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Lowell Brueckner

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Historias atemorizadoras

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Dios salvó al justo Lot

2 Pedro 2


 Falsos profetas y maestros 

1.      Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 

2.      Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 

3.      y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. 

 Pedro sigue incitando la memoria de los creyentes, recordándoles las historias del Antiguo Testamento, que les eran muy conocidas. Les advierte que habrá falsos maestros entre ellos, como los hubo entre los judíos en el pasado. Pablo también previno a los ancianos de Éfeso, que se habían reunido con él en Mileto, antes de navegar hacia Jerusalén. Primeramente, quiero informar que Pablo reconocía el triple ministerio de los ancianos, que estudiamos en 1 Pedro 5. Además de ser ancianos, eran obispos y pastores: “Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor” (Hch.20:28).

 Quiso advertirles: “De vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hch.20:30). Por cuanto estamos en este mundo engañoso, tenemos que cuidarnos de gente falsa, con doctrinas y motivos incorrectos. Jesús habló de ellos en Sus parábolas de Mateo 13, hablando de la cizaña entre el trigo; de la semilla de mostaza que se convirtió en un gran árbol; de la levadura mezclada en la masa; y de los peces malos entre los buenos. En Mateo 25, empezó: “El reino de los cielos será semejante a diez vírgenes… cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas”. Jesús expuso las falsas doctrinas de Balaam y los nicolaítas, de una profetisa falsa y sus discípulos, a las siete iglesias de Apocalipsis. ¿Podemos pensar que no veremos lo mismo en estos días de tantísimo engaño?

Memorias desde la transfiguración

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Quemando literatura diabólica en Éfeso
2 Pedro 1: 2ª parte

Versículos 12-21


Beneficios espirituales por “traer a la memoria” 

12.  Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. 

13.  Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación; 

14.  sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. 

15.  También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.  

En el versículo 12, Pedro empieza a expresar la importancia de “traer a la memoria” en la vida espiritual. Me acuerdo de la historia de David, cuando tomó una posición comprometida e hipócrita, al aliarse con uno de los enemigos de Israel: Aquis de Gat, uno de los cinco reyes de los filisteos. Su error fue confiar en este hombre para que le protegiera, en lugar de confiar solo en el Señor. Viviendo una mentira, cayó en una trampa. Al final, se vio del lado de Aquis en una batalla contra su propio pueblo, porque los cinco reyes filisteos se habían aliado para combatir contra Israel. El rey Saúl y el amigo de David, Jonatán, murieron en la batalla. Dios libró a David de esta situación de peligro, pero pronto las cosas fueron a peor.

 Después de un viaje de dos días, su ejército regresó a Siclag, ciudad que Aquis les había dado. Encontraron que, mientras estaban ausentes, los amalecitas habían saqueado y quemado la ciudad, llevándose cautivos a sus mujeres e hijos. Los soldados de David estuvieron a punto de apedrearle; no tuvo absolutamente a nadie que le apoyara. El relato bíblico cuenta que, naturalmente, él estaba muy angustiado. En esta situación, estoy seguro de que la memoria de David se empezó a activar. Se acordaba de cómo la mano del Señor había estado fuertemente sobre su vida pasada, desde su juventud, y “David se fortaleció en Jehová su Dios” (1 Sam.30:6); entonces, fue a rescatar a sus esposas y a cada uno de sus hijos. Pero David ganó una batalla aún más grande en su alma, reconociendo la gracia de Dios en la victoria. La gracia fue un principio que utilizó en su futuro reino. Lee esta valiosa historia en 1 Samuel 30. La memoria hizo que David se fortaleciera, y le restauró con su Señor.

 Pedro, como maestro del evangelio, reconoció la necesidad de ser fiel recordando a las iglesias las cosas que ya sabían. Esta es una gran lección para todos los maestros de la Biblia, y no deben sentirse mal por ser repetitivos. Hemos visto a Pedro, en la primera parte de este capítulo, preocupado por la posibilidad de una falta de crecimiento en los miembros de las iglesias, por tener una visión corta, y por verlos tropezar en su caminar. 

Poder divino y virtud cristiana

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Warren Wiersbe, pastor de la iglesia Moody

2 Pedro 1, 1a parte 

Versículos 1-11 

 

Una introducción poderosa

      1.      Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: 

2.      Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. 

