¿Tienes una obsesión en tu vida?
¡Oh Jehová de los ejércitos! ¡Oh Padre justo!
“Respondió el
ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás
piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado
airado por espacio de setenta años?” (Zac.1:12) Me encanta encontrar esta pequeña palabra oh en un texto bíblico. ¿Por qué los traductores consideraron
necesario incluirla en este y en otros muchos lugares? No añade sentido a
ningún pensamiento ni clarifica algún punto. No nombra, indica ni define alguna
acción o nombre. Los traductores discernieron algo en el pasaje que demuestra
una expresión de pasión, y por eso lo tenemos en esta oración que el Ángel del
Señor hace al Señor de los ejércitos. “¡Oh!”,
exclama.
El Espíritu Santo, autor de la Biblia, nos ha otorgado un privilegio sin
igual, al permitirnos observar una situación tan sagrada para nuestros ojos y
pensamientos indignos. Me refiero a la comunión que mantuvo Jesús, el Hijo de
Dios, con Su Padre celestial, en Juan 17, donde le vemos abrir Su corazón y expresar
Sus deseos más intensos e íntimos al Padre. El versículo 25 denota verdadera
pasión: “¡Oh Padre justo!”. Esta es tierra santa y, por lo tanto, debemos
quitarnos las sandalias. El Señor Jesucristo en los Evangelios es la misma
Persona a la que Zacarías llama El Ángel del Señor.
Observemos cómo llega a la cima de Su oración: “Yo en ellos y Tú en mí, para que sean perfeccionados en una unidad,
para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y los amaste a ellos como me
amaste a mí. Padre aquello que me has dado, quiero que donde Yo estoy, también
ellos estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me
amaste antes de la fundación del mundo. ¡Oh Padre justo! el mundo no te
conoció, pero Yo te conocí, y éstos conocieron que Tú me enviaste. Y les di a
conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté
en ellos, y Yo en ellos” (Jn.17:23-26). ¡Este es el verdadero evangelio! ¡Esto
es verdadero cristianismo! Esta es la voluntad del Padre al enviar a Su Hijo al
mundo. Este es el anhelo más profundo del Hijo, expresado al Padre.
lunes, marzo 30, 2015 | 0 Comentarios
Los diez artículos más leídos, actualizados 2015
Quiero actualizar datos relacionados con las visitas a este blogspot, Una llamada a la entrega. Hasta ayer, hemos tenido un total de 55.445 visitas desde que empezamos el blog en 2011. Estoy agradecido a Dios, porque yo sé y estoy completamente convencido que sin Jesucristo, nada podemos hacer. Él es quien da alumbramiento sobre Su palabra y además atrae la gente para ver y recibir edificación. Hay visitas de todas partes del mundo, incluso lugares donde jamás he visitado y de donde no conozco a nadie.
martes, marzo 17, 2015 | 0 Comentarios
El Principio de la Cruz
Edward Payson |
En el idealismo y la inmadurez de mi juventud, opinaba que ciertas cosas nunca debiera pasar en la vida de un cristiano. A través de los años, me he quedado sorprendido, al leer las biografías de personas destacadas en la historia de la iglesia, por ver lo que Dios permitió entrar en sus circunstancias y en la profundidad de su ser. Menciono algunas personas, como Edward Payson y John Newton, al terminar este artículo. No me debiera sorprendido; un estudio de la palabra de Dios revela claramente que las mismas cosas ocurrían a los personajes bíblicos. Tenía que ser, porque Dios solamente puede ser glorificado en nosotros cuando estamos débiles.
Porque fue crucificado en debilidad, pero vive por el
poder de Dios. Nosotros también somos débiles en Él, pero viviremos con Él por
el poder de Dios para con vosotros.”
2 Corintios
13:4
Pablo entendió bien este principio. Vio la necesidad, especialmente entre
los corintios, de poder captarlo. Ellos se jactaban de los hombres y sus
capacidades, y Pablo les presentó el problema al comienzo de la primera
epístola dirigida a ellos: “Cada uno de
vosotros dice: Yo, ciertamente soy de Pablo, yo de Apolos, yo de Cefas, yo de
Cristo” (1:12). Seguidamente, les habló del bautismo en agua y de la
lealtad que la gente ponía en la persona que les bautizaba (v.14-15). En el capítulo
tres, vuelve al mismo dilema, atribuyéndolo a la carnalidad, fruto de una
mentalidad meramente humana: “Habiendo
entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales y andáis como humanos?
Porque cuando alguno dice: Yo
ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo, de Apolos, ¿no sois meramente
humanos?” (3:3-4).
Esta mentalidad choca con la mente y naturaleza de Dios, y con el corazón
del mensaje del evangelio. ¿Cuál es el corazón de este mensaje? Pablo dijo que
es “la palabra de la cruz” (1:18), y
pocos versículos después declaró: “No me
propuse saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (2:2).
El mensaje era singular y Pablo tenía dos maneras de definirlo, según el
pensamiento y la opinión, tanto de los judíos como de los gentiles… ¡ necedad y debilidad! (1:23-25).
Era el mensaje acerca de Aquel que rindió Sus manos y pies para que los
clavaran a una cruz donde, mientras la sangre de vida fluía de Sus venas,
permanecía colgado impotente. “Fue
crucificado en debilidad”. La
cruz era usada por los romanos para ejecutar a los criminales; era una
vergüenza y una ofensa. La persona que estuviera allí colgada era alguien sin
valor; una desgracia para el público. Este mundo no busca a un conquistador
ensangrentado ni a un campeón moribundo, pero Pablo dijo que este es nuestro
mensaje, y no quiso que se predicara otro.
viernes, marzo 13, 2015 | 0 Comentarios
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