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Lowell Brueckner

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28 Junio - 4 Julio Meditaciones diarias de los Salmos

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28 de Junio Salmo 56:5-13

5. Todos los días ellos pervierten mi causa; contra mí son todos sus pensamientos
     para mal.
6. Se reúnen, se esconden, miran atentamente mis pasos, como quienes acechan
     a mi alma.
7. Pésalos según su iniquidad, oh Dios, y derriba en tu furor a los pueblos.
8. Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en
     tu libro?
9. Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; esto sé, que
     Dios está por mí.
10. En Dios alabaré su palabra; en Jehová su palabra alabaré.
11. En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
12. Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te tributaré alabanzas.
13. Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande
     delante de Dios en la luz de los que viven.

  Los que no tenían luz malinterpretaban las palabras de David. El prejuicio torcía
sus pensamientos. Se unían contra la verdad y trabajaban secretamente. Espiaban
sus hábitos y sus pasos para poder destruirle. ¿Por qué tanto esfuerzo sólo para
destruir a un hombre? En realidad lo que estaban haciendo era defenderse. Ellos
entendían que Dios estaba persiguiéndoles, y creyeron que derrotando Sus
propósitos, conseguirían anular la sentencia que Dios había declarado en contra
de ellos.
  Todos los movimientos de David, desde los atrios de Saúl hasta la cueva de
Adulam, desde el desierto de Zif hasta la tierra de los filisteos, están grabados
en las crónicas de Dios. Los tenemos hasta la fecha. El Señor estaba al lado de
David e incluso sus lágrimas fueron preservadas. El infinito cuidado de Dios
estaba a favor de Su siervo ungido, quien pensaba en los planes eternos. Él
perseveró en la presencia del Señor clamando, alabando, confiando y acordándose
de sus votos, hasta que finalmente su alma fue librada. Sus pies fueron preservados
para poder andar delante de Dios. Cuando nos ponemos de acuerdo con los
propósitos eternos, podemos estar seguros del socorro divino. Sin embargo,
tenemos que aprender la lección de la perseverancia.


29 de Junio Salmo 57

1. Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado
     mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los
     quebrantos.
2. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece.
3. El enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; Selah
4. Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que vomitan
     llamas; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda.
5. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria.
6. Red han armado a mis pasos; se ha abatido mi alma; hoyo han cavado delante
     de mí; en medio de él han caído ellos mismos. Selah
7. Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y trovaré
     salmos.
8. Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; me levantaré de mañana.
9. Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré de ti entre las naciones.
10. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad.
11. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria.

  David tomó una decisión y descansó en la misericordia de Dios. Aunque tenía
muchos adversarios, renovó su entrega a una vida de confianza en Él. Apesar de
que todo el mundo estaba en contra de él, todo el cielo estaba trabajando a su
favor. Dios era su refugio y estaba ejercitando Su voluntad en David. Selah (una
vez más debemos meditar sobre estas cosas y aplicarlas a nuestra vida). David
dijo que andaba entre leones, y Jesús nos envía como a ovejas entre lobos. Si
nuestra fe no es probada, ¿cómo sabremos hasta que punto puede actuar la
misericordia de Dios y el poder vencedor de Su verdad en nuestras vidas?
  Observa la repetición del versículo 5 en el 11. Declara que, el propósito por el
cual existía David era para dar gloria a Dios, y nos revela la razón por la cual
tenía tantos problemas. Él fue un instrumento a través del cual Dios pudo ser
glorificado, y por eso, todo el infierno estaba en contra de él. De la misma manera
que Pablo y Silas no guardaron silencio cuando estaban encarcelados, David
tampoco lo hizo. Desde la oscuridad de una cueva cantaba y alababa, elevando
su alma a un nivel más alto que sus circunstancias. Afirmaba que si no había entre
las naciones una persona que alabara al Señor, él lo haría. En medio de la crueldad
y el engaño, cantaba acerca de la misericordia y la verdad. Todavía hoy, Dios
tiene gente para dar testimonio y manifestar Su gracia sobre la tierra.


