos. Ni la denominación, ni la iglesia, determinan si los líderes o miembros son genuinos, sino el llamamiento de Dios, Su misericordia y amor para con ellos. “El que me ama, será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él… Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada” (Jn.14:21, 23). La aprobación de Dios será tan evidente que aún los enemigos lo notarán (v.9, ve a Fil.2:10-11). Puedes estar seguro de que Dios tratará con los enemigos, pero la iglesia tiene que concentrarse en guardar Su palabra.

Guardada de la hora de la prueba mundial

No tengo ninguna duda de que “la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo”, del versículo 10, se refiere a la Gran Tribulación, de la que Él habló en Mateo 24:15-21. Daniel también escribió acerca de ella en Daniel 12:1, y Jeremías profetizó: “¡Ay! Porque grande es aquel día, no hay otro semejante a él; el tiempo de angustia para Jacob, mas de ella será librado” (Jer.30:7). Estudiaremos este día de angustia para Jacob en el capítulo 12.

Warren Wiersbe comenta: “Seguramente esto se refiere al tiempo de la Tribulación… ‘el tiempo de la angustia de Jacob’. No está hablando de alguna prueba local, porque involucra a ‘los que habitan sobre la tierra’”. Jamieson-Fausset-Brown añade: “La palabra de mi perseverancia, es lo que nos enseña a perseverar, esperando Mi venida… Por eso en Ap.3:11 sigue, ‘Vengo pronto’. La hora de prueba habla precisamente de ‘la prueba’, la dura prueba que está llegando: el tiempo de la Gran Tribulación antes de la segunda venida de Cristo.” John MacArthur dice simplemente: Este periodo se describe por todos los capítulos del 6 al 19. La segunda parte es llamada, ‘La Gran Tribulación’.

Tenemos delante una de las grandes evidencias de que Jesús, al hablar a las siete iglesias de Asia Menor, está apuntando más allá, a la iglesia de los últimos tiempos. La sencilla palabra de, en la frase “te guardaré de la hora de la prueba”, es de mucha importancia aquí. Es el prefijo griego ek, hallado también en la palabra ekklesia, es decir, iglesia en español. Quiere decir fuera de, y no quiere decir en, que en el caso de la iglesia significa un pueblo llamado fuera del mundo. Aquí significa que la iglesia del último tiempo no será guardada en la Tribulación, sino que será guardada fuera de la Tribulación.

“Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados” (1 Tes.4:17). Pablo declara, “los que estemos vivos”, aunque sabemos que Pablo ha muerto. ¿Cómo explicaremos esto? Pablo habla por el Espíritu Santo acerca de la iglesia de los últimos días. En el versículo 11, Cristo habla específicamente a la misma iglesia y hallaremos mucho de lo mismo en el libro de Apocalipsis. De hecho, los Evangelios se refieren mucho al pueblo de los últimos días, y aquí tenemos una palabra de Pablo que es específicamente para el pueblo de los últimos tiempos. Esto es profecía, y es para los que necesitarán y recibirán esta palabra profética en aquel día; ellos también oirán, “vengo pronto”, al ver las nubes de la tormentosa Tribulación amontonándose en el horizonte.

Como hemos visto antes, el mandamiento de Cristo, una vez más, no es para un logro sobresaliente, sino para una fidelidad simple. A la luz de los eventos futuros que hemos estado considerando, la corona, mencionada en el versículo 11, puede ser la corona de la reina, la iglesia que reina con el Rey, Cristo. “Si perseveramos, también reinaremos con Él” (2 T.2:12). Alrededor del trono de Cristo, los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos se postraron y cantaron: “Reinarán sobre la tierra” (Ap.5:10). En Apocalipsis 20:4, Juan lo mira de antemano: “También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar”. Para la iglesia de Filadelfia no hay ninguna crítica, algo asombroso, porque se refiere a un tiempo muy oscuro, como lo serán los últimos días.

Estamos aprendiendo a extraer una palabra para el individuo al terminar el mensaje a cada iglesia. Es para Aquel que vence. También hemos aprendido que no hay excusa para el individuo que fracasa cuando la iglesia fracasa. Pero aquí, aprendemos que la victoria de la iglesia no quiere decir que es una victoria para cada miembro de ella. ¡Él, individualmente, tiene que triunfar! Es la responsabilidad de cada individuo (v.12).

Para los que no hallan una seguridad o estabilidad en este mundo, Cristo da una promesa de seguridad celestial. Él mismo, el que pone toda su confianza en el Omnipotente, y deposita y se abandona totalmente a Su cuidado, será una columna en el templo de Dios. Será identificado con Dios y llevará Su nombre (fíjate en el comentario sobre 2:17). Apocalipsis 22:4 dice: “Su nombre estará en sus frentes”. Su ciudadanía está en la Nueva Jerusalén, que estudiaremos en el capítulo 21. “Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el señor Jesucristo” (Fil.3:20). Él será completamente una posesión de Cristo. Pero, acerca del nombre nuevo de Cristo, solamente podemos especular, porque su significado está reservado hasta el tiempo de los cielos nuevos y la tierra nueva. 

