Sobre edificar un templo en Babel
Un estudio expositivo sobre capítulo
5:5-11
Quiero recordaros de nuevo, que antes de leer mis comentarios deberíais ir
primero al texto bíblico, para poder entender perfectamente a lo que me estoy
refiriendo. Después, con la Biblia a mano, podéis ver cada versículo que se
cita. Así funciona un estudio bíblico. Se trata de percibir lo que el Autor, el
Espíritu Santo, quiso compartir con Zacarías para que él lo escribiera,
primeramente para la gente de su día y después, para las generaciones futuras.
También veremos porciones que podemos aplicar personalmente a nuestras vidas y
a las situaciones que vemos en nuestro rededor.
La séptima visión: El efa
Cuándo se colma la iniquidad
En la visión anterior, Zacarías, por sí mismo, alzó sus ojos, pero en esta,
la séptima visión, el ángel procede adelante inmediatamente y le manda alzar
sus ojos (v.5). En la anterior, el ángel le preguntó: “¿Qué ves?”, pero en ésta,
Zacarías pregunta: “¿Qué es?”
Posiblemente no pudo identificar el objeto y por eso preguntó. No era tan
fácil, quizás por poseer propiedades no muy conocidas. A veces pienso que hay
personas que no quieren alzar la vista; tienen miedo de preguntar por temor a asustarse
con la verdad; son cosas que prefieren no saber. El hombre, a quien le importan
las cosas de Dios, siempre está en una escuela, con cosas nuevas que aprender continuamente
(v.6).
Esta es la octava pregunta. No me canso de enfatizar lo importante que es
preguntar. En los Evangelios, se marca la diferencia entre los que solamente se
acercaban a Jesús para experimentar Su presencia, escuchar Su voz y observar
Sus obras, y los que le buscaban cuando Él estaba solo, para preguntarle sobre
el significado de lo que hablaba. Los mismos tipos de personas existen entre
los cristianos de hoy en día, y la diferencia entre ellos se basa en su
confianza. ¿En que confían? Unos son los que confían en el ambiente y en las experiencias;
los otros son los que confían en la verdad.
Un efa era una medida judía de menos de 20 litros, que servía para medir las
cosas áridas. Lo que Zacarías vio, entonces, era un recipiente en el que cabía
un efa. La palabra traducida como iniquidad,
en la Reina Valera, es un poco complicada, pero puede ser traducida como ojo. Así lo tengo en la Biblia Textual: “Es
el ojo de ellos en toda la tierra” (v.6). Parece ser usada aquí para expresar lo que uno ve al mirar el efa…
es decir, uno ve la iniquidad. Representaba, simbólicamente, gran cantidad de
pecados, los pecados colectivos de un pueblo en la tierra. Como en el tiempo de
Noé… “vio el Señor que la maldad del hombre se había multiplicado en la tierra
y que toda forma de pensamiento de su corazón era solamente el mal continuamente”
(Gn.6:5). Dios, al fijar Su ojo en el efa vio la iniquidad de Su pueblo y nada
más. No vio algo bueno en ellos. La medida del efa se había completado y era
tiempo de actuar contra él.
Es un principio espiritual interesante que Dios ha establecido. Es algo que
todo hombre debe temer, porque Dios mide los pecados, y cuando esta medida está
repleta, es tiempo de actuar en contra. Es cuando el juicio cae encima. Fíjate,
por ejemplo, en cómo Dios habla con Abram del pecado de los amorreos: “Aún no ha llegado a su colmo la maldad del
amorreo hasta aquí” (Gn.15-16 (RV)).
Durante cuatro generaciones, mientras los israelitas estaban esclavizados
en Egipto, el efa de los amorreos estaba colmándose, y cuando se llenó, el
Señor les juzgó por medio de Israel.
Daniel habló al rey Belsasar del orgullo de su abuelo Nabucodonosor y el
efa medido en este caso fue la dureza de su corazón: “Cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de
su reino, y despojado de su gloria… y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu
corazón, sabiendo todo esto. Antes bien, te has ensoberbecido contra el Señor
de los cielos”.
El dedo de Dios escribió contra Belsasar: “Tekel: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto de peso” (Dn.5:20,22,27).
Por la cantidad de pruebas que Dios le había puesto delante, él debería haber aprendido,
pero no fue así. Aquí vemos el mismo principio, pero expresado de forma un poco
diferente. El efa se llenó de su falta de
peso, o mejor dicho, el efa se llenó de su ignorancia espiritual, causada
por el orgullo que le hizo resistir a la verdad que estaba frente a sus ojos… “Tú, su
hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto”.
Los judíos, en el tiempo de Jesús, llegaron a un nivel de dureza no
conocido en ningún otro tiempo de su historia. Jesús les dijo: “¡Colmad
también vosotros la medida de
vuestros padres!... Para que venga
sobre vosotros toda la sangre justa que está siendo derramada sobre la tierra,
desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías hijo de
Baraquías, a quien matasteis entre el santuario y el altar” (Mt.23:32,35). El efa se llenó de sangre inocente.