30 de Junio Salmo 58:1-6

1. Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos
     de los hombres?
2. Antes en el corazón maquináis iniquidades; hacéis pesar la violencia de vuestras
     manos en la tierra.
3. Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira
     desde que nacieron.
4. Veneno tienen como veneno de serpiente; son come el áspid sordo que cierra
     su oído,
5. Que no oye la voz de los que encantan, por más hábil que el encantador sea.
6. Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de
     los leoncillos.

  David es un hombre de guerra, y Salmo tras Salmo habla de la batalla en contra
de sus enemigos. Sólo soldados cristianos pueden cantar los Salmos. La vida
cristiana es un conflicto, por eso Pablo nos instruye a vestirnos con“toda la
armadura de Dios”. No podemos relajarnos o enredarnos con los asuntos de esta
vida porque es demasiado peligroso.
  En este Salmo, David ataca la injusticia de los hombres, especialmente la de
los líderes. “¿Hablan de justicia? ¿Están hablando desde sus corazones?”, pregunta.
Existe una contradicción entre palabras y hechos. El problema procede del corazón
y está en la misma naturaleza del hombre. Ellos (también puedo decir nosotros)
nacieron para cometer maldad, estando separados de Dios y alejados de la luz.
La mentira y la hipocresía son su lenguaje.
  El Salmo da varias analogías para poder describir a la gente malvada
(específicamente a los líderes). Son como la víbora sorda, los leoncillos, las aguas
que corren, el caracol, el que nace muerto y los espinos para el fuego. En esta
meditación consideraremos sólo las dos primeras. El pecado de los impíos es
fatal, y todo su encanto sofisticado no puede detener su ataque. Edúcales, vísteles
con un traje y una corbata, deja que trabajen en oficinas de administración y que
vivan en los distritos distinguidos del pueblo; pero la sofisticación no detendrá
el flujo de su veneno. Son como una víbora, aunque más peligrosos todavía, ya
que tienen el mismo instinto de cazar que tiene un leoncillo. Esto no es una broma;
están cazando nuestras almas eternas.
155

3º TRIMESTRE

David es el más famoso de todos los salmistas. Fue una leyenda en su tiempo
y un personaje histórico sin par, hasta el día en el cual su Hijo glorioso apareció
en Israel para ser su Rey y el Salvador del mundo. David está descrito en 2 Samuel
23 como "el varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el
dulce cantor de Israel".

David, a parte de ser un guerrero feroz, fue también un poeta noble; no un
poeta común, sino el más leído de todos los tiempos, incluso más que Shakespeare,
G. A. Bécquer, F. García Lorca, entre otros. El bondadoso cuidado de Dios hacia
la persona de David le hizo ser un gran hombre, pero lo que le hizo grande entre
la gente, fue la bondad de Dios manifestada en su vida; ésta fue la cualidad a
través de la cual pudo ganar el corazón de su pueblo. David, sobre todo, fue un
hombre conforme al corazón de Dios.

Los Salmos descubren una relación profunda y personal entre David y su
Dios, quien siempre tuvo acceso a su vida. Fue dicho desde el principio de su
historia que "Jehová mira el corazón", y por eso Dios había escogido a uno
que podía ser moldeado a Su imagen. Nunca, antes ni después, ha habido un rey
como David. Es único entre los hombres poderosos de la tierra. Por supuesto,
Dios ha puesto a todos en su lugar, pero ahora nos estamos fijando en uno que
desde su juventud anduvo con Él, buscó Su guianza, y llegó al trono con la plena
seguridad de que Dios le había llevado a ese punto. Gobernó bajo la mano de
Dios. Lo más significante de la vida de David es que no manifestó una obediencia
superficial, sino que la obediencia fue un derramamiento de su corazón. Atribuyó
todo el éxito que había experimentado al Señor, y siempre le dio la gloria.


