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Buenos libros, la teología, y el Antiguo Testamento

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Déjame tratar brevemente tres peligrosos asuntos que hombres mal informados enseñan hoy en día. Estos han producido los “cristianos” inestables y desequilibrados que observamos entre nosotros demasiado a menudo y está contribuyendo grandemente a la apostasía de estos tiempos.  

Acabo de leer la biografía de 600+ páginas de Leonard Ravenhill, un hombre de Dios que conocíamos, Margarita y yo, personalmente. Uno de los últimos capítulos trataba de dos pasiones del hombre – los viejos himnos y buenos libros. A través de los años, cristianos verdaderos han sabido el valor de buenos libros, como suplementos a la Biblia y siempre recomendaban a los nuevos creyentes leerlos. El autor de la biografía, Mack Tomlinson, explica porque:
“Es un hecho de humildad leer libros, porque es un reconocimiento que no poseemos todo lo que necesitamos saber. Los libros son necesarios en la vida cristiana para tener conocimiento, entendimiento, y para ganar un perspectiva más amplia y madura. Es sano admitir que necesitamos ayuda de las riquezas de conocimiento de otras personas y es arrogante pensar de otra manera.”
C. S. Lewis añade: “Al abrir un libro para leerlo, estamos confesando la insuficiencia de nuestro propio punto de vista.”

Ayer leí un comentario de una persona que había tenido el cerebro lavado en cuanto de la teología. ¿Por qué es que hoy tantas personas han sido enseñadas aborrecer la teología?  C. S. Lewis otra vez dice: “Si no escuchas la teología, eso no significa que no tienes ideas en cuanto de Dios, sino que tienes muchas ideas equivocadas.”  Lo que quiere decir es que si una persona no quiere saber nada de teología, es porque tiene ideas muy equivocadas en cuanto de Dios. La teología le corrige, y no aguanta la corrección.

Hace años participé con un programa de enseñar toda la Biblia en un período de tres años. Los estudios tomaron lugar dos veces a la semana por la tarde y consistían de dos clases de tres horas cada vez. Yo daba la primera clase sobre el Nuevo Testamento y seguía otro con una sobre el Antiguo Testamento. Siempre asistían dos hombres a mi clase y salián inmediatamente después. Supe que eran de una secta que creía que en estos tiempos, no debemos estudiar más el Antiguo Testamento. Es una doctrina de demonios, porque es la obra del diablo quitarnos la Palabra de Dios, sea una parte o toda.  

El verdadero creyente sabe que el Antiguo Testamento como el Nuevo es la Palabra de Dios, y siendo así no es posible medir su valor. ¿Podemos comparar el Antiguo con el Nuevo? No, no es posible hacer comparaciones entre lo que es sublime y celestial. Los que hacen comparaciones no tienen una comprensión de lo que es en verdad esta Palabra y no la dan su aprecio merecido.

Fija en lo que dice David Wilkerson tocante el Antiguo Testamento:

¿SIGUE SIENDO RELEVANTE EL ANTIGUO TESTAMENTO?
by David Wilkerson (19 de mayo, 1931 – 27 de abril, 2011)

Una vez escuché a un ministro decir a una audiencia, "El Antiguo Testamento no es relevante para nuestro tiempo así que no hay necesidad de estudiarlo más."

¡Qué equivocado estaba! Una razón por la que me encanta leer el Antiguo Testamento es porque explica el Nuevo Testamento en términos claros y sencillos. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, Israel es un tipo de la iglesia y Egipto representa el mundo. El viaje de Israel por el desierto representa nuestro trabajo espiritual como cristianos. Además, el árbol que sanó las aguas de Mara es un tipo de la cruz de Cristo y la roca que produjo agua en el desierto es un tipo de nuestro Salvador.

La Escritura deja claro que todas las batallas físicas de Israel reflejan nuestras batallas espirituales de hoy: " Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos." (1 Corintios 10:11). Incluso el tabernáculo y su mobiliario son ejemplos de las cosas celestiales: "los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo; pues, dice El: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte"(Hebreos 8:5).

Todos estos ejemplos del Antiguo Testamento tienen la intención de no dejarnos caer en la incredulidad, como hizo Israel. El autor de Hebreos escribe: "Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia" (4:11). En otras palabras, "¡Estudia el Antiguo Testamento y aprende del ejemplo de Israel. No cometas los mismos errores que ellos!"

Cuando no entiendo una verdad del Nuevo Testamento, me dirijo al Antiguo Testamento para encontrar que ha sido ilustrada de alguna manera. Por ejemplo, digamos que quiero aprender a derribar muros espirituales que el diablo pueda haber acumulado en mi vida. Entonces, voy a la historia de Josué para ver cómo los muros de Jericó se derrumbaron. La batalla física entre Israel y los muros me proporciona una imagen y un modelo que me ayuda a entender cómo puedo derribar todos los muros que me impiden alcanzar la plenitud en Cristo.


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