Camp Lepsa, 30 Enero - 8 Febrero
BIENAVENTURADOS LOS HAMBRIENTOS
(pulsa cualquier foto para verla en grande)
La vista desde "Teen Ranch" después de una nevada |
Al levantar una nube la cima quedó blanco con escarcha |
Cuánto apreciamos a las dos chicas, verdaderas y serias violinistas, que acompañaron las alabanzas
con sus
violines, junto a otro guitarrista. El primer campamento empezó el viernes, 30
de enero, con el primer estudio a las siete de la tarde. Durante los siete días
hablé sobre el libro de Zacarías, combinando sus profecías con principios
bíblicos y aplicaciones prácticas para la vida cristiana. Era para familias, y
solteros y solteras adultos.
Después de una de las
reuniones me quedé en la misma sala trabajando con el portátil, mientras un
grupo de personas continuaron charlando sobre las cosas de Dios. A la una de la
madrugada se arrodillaron para orar. Después me quedé allí solo, disfrutando
del ambiente que había quedado.
Tambien estaba con nosotros una familia misionera, que vive en una aldea situada en una región donde hay muy pocos cristianos, al sur de Rumanía. Vera pasó su niñez en esa aldea y pudimos escuchar su testimonio; la historia de una entrega profunda al Señor. Encontró a Cristo con 11 años y, al ser bautizada a la edad de 12, sus padres la echaron de casa y se fue a vivir con una cristiana muy piadosa, de edad avanzada. Esa gente no juega con las cosas de Dios, ha pagado un alto precio por andar en intimidad con Cristo.
Tambien estaba con nosotros una familia misionera, que vive en una aldea situada en una región donde hay muy pocos cristianos, al sur de Rumanía. Vera pasó su niñez en esa aldea y pudimos escuchar su testimonio; la historia de una entrega profunda al Señor. Encontró a Cristo con 11 años y, al ser bautizada a la edad de 12, sus padres la echaron de casa y se fue a vivir con una cristiana muy piadosa, de edad avanzada. Esa gente no juega con las cosas de Dios, ha pagado un alto precio por andar en intimidad con Cristo.
Manu, Vera y hija |
Voluntarios y otros jóvenes |
Amigo mío, cuando seamos
viejos y todo nos falte y falle; cuando estemos tan débiles que la mente ya no
nos funcione como antes, ¿qué tendremos para poder soportar en tales tiempos?
Pues… dependerá de lo que hayan sido nuestras prioridades mientras éramos
fuertes y jóvenes. Para esta ancianita, lo que quedó, más que sus propios
hijos, era Jesucristo y Su palabra. ¡Que todos nosotros
terminemos la vida de esta manera!
Manu y Vali, que tradujo en rumano y publicó el libro, Fijando los ojos en Jesus, por Perla Suferintei |
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