Una librería muy pequeña
C. H. Spurgeon: Hermano, no caigamos
en tal estupidez
Hay
personas todavía que instruyen a otros solamente leer la Biblia y ningún otro
libro. No es un consejo sabio; según C. H. Spurgeon este consejo es una
estupidez. Creo que la razón de su oposición contra la lectura de libros
cristianos no es por tener una pasión por la Biblia, sino por la inseguridad de
sus propias enseñanzas, débiles, dudosas y aún falsas, que caen fácilmente delante
de la verdad escrita por hombres de Dios. Por eso los nazis y comunistas
quemaron libros.
Pobres
de las personas que les hacen caso. Ninguna persona puede funcionar solo; necesitamos
el cuerpo de Cristo. Reconocemos que necesitamos maestros que nos enseñan la
Biblia en reuniones. ¿Por qué no recibimos instrucciones escritas que
probablemente son de más beneficio que las que escuchamos, no del tiempo
presente solamente, sino por todos los siglos que existe la iglesia? La iglesia
es una y sus miembros son los grandes hombres del pasado, igual que los del tiempo
presente. La única forma de aprender de ellos es por leer su literatura.
Spurgeon
dijo: "Si pedimos que el Espíritu nos guíe y enseñe, se deduce que
debemos estar dispuestos a utilizar todos los medios y ayudas necesarios para
entender la Escritura. Cuando Felipe le preguntó al eunuco etíope si entendía
la profecía de Isaías, este le dijo: '¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?' (Hch. 8:31). Entonces Felipe subió con él al carro y le explicó la Palabra del
Señor."
"Algunos, pretendiendo ser enseñados por el Espíritu Santo, rechazan la instrucción que pueden recibir de libros o de hombres. Así no se honra al Espíritu de Dios; es una falta de respeto hacia Él, ya que sí Él concede a algunos de sus siervos más luz que a otros (y es evidente que lo hace) entonces aquellos están obligados a compartir esta luz con estos, y utilizarla para la edificación de La Iglesia. Pero si una parte de la Iglesia se niega a recibir esta luz, ¿para que la dio el Espíritu? Implicaría que Dios ha cometido un error al otorgar sus dones y gracias mediante el Espíritu Santo."
"Estaríamos llenos de maldad sí dijésemos: 'No queremos los tesoros celestiales que se encuentran en vasos terrenales... Creemos que somos demasiado sabios, demasiado elevados, demasiado espirituales para que no nos importen las joyas que pudiésemos encontrar en vasos de arcilla. No oiremos a nadie ni leeremos nada, excepto la Biblia.' Hermano, no caigamos en tal estupidez... Aceptemos la luz que Dios ha encendido, y pidamos que por gracia podamos hacerla brillar sobre la Palabra de Dios para que, cuando la leamos, la entendamos."
Una librería muy pequeña
Permíteme invitarte entrar
en una librería muy pequeña, para hojear un rato. Solamente hay ocho libros,
así puedes seleccionarlos uno por uno y leer de su contenido en la contraportada.
Si alguno te llama la atención, por favor contáctanos en la siguiente dirección
de email: loelmarga@telefonica.net
.
El Cristo del Apocalipsis
Este es un pequeño libro
escrito con una pluma inexpert. Tiene que ver con la personalidad más magnífica
que jamás ha cruzado los caminos del hombre mortal. No soy digno de pronunciar
Su nombre, mucho menos soy capaz de exponer los menores de Sus cualidades. De
todo modos, el salmista dijo: “¡Todo lo que respire alabe al Señor!” Por eso,
espero que no sea demasiado atrevido si intento exhalar un poco de lo que he
inhalado meditando sobre el Cristo del Apocalipsis.
Lowell
Brueckner
Leonard Ravenhill dijo: “De
una docena de libros que poseo sobre el Apocalipsis, este es lo que más me ha
conmovido.”
