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Lowell Brueckner

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9 - 15 Agosto Meditaciones diarias de los Salmos

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9 de Agosto Salmo 75: 1-10

1. Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, pues cercano está tu nombre;
     los hombres cuentan tus maravillas.
2. Al tiempo que señalaré yo juzgaré rectamente.
3. Se arruinaban la tierra y sus moradores; yo sostengo sus columnas. Selah
4. Dije a los insensatos: No os infatuéis; y a los impíos: No os enorgullezcáis;
5. No hagáis alarde de vuestro poder; no habléis con cerviz erguida.
6. Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el enaltecimiento.
7. Mas Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece.
8. Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado, lleno
     de mistura; y él derrama del mismo; hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán
     todos los impíos de la tierra.
9. Pero yo siempre anunciaré y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
10. Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, pero el poder del justo será
     exaltado.

  Damos gracias a Dios por Su nombre, el cual es Su carácter excelente, revelado
a nosotros por medio de Sus obras maravillosas. Mira lo que ha hecho, y Él te
hará saber que no se ha alejado de ti. Sus obras antiguas nos hablan que “en el
tiempo correcto, yo juzgaré rectamente”. Aunque al empezar la historia del pueblo
de Dios, éste tuviera que pasar 400 años en Egipto y después estar 400 años sin
un profeta, finalmente llegó el tiempo de su liberación.
  El orgullo es el pecado más insensato del hombre corruptible. Por el orgullo,
cayó Lucifer. Cada uno de nosotros tiene que evitar sus trampas, y saber que el
hombre no es indispensable. ¡Vamos a humillarnos bajo la poderosa mano de
Dios! ¡Vamos a dejar de promocionarnos!, es una tontería y no da fruto. La historia
de Saúl y David, así como la de muchos otros reyes y sacerdotes y, especialmente,
la de los escribas y fariseos contra los humildes pescadores de Galilea, evidencia
que Dios quitará Su mano de los orgullosos, poniéndola sobre los humildes para
que le sirvan en Su obra. Sus obras maravillosas también hablan de una copa
de ira roja, de la que beberán Sus enemigos. Desde Faraón en Génesis hasta la
gran prostituta en Apocalipsis, los tiempos de Sus enemigos serán cortados aunque
gobiernen con mano poderosa y presuman de ser indestructibles. Dios sabe como
fomentar lo que le dará honra para siempre. ¡Permítele que lo haga!


10 de Agosto Salmo 76:1-3

1. Dios es conocido en Judá; en Israel es grande su nombre.
2. En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sion.
3. Allí quebró las saetas del arco, el escudo, la espada y las armas de
     guerra. Selah

  Éste es un Salmo de paz, ya que trata de destruir los armamentos de la guerra.
Bienaventurados son los pacificadores. Dios da la paz por medio de Su pueblo.
  Israel vio Sus hechos y toda la nación estuvo bajo Su influencia. Sin embargo,
Judá tuvo una relación más íntima; estuvo más cerca de Su corazón y del trono
de la bendición. Dios fue conocido por los judíos.
  El salmista va concentrando el punto de referencia. Empieza escribiendo acerca
de Israel, luego de Judá, continúa con Jerusalén y, finalmente, con el monte de
Sion. Es curioso ver como usa el nombre original al mencionar la ciudad santa,
refiriéndose a Génesis y a los días de Melquisedec. Salem fue establecida sobre
dos principios; la justicia y la paz. Muchas veces tenemos que regresar al principio
para descubrir las intenciones originales y los propósitos de Dios. Jesús dijo:
“Mas al principio no fue así”. En el principio, reinó en Salem la justicia, y por
medio de la justicia vino la paz. Acercándonos más encontramos el monte de
Sion, lugar donde Dios se siente en casa y donde puede ejecutar Sus juicios.

11 de Agosto Salmo 76:2-12

2. En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sion.
3. Allí quebró las saetas del arco, el escudo, la espada y las armas de
     guerra. Selah
4. Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza.
5. Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño; no hizo uso
     de sus manos ninguno de los varones fuertes.
6. A tu reprensión, oh Dios de Jacob, el carro y el caballo fueron entorpecidos.
7. Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda
     tu ira?
8. Desde los cielos hiciste oír juicio; la tierra tuvo temor y quedó suspensa
9. Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, para salvar a todos los mansos de
     la tierra. Selah
10. Ciertamente la ira del hombre te alabará; tú reprimirás el resto de las iras.
11. Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios; todos los que están alrededor de
     él, traigan ofrendas al Temible.
12. Cortará él el espíritu de los príncipes; temible es a los reyes de la tierra.

