Introucción especial a 1 Co. 12-14
(De aquí en
adelante, estaré usando la versión Reina Valera 1960)
Capítulo 12:1-2
1. No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los
dones espirituales.
2. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba
llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.
De
la misma manera que empezó el capítulo 10, empieza este. Pablo se declara
enemigo de la ignorancia entre los cristianos. En el capítulo 10:1, dice: “No quiero, hermanos, que ignoréis…” acerca de los relatos del
Antiguo Testamento y, aquí, en 12:1, usa la misma palabra griega: “No quiero, hermanos, que ignoréis”. También, en su segunda
carta a los corintios, dice: “Hermanos,
no queremos que ignoréis… (2
Co.1:8), refiriéndose a los problemas personales que estaba viviendo el equipo
de Pablo. Y lo mismo afirma a los tesalonicenses: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis…”
(1 Tes.4:13) acerca del regreso del Señor a por Su iglesia.
Aunque
Pedro era un pescador de Galilea y el sanedrín de Jerusalén le consideraba como
un hombre “sin letras y del vulgo” (Hch.4:13),
él tampoco quiere que “ignoréis esto” (2 P.3:8, aunque, en
este caso, la palabra griega es otra, es sinónima y se traduce igual que en
español). Quiere que ellos estén informados del principio divino que nos enseña
que, para el Señor, un día es como mil años y mil años como un día.
La
razón por la cual enfatizo esta verdad es porque hay algunos que piensan que la
ignorancia es una ventaja para los cristianos. Obviamente, por lo que he citado,
los apóstoles no están de acuerdo con esto. Muchos cristianos, como Pedro,
tienen un trasfondo sencillo, pero, cuando se hacen cristianos, no tardan en instruirse
bien sobre la verdad espiritual. Con este fin, Dios nos ha dado un gran libro
para estudiar, la Biblia. También nos
ha dado al Maestro más sabio, que no es humano ni angélico, sino el Santo
Espíritu, divino y omnisciente. Jesús dijo: “Él os enseñará todas las cosas” y “Él os guiará a toda la verdad” (Jn.14:26; 16:13).
Su
libro de texto será la Escritura, de la que Él es el autor: “Los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo” (2 P.1:21). La Palabra de Dios escrita tiene
autoridad absoluta y decide todas las cuestiones en la iglesia. El escritor de
Hebreos determinó que lo escrito en la Biblia es como la voz de Dios: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo…”
(He.3:7), citando la Escritura del Antiguo Testamento. Capítulos después,
habló de una verdad sobre el Lugar Santísimo en el Tabernáculo, afirmando que
el Espíritu Santo es quien enseñaba directamente en este versículo: “Dando el Espíritu Santo a entender con
esto…” (He.9:8).
Si
Pablo llegó a la conclusión de que la ignorancia de los corintios les condujo a
abusar de los dones espirituales, ¿qué diría él, hoy en día, de los maestros de
la Biblia que nunca los han experimentado? Jim Carson, era un viejo amigo que hace
mucho tiempo partió para estar con el Señor. De joven, condujo un grupo de 40
mulas por los bosques del norte de Minnesota. Dios le salvó cuando era un rudo leñador.
Siendo cristiano, un domingo por la mañana, entró en una iglesia y escuchó al
pastor compartir un mensaje en contra de hablar en lenguas. Jim se acercó al
hombre después del culto y, sin medir las palabras, le dijo: “¡Pastor, predica lo que sabes, no lo que no
sabes!” Amén, Jim, digo yo. ¿Cómo puede una persona compartir una enseñanza
bíblica correcta sobre cualquier tema, si él mismo no tiene un conocimiento
personal acerca de ello? Enseña teoría, no comprobada en su propia vida.