El versículo 7 nos dice que el recipiente tenía una pesada tapa de plomo. Zacarías
vio a una mujer, personificando el pecado, sentada en el efa, es decir, en el
recipiente. Ella es la fuente o causa tras todo el pecado que ha llenado el
efa. Antes había una apertura, un remedio, pero ahora, la mujer, llamada
Maldad, se ha sentado y acomodado, y su presencia ha afectado todo, como una
manzana podrida entre las demás (v.8). Hasta ahora, había tenido cierta
libertad de movimiento y de asomar la cabeza fuera del efa, pero ahora ha sido
arrojada totalmente dentro. La tapa ha sido puesta encima y será llevada a su
destino. La tapa es pesada y, una vez puesta, no hay escape.
Cuando el Señor cierra la puerta, nadie puede abrirla. Él mide el tiempo en
el cual tiene que ocurrir el arrepentimiento y pasado ese tiempo, el juicio
cae. El salmista dijo: “Tiempo es de
actuar, oh Señor, porque han invalidado tu Ley” (Sal.119:126). ¿Ves? En
este caso el tiempo ha sido medido
contra ellos. En la iglesia de Tiatira también fue así: “Tengo contra ti, que toleras a esa mujer Jezabel… y le he dado tiempo para que se arrepintiera, pero no
quiere arrepentirse de sus fornicaciones. He aquí que la echo en cama, y en
gran tribulación a los que adulteran con ella… y a sus hijos mataré con mala
muerte… y todas las iglesias conocerán que Yo soy el que escudriña riñones y corazones,
y os daré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras” (Ap.2:20-23). Puedes
estar seguro de que el efa se llenará contra una iglesia como se llenó contra
Israel. Yo mismo tengo miedo por algunas situaciones en las que me parece que
el efa de la paciencia de Dios está para colmarse y el techo está para caer
encima. ¡Que cada quien tenga cuidado de no estar debajo cuando caiga!
¿A qué conclusión es llevado?
Ahora vienen las consecuencias en forma de dos mujeres con alas (v:9). Su
llegada es más rápida que la velocidad producida por sus alas porque es impulsada
por un viento de cola (el viento siempre simboliza espíritus). Así será su
misión, como alas de cigüeña migrando a un lugar distante. El tiempo ha llegado
y el castigo se lleva a cabo apresuradamente. El efa ha sido separado del lugar
donde estaba establecido y es llevado por el aire con rapidez. El hecho de ser levantado
entre el cielo y la tierra es una expresión que indica algo hecho a plena
vista.
Ahora, la novena pregunta de Zacarías (v.10) es la siguiente: “¿A dónde llevan el efa?” Él quiere
llegar a la conclusión, al fin de la visión. Esto es algo que tenemos que
considerar. Todo el mundo puede pensar que el efa ha tenido éxito porque se ha
llenado, pero... ¡aprendamos esta lección! Lo importante no es el éxito que
parece tener en el momento. El
pragmatismo no es una medida legítima para juzgar las cosas. La cantidad y
la extensión de una obra no comprueban absolutamente nada. Dijo el apóstol: “Hijitos,
nadie os engañe: El que practica la justicia es justo, como Él es justo: el que
practica el pecado procede del diablo” (1Jn.3:7-8); no importan los
resultados. Hoy puedes escuchar a “maestros”
en algunos círculos cristianos con bocas sucias, hablando libremente del sexo, usando
palabrotas, bromas cuestionables y hablando de Dios en sus enseñanzas sin
ninguna reverencia. Por temor a Dios, ni siquiera puedo daros un ejemplo, por
no repetir su blasfemia. Dios quiere enseñarnos cual es el fin y cómo se va a
llevar a cabo. “¿A dónde llevan el efa?”, pregunta Zacarías. Ah amigo, ¡eso es
lo que importa!
La respuesta es que va a ser
llevado a Sinar (v.11), que originalmente es Babel y significa confusión (Gn.11:2). Dios no es un Dios
de confusión, de desorden ni de inconstancia. Él es una Piedra firme en quien
puedes confiar y Su palabra está establecida en el cielo. Lo que confunde,
causa desorden y no es constante, será llevado a su fuente, y su gente,
involucrada con el efa, sentirá completa libertad para hacer lo que hay en su
corazón, porque será soltada para fundar su propia religión. La tierra de Sinar
es el ambiente del paganismo.
Esta gente no puede estar involucrada en el templo de Dios que está siendo
edificado en Jerusalén. Serán separados del pueblo de Dios para formar una
adoración malvada; el efa lleno tiene toda la capacidad para hacerlo y todas
las finanzas para edificarlo. Formará parte del Babilonia que vemos en
Apocalipsis, un imperio financiero, político y religioso. Así podemos ver su origen y su fin. Es la religión
nativa de Babilonia que ha migrado a su origen, como la cigüeña. “A edificarle templo en tierra de Sinar, para que cuando esté listo, sea
colocado allí, en su lugar”. El templo será
construido sin tomar en cuenta a Dios. Será una obra humanista, creada para
complacer a la gente del efa, de acuerdo a su parecer. La mujer será la
gran ramera. “Dice Scofield sobre esta porción: “Proféticamente, la aplicación a la Babilonia del Apocalipsis es obvia.
La que profesará ser la iglesia gentil en aquel tiempo, tolerará cada iniquidad
de los ricos, será una confusión doctrinalmente, como el nombre Babel indica, y
siendo corrupta desde el centro de su ser por el comercio, riqueza y lujo,
caerá bajo el juicio de Dios (Ap.18)”.
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