  Es en el monte de Sion donde los armamentos de guerra son quebrados. Allí
es donde Dios comprueba que Sus caminos son los mejores. Las motivaciones
que promueven la guerra son esfuerzos soberbios de hombres con el fin de cazarse,
dominarse y destruirse unos a otros. Desde el monte de Sion se manifiestan la
mansedumbre y la humildad. Sobre este monte, hombres valientes son
avergonzados, sus manos fuertes son paralizadas, y sus armamentos más poderosos
quedan inútiles en el campo de batalla.
  ¿Dónde está hoy en día el monte de Sion que hace posible que la tierra tenga
contacto directo con el cielo? ¿Dónde están los hombres que como Wesley,
Whitefield y Finney dejaron a muchos pecadores rendidos sobre el campo de
batalla, temblando de temor y callados delante de Dios? Él levantó a los mansos
y arrepentidos, y les dio la salvación. Hubo días en el Antiguo Testamento cuando
los hechos de los hombres en contra del pecado glorificaban a Dios; e incluso en
una ocasión, Su ira feroz fue detenida por un sacerdote, quien tumbó a los
malvados con su espada. Entonces Él fue apaciguado, temido y adorado. Los
espíritus de las tinieblas, de hombres y demonios, se rindieron al Señor. Los
enemigos fueron puestos por estrado de Sus pies. Dios queda satisfecho cuando
los hombres le honran con sus vidas y posesiones, y es entonces cuando les da
la paz de Salem.


12 de Agosto Salmo 77:1-10

1. Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y él me escuchará.
2. Al Señor busqué en el día de mi angustia; alzaba a él mis manos de noche sin
     descanso; mi alma rehusaba consuelo.
3. Me acordaba de Dios, y me conmovía; me quejaba, y desmayaba mi
     espíritu. Selah
4. No me dejabas pegar los ojos; estaba yo quebrantado, y no hablaba.
5. Consideraba los días desde el principio, los años de los siglos.
6. Me acordaba de mis cánticos de noche; meditaba en mi corazón, y mi espíritu
     inquiría:
7. ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?
8. ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente
     su promesa?
9. ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus
     piedades? Selah
10. Dije: Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra
     del Altísimo.

  Los días de nuestra debilidad son terribles. ¿Has pasado por días difíciles y
noches sin consuelo que te han llevado al borde de la desesperación? Aquí hay
unas palabras que Pablo utilizaba: atribulados, apuros, perseguidos, derribados
y abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas. ¿Acaso hemos llegado
al fin del favor, fidelidad y misericordia de Dios hacia nosotros? ¿Le hemos airado
de tal manera que ya hemos caído de la gracia? En tiempos así, quizá nos
preguntemos si estamos experimentando la reprobación eterna y, con angustia y
desesperación, nuestras almas buscarán profundamente una respuesta.
  En el versículo 10 vemos como, en la cumbre de su ansiedad, el salmista llega
a una crisis y la verdad rompe las tinieblas. Está empezando a reconocer que Dios
solamente le está demostrando lo débil que él es. Creo que fue Oswald Chambers
quien dijo que nuestra debilidad consiste en el hecho de que no podemos hacer
nada. Es sumamente importante que cada cristiano lo sepa y lo reconozca en su
propia vida.


13 de Agosto Salmo 77:7-13

7. ¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?
8. ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente
     su promesa?
9. ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus
     piedades? Selah
10. Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del
     Altísimo.
11. Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas
     antiguas.
12. Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos.
13. Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?

