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Lowell Brueckner

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10 - 16 mayo Meditaciones diarias

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10 de Mayo Salmo 36:8-10

8. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás
    del torrente de tus delicias.
9. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
10. Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de
    corazón.

  La luz que alumbra a los corazones cristianos en su búsqueda, brilla hacia el
cielo, donde tienen su ciudadanía. Sería bueno volver a cantar algunos de los
cantos que entonaron antiguos cristianos: “No puede el mundo ser mi hogar,
en gloria tengo mi mansión”; aunque muchos, muchos cristianos de hoy en día,
estarían cantando una mentira. Ellos mismos, por estar deleitándose con las cosas
que el mundo ofrece, se están privando de poder gozar lo mejor que Dios tiene
para ellos; Su casa repleta y el río de Sus delicias, cosas que sólo están al alcance
de aquellos que desean disfrutar exclusivamente de los lugares celestiales.
 
  Él “nos bendijo con toda bendición ESPIRITUAL en lugares CELESTIALES
en Cristo”. ¡Bienaventurada la persona que entra en su aposento, cierra la puerta,
y es transportada, no por imaginación, sino por revelación, al país de Dios! Estoy
convencido de que para aquella persona, el cielo puede ser más real que el mundo
mismo. Enoc fue este tipo de persona antes de ser, literalmente, llevado al cielo.
Algunos piensan que una persona que anhela el cielo ansiosamente no puede ser
útil aquí en la tierra, pero es al contrario, las personas así son las únicas que
pueden traer las bendiciones del cielo a la tierra. Los primeros líderes del
cristianismo se dedicaron a la oración y llenaron Jerusalén de perfume celestial.
Cada avivamiento empieza con unas cuantas personas que se sumergen en el río
de Dios y canalizan sus aguas, para así poder regar los desiertos espirituales
habitados por gente perdida y convertirlos en paraísos.
  La petición que David le hizo a Dios, fue que le diera luz para continuar su
camino. Fíjate en el versículo 10: “Extiende (literalmente continúa) tu misericordia
a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón”. La misericordia se
extiende para llevarnos más allá de donde estamos hoy. Es una oración necesaria,
porque Mateo nos escribe (en el capítulo 25) acerca de cinco vírgenes, cuyas
lámparas se apagaron. La conclusión de la historia, revela que el Señor nunca
las conoció. El camino de la vida que Dios alumbra para nosotros, empieza y
termina en una relación con Dios, y entramos en ella por un encuentro personal
con Él.

11 de Mayo Salmo 36:9-10

9. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
10. Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de
      corazón.

  Un principio espiritual afirma que “a todo aquel que tiene, se le dará”. Sólo
aquel que tiene el amor de Dios derramado en su corazón puede recibir de continuo
Su misericordia. Sólo el recto de corazón continúa en Su justicia. El que conoce
al Señor prosigue en conocerle (fíjate en Os. 6:3). “En Su luz veremos la luz”.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta
que el día es perfecto”. La llama de anhelo que arde en el corazón de la persona
alumbrada, le hace recibir más de la luz. Dios mismo ha encendido la llama y, cuanto
más se consume, más fuerte arde. ¿Qué podrá satisfacer a esta ardiente
llama? “Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Sal. 17:15). El
alma inspirada por Dios sólo podrá satisfacerse cuando vaya a vivir a Su presencia
en el cielo. “Seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.
  Los que están reposando en Sion me molestan (fíjate en Am. 6:1). Ellos serán
los primeros a los que el enemigo llevará cautivos (Am. 6:7). ¡Que Dios nos libre
de la autosuficiencia! ¡No permitas, Señor, que caigamos en un conformismo
que acepta las cosas tal y como son! ¡Arde, oh llama de Dios! ¡Que Tu misericordia
y Tu justicia continúen obrando en nosotros!

12 de Mayo Salmo 36:11

11. No venga pie de soberbia contra mí, y mano de impíos no me mueva.

  En este versículo, aprendemos acerca de dos extremidades malignas: la mano
y el pie. En primer lugar, tenemos que oponernos al pie de soberbia. Es inútil
intentar detener una mano que roba, si no controlamos primeramente el pie. La
mano no hace nada, si el pie no la lleva a su destino. La maldad no tiene como
prosperar, si nosotros incapacitamos la soberbia que la moviliza y motiva. “Antes
de la caída, la altivez de espíritu”. Toda la maldad del mundo no puede tocar
el corazón del humilde. Solamente los orgullosos se atreven a quebrantar los
mandamientos de Dios; solamente los arrogantes blasfeman, y solamente los
soberbios quieren vivir independientes de Él. Si puedes hacer la zancadilla al pie
de soberbia antes de que pueda moverse, entonces podrás guardarte lejos de la
maldad.
  Cuando David llegó a sentirse autosuficiente como rey, es cuando creyó que
él era demasiado importante como para ir a la batalla. Su actitud arrogante le
llevo al “techo de la lascivia y el homicidio”. Salomón, su hijo, subió con los dos
pies al mismo “techo” en la altivez de su próspero reino, tomando a muchas
mujeres extranjeras y aferrándose a sus ídolos. ¿Cómo podremos detener la
soberbia, enemigo tan veloz, antes de que nos alcance y la maldad nos lleve fuera
del camino de la justicia? Sólo la luz de Dios nos hará ver cuando se aproxima
el pie de soberbia y nos avisará a tiempo.

13 de Mayo Salmo 36:9, 12

9. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
12. Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron derribados, y no podrán
      levantarse.