Lo que palparon nuestras manos
"Cada capítulo de este libro puede ser leído
independientemente. Contiene once verdaderas y diferentes historias, pero a la
vez todas cuentan una sola. Puedes tomar el libro, abrirlo por cualquier
capítulo y disfrutar de un pequeño relato, o bien, leerlo entero, de principio a fin, y
aprovechar de toda la historia. Tiene que ver con gente verdadera, gente común
que, en circunstancias ordinarias no produciría nada para contar en un libro.
Sin embargo, Dios, con un plan en Su mente, hizo que sus circunstancias no
fuesen nada normales".
Meditaciones diarias de los Salmos
Este es un libro devocional
para todo el año. Está basado en los Salmos; himnario de los hebreos y su manual
de oración. Son parte del árbol en el que cada creyente en Cristo ha sido
injertado, y para el que también debe ser su himnario y libro de oración. A
cada texto del Salmo le sigue una pequeña meditación diaria, que ayudará al
lector a orar como Jesús nos enseñó a hacerlo, “según Su voluntad”, y a poder
ajustar nuestras oraciones de manera progresiva a la oración bíblica.
Los Salmos fueron escritos por varias personas, pero, de todos
ellos, el capitán del equipo fue David, rey de Israel, descrito en 2 Samuel 23
como “el varón que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce
cantor de Israel”. Aparte de ser un poeta noble; no un poeta común, sino el más
leído de todos los tiempos, David fue sobre todo un hombre conforme al corazón
de Dios. Fue una leyenda en su tiempo y un personaje histórico sin par, hasta
el día en el cual su Hijo glorioso apareció en Israel para ser su Rey y el
Salvador del mundo.
Los Salmos transmiten mucho más que solamente poesía y canción;
son la biografía de personas bendecidas por Dios. Descubren una relación
profunda y personal entre un hombre y su Dios, quien le había escogido para ser
moldeado a Su imagen.
El tema de los Salmos es nuestra relación con Dios, que es también
la base de nuestra vida devocional. Son como un largo viaje que promueve el
crecimiento espiritual en la vida personal. Las alabanzas aumentan y se hacen
más eufóricas a medida que nos acercamos al final del libro. Sus capítulos
culminan con un derramamiento de alabanza que mana del corazón.
Estas meditaciones intentan atrapar un poco de la brisa que
sopla desde el pico del Monte Sion, la cual el salmista había experimentado
personalmente.
Dios hizo el campo
(El hombre hizo la ciudad)
Nos encontramos ante un
libro en el que el autor, a través de una alegoría basada en su mayor parte en
experiencias reales, nos va introduciendo en los aspectos más importantes de la
vida cristiana. Su contenido sólido y profundo, pero sencillo a la vez, nos
exhorta a volver a los principios bíblicos, tan devaluados en los tiempos que
vivimos.
Espero que su lectura no
te deje indiferente, sino que te lleve a dirigir tu mirada hacia lo que es
eterno, y despierte en ti un intenso deseo de satisfacer el corazón de
Dios, que espera ser complacido.
Abre, pues, sus páginas y
tu corazón, y deja que el Espíritu Santo te revele las verdades espirituales aquí
presentadas.
Buscad el Reino de Dios en
tres tomos…
Si debe haber una
prioridad en la vida, esta debe ser buscar el Reino de Dios. Todo lo que el ser
humano necesita se encuentra ahí y, fuera de este Reino, no hay nada por lo que
valga la pena vivir. No es solamente un reino futuro, sino un reino presente,
en el que podemos entrar ahora, y quedar hasta la eternidad. Hemos sido creados
para encontrar el amor de Dios, y hasta que nuestra alma no alcance este objetivo,
nuestro corazón no hallará descanso.
Este libro, y los
siguientes dos tomos, serán un estímulo para la persona que anhela obedecer el
mandamiento que Jesús nos dio: “Buscad el Reino de Dios”, y avivará el deseo de
adentrarse en la búsqueda suprema de las cosas invisibles, infinitas, eternas y
celestiales de Dios.
