La gloria de Dios en Jerusalén
Os quiero recordar de nuevo, antes
de leer mis comentarios deberías ir primero al texto bíblico, para poder
entender perfectamente a qué me estoy refiriendo. Después, con la Biblia a
mano, puedes ver cada versículo que se cita. Así funciona un estudio bíblico.
Se trata de percibir lo que el Autor, el Espíritu Santo, quiso compartir con
Zacarías para que él lo escribiera, primeramente para la gente de su día y
después, para las generaciones futuras. También veremos porciones que podemos
aplicar personalmente a nuestras vidas.
Capítulo dos: La tercera visión
Una palabra urgente
Dios dijo en 1:16 que un cordel sería tendido sobre Jerusalén. Ahora, en
2:1 vemos a un hombre con un cordel de medir (algunos piensan que es el Ángel
del Señor quien mide la ciudad). Primero va a hacer las mediciones para después
edificar Jerusalén de acuerdo con las medidas, según el plan previsto.
Hay a personas a quienes les gustan las grandes reuniones y hablan de
sentir “la presencia” entre la multitud. Grandes multitudes fueron atraídas a Jesús
para verle a Él y para ver los milagros que hacía, para escuchar Sus parábolas
y después, volver a su casa, satisfechos por lo que habían experimentado,
hablando con todo el mundo de lo que habían visto.
Los doce discípulos siempre estaban con Él, pero también había otras
personas que me interesan mucho (Mc.4:10). Cuando la multitud se iba, además de
los doce, había otros con ellos que esperaban el momento en el que Jesús estuviera
solo. Ellos le preguntaban acerca de las parábolas. Jesús les hizo saber: “A
vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero a los de
afuera todo es presentado en parábolas” (Mc.4:11). Estas personas no eran de
los doce, pero tampoco pertenecían a la multitud en general. Eran personas con
hambre y sed de conocer los misterios de Dios. Jesús no sólo les elogió por sus
buenos deseos, sino que además les concedió las respuestas que buscaron.
Esta misma característica palpitaba en el corazón del joven Zacarías, y en
el versículo 2 él hace su cuarta pregunta. Quería saber qué iba a medir con
este cordel. Aquí vemos la misma buena voluntad de parte de Dios y Sus ángeles en
contestar las preguntas de quien desea ver los movimientos del Reino de Dios.
Jesús es el Verbo o la Palabra de Dios, y las palabras son para la comunicación. “Todas las cosas que oí de mi Padre, os
las di a conocer” (Jn.15:15). Dios es comunicador. Él está más que
dispuesto a compartir con los que son sinceros en su búsqueda. Por eso nos ha
dado una Biblia.
Digo esto para animar a aquellos que estén leyendo estos pensamientos y
tengan un anhelo fuerte de ver y entrar en el conocimiento de lo que está
escrito en el libro de Dios. ¡Bienvenido, porque Dios libremente te concederá
tus anhelos! Los ángeles están muy involucrados con las cosas de Dios. Su
obediencia a Dios es inmediata. Aquí hay un encuentro de dos ángeles. El que estaba
hablando con Zacarías se adelantó para hablar con otro ángel que salió a su
encuentro (v.3) (¿De los mirtos, enviado por el Ángel del Señor?, sugiere el
comentario de Jamison, Faussit y Brown). Toda esta actividad ocurre para comunicar
con Zacarías: “Corre, habla a aquel joven…” (v.4).
Dios quiere involucrarnos en lo que está pasando, por eso el ángel tiene
que correr para darle la explicación. “Aquel joven” tiene que estar
urgentemente informado en lo que Dios está haciendo, especialmente porque fue
elegido para escribir de parte de Dios, guiado por el Espíritu Santo, a la
humanidad por medio de la Biblia, al judío primero, pero también al gentil.
El muro de fuego
La palabra tiene que ver con una Jerusalén tan poblada por habitantes y
ganado que se extenderá más allá de los límites de la ciudad. Es difícil que
sea la Jerusalén de Nehemías, por la cual él se entristeció porque no tenía
muros, sino una Jerusalén futura, de la que habla Ezequiel 38:11… “Subiré (Gog y sus aliados) contra una
tierra indefensa… que habitan en ciudades sin murallas, sin puertas y sin cerrojos”
(lee todo el capítulo). Es una tierra que mora segura. Esta profecía no se ha
cumplido todavía.