Ya
hemos estudiado cómo la idolatría pagana se lleva a cabo debido a la
ignorancia. Los sacerdotes paganos quieren que sus seguidores sean totalmente ignorantes,
para así, controlarles mejor ¡y vaciar sus bolsillos! Pablo recordó a los
corintios: “Sabéis que cuando erais
gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos” (v:2).
El
cristianismo falso sigue sus pisadas. Por esa razón, precisamente, la iglesia
de Roma, en la Edad Media, se opuso a la traducción de la Biblia al lenguaje de
la gente común.
Las ruinas del templo de Atenas Pronaia, Delfos, Grecia |
Hace
dos días leí algo sobre el famoso Oráculo de Delfos, Pitia, una adivina que
trabajó en Delfos, en la cuesta del monte Parnaso, cerca del templo de Atenas
Pronaia. Estaba como a un kilómetro de un templo masivo de Apolos. Muchos
autores griegos escriben sobre ella. Se decían que Pitia estaba llena del
espíritu del dios Apolos y profetizaba en un estado de éxtasis. Incluso,
algunos reyes de todo el mundo consultaban con ella antes de hacer decisiones importantes.
Sabemos, por la historia, que las religiones paganas eran bastante lucrativas,
y Delfos tenía varias tesorerías. Leyendo la historia, entiendo más sobre la adivina
esclava en Filipos. Aunque, en su día, no tenía la misma fama que el Oráculo de
Delfos, ahora, por medio de la Biblia, todo el mundo sabe acerca de ella. Proclamaba
a voces que Pablo y los cristianos que iban con él, eran siervos del Dios
altísimo. Era una fuente de gran ganancia para sus amos. Lucas escribió que
ella tenía un espíritu de adivinación.
Al
estudiar las siete iglesias de Asia Menor, vi claramente que el panteón de los
dioses y diosas de la mitología griega, era una religión de demonios. Asia
Menor tenía abundante actividad diabólica, incluso instituciones terapéuticas,
donde se originó el símbolo de una serpiente retorcida sobre una vara.
Wikipedia informa: “la vara de Asclepio
es un antiguo símbolo asociado con el dios griego Asclepio, asociado con la curación
de enfermos mediante la medicina”. Asia también disponía de grandes
bibliotecas repletas de libros sobre la magia oculta. Los creyentes efesios
quemaron rollos valorados en miles de euros, lo equivalente al salario anual de
150 hombres. Estas cosas existían en un área donde reinaban la cultura y el
intelectualismo griego, motivados, en gran parte, por los filósofos griegos. El
conocimiento e inteligencia de este mundo no elimina el paganismo demoniaco,
sino que solamente lo sofistica.
Un
poco de lo que Lucas añadió a la historia de Éfeso, nos informa más sobre el
control demoniaco que había allí. Él habla de siete hijos de un sacerdote
judío, que quisieron imitar a Pablo, intentando hacer un exorcismo en Éfeso: “El hombre en quien estaba el espíritu
malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera
que huyeron de aquella casa desnudos y heridos” (Hch.19:16). Era necesario
que Dios desafiara el poder pagano de los efesios, demostrando Su poder por
medio del apóstol con milagros extraordinarios. Los enfermos fueron sanados y
los espíritus malos salían (Hch.19:11).
En
el libro de Éxodo, Dios ungió la vara de Moisés con el fin de desafiar toda la
actividad diabólica de los sacerdotes de Faraón en el antiguo Egipto. Hasta
cierto punto, ellos pudieron imitar a Moisés y a Aarón con las mismas señales
sobrenaturales. Sin embargo, el poder espiritual llegó a tal nivel, que los
hechiceros de Egipto no pudieron duplicar lo que Jehová hizo. ¡Él se glorificó
en Egipto como Señor de señores! Sí, nuestro enemigo puede hacer milagros y
engañar a la gente a través de ellos, como lo hizo Simón el mago en el tiempo
de los apóstoles. Por eso, es más necesario que Dios se levante con celo santo
para glorificar Su nombre.
Su
poder debe ser manifestado en este siglo XXI, tanto o más que en la historia
bíblica. La mente de la gente, hoy en día, dirigida por políticos malignos, son
engañadas y controladas por demonios. Al observarles hablar en las noticias, estoy
consternado por su estado mental y sus emociones. No sólo muchos de ellos están
promocionando, radicalmente, el aborto de bebés antes de nacer, sino que han
ido adelante hasta el punto de estar sugiriendo legalizar el asesinato de niños
recién nacidos. ¿Puedes creerlo? ¡Esto ya es pleno infanticidio!
Hace
pocos días estuve viendo a un senador de los Estados Unidos, Chuck Shumer,
hablando a activistas frente al edificio de la Corte Suprema, despotricando
contra dos jueces, Kavanaugh y Gorsuch, porque se oponen al aborto. Después,
delante de la prensa, intentó moderar sus feroces amenazas contra ellos, pero
la verdad es que no puede controlarse, creo yo. Su mente y emociones han sido
dominadas por demonios. Escuché a la hija de un ex-presidente de los Estados
Unidos decir, tontamente, que se consideraría una cristiana muy pobre si no creyera
en el aborto. ¡Qué barbaridad!
Padres
y madres, han entregado a sus fetos para ser cruelmente despedazados, sacándoles
del seno, pieza por pieza, en un estado ya bastante desarrollado físicamente, en
el que pueden sentir el dolor. Doctores y enfermeras, respetados y educados,
llevan a cabo estas tragedias inhumanas. Al mismo tiempo, políticos y
periodistas ponen al mismo nivel los derechos de los homosexuales que la
emancipación de los esclavos y la protección de la mujer. Todo el
intelectualismo, educación superior y sofisticación de nuestros tiempos, no han
detenido la gran ola de actividad demoniaca.
¿Cómo
podremos luchar contra un enemigo sobrenatural con armas humanas? Ciertamente, seremos
derrotados. Un pastor metodista, estudiante de avivamientos, me dijo que, antes
de grandes movimientos del Espíritu Santo, había claras manifestaciones de
poderes diabólicos. La realidad del mundo espiritual condujo a cristianos,
desesperados y humildes, a buscar el poder de Dios… y Dios derramó Su poder
sobre ellos.
En
estos días, estamos escuchando una doctrina promocionada por algunos sectores evangélicos
que se denominan cesacionistas. Ellos
pretenden confinar la presencia sobrenatural de algunos, si no todos, de los
dones espirituales al tiempo de los apóstoles. Dicen que no son para la iglesia
en nuestros tiempos. Algunos deducen, como los Testigos de Jehová, que los milagros
que ocurren en tiempos modernos son, probablemente, obra de Satanás.
Los
cesacionistas enseñan que, desde que
tenemos el canon completo del Nuevo Testamento, ya no hacen falta ciertos dones
(si no todos) del Espíritu. Sí, estoy de acuerdo que tenemos el canon completo
de la Escritura desde el principio del segundo Siglo, y que confiamos
totalmente en su autoridad absoluta, sin embargo, mi pregunta sigue siendo:
¿Qué es lo que ha tomado el lugar de los dones sobrenaturales en la iglesia en
nuestro tiempo? ¿No dijo Pablo que “las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción
de fortalezas?” (2 Co.10:4)? Y las armas de nuestra milicia, ¿cómo son? Pablo
compara la iglesia a un cuerpo humano, cada miembro con su don particular. Nos
enseña cómo puede funcionar el cuerpo y llevar a cabo sus propósitos por medio
de las facultades de cada miembro. Si los miembros de la iglesia primitiva recibieron
los dones mencionados en este capítulo para poder funcionar, ¿cómo funcionaremos
nosotros ahora sin ellos? ¿No es la iglesia un organismo sobrenatural,
concebido en el cielo? La iglesia es única en este mundo. Entonces, ahora, en
tiempos modernos, ¿tenemos que vivir limitados a la sabiduría y capacidades de
los hombres, tomando el lugar de los dones? No debemos estar especulando sobre
este asunto; tenemos que hallar una respuesta total y enteramente bíblica.
Pudiera
testificar de mi experiencia personal, habiendo observado la obra sobrenatural
de Dios, tanto en el campo misionero como en territorios evangelizados, donde
la iglesia está bien establecida. Sin embargo, no escribo para debatir el
asunto, y tampoco me importa tener la razón. Yo no tengo por qué reclamar más
autoridad sobre el tema que cualquier otra persona, pero veo el estado débil de
una iglesia acostumbrada a existir sin la realidad de Dios.
Siento
una convicción de que el argumento de los cesacionistas
no es más que una señal adicional del nivel apóstata del cristianismo de
nuestros tiempos. Líderes de la iglesia están desafiando el poder de Dios. Quisiera
despertar al lector al error del cesacionista;
que vuelva a orar para que el Espíritu Santo demuestre Su poder en estos días
cruciales. Con una preocupación profunda, observo la profecía del apóstol cumpliéndose:
“(En los postreros días) … tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia (sencillamente, poder) de ella; a estos evita” (2 Ti.3:5).
Algunos de los que se oponen a
la segunda experiencia de ser bautizados en el Espíritu Santo y Sus dones,
piensan que estas doctrinas nacieron durante el movimiento pentecostés, a principios
del siglo XX; y no sé si algunos pentecostales piensan lo mismo, pero es una mentira
rotunda. No limites el poder de Dios a un tiempo. John Wesley, en una carta escrita en junio
de 1746, declara: “No recuerdo
ninguna Escritura donde se nos enseñe que los milagros debían confinarse a la
edad apostólica o a cualquier otro periodo de tiempo”. Retó a los
cristianos a rechazar esta idea, que es tan prominente hoy en día.
Ya que mencioné a Wesley, diré
que, personalmente, conocí a Leonard Ravenhill, criado en un hogar metodista.
Quizás podamos decir que él vio lo milagroso desde una perspectiva metodista.
Sea como sea, Ravenhill era un defensor del mover del Espíritu en avivamiento.
No quiero poner palabras en la boca de Paul Washer, un hombre que se ha ganado
el respeto de muchos cristianos serios en nuestros tiempos, pero pienso que él
estaría de acuerdo en que Leonard Ravenhill, hasta cierto punto, le ha
influenciado. Públicamente, una persona le preguntó sobre los dones del
Espíritu y él contestó: “Debemos estar
orando constantemente para que haya más y más grandes manifestaciones del
Espíritu, derramamientos del Espíritu. Debemos vivir vidas sobrenaturales.
Según mi conciencia, no puedo decir que los dones del Espíritu hayan cesado”. John
Piper es otro bautista contemporáneo que defiende los dones bíblicos del
Espíritu y predica públicamente sobre el asunto.