El autor, basándose en las
verdades bíblicas, trata también de advertir seriamente a los corazones
hambrientos de los peligros que acechan este Reino por parte de usurpadores falsos
que quieren ocupar Su trono.
1. Buscando el Rey del Reino
Este primer tomo se centra en la búsqueda del Rey del Reino, que
de acuerdo al maravilloso versículo de Hebreos “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y para siempre”, trata de demostrar
que el Rey de todas las edades todavía está a nuestro alcance con toda Su
majestad y esplendor.
2. Buscando la verdad del Reino
Este segundo tomo se
centra en la búsqueda de la Verdad del Reino, sin la cual es imposible andar en
él sin ser desviados. “La verdad es
una fuerza viva que palpita y respira. Es eternal y espiritual, poderosa y
celestial, misteriosa y sobrenatural. Es mucho más que una colección de
principios, mandamientos y doctrinas que los maestros enseñan y los estudiantes
aprenden… Esta verdad es la que nos atrae a la luz y la que afina nuestros
oídos para poder oír la voz de Cristo. Todos los demás atributos del Reino
tienen que sujetarse a la verdad”.
3. Buscando el Espíritu del Reino
“No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu” (Zac. 4:6), es el tema central de este tercer y
último tomo. Es sumamente importante que enfoquemos toda nuestra vida hacia
este propósito, ya que sólo si el Espíritu
opera en nosotros podemos cumplir la voluntad eterna del Padre y vivir, sin
egoísmo, para la gloria de Dios. El que hace mover poderes eternos con Su
omnipotencia, el que puede llevar a cabo planes infinitos con Su omnisciencia,
el que obra los propósitos divinos hasta cumplirlos, con una voluntad inquebrantable,
es, únicamente, el Espíritu Santo de Dios. Él es la respuesta correcta a todas
las cuestiones que tienen que ver con hacer funcionar y avanzar el Reino de
Dios.
Tenemos un altar
Gran parte del mensaje del
Nuevo Testamento está en total desacuerdo con las tendencias populares y por
ello, tras las razones de este libro, está el intento de invertir el sentido de
estas tendencias, al menos en la vida del lector. Declara la cruz del Calvario
como nuestro altar cristiano de sacrificio y el punto en el cual debemos
enfocarnos, ya que ésta ilustra e incluye todo lo que tiene que ver con la vida
práctica cristiana. La cruz no solamente es el lugar donde el pecador encuentra
el amor y la aceptación de Dios, sino el lugar donde el cristiano debe
permanecer, para que su motivación y su manera de vivir y pensar, estén
completamente influenciados por ella.
El movimiento espiritual
que está desarrollándose actualmente entre el pueblo de Dios, es una prueba
indubitable de la ausencia de la cruz en el mensaje predicado hoy en día. Es un
movimiento que está muy de acuerdo con la corriente del mundo, y que muy sutilmente
está dirigiendo a multitud de creyentes en una dirección opuesta a la enseñanza
de Cristo y los apóstoles.
No son pocos los
predicadores y maestros que presentan un mensaje desequilibrado que garantiza a
sus oyentes la realización de sus sueños, bajo una visión de la vida inspirada
en la sociedad que les rodea, y no en la vida neotestamentaria. El apóstol
Pablo dijo que los que así enseñan y viven son “enemigos de la cruz de Cristo”.
Éstos han perdido el contacto con el cielo y están inmersos en un sistema que
pronto llegará a su fin.
Sólo los cristianos serios
aceptarán y se beneficiarán del mensaje presentado en este libro. Serán expuestos
ante una verdad no enseñada comúnmente en este siglo XXI pero que, sin lugar a
dudas, es el punto central de la proclamación del Nuevo Testamento.
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13 de septiembre de 2017, 0:53
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