Entradas Recientes
Lowell Brueckner

Ingrese su dirección de correo electrónico:


Entregado por FeedBurner

Las cargas sobre las bendiciones

Etiquetas:

  



Capítulo 17

 Pecado esculpido

      1.  El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares, 

      2.     mientras sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los árboles frondosos y en los collados altos, 

3.     sobre las montañas y sobre el campo. Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el pecado de tus lugares altos en todo tu territorio. 

4.     Y perderás la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi furor, que para siempre arderá. 

 Me impresiona que el Espíritu Santo, tan claramente, utilice el ejemplo de Israel, hasta cierto punto, para enseñar cual es la condición imposible de toda la raza humana. El primer versículo declara que el pecado de Israel no es ningún secreto; el texto declara que está escrito como con un cincel de hierro, o esculpido, como con la punta del diamante, para testificar de la depravación del judío. El diamante es la piedra más dura que existe e ilustra la condición de la naturaleza caída, esculpida sobre lo más profundo del ser humano, como si fuera una tabla. Esta impresión maligna no se desgasta, ni puede ser borrada.

 Tras demostrar la presencia del pecado en el ser interior de la personalidad hebrea, enfoca la manera en la que marca su religión… ilustrada por los cuernos de sus altares. En la verdadera religión, originada por Moisés, había cuatro cuernos, cubiertos de bronce, en las cuatro esquinas del altar. El sacerdote ponía, con el dedo, sangre del sacrificio sobre los cuernos, revelando la Fuente de Vida, inmolada como un substituto para el pecado del que ofrecía sacrificio. 

 Sin embargo, los altares idólatras de Judá, en los días de Jeremías, solamente mostraban una nación entregada a la traición contra su Creador y Dios. El caso de Israel parece especialmente vergonzoso, ya que fue elegido divinamente y fue extremamente privilegiado. Pero estoy convencido de que, si cualquier otra nación hubiera estado en la misma situación que Israel, habría fracasado igualmente. El fracaso se debe a la enorme deprava ción y a la perversidad de la naturaleza caída de la humanidad.