El miembro de la iglesia de Filadelfia ha sido bendecido, porque desde el principio, al nacer de nuevo, él ha oído lo que el Espíritu Santo dice (v.13). Hemos estado considerando una iglesia relativamente pequeña que ha dependido del poder y la enseñanza del Espíritu. Ministra por el Espíritu y entra por puertas que el Espíritu de Dios abre. En la voluntad de Dios ha encontrado utilidad abundante.

…………………………

Debido a que es tan evidente que el mensaje a Filadelfia fue dado para una iglesia del futuro, hemos escrito varios párrafos sobre el tema. Tiene que ver, no solamente con la iglesia, sino también con el individuo. Aquí añadiremos más detalles acerca del lugar que Filadelfia representa en la iglesia histórica. Filadelfia es una iglesia que recobró fuerza después de la muerte del periodo anterior, representado por Sardis. En su debilidad, se volvió a Dios para poder tener fuerzas y así recibió su poder. Fue una iglesia reavivada… es la iglesia que representa el reavivamiento.

La iglesia de Sardis, como Sebna, oficial del estado en el tiempo de Ezequías, no fueron dignos de la llave de David. Cristo es quien posee la llave y abre la puerta para la iglesia, representada por Filadelfia. Hombres espirituales del movimiento anabaptista, que fueron fuertemente perseguidos por los reformistas y católicos, llevaban la luz de los siete candelabros adelante. Después, los anabaptistas fueron denominados bautistas, aunque también el movimiento menonita salió de ellos. Todos creían en la separación de la iglesia y el estado.  

Avivamientos, como los de John Wesley, George Whitefield, Charles Finney y  D. L. Moody, han caracterizado este periodo de la iglesia, que empezó, más o menos, a la mitad del siglo XVIII. Fue un tiempo en el que Dios levantó a personas comunes e insignificantes para hacer proezas en el poder del Espíritu Santo.

La iglesia morava fue una que se reavivó. Empezó con la enseñanza de un sacerdote católico convertido, John Hus, que fue martirizado por la iglesia romana en el año 1415 d.C., cien años antes de la Reforma. Seguramente, fue un precursor de la Reforma; muchos de los reformistas se referían a él.

Lema de los moravos
Sus seguidores establecieron una iglesia en Bohemia, fuera de la iglesia católica, que sobrevivían como un movimiento clandestino hasta que, en 1722, se refugiaron en Alemania, en el terreno del conde Nikolaus Ludwig von Zinzendorf. Dios había preparado este vaso para ellos, que encontró un nuevo nacimiento en Cristo. Él daba la bienvenida a los refugiados, entre los seguidores de Hus en Moravia, y con ellos, comenzaron a buscar a Dios, esperando un movimiento de Su Espíritu. Empezaron una cadena de oración, 24 horas al día, que es famosa, porque perduró 100 años en la parte éste de Alemania, llamada por ellos, Herrnhut (La Vigilia del Señor).

El 13 de agosto, de 1727, el Espíritu Santo fue derramado sobre los creyentes, mientras tomaban la Santa Cena en una iglesia luterana, edificada por la abuela de Zinzendorf. Tuve el privilegio de visitar este lugar hace muchos años y, Leonard Ravenhill, me pidió tomar fotos (las tengo que buscar.) El movimiento del Espíritu trajo el amor de Filadelfia sobre los creyentes, seriamente divididos anteriormente por argumentos doctrinales. Herrnhut, podemos decir, llegó ser la ciudad de amor fraternal. Al resucitar la iglesia, el Señor abrió una puerta al mundo, y misioneros de Herrnhut fueron a muchas partes del planeta, lugares especialmente difíciles. Fue el principio de la obra misionera moderna, de la cual podría decir mucho más, pero no puedo tomar tanto espacio (estudia tú mismo esta historia tan interesante y vital).

Los moravos alcanzaron a los nativos americanos
Por medio de los moravos, John Wesley nació de nuevo y, junto con George Whitefield, trajo el reavivamiento a Inglaterra, que se extendió hasta América (mira como el plan de Dios evoluciona metódicamente, sin supervisión humana). En 1793, William Carey navegó a la India, abriéndose después una puerta a China, Japón, Corea, África y a las islas del mar. En América, el avivamiento continuó por medio de Jonathan Edwards. Después, un aprendiz de abogado, Charles Finney, fue grandemente utilizado por Dios, en el éste de los Estados Unidos. D. L. Moody, un vendedor de zapatos, un hombre sencillo, casi sin educación escolar, encendió una llama espiritual en los Estados Unidos y cruzó el Atlántico para avivar Inglaterra. Filadelfia sigue existiendo con las iglesias de Tiatira y Sardis hoy en día, pero su candelabro ha perdido mucho de su brillo y poder durante el siglo XX. Al mismo tiempo, la iglesia que ocupa el séptimo candelabro se ha levantado. La estudiaremos en el siguiente artículo.   


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