1 de Julio Salmo 58:4-11

4 Veneno tienen como veneno de serpiente; son como el áspid sordo que cierra
     su oído,
5. Que no oye la voz de los que encantan, por más hábil que el encantador sea.
6. Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de
     los leoncillos.
7. Sean disipados como aguas que corren; cuando disparen sus saetas, sean
     hechas pedazos.
8. Pasen ellos como el caracol que se deslíe; como el que nace muerto, no vean
     el sol.
9. Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos, así vivos, así airados,
     los arrebatará él con tempestad.
10. Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre
     del impío.
11. Entonces dirá el hombre: ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente
     hay Dios que juzga en la tierra.

  Los hombres, que por naturaleza son malos, no pueden desafiar a Dios. Su
presencia es la medida más eficaz contra las intenciones de los malvados, y a
la vez es la protección para los justos. David le ruega a Dios que quiebre los
dientes de la serpiente y las muelas de los leones. Quiere que sean como el agua
repelida por las plumas de los patos o como un caracol que se marchita bajo un
ardiente sol. Deben ser como un bebé que nace muerto, sin ninguna oportunidad
de poder experimentar cualquier satisfacción en la vida. Tienen que ser como los
espinos que se usan para encender un fuego, que deben ser quitados antes de que
su calor llegue a la olla.
  Cuando llegue el fin de Babilonia, los santos deben gozarse. Cuando Dios da
un golpe a la maldad y ésta pierde su veneno, fuerza, propósito y calor, los que
aman la justicia deben regocijarse por su derrota. La sangre de vida de los impíos,
es decir, los principios que gobiernan su existencia, quedan al descubierto y
desparramados sobre la tierra antes de que puedan alcanzar sus metas.
  Estos acontecimientos pueden ser un testimonio para el que observa con cuidado,
a quien le es dada una clara evidencia de las consecuencias de la maldad y la
recompensa de la justicia. Dios, como un juez justo, llega a ser una realidad para
él. ¡Que este Salmo se cumpla en tiempos modernos con resultados semejantes!


2 de Julio Salmo 59

Cuando envió Saúl, y vigilaron la casa para matar a David.
1. Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que se levantan
     contra mí.
2. Líbrame de los que cometen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.
3. Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos.
     No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;
4. Sin delito mío corren y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y
     mira.
5. Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas
     las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con
     iniquidad. Selah
6. Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad.
7. He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen:
     ¿Quién oye?
8. Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.
9. A causa del poder del enemigo esperaré en ti, porque Dios es mi defensa.
10. El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos
     mi deseo.
11. No los mates, para que mi pueblo no olvide; dispérsalos con tu poder, y abátelos,
     oh Jehová, escudo nuestro.
12. Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en
     su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.
13. Acábalos con furor, acábalos, para que no sean; y sépase que Dios gobierna
     en Jacob hasta los fines de la tierra. Selah
14. Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad.
15. Anden ellos errantes para hallar qué comer; y si no se sacian, pasen la noche
     quejándose.
16. Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has
     sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
17. Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi
     misericordia.

