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Lowell Brueckner

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El luto convertido en gozo

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Las profecías del Milenio deben llenar nuestras vidas de anticipación y anhelos. ¡Son promesas maravillosas! El Señor utilizará Sus ejércitos para atraer a los habitantes del mundo entero a Jerusalén (v.20).  Todos tendrán el deseo de agradarle y será para ellos una alegría. Entre las ciudades se llamarán los unos a los otros para ir a buscar a Dios. ¿Puedes sentir la emoción en sus voces, como niños gritando a sus amigos vecinos, para ir a algún espectáculo?

“Vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos. Yo también iré”.                 Zacarías 8:21


Un estudio expositivo de Zacarías 8:10-23

Preparándose para recibir la bendición

El versículo 10 describe el tiempo del que escribió Hageo: “Sembráis mucho y recogéis poco; coméis y no os saciáis; bebéis, pero no a plenitud; os arropáis, pero no entráis en calor; y el asalariado echa su jornal en saco roto” (1:6). Hageo les aseguró que era porque habían dado prioridad a sus propios asuntos antes que a las cosas de Dios. Por eso, Él mismo permitió que pasaran rivalidades y enfrentamientos. El pueblo, ya dispuesto, no debe comparar el día presente con aquellos días (v.11). A veces las experiencias del pasado nos pueden dar una actitud negativa sobre las intenciones de Dios para nuestras vidas. Jacob tuvo ese problema (Ge.42:36), pensando que todas las circunstancias estaban en su contra.

Tenemos que ajustar nuestros pensamientos y preparar nuestro corazón para lo que viene por delante. No va a ser como antes. Dios promete Su bendición, que acompañará a todas las labores de los judíos (v.12), y así, por la esperanza y la fe, podrán trabajar fuertes y con ganas. Las cosechas van a producir abundantemente; el cielo y la tierra cooperarán. La actitud de las naciones a su alrededor va a cambiar hacía ellos y habrá paz. Dios dará salvación y quitará cualquier motivo de temor (v.13). Los versículos 14 y 15 servirán de confirmación de parte del Señor de los ejércitos y, de está forma, el Todopoderoso, a quien no se puede añadir nada, garantiza una obra perfecta. El que no puede mentir y es totalmente fiel, nunca debería tener que dar una confirmación a Su palabra, pero lo hace muchas veces, tomando en cuenta nuestra debilidad para creer (ve, por ejemplo, a Hebreos 6:11-20).

Ser Sensibles a Dios

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 Este estudio sólo intenta hacer brotar lo que Dios ha sembrado en el libro de Zacarías. Yo veo que las palabras del texto citado abajo son enviadas desde el corazón de Dios. Él quiere sacar del corazón de un verdadero cristiano un anhelo estar cerca de Su corazón. Busca quien pueda sentir lo que Él siente. Solamente un verdadero cristiano puede responder a esta llamada, porque solamente él posee el amor de Dios que lo hace posible. ¿Sientes tú un impulso atrayéndote?

Mientras lees, ten la Biblia abierta al libro de Zacarías, para poder seguir versículo tras versículo.  

“He celado a Sión apasionadamente! ¡Siento por ella un celo arrebatador!”
Zacarías 8:2

Un estudio expositivo sobre Zacarías, capítulo 8:1-9
 
El celo del Señor

La Biblia es la revelación de Dios en forma escrita. Desde el capítulo 6, estamos estudiando revelaciones, que son algo hablado con el propósito de que sea escrito. Notamos que una y otra vez se repite la expresión “El Señor de los ejércitos” (v.1). Está en casi todos los versículos del capítulo 8 e incluso, en algunas ocasiones, se halla dos veces en un solo versículo. Creo que también debemos ir mencionándolo cada vez que aparezca y ver en cada caso la razón de por qué se usa. Acabo de leer el cántico de Moisés en Éxodo 15, donde vemos cómo el Señor se levanta contra el ejército de Faraón y triunfa. Cuando se dividieron las aguas del Mar Rojo, vemos cómo el Señor demostró que Él tiene a Su creación como un ejército que lucha a Su favor y contra el enemigo. En este versículo El Señor de los ejércitos está relacionado con la revelación. Mueve cielos y tierra para dar Su palabra y mantenerla fiel. Su palabra es poderosa; es pura y refinada siete veces, como la plata es refinada (Sal.12:6).

En el capítulo anterior estuvimos estudiando sobre la razón de por qué Israel guardaba ciertos tiempos para ayunar. Dios cuestionaba sus motivos, sabiendo que lo hacían para sus propios beneficios. Ahora Él expresa Sus sentimientos: “Así dice el Señor de los ejércitos: ¡He celado a Sión apasionadamente!” (v.2). Pregunto, ¿le importa a alguien? Hemos llegado a algo que está muy apegado al corazón de Dios, y esto debe ser una gran preocupación para nosotros. ¿Estamos sensibles a lo que nuestro Señor siente? ¿Nos importa? Dios se siente apasionado por Su pueblo. ¿Y nosotros? ¿Sentimos esa pasión por Él? Creo que fracasamos como cristianos si no podemos sentir lo que Él siente en todas las situaciones.