 A veces necesitamos poner un versículo de la Escritura bajo un “microscopio inspirado por el Espíritu” para poder ver cada detalle significante; otras veces es mejor observarlo todo, considerando la idea principal del versículo. En el primer versículo de cada epístola, hay un detalle acerca de la presentación que Pedro hace de sí mismo. No estoy seguro de la razón por la que, en su segunda epístola, el apóstol utiliza el nombre dado por sus padres, y no lo hace en la primera. Pero debido a esta diferencia podemos aprender una verdad, aunque sea pequeña: cuando Jesús dio a Pedro un segundo nombre, piedra, no estaba eliminando el primero, Simón. Podemos estar seguros de que al empezar la nueva vida cristiana el Señor no borra toda la biografía natural de nuestro pasado, ni destruye nuestra personalidad, que es única y creada por Él mismo desde nuestra concepción.

 No solamente Pedro añade su primer nombre en su segunda epístola, sino que también añade siervo a su título de apóstol. Vamos a aprender algo acerca de esta palabra, siervo, que literalmente en griego significa esclavo. Los traductores pudieron haber tenido una buena razón al traducirlo como siervo, pero la palabra esclavo define bien nuestra relación con Cristo, a quien hemos recibido como Señor absoluto. Pablo enseña: Habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Co. 6:20). Es difícil para mí entender cómo aquel que ha sido comprado por otro y ya no se pertenece a sí mismo, no es un esclavo. La mismísima palabra es traducida en 1 Corintios 7:22 como esclavo: “El que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo”. 

 Al llamarse siervo, el apóstol está refiriéndose a una situación del Antiguo Testamento, en la ley de Moisés (Éxodo 21:2-6); y a otra en Deuteronomio 15:12-18, en la cual, un hebreo tenía que venderse como esclavo, bajo presión. Tenía que servir durante seis años y después, por ley, tenía que ser librado en el séptimo. No solamente era puesto en libertad, sino que su amo tenía que darle generosamente, “ovejas, de tu era y de tu lagar”, y otras necesidades, para ayudarle a recomenzar su vida. Había una cláusula en la ley por la que el esclavo, por amor a su amo, podía elegir quedarse bajo su señorío. En esta nueva posición, el esclavo se horadaba la oreja con una lesna, como símbolo de que sería su esclavo, voluntariamente, el resto de su vida. No solamente Pedro, sino Pablo, Santiago y Judas se consideraban este tipo de siervo.   

Pastores, humildad y resistencia

 

Vuestro adversario, el diablo

1 Pedro 5

  

Apacentad la grey de Dios 

1.      Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 

2.      Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 

3.      no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 

4.      Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 

 Las palabras que Pedro escuchó directamente de la boca de Jesús constituyen el trasfondo de su mensaje a los ancianos de las iglesias a las cuales está escribiendo. Jesús enseñó: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.  Mas entre vosotros no será así…  Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos… Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mt.20:25-26; 23:8, 9, 12).

 He escuchado a algunos líderes decir que las personas que han tenido bajo su cuidado son alborotadoras y rebeldes, y por ello requieren de una más firme sujeción y demandan que se les trate con más autoridad que la que Jesús otorgó a Sus discípulos. Si fuera así, entonces sugiero que empiecen de nuevo a edificar algo que sea cristiano. No hay normas en la cristiandad más allá de las que Jesús nos dio, sin excepciones.

 No hay consejo más sabio en la Escritura que el de Pedro en esta carta. Este áspero pescador ha sido quebrantado y amansado. Él escribe a los ancianos de las iglesias y se pone a su nivel, en ninguna manera se pone sobre ellos.

Vivir para la gloria de Dios

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El juicio contra Ananías
1 Pedro 4

 

Mas el fin de todas las cosas se acerca 

     1.      Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 

2. para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 

3.      Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 

4.      éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; 

5.      pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 

6.      Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios. 

7.       Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 

Según 1 Pedro 3:8, debe haber un mismo sentir entre los hermanos, pero tal unidad debe estar basada en tener el mismo sentir de Cristo. En la oración del Hijo al Padre se descubre este principio divino:Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Jn.17:23). La simple unidad entre seres humanos es peor que inútil, es peligrosa. Es la base del ecumenismo, que es una unidad religiosa que se rebela en contra de los principios piadosos. Al final de los tiempos existirá como “Babilonia”, expuesta y definida en el libro de Apocalipsis como una ramera infiel a su Esposo… siendo Este su Creador, de quien se ha olvidado. Adultera con el sistema del mundo, se exalta y es apoderada por el espíritu del diablo.

 El sentir de Cristo se centra en un sufrimiento ordenado por Dios. Al caminar sobre la tierra, Jesús nunca se desvió, ni una sola vez, de Su propósito. Una frase mesiánica en Isaías 50:7 declara: “Puse mi rostro como un pedernal, y la historia en el Evangelio de Lucas 9:51 recuerda el cumplimiento de la profecía de Isaías: Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén”