Combatiendo el cesacionismo
La cesación de los dones sobrenaturales es muy popular
entre muchos evangélicos hoy en día. Ojalá tuviera más audiencia para poder luchar
más efectivamente contra esta doctrina. Por otro lado, haré todo lo que pueda
por medio de dos blogs, uno en inglés, otro en español, en mi página de
Facebook, por medio de dos programas de radio y algunos programas en directo.
Pienso que esta doctrina está contribuyendo, tremendamente, para que la iglesia
tome el camino de la apostasía.
La teología de los dones del Espíritu, como se presenta
en la Biblia, no es muy bien representada por aquellos que argumentan a favor
de su posición, pero que han experimentado muy poco de los dones (aparte,
posiblemente, de las lenguas). Tanto en la vida personal, como en las
actividades cotidianas, como en las reuniones, en las cuales todo es muy
organizado por los hombres, se han acostumbrado a moverse dentro de las
posibilidades humanas. Siguen un ritmo ritual y tradicional exacto, sin muchas
interrupciones causadas por el Espíritu de Dios. Poco varía entre una reunión y
otra. Vemos muy poco o nada de lo que Pablo enseñaba en 1 Corintios 14:24-26.
Pablo pone la doctrina de los dones del Espíritu en el
contexto del cuerpo de Cristo, es decir, la iglesia, en 1 Corintios 12:12-31, y
continúa en el capítulo 14. Él enseña que el propósito de los dones es,
precisamente, para la edificación (el crecimiento espiritual) de la iglesia, y
su preocupación es que los de Corinto puedan cumplir este propósito sin
estorbos. Vemos lo mismo en Éfeso 4:11-16. Por eso, si creemos que los dones
sobrenaturales han cesado para la iglesia, tenemos que considerar seriamente qué
es lo que va a tomar su lugar. ¿Qué provisión nos da la Biblia? Si no hay otras
funciones, aparte de los dones, no hay posibilidad de experimentar un buen
desarrollo de la voluntad de Cristo por medio de la iglesia.
Es cierto que, al empezar el capítulo 12 en 1 Corintios,
Pablo utiliza el término espirituales, y
expresa su preocupación de que los corintios permanezcan ignorantes acerca
ellos. La iglesia es una entidad espiritual que no sigue normas humanas para
poder funcionar. Aquella que funciona basándose en la organización humana y
natural, no es iglesia, porque la iglesia requiere espiritualidad por medio de
personas dirigidas, no por su experiencia, ni por lo que han aprendido de sus
propias fuentes de aprendizaje, sino por el Espíritu Santo.
En el versículo 4, Pablo sí habla de dones,
específicamente, y este es el tema de todo el capítulo, mencionándolos también en
el capítulo 13 y corrigiendo a los corintios por el mal uso de ellos en el capítulo
14. La traducción del griego original para la palabra dones, es chárismah. De esta
palabra proviene el nombre del movimiento carismático,
muy conocido en nuestros días. Por mi parte, los abusos de los dones y las
muchas prácticas sensacionalistas y raras de los carismáticos, a veces llamados
neo pentecostales, me hacen alejarme
de este término, aunque, al mismo tiempo, no quiero alejarme para nada de lo
que Pablo nos mandó procurar en 1 Corintios 12:31, repitiéndolo en 14:1. En
cuanto al pentecostalismo, siempre he pensado que es un nombre desafortunado,
porque el nombre viene de una Fiesta del Antiguo Testamento, antes de su cumplimiento en Hechos 2. De igual
manera, no sé de una iglesia llamada Pascua, cuyo nombre esté relacionado con la
Fiesta de la pascua, sino quizás con un nombre que tenga algo que ver con su cumplimiento por medio de la cruz de
Jesús. Además, los dones del Espíritu no nos han llegado por los pentecostales
ni por los carismáticos, sino por la Palabra de Dios y su continuidad durante
la historia de la iglesia, antes de lo acontecido en el siglo XX.
Estoy preocupado por el mucho engaño que hay en la
iglesia y las muchas prácticas falsas, como las que he mencionado ya…
demostraciones muy raras y no bíblicas que practican, mayormente, los
carismáticos. Estoy preocupado por la enseñanza tan popular que hay en casi
toda la iglesia evangélica hoy en día sobre el amor propio y la auto-estima.
Sin embargo, más que todo, me preocupo por el cumplimiento de lo que Pablo dijo
claramente que sería una señal de los últimos tiempos, al escribir a su hijo en
la fe, Timoteo. “En los postreros días
vendrán tiempos peligrosos (la
palabra griega es la misma utilizada para definir a los endemoniados gadarenos:
extremamente feroces) porque habrá hombres amadores de sí mismos (¿no
es eso lo que enseñan ahora… amarse a sí mismos?) … que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia” (la misma palabra griega
que en Hechos 1:8, traducida poder).
"Echarán fuera demonios" o si no ¿cómo combatiremos el poder satánico?
Existen todavía cementerios nativos (tomada por mi padre) |
Por mis muchos años, aun desde mi niñez, especialmente
por vivir en el campo misionero, he visto la realidad de los poderes
demoniacos. Estos poderes no se asustan, ni mucho menos son derrotados, por debatir
sobre temas doctrinales o por los argumentos astutos de los melosos. Solamente
retroceden por un poder más grande que el que ellos tienen.
No vemos ninguna indicación de que el diablo haya cedido
algo de su poder sobrenatural en estos días, al contrario, vemos un aumento de
manifestaciones satánicas. Sin embargo, en este mismo tiempo, tan dominado por
el poder del maligno, los cesacionistas quieren quitarnos la posibilidad de que
se demuestre el poder de Dios en la iglesia. Algunos no solamente niegan la
manifestación de los dones, sino también toda evidencia de lo que es
sobrenatural. ¿No te parece que, más que nunca, hace falta la presencia
milagrosa de Dios entre nosotros?