¿Estamos verdaderamente con Dios?

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La señal del amor genuino está en buscar siempre la felicidad del amado. Dios buscaba el amor de Israel y que muy por encima de lo que desearan para sí mismos, les importara lo que era bueno para su Dios. El corazón de Israel se encallecía y endurecía más y más por resistirse constantemente a la palabra. Como resultado, la ira de Dios tenía que manifestarse. No sé por qué nos dificulta tanto hablar de la ira de Dios. Hemos sentido vergüenza de uno de los atributos de nuestro Dios. Como escribió Francis Chan en su libro llamado Borrando el infierno: “Tendremos que pedir disculpas a Dios por no ser fieles en hablar de Su ira”.

Quiero recordaros, de nuevo, que con la Biblia a mano, veais cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico…

Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos?                                                                                                           Zacarías 7:5-6

Un estudio expositivo sobre el capítulo 7

¿Buscamos la felicidad de Dios en lo que hacemos o la nuestra?

Con el capítulo 7 empieza la segunda parte del libro de Zacarías (v.1), que está dividido por fechas. Esta parte ocurre dos años más tarde, en el año 4º de Darío, en el 9º mes, Kislev o Quisleu, en el día 4º. Para nosotros sería el mes de diciembre del año 518 a.C. (compáralo con 1:1). También podría dividirse por la manera en que fueron recibidas las revelaciones; la primera parte fue por medio de visiones y la segunda por la palabra hablada, que empieza en 6:9-15.

Es interesante leer lo que escribió un contemporáneo de Zacarías sobre su ministerio. En Esdras 6:14-15 dice: “Los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío y de Artajerjes, rey de Persia. Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío”. Adar fue el último mes del año hebreo que para nosotros sería marzo. Durante este tiempo, de dos años y tres meses, mientras el pueblo edificaba, Zacarías profetizaba.

El Sacerdote Rey

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 Un estudio expositivo de Zacarías 6:9-15

Uno de los beneficios de hacer un estudio versículo tras versículo de un libro de la Biblia es que podemos ver la unidad de pensamiento con el resto de la Biblia. Zacarías concuerda y armoniza correctamente tanto con el Antiguo Testamento como con el Nuevo. Muchos de los que no estudian cuidadosamente la Biblia pierden el “tenor” o la “divina mentalidad” de la Escritura y fácilmente vagan, saliéndose por la tangente. Esta es otra manera de decir que sacan un versículo o una porción de su contexto. Pero, si hemos estudiado cuidadosamente la Biblia, cuando leemos o escuchamos una interpretación privada de cierto versículo, inmediatamente nos vendrá a la cabeza: “No puede ser, se ‘está saliendo por la tangente’, contraria al resto de la Escritura. Esto no está de acuerdo con la mente de Cristo”. Ahora te pediría, por favor, que vayas al capítulo 6 de Zacarías y sigas esta enseñanza con tu propia Biblia.


Una revelación

La coronación de Josué

Habiendo cumplido Su voluntad en la tierra del Norte, una obra de propiciación que le hizo reposar, Dios sigue adelante con la obra de restablecer a Israel de nuevo en su tierra. Dios sigue revelando Sus propósitos a Zacarías (v.9). Las revelaciones anteriores le fueron dadas a través de visiones, pero de aquí en adelante ya no describe cosas que ve, sino cosas que Dios le ha dicho; son revelaciones audibles. “Tuve revelación del Señor, que decía…”

Dios nombra a tres personas recién llegadas de Babilonia y quiere que Zacarías tome ofrenda de ellos (v.10). Seguidamente, les involucra materialmente en Su obra. El Rey de los cielos no necesita lo que el hombre tiene, ni quiere quitárselo; su deseo es cambiar las cosas temporales en cosas eternas, las cosas terrenales en cosas celestiales y las cosas materiales en cosas espirituales. Este es un área de la vida de la que Jesús tenía mucho que enseñarnos y en ella vemos la gran diferencia entre el punto de vista humanista, que es egoísmo, y los pensamientos divinos, que están totalmente opuestos al egoísmo.

El Espíritu de Dios se reposa

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 Un estudio expositivo sobre Zacarías, capítulo 6:1-8

La octava visión: La misión de los cuatro carros y caballos

Antes de proseguir, quiero insistir en que abras tu Biblia para seguir este estudio, paso a paso.

