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Lowell Brueckner

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Llevados por la fe, 1a parte

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 (UN ESTUDIO EXPOSITIVO DEL LIBRO DE HEBREOS)

 “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Habacuc 2:4, citado en Heb.10:38, Ro.1:17 y Gá.3:11. 

 Capítulo 11

1.      Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

2.      Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

3.      Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

 

La certeza y la convicción de la fe piadosa

 El profeta Habacuc, hace un contraste entre el alma justa y la que se enorgullece o, literalmente, en hebreo, se hincha. Lo ilustraré con la levadura, que siempre es un símbolo negativo en la Biblia, ya que al mezclarse con la masa hace que esta se hinche y aparente ser más grande de lo que es. Simboliza el orgullo, la hipocresía y el engaño. El incrédulo es auto-suficiente y se auto-justifica. El alma justificada por la fe es sencilla y honesta, y se entrega humildemente a Dios. Esto significa que cree o confía en Él.

 En el versículo 1, tenemos una definición de la fe. La fe da certeza a las cosas que el creyente espera, cosas que él no puede ver. Es toda la convicción necesaria para poder confiar en ellas. El Nuevo Testamento trata de cosas espirituales, es decir, invisibles, siendo necesaria la fe para proveer sustancia y evidencia a su existencia. El intelecto y las evidencias científicas no pueden alcanzar tales cosas, por eso, la persona que quiere depender de ello, nunca llegará a su meta en el intento de poner fundamentos a su religión. Millones han fracasado haciéndolo.