Son muy documentados casos de posesión por demonios hoy |
Las vidas cristianas hoy son definidas por 2 Timoteo 3:2-5,
y la falta de poder en las vidas está acompañada por la doctrina del cesacionismo. Muchos han caído bajo su
engaño. Sin embargo, el hecho de que la doctrina sea popular en los siglos XX y
XXI, no la hace válida; como tampoco lo es la teoría de la evolución porque haya
billones de personas que crean en ella.
La doctrina errónea de la cesación no es difícil de refutar.
Es un argumento débil y se basa en la mala interpretación de seis versículos en
1 Corintios 13. Empieza en el versículo 8 y continúa hasta el final del
capítulo. Argumenta que las profecías, las lenguas y el conocimiento han cesado
porque solamente fueron necesarios durante el tiempo de los apóstoles, antes de
que el Nuevo Testamento, es decir, todo el canon de la Escritura, fuese completado.
No el canon, sino el cielo
Pulsa para ver la letra grande |
La muy amada compositora ciega de himnos, Fanny Crosby,
esperaba el día en el que sus ojos se abrirían en el cielo, y lo expresó en un
himno, “y cara a cara le veré”. El
apóstol Juan, en un versículo muy semejante al versículo 12, “entonces conoceré como fui conocido”, escribió en 1 Juan 3:2: “Sabemos que cuando Él se manifieste,
seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es”. Ningún teólogo serio diría que Juan se
estaba refiriendo al cumplimiento del canon.
El gran teólogo y pastor, Dr. Martyn Lloyd-Jones, con efectividad
y autoridad derrumbó los argumentos de los cesacionistas. A.W. Tozer, leído y
respetado en todo el mundo, no fue, en ninguna manera, un cesacionista, como
tampoco lo son John Piper y Paul Washer, por mencionar a un par de hombres
todavía vivos.
Una vez destruido, con poca dificultad, el argumento
cesacionista de 1 Corintios, no tienen mucho más que decir esas personas. La
razón es porque, sencillamente, no es una doctrina basada en la Biblia, sino la
invención de maestros reconocidos por su inteligencia y su facilidad de hablar
y escribir. Y lo peor es que hay demasiados cristianos dispuestos a seguirles,
en lugar de seguir la clara enseñanza del Espíritu Santo en las Escrituras.
Decir que no tengo absolutamente ningún respeto por tal
posición sería poco, porque no hay nada tan claramente proclamado en las
páginas de la Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento, como lo que es
sobrenatural. Personalmente, mi posición en la Biblia está respaldada por
muchas experiencias de crisis en el campo misionero. Muchos misioneros han
comprobado, por hechos, que el libro de los Hechos es una realidad, tan activa
hoy como durante toda la historia. Los que se sientan en sus oficinas cómodas y
desarrollan sus teorías, nunca los han puesto en el tubo de ensayo de las experiencias
de vida y muerte.
Seguidores de hombres y sectarismo
Entonces, ¿como explicaremos la popularidad de un
argumento tan débil? Permíteme explicarme poniendo un ejemplo. Supongamos que
empiezo mi ministerio recientemente graduado en la escuela bíblica y el
seminario, y añado unos años de experiencia pastoral. Veo poca evidencia de
dones del Espíritu y, en verdad, nada de lo que es sobrenatural en mi vida y mi
pastorado. Seguramente, no hay más que mis propios talentos y capacidades naturales,
nada que pueda comparar con el libro de los Hechos.
Al considerarlo, tengo dos opciones: 1) Puedo confesar
humildemente que algo falta en mi ministerio (muchos lo han hecho y han
recibido apoyo de Dios). 2) Puedo llegar a la arrogante conclusión de que los
tiempos han cambiado y Dios ya no respalda Su palabra con señales y maravillas.
No puede ser por mi doctrina (escribo con ironía), porque es la más pura que
puede haber. Mi iglesia es espiritualmente mejor que todas las que veo a mi
alrededor. Si Dios todavía tiene dones y milagros para manifestar en estos
días, ¿no se manifestaría primeramente por medio de mí y mi iglesia?
Cuando yo era adolescente, el Espíritu Santo se movió con
poder en la región donde vivíamos. Recuerdo a mi padre, un dirigente de la
Alianza Cristiana y Misionera, decir: “Orábamos por meses con fervor para que
Dios se manifestara entre nosotros, pensando que vendría por medio de nosotros también.” Pero no fue así, sino que Dios
levantó a unos menonitas, llenos del Espíritu Santo, para estremecer a los
cristianos de muchas denominaciones y salvar a los incrédulos en nuestro
territorio. Dios aborrece el orgullo sectario y siempre lo derrumba.
De esta forma, tienen que desarrollarse las doctrinas
equivocadas, que especialmente abundan entre la gente ultra calvinista,
determinista y fatalista. Echan la culpa a la soberanía de Dios, antes que
sobre sí mismos y la responsabilidad personal. Yo tengo 56 años de ministerio y
esto es exactamente lo que he observado. Muchos no tienen un corazón abierto
para escuchar otra opinión, aparte de la suya. Por eso, pierdes tu tiempo
presentando los textos bíblicos, porque el orgullo ha llenado sus corazones y
la honestidad ha huido. Solamente esperan que termines para continuar con sus
opiniones, que alzan sobre la clara enseñanza de la palabra de Dios. Ellos prefieren
acudir a sus maestros preferidos, que les entretienen y les hacen sentir
cómodos, pero no son, ni van a ser más que el producto de lo que han elegido
creer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Publicar un comentario