Creo que sería bueno resumir brevemente lo que hemos visto hasta ahora en la profecía de Zacarías. Con los libros de Zacarías, Hageo, Esdras, Ester, Nehemías y Malaquías, llegamos cronológicamente al final del Antiguo Testamento. En estos libros vemos los eventos que pasaron después de que Israel volviera del cautiverio en Babilonia. Aunque los persas habían derrotado al imperio babilónico, los judíos seguían morando en ese territorio. Sin embargo, en el tiempo de los libros mencionados, ya muchos estaban volviendo a su patria.  

Si has estado siguiendo con tu Biblia este estudio de Zacarías, habrás notado que Dios se presenta muchas veces por toda la profecía como el Señor de los ejércitos, porque Él, con Sus fuerzas celestiales, está batallando en los asuntos de los hombres. En el capítulo 1 vimos cómo ángeles montados a caballo recorrían toda la tierra en misiones de reconocimiento (v:10), dirigidos por el majestuoso Ángel divino del Señor. En las visiones todo se demuestra conforme al sistema militar conocido en el tiempo de Zacarías. Ellos informan de las situaciones que encuentran en la tierra y el Dios de los ejércitos dirige todo para llevar a cabo Su voluntad. Lo que vemos tiene que ver con Su voluntad en el tiempo del profeta, pero no era sólo para ese tiempo, sino que se extiende hacia el futuro, hasta el final de la historia terrenal. El Dios de toda la tierra también es el Dios de todos los tiempos de la tierra.

Intentamos ver lo que Zacarías vio y tratamos de entenderlo de la mejor manera posible. Para ello, acudimos a diferentes porciones de la Biblia que nos ayudan a aclarar algunos principios y símbolos que permanecen constantes en toda la revelación divina. Dios está dando a Su pueblo, en todos los tiempos, la oportunidad y el privilegio de saber acerca de cosas de las cuales no hay otra fuente de información en todo el mundo. Además, Él nos comparte Sus sentimientos; nos habla de su ira, de su celo, de su placer y de su consuelo, y nos explica por qué hace lo que hace. Esto solamente puede venir de un deseo de intimar con el individuo, es decir, con la persona a quien le importa saber cómo Dios siente (1:12-14; 2:8; 8:2).

Claramente, en el capítulo 1, empieza el libro abriendo Su corazón a Su pueblo. En el versículo 12, el Ángel del Señor ora a Jehová de los ejércitos usando la expresión “¡oh!”, que siempre expresa grandes deseos. Este Ángel del Señor es el mismo Hijo de Dios que exclamó “¡oh Padre justo!” en Juan 17:25, cuando oró, no sólo por sus discípulos, sino por todos los creyentes en toda la historia de la iglesia (Jn.17:20). Las cartas que Pablo escribió a las iglesias también alcanzaban e informaban a sus miembros en los últimos tiempos (algunos ejemplos:1 Tes.4:17; 2 Tes.2:1-12; 1 Ti.4:1-3; 2 Ti.3:1-9; 4:3-4).

Sobre edificar un templo en Babel

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 Un estudio expositivo sobre capítulo 5:5-11

Quiero recordaros de nuevo, que antes de leer mis comentarios deberíais ir primero al texto bíblico, para poder entender perfectamente a lo que me estoy refiriendo. Después, con la Biblia a mano, podéis ver cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico. Se trata de percibir lo que el Autor, el Espíritu Santo, quiso compartir con Zacarías para que él lo escribiera, primeramente para la gente de su día y después, para las generaciones futuras. También veremos porciones que podemos aplicar personalmente a nuestras vidas y a las situaciones que vemos en nuestro rededor.
 
La séptima visión: El efa

Cuándo se colma la iniquidad

En la visión anterior, Zacarías, por sí mismo, alzó sus ojos, pero en esta, la séptima visión, el ángel procede adelante inmediatamente y le manda alzar sus ojos (v.5). En la anterior, el ángel le preguntó: “¿Qué ves?”, pero en ésta, Zacarías pregunta: “¿Qué es?”

Posiblemente no pudo identificar el objeto y por eso preguntó. No era tan fácil, quizás por poseer propiedades no muy conocidas. A veces pienso que hay personas que no quieren alzar la vista; tienen miedo de preguntar por temor a asustarse con la verdad; son cosas que prefieren no saber. El hombre, a quien le importan las cosas de Dios, siempre está en una escuela, con cosas nuevas que aprender continuamente (v.6).

La inscripción: QUITARÉ EL PECADO

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¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió.        Romanos 8:33-34

Capítulo tres
Antes de leer mis comentarios deberías ir primero al texto bíblico, para poder entender perfectamente a qué me estoy refiriendo. Después, con la Biblia a mano, puedes ver cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico. Se trata de percibir lo que el Autor, el Espíritu Santo, quiso compartir con Zacarías para que él lo escribiera, primeramente para la gente de su día y después, para las generaciones futuras. También veremos porciones que podemos aplicar personalmente a nuestras vidas.