  El temor de Dios que David poseía no le permitió alzar su mano en contra de
Saúl, al cual Dios había ungido; pero al mismo tiempo, supo reconocer que no
todo lo que tenía que ver con Saúl estaba ungido por Dios. Él había dicho a Abisai
que, o Dios mismo heriría a Saúl, o llegaría su día para morir, o perecería
descendiendo en batalla.
  Cuando David habló a Dios acerca de sus enemigos, se expresó en una manera
muy clara. El espíritu maligno que molestaba a Saúl, iba completamente en contra
del futuro de Israel y de cualquier persona que pertenecía a Dios. Por eso David
oró de esta manera, acordándose de su propia unción y el modo en que fue
preparado para poder estar en el ejército de Dios. El espíritu del Señor estaba
sobre él. Saúl y todos sus hombres fuertes estaban en contra de David, por lo que
su oposición fue totalmente injusta. Esto no fue debido a los fallos o al pecado,
sino a la unción. Los líderes de Israel se estaban portando como paganos, dañando
su propia tierra. El demonio que había en Saúl tenía más interés en destruir a
David que en pelear contra los filisteos, quienes finalmente derrotaron a Saúl.
  David deseaba que Israel volviera a ser gobernada por el Señor, algo que había
perdido cuando Saúl llegó a ser rey. Quiso que Israel aprendiera de esta experiencia
y no la olvidara jamás. Le pidió a Dios que no fuese misericordioso con los malos,
ya que demuestran una naturaleza peor que los perros, no de seres humanos. Pidió
además que fuesen dispersados, abatidos, insatisfechos, destruidos con furor, y
presos de su soberbia, maldición y mentira.
  Generalmente los Salmos empiezan con ruego y terminan con alabanzas, debido
a que la fe vence en el campo de batalla de la oración, y la victoria es ganada
en lugares espirituales antes de que nosotros podamos verla con ojos carnales.
Éste es un principio de la guerra espiritual.


3 de Julio Salmos 60:1-4, 7-8

Cuando volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.
1. Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; te has airado; ¡vuélvete a
     nosotros!
2. Hiciste temblar la tierra, la has hendido; sana sus roturas, porque titubea.
3. Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; nos hiciste beber vino de aturdimiento.
4. Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad. Selah
7. Mío es Galaad, y mío es Manases; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá
     es mi legislador.
8. Moab, vasija para lavarme; sobre Edom echaré mi calzado; me regocijaré sobre
     Filistea.

  David, como un ejemplo del Cristo por venir, llevó a cabo un juicio en contra
de los paganos, llevando a Israel lo que pertenecía a Dios.
  Un edomita perteneciente a los distinguidos de Saúl, del cual escribimos hace
unos días, fue quien mató a los sacerdotes del Señor cuando los soldados de Israel
temían hacerlo. La venganza fue asombrosa. Joab, el general de David, estuvo
durante seis meses en Edom matando a cada hombre (el número fue de 12.000).
Las naciones paganas tenían que ser sujetadas.
David unió a Israel bajo la bandera de la santidad y la verdad, hasta que un
Dios santo pudo decir: “Mío es Manases; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza”
(v. 7).
  En el reinado de Saúl hubo división, y Dios estuvo muy disgustado con Su
pueblo desde el momento en que demandaron tener un rey. Hubo mucha
inestabilidad en aquella tierra y acontecimientos muy duros, los cuales evidencian
el despotismo del hombre.


4 de Julio Salmo 60:4-5

4. Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad. Selah
5. Para que se libren tus amados, salva con tu diestra, y óyeme.

  “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso”. La verdad no puede ser
comprometida. Si no hay un hombre que se afirme sobre la verdad, Dios sí lo
hará, y Él, aunque se quede solo, siempre se mantendrá en esta posición. Después
del reinado de Saúl, cuando un hombre conforme al corazón de Dios dirigió a
Su pueblo, una bandera de verdad ondeó sobre ellos. Dios se la dio a los que le
temían, y bajo esta bandera triunfaron. (Ahora debemos pararnos a meditar). Los
hombres, que de la verdad se vuelven a la mentira, son enemigos de sus propias
vidas. Sólo podrán hallar unidad y victoria cuando se establezcan en la verdad y
marchen de acuerdo con ella. La razón por la cual Dios les dio la bandera de
verdad, no fue porque quisiese apoyar a Israel, sino porque David había hecho
que Su pueblo se volviese hacia Él. De nuevo, hubo gente que temía a Dios.
  La autosuficiencia y la autoconfianza, además del desprecio por lo que era
santo que tenía Saúl, quedaron atrás. Un reino nuevo de justicia había ganado la
victoria después de haber luchado y sufrido con dolores de parto. El amor de
Dios por Su pueblo no cambia, sin embargo hoy en día necesitamos una bandera
de verdad para llevarnos a la liberación: “La verdad os libertará”.


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