  Necesitamos saber tanto de los fracasos como de los éxitos, y la Biblia nos
habla acerca de las dos cosas. Las historias más temibles de la vida real, que
jamás han sacudido a las almas al leerlas, se encuentran en las páginas de las
Sagradas Escrituras. Pertenecen a personas que anduvieron sobre la faz de esta
tierra; cayeron, fueron derribadas y no podrán levantarse otra vez. En este
momento, sus almas abandonadas son atormentadas en llamas que nunca se
apagarán. El Faraón está allí. Su maldad y crueldad fue intolerable, así es que
Dios endureció su corazón contra los hechos que indudablemente procedían de
un poder soberano. Jezabel también está. Ella peleó en contra de Dios y Sus
profetas hasta el día de su muerte. Desde entonces sus gritos resuenan por los
corredores del Hades. Amán también está con ellos. Su ira se encendió porque
la rodilla de Mardoqueo no se doblegó ante él, y la llama de la ira le hizo, en
un arranque de cólera, procurar la muerte de todos los judíos. La fuerza que
motivó a Amán, al igual que a los demás mencionados en este párrafo, se llama
orgullo, y esto fue lo que le llevó a la horca. Esta misma fuerza ha condenado a
multitud de personas.
  Estas historias de la Biblia tienen un propósito. Son la luz que nos guía a la
vida y nos amonestan de cada peligro y trampa que es puesto en nuestro camino.
Guía, luz benigna, en medio de las tinieblas que nos rodean,
¡Guíame adelante! La noche es oscura y estoy lejos de casa.
¡Guíame adelante! Guarda mis pies;
No pido ver en la distancia; un paso más es suficiente para mí.

14 de Mayo Salmo 36:9, 12

9. Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
12. Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron derribados, y no podrán
      levantarse.

  Pecar en contra de la Luz es pecar en contra de la Vida. Jugamos con la muerte,
cuando resistimos Sus rayos y rechazamos Sus amonestaciones. ¿Cuántas personas
han pensado que podrían guardar un pecado secreto y entretenerlo en la privacidad
de su propio corazón sin después verse expuestos a la vergüenza pública? ¡Cómo
se irritaban en contra de la voz del predicador de justicia! Le llamaban criticón,
legalista, o simplemente decían que era un hombre negativo. Ahora, ¿dónde están
las prendas de falsa gracia y amor lujurioso con las cuales se vistieron?
  Uno puede sentirse consolado y en paz, pero si este sentir de bienestar procede
de una resistencia a la Luz, traerá duras consecuencias. Cuando esta Luz nos
alumbra, nos hace sentir incómodos y nos quita “la paz”; pero si dejamos que
sus rayos penetren hasta lo más profundo de nuestro ser y respondemos
positivamente, entonces, como la mujer samaritana, nos regocijaremos por haber
hallado al Cristo de verdad y justicia, quien nos dirá todo lo que hemos hecho.
Sólo Él, quien es la luz, da el agua de vida que salta para vida eterna.
  “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos
comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad...,
si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad”.

15 de Mayo Salmo 37:1-6

1. No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen
    iniquidad.
2. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.
3. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de
    la verdad.
4. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.
6. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.

  Tenemos que proseguir mucho más allá de un simple conocimiento de Dios.
Hay que deleitarse en Él. Dios llevará a cabo nuestros deseos cuando éstos se
unan a los del cielo, y sólo en ellos gozaremos de una completa satisfacción.
Podremos abandonar tranquilamente nuestro propio camino, sabiendo que Él nos
guiará en las veredas de justicia. Si le encomendamos nuestros pasos, Él nos hará
saber en que dirección debemos caminar.
  Quita tus ojos de los hombres y enfócate en Cristo. Toda la gloria y pompa
humanas duran poco tiempo. No te preocupes demasiado al ver que la causa de
los malos prospera, porque un día el Señor va a hacer que todo eso se desvanezca.
  Las promesas de este Salmo son para peregrinos que no tienen patria en la
tierra. Ellos deben poner toda su confianza en Dios, fijándose y esperando en Él.
Deben hacer lo que es bueno y correcto, porque el Señor nunca apoya a los
transgresores, sino que está al lado de los que obran en justicia. A estos, Él les
dará un hogar en la tierra donde están peregrinando, sin temor a ser expulsados;
les alimentará, aun cuando no tengan una fuente natural que les sostenga ni la
capacidad para que ellos mismos lo hagan.

16 de Mayo Salmo 37:7-15

7. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que
    prospera en su camino, por el hombre que hace maldades.
8. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.
9. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos
    heredarán la tierra.
10. Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí
11. Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.
12. Maquina el impío contra el justo, y cruje contra él sus dientes;
13. El Señor se reirá de él; porque ve que viene su día.
14. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, para derribar al pobre y
      al menesteroso, para matar a los de recto proceder.
15. Su espada entrará en su mismo corazón, y su arco será quebrado.

  Guarda silencio..., espera..., no te alteres. Son muy buenos consejos para
cualquier situación. No te desanimes por las derrotas temporales, sino busca la
victoria que perdura. No te rindas a la tentación de entrar a competir con otra
gente y no reclames tus derechos. Si Dios ha dicho que la heredad de todo lo que
Él tiene te pertenece a ti, entonces sencillamente debes creerlo. No seas provocado
a ira por los que dominan en la tierra. El día vendrá cuando, al buscar una señal
de gente maligna, no la encontrarás, porque la heredad finalmente pertenecerá a
los mansos que confían en el Señor.
  El tema principal de este Salmo es que debemos estar contentos con nuestro
pequeño lugar aquí, y no estar buscando mejorar nuestra posición ni multiplicar
nuestros bienes. No debemos luchar con nuestras propias fuerzas, sino dejar
las cosas en las manos de Dios, porque “los mansos heredarán la tierra”.


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