La cuarta visión

El juicio de Josué

Antes de empezar debemos saber que Josué es algo simbólico. Los versículos 8-10 nos revelan claramente que la visión apunta hacia un tiempo futuro. Josué era el sumo sacerdote del tiempo de Zacarías que tenía la orden de reedificar el templo. Él está en una especie de juicio delante del Ángel del Señor. Satanás, el acusador, está a su derecha, oponiéndose a la obra que Dios quiere desarrollar (v.1). Él tiene muchos argumentos para acusarnos. ¡Cómo necesitamos un paracletos… un Abogado defensor, un Ayudador, un Consolador!

La gloria de Dios en Jerusalén

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Os quiero recordar de nuevo, antes de leer mis comentarios deberías ir primero al texto bíblico, para poder entender perfectamente a qué me estoy refiriendo. Después, con la Biblia a mano, puedes ver cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico. Se trata de percibir lo que el Autor, el Espíritu Santo, quiso compartir con Zacarías para que él lo escribiera, primeramente para la gente de su día y después, para las generaciones futuras. También veremos porciones que podemos aplicar personalmente a nuestras vidas.

Un estudio expositivo sobre el libro de Zacarías 

Capítulo dos:  La tercera visión

Una palabra urgente

Dios dijo en 1:16 que un cordel sería tendido sobre Jerusalén. Ahora, en 2:1 vemos a un hombre con un cordel de medir (algunos piensan que es el Ángel del Señor quien mide la ciudad). Primero va a hacer las mediciones para después edificar Jerusalén de acuerdo con las medidas, según el plan previsto.

Hay a personas a quienes les gustan las grandes reuniones y hablan de sentir “la presencia” entre la multitud. Grandes multitudes fueron atraídas a Jesús para verle a Él y para ver los milagros que hacía, para escuchar Sus parábolas y después, volver a su casa, satisfechos por lo que habían experimentado, hablando con todo el mundo de lo que habían visto.

Los doce discípulos siempre estaban con Él, pero también había otras personas que me interesan mucho (Mc.4:10). Cuando la multitud se iba, además de los doce, había otros con ellos que esperaban el momento en el que Jesús estuviera solo. Ellos le preguntaban acerca de las parábolas. Jesús les hizo saber: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero a los de afuera todo es presentado en parábolas” (Mc.4:11). Estas personas no eran de los doce, pero tampoco pertenecían a la multitud en general. Eran personas con hambre y sed de conocer los misterios de Dios. Jesús no sólo les elogió por sus buenos deseos, sino que además les concedió las respuestas que buscaron.

Esta misma característica palpitaba en el corazón del joven Zacarías, y en el versículo 2 él hace su cuarta pregunta. Quería saber qué iba a medir con este cordel. Aquí vemos la misma buena voluntad de parte de Dios y Sus ángeles en contestar las preguntas de quien desea ver los movimientos del Reino de Dios. Jesús es el Verbo o la Palabra de Dios, y las palabras son para la comunicación. “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las di a conocer” (Jn.15:15). Dios es comunicador. Él está más que dispuesto a compartir con los que son sinceros en su búsqueda. Por eso nos ha dado una Biblia.

Aparece el Ángel del Señor

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Un estudio expositivo, versículo tras versículo de Zacarías 1:7-21

La primera visión

  Antes de leer mis comentarios deberías ir primero al texto bíblico, para que puedas entender perfectamente a qué me estoy refiriendo. Después, con la Biblia a la mano, puedes ver cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico. Se trata de percibir lo que el Autor, el Espíritu Santo, quiso compartir con Zacarías para que él lo escribiera, primeramente para la gente de su día y después, para las generaciones futuras.  
 
La patrulla angelical

Tres meses después de que la palabra de Dios llegara a Zacarías, en el mes de febrero, el undécimo mes del mismo año del reinado de Darío (520 a.C.), él tuvo su primera visión (v.7). Aunque las visiones fueron de noche, no eran sueños, porque menciona varias veces que él, conscientemente, alza sus ojos (v.18; 2:1; 5:1; 6:1). En el 4:1, el ángel le despierta del sueño para ver la visión y en el 5:5 le manda alzar sus ojos. Zacarías escribe acerca de ocho visiones.

Para saber el significado de las visiones él hace diez preguntas. Bienaventurado el que pregunta, porque él será contestado. A tales personas les es dado conocer los misterios del Reino de Dios (Mt.4:10-12). Hay gente que desea tener experiencias, pero para Zacarías la experiencia no era importante, sino su significado. Quería entender lo que Dios estaba haciendo en su día, que también tenía que ver con el futuro. En Zacarías tenemos a un profeta que marca el advenimiento del Mesías en un futuro lejano. Él preguntó y nosotros disfrutamos, ya que no solamente compartió lo que vio, sino que lo pudo juntar con la respuesta.