Está hablando de una protección directa del cielo y de un pueblo que confía
solo en el Señor y no en muros terrenales (v.5). Está protegida por un muro de
fuego y Su gloria brilla en toda la ciudad. El fuego es la gloria de Dios. Una
misionera en China, durante la rebelión Boxer, recibió la promesa de un “muro
de fuego” alrededor de ella, y por eso vivió y viajó confiando en Dios en ese
tiempo tan peligroso. Eliseo sabía de este muro de fuego y quiso que Dios se lo
mostrara a su siervo (2 Reyes 6:17). Hoy en día, hace mucha falta una
demostración de un contacto directo con el cielo en todos aspectos de la vida
cristiana. Es fácil hablar de fe, dice una canción, cuando todo nos va bien.
La promesa de seguridad es para Jerusalén, y Su pueblo tiene que volver
para habitar allí. Aparte de lo que podía estar pasando en Babilonia en el día
de Zacarías, donde los judíos pasaron los 70 años de cautiverio, un
cumplimiento más perfecto de este mandamiento de huir de la tierra del norte, ocurrirá
en el tiempo de la tribulación (v.6). El mismo mandamiento se repite en
Apocalipsis 18:4. Fue escrito en el año 95 d.C. y está reservado para el fin. Los
“ea, ea” del
versículo 6 son un despertamiento para cualquier pueblo que profesa ser de
Dios, pero literal o espiritualmente, está cohabitando con los babilonios. Aunque debe estar en
Sión, está en Babilonia, y el juicio de Dios está para caer allí (v.7).
“Os he esparcido como los cuatro
vientos de los cielos”. La invasión de los babilonios era el principio de la
perturbación y dispersión de los judíos. Sin embargo, fue más por la invasión
de los romanos en el año 70 d.C. que Dios esparció a los judíos a los cuatro
vientos. Durante los muchos años después de la dispersión, Dios ha tenido Su
ojo sobre Su pueblo Sión en todas partes del mundo (v.8). Fue una dispersión que
duró 1944 años, aunque a principios del Siglo XX, los judíos empezaron a
sentirse impulsados por Dios a volver a su tierra. Este regreso fue en aumento,
especialmente después de 1948, cuando Israel fue constituida como nación. Todavía
siguen volviendo. Fue por la mano de Dios que fueron esparcidos, pero les ha
recogido otra vez (Det.28:64; Jer.16:14-15).
La gloria de Dios en el castigo
Dios de los ejércitos vuelve a hablar, diciendo que va a actuar con poder
para llevar a cabo su retribución contra las naciones que perseguían a Israel. Es
decir, el Ángel del Señor habla. JFB dice: “Después de restaurar la ‘gloria’
(Zac.2:5,Is.4:5,Ro.9:4), que es la presencia de Jehovah en Jerusalén, Él (Dios el Padre) me (Dios el Hijo Is.48:16; el Ángel divino: Dios al mismo tiempo
siendo el que envía y el enviado) ha comisionado visitar en Su ira ‘las
naciones que os despojaron’. El doble oficio del Mesías, dado del Padre es: 1) manifestar
la gloria de Dios dentro de su pueblo (v.5) y 2) castigar a sus enemigos (v.8).
En ambas obras es manifestada Su gloria.”
El principio de que la gloria de Dios se manifiesta en su justicia contra
los enemigos, es afirmado por Pablo, muy claramente, en el Nuevo Testamento: “Porque es justo delante de Dios pagar con
tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros
reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los
ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no
conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los
cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y
de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio
ha sido creído entre vosotros)” (2 Tes.1:6-10).
Es la manera en la que Dios actúa; primeramente muestra Su gracia a los que
reciben su favor y después castiga a los que no están bajo Su gracia.
Primeramente fueron salvados Noé y los suyos, después fueron destruidos los
demás; Lot escapó de Sodoma primero, seguidamente vino la destrucción; Israel
fue salvado pasando por el mar Rojo, después se hundieron las huestes de Faraón.