  Necesitamos días de mucha opresión en nuestras vidas que nos demuestren lo
impotentes que somos, para, de esta manera, llegar a reconocer que sólo Dios es
nuestra suficiencia. Pablo decía “que no confiásemos en nosotros mismos, sino
en Dios que resucita a los muertos”.
  Nosotros sólo valemos para quejarnos, desesperarnos y dudar. Aun la fe que
agrada a Dios tiene que venir de Su mano.
  El salmista hizo memoria, meditó y habló de las obras de Dios. Nosotros también
tenemos que acordarnos de ellas para que nuestros pensamientos no se concentren
en nuestra debilidad. La liberación de la opresión raras veces viene
instantáneamente. Tenemos que visitar el santuario. Necesitamos limpiarnos y
prepararnos para entrar en el Lugar Santísimo. Ninguna cita con un consejero
humano podrá proveernos lo que nos hace falta. “Casi se deslizaron mis pies...
hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí...” (Sal. 73:2, 17).
Solamente en el santuario podemos ver claramente los caminos del Señor. Corre
al santuario para refugiarte, pero entiende que estás tratando con un Dios santo
y, “sin la santidad, nadie verá al Señor”.


14 de Agosto Salmo 77:14-20

14. Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio en los pueblos tu poder.
15. Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. Selah
16. Te vieron las aguas, oh Dios; las aguas te vieron, y temieron; los abismos también
     se estremecieron.
17. Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron
     tus rayos.
18. La voz de tu trueno estaba en el torbellino; tus relámpagos alumbraron el mundo;
     se estremeció y tembló la tierra.
19. En el mar fue tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no
     fueron conocidas.
20. Condujiste a tu pueblo como ovejas por mano de Moisés y de Aarón.


  Los salmistas y evangelistas a menudo nos llevan por viajes en la historia.
En este caso, podemos contemplar la majestuosa salvación de los hijos de Jacob
y José después de 400 años de esclavitud en Egipto. Las aguas, generalmente,
significan la gente del mundo, y aquí específicamente quieren decir los egipcios.
Ellos vieron las diez plagas que terminaron con la muerte de cada primogénito
en todas las casas de Egipto. Esto es lo que Asaf recuerda en el momento de la
historia de Israel, cuando empezaron los 400 años entre Malaquías y Juan el
Bautista.
   El Señor dirigió a Su pueblo hacia donde no había caminos. Él es el Dios de
lo imposible, pero nunca es el Dios de los patrones. No dejó huellas, porque cada
vez hace una obra creativa. Los cristianos no deben hacer seminarios para
“aprender como”, porque Dios busca quien confíe en Su persona con todo su
corazón y no se apoye en su propia prudencia. Él los conduce en Sus veredas.
Hasta el día de hoy es imposible saber el lugar exacto donde los israelitas cruzaron
el Mar Rojo. Cada individuo, en cada generación, tiene que hallar su propia
travesía, y él mismo tiene que oír la voz de Dios. Los patrones, los ritos y las
costumbres, son unos de los más grandes medios usados para obstruir un
avivamiento. La tendencia humana es buscar respuestas en lugar de buscar a Dios
mismo. Asaf halló la respuesta: “Él me escuchará” (v. 1).


15 de Agosto Salmo 78:1-7

1. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2. Abriré mi boca en proverbios; hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
3. Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.
4. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas
     de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo.
5. El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros
     padres que la notificasen a sus hijos;
6. Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que
     se levantarán lo cuenten a sus hijos,
7. A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios;
     que guarden sus mandamientos.

  Dado que este capítulo es muy largo y contiene un repaso de la historia de
Israel, examinaremos solamente unos cuantos pasajes claves. Ya no estamos en
los Salmos de David. Éstos fueron escritos durante el último período del reinado
israelita hasta entrar en la cautividad en Babilonia. Esteban y Pablo usaron el
material de este capítulo para sus mensajes en el libro de los Hechos. Dios tuvo
muchos profetas para avisar a Su pueblo de su pecado y de la cautividad que
resultaría como consecuencia de él. Después de 400 años, Dios lleva a Su pueblo
a las mismas cosas de las que le había hablado últimamente en el Antiguo
Testamento. Tenían que arrepentirse de su vieja naturaleza inclinada al pecado,
de la incredulidad y la violencia, y someterse al gobierno de Dios en sus corazones.
Sin embargo, este Salmo es más que una clase de historia. Contiene verdades
espirituales en cuanto a los propósitos eternos de Dios, quien estableció un
testimonio en Jacob. Al desarrollar planes ordenados antes de la existencia de
los hombres, Él da testimonio de Sí mismo al mismo tiempo que cuenta el
testimonio de Jacob y sus hijos. La ley sigue en la historia revelando Su naturaleza,
para que sea vivida ante los ojos de la gente del mundo. Quería que las
generaciones venideras pusieran su esperanza en Dios.



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