Ahora, vamos a aprender algo de
un ex-médico y teólogo extraordinario, pastor asociado con el gran hombre de
Dios, G. Campbell Morgan, de la Capilla de Westminster en Londrés, cerca del
palacio de Buckingham. Estoy refiriéndome a D. Martyn Lloyd-Jones (1899-1981),
que después fue el pastor principal de esa iglesia y el cofundador de editorial
La Bandera de la Verdad. Este hombre
galés sabía mucho sobre la realidad de un avivamiento espiritual y el poder que
había tras ello. Su sana visión del cristianismo evangélico es admirada en todo
el mundo. Ahora, voy a presentarte unos cuantos párrafos de lo que él predicó
sobre el tema que estamos tratando:
https://www.facebook.com/D.MartynLloydJones.Esp/ |
“¡Ah!”, tal vez diga alguien, “¿y qué me dice del pasaje de 1 Corintios
13?” ¿Sabes lo que se nos pide que creamos? Se nos dice que la llegada de las
Escrituras neo testamentarias nos colocan en una situación perfecta; mientras
que si lees el versículo 12, verás lo que él mismo dice en realidad: “Ahora
vemos” (es decir, el apóstol y otros. Pablo está incluido juntamente con el
resto de los creyentes en Cristo anteriores al canon del Nuevo Testamento, gran
parte del cual lo escribió él mismo), “por espejo, oscuramente; mas entonces
veremos cara a cara”. ¿Entiendes lo que implica creer tal postura? Significa
entonces que tú y yo, que tenemos abiertas ante nosotros las Escrituras,
sabemos de la verdad de Dios más que el apóstol Pablo. Quiere decir que somos
absolutamente superiores a la iglesia primitiva, e incluso, a los apóstoles
mismos, ¡incluyendo al apóstol Pablo! Significa que ahora estamos en una
posición en la que vemos ‘cara a cara’ y conocemos ‘como fuimos conocidos’ por
Dios, porque tenemos las Escrituras.
Lo que el apóstol está hablando en 1 Corintios 13 es acerca del contraste
entre lo más alto y mejor que el cristiano pueda conocer en este mundo y en
esta vida, y lo que conocerá en la gloria eterna. El “ahora” y el “entonces” de
1 Corintios 13:12, no marca el tiempo “antes” y “después” de que el canon fuera
completado. Esa posición es inconstante y contradictoria con el contexto, y hay
sólo una manera de describirla: ¡es tontería! El “entonces” es la gloria
eterna. Solo llegado ese momento conoceré como fui conocido, porque entonces “le veremos tal como él es” (1 Jn.3:2).
Le veré directamente “cara a cara”. Ya ves las dificultades en que acaban los
hombres cuando no les gusta algo… y tratan de buscar razones para descartarlo.
Mientras que los cesacionistas argumentan que el día de
milagros no llega hasta hoy, creo que nadie está negando que la brujería no ha
cesado y que gente poseída por demonios sigue existiendo. Como hemos dicho
antes, nuestra sociedad manifiesta el poder del enemigo como nunca en la
historia del mundo, dirigida por la locura de los políticos, engañados por el
diablo. Entonces, pregunto: ¿Qué es lo que ofrece la iglesia para enfrentar estos
ataques? Yo la veo debilitada, funcionando por el poder humano, y por eso
incapaz de derrotar a las fuerzas del enemigo y librar a las personas
esclavizadas por él. No importa cuanto cantemos y alabemos con palabras… ¿Está
recibiendo Dios la gloria que merece? ¿Está siendo predicado el maravilloso
evangelio de forma que los pecadores caen en las garras de la convicción,
siendo transformados en santos, brillando con la luz celestial?
En el principio, cuando Moisés y
Aarón se presentaron por primera vez delante del hombre más poderoso de aquel
día, Faraón, cuando Egipto era la nación más poderosa del mundo, el rey decía
que no conocía a Jehová de Israel. Entonces ellos demostraron un poder que
avergonzó a los sacerdotes del rey y humilló totalmente a su líder, que finalmente
pidió Su bendición. En Egipto, el Dios de Israel llegó a ser reconocido como
Señor de señores y sus siervos eran grandemente respetados por la población, incluso
por los siervos del palacio de Faraón. ¿Podemos estar satisfechos con menos? Por
eso, Martyn Lloyd-Jones, hablando de la obra sobrenatural y los dones
milagrosos del Espíritu Santo, dice: “Querido amigo, ésta es para mí una de las
cuestiones más urgentes del momento: con la situación en que se encuentra la
iglesia y cómo está el mundo, la mayor necesidad que tenemos es del poder de
Dios, por medio de Su Espíritu, en la iglesia, para poder testificar, no sólo
del poderío del Espíritu Santo, sino también de la gloria y la alabanza del
único Salvador, Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios e Hijo del Hombre”.
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