Así se manifiesta Su gloria.
¡Fíjate cómo Dios cuida a Su pueblo como a la niña de Su ojo! Un aviso a la
gente que se opone al pueblo de Dios: ¡Ten cuidado! Si alguien les ofende a
ellos, Dios lo toma como algo personal (v.8). Esto mismo hay que verlo de otra
forma también: En verdad, la primera meta de los perseguidores no es oponerse al
pueblo, sino a su Dios. Utilizan a Su pueblo para atacar a Dios. “Yo agito mi mano contra ellos”, como
en Isaías 19:16 “Temblarán y estarán
aterrorizados por la mano que el Señor de los ejércitos habrá alzado contra
ellos”, y la situación se cambia completamente (v.9). Los que eran
esclavos, tomarán cautivos a sus amos.
Sigue hablando el divino Ángel del Señor: Será reconocida su comisión. Esta
fue su palabra para Israel cuando andaba sobre la tierra, revelada especialmente
en el Evangelio de Juan: “Jesús dijo:
Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces comprenderéis que Yo soy, y que
nada hago de mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, esto hablo” (8:28; también 9:30-33; 10:37-38;
14:10-11; 17:4).
Debemos estudiar la profecía porque al ver su cumplimiento creemos la palabra
de Dios (Jn.13:19; 16:4). Vemos que así fue con los discípulos de Jesús, cuando
Él purificó el templo: “Recordaron sus
discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumirá” y “respondió Jesús, y les dijo: Destruid este
templo, y en tres días lo levantaré… sus discípulos recordaron que había dicho
esto, y creyeron a la Escritura y a la palabra dicha por Jesús” (Jn.2:17,19,22).
Emmanuel, Cristo reina en Jerusalén
Morar en medio de Su pueblo es el fin perfecto de la venida del Mesías, que
no se cumple hasta Su segunda venida
(v.10). Será Emmanuel entre Su pueblo (Is.40:10-11). Cuando el Hijo de Dios
vuelva a la tierra y gobierne desde Jerusalén entre Su pueblo judío, será un tiempo
de gran regocijo.
Jerusalén será el centro de mando de toda la tierra. La nación de Israel
será un país cristiano y gran parte del mundo gentil también será cristiana en
esos días (v.11) Una vez más, no habrá lugar para dudar de que Jesucristo ha
sido coronado de gloria y poder por el Padre. Al volver del cautiverio, los
judíos y su templo empezaron a recibir honor, incluso, de los reyes de la
tierra. Ciro fue el primero, seguido por Darío; después Alejandro, Augusto y
Tiberio, hasta el tiempo de Jesús. Además había muchos prosélitos. Según JFB, “esto
sólo fue una sombra de la conversión futura de los gentiles que resultará
cuando Jehová more en Jerusalén”.
El Mesías fue reconocido como el enviado por Su juicio sobre las naciones,
pero ahora por ser enviado especialmente a Israel. Jehová
el Señor dice: “habitaré” y Jehová
el Señor “me ha enviado a ti”. El
que habita y el que fue enviado a habitar es el mismo Dios. La trinidad está
claramente manifestada en el Antiguo Testamento.
Que los gentiles se unan y sean para el Mesías, no quitará la parte
especial que Israel ocupa en el Reino de Cristo (v.12). Judá será Su heredad y
Jerusalén estará sobre todas las ciudades de la tierra. Su tierra sigue siendo
“la tierra santa”.
“¡Calle toda carne ante el Señor,
porque Él se ha despertado en su santa morada!”“Toda carne”, quiere decir, todos los
hombres de todas las partes del mundo que han tomado la tierra y reinado sobre
ella. (v.13) Durante seis mil años, el hombre ha fracasado con sus gobiernos.
Ahora se callará y Dios “se despertará” para reinar en los últimos mil años de
historia de este planeta. El Mesías gobernará el mundo en justicia, paz y gozo,
para dar testimonio de cómo debe ser esta tierra. Entonces la tierra dará más
que suficientes evidencias de la sabiduría de Dios por haberla creado y por su existencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Publicar un comentario