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Lowell Brueckner

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Un himno de gratitud

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 14. Un estudio expositivo de Isaías, capítulo 12

Antes cantaba una canción tomada de este texto, de hecho, la grabamos en un LP (del inglés long play), también llamado disco de larga duración. Muchos, posiblemente, no sepáis lo que es. Es un disco de vinilo de tamaño grande grabado a una velocidad de 33⅓ revoluciones por minuto. Alguien me dijo que había visto uno de ellos de venta en internet por $60, como una antigüedad. Yo los vendía a $3. Así es que…¡bienvenidos al blog de una antigüedadJ!

El rechazo de un Dios airado

Parece que muchos cristianos han olvidado que la ira es un atributo de Dios. Al arreglar un nuevo himnario, unos presbiterianos pidieron permiso a Keith Getty para publicar su gran himno, El poder de la cruz, acerca de los sufrimientos de Cristo. A cambio la pedían cambiar la expresión “Ira y culpa cargó”, porque no querían que dijera que Dios cargó Su ira sobre el Hijo. Dando gran crédito a la integridad de Keith Getty, rehusó hacerlo.

Un pastor-cantante español se atrevió a decir: “…eso de que Dios está enfadado y enojado, además de ser anti-bíblico es diabólico". Yo soy de otra opinión y, de hecho, la diferencia entre el evangelio de mi generación y el de hoy, me causa mucha angustia interior. No puedo escapar de la responsabilidad cristiana de hablar constantemente a favor de un Dios desconocido en estos tiempos. Francis Chan dijo: “Nos disculpamos por mencionar la ira de Dios. Debemos pedir perdón a Dios por no declarar su ira públicamente”.


En Isaías 12, tenemos un maravilloso cántico de gratitud, y es maravilloso, precisamente, porque Isaías entendió la realidad de la ira de Dios: “Porque estabas airado contra mí, pero tu indignación ha cesado” (v.1). Como en 11:10 (fíjate los comentarios del Milenio, parte 2), Isaías data este capítulo en el tiempo del Milenio… “aquel día”. Aunque es seguro que es un cántico milenario, también puede ser cantado dondequiera y cuando sea, por un pueblo que se ha sometido al reinado de Cristo. La persona que no ha experimentado una miserable convicción de pecado, nunca podrá experimentar el pleno gozo del perdón. La persona que no ha conocido el rechazo de Dios por los pecados que ha cometido, nunca podrá regar Sus pies con lágrimas de amor por haber sido aceptado por Él. El que nunca ha golpeado su pecho, clamando desesperadamente por ser propicio, nunca bajará a su casa justificado. El alma condenada que no reconoce que sus pecados merecen la sentencia de muerte en una cruz o algo peor, nunca oirá a Jesús decir: “Hoy estarás conmigo en el paraíso.”

En los años siguientes a nuestra salida de Méjico y antes de mudarnos a Alemania, supimos que había siete iglesias cerca de donde vivíamos, en Minnesota, USA, que creían en la salvación universal. Esas iglesias se nombraban entre los grupos “llenos del Espíritu” y, sin embargo, alimentaron la ilusión de que al final todo el mundo sería salvo. Ésta es una herejía que continúa creciendo, a la vez que crece aún más el rechazo de la ira de Dios entre la gente cristiana. La verdad es que para poder llegar a esta conclusión, uno también tiene que rechazar lo que está claramente declarado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. David dijo: “Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días. Si no se arrepiente, él afilará su espada” (Sal.7:11-12). Uno, de entre los muchos pasajes del Nuevo Testamento que proclama la ira de Dios, fue escrito por Pablo: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Ro.1:18).  

Un testimonio personal

María dirigió un cántico de liberación cuando Dios abrió un camino por el Mar Rojo y, como ya hemos visto, Dios, no solamente abrirá el mar de Egipto, sino también el río Éufrates para el remanente de los judíos (11:15). Convertidos y restaurados al empezar el reinado de Cristo, reciben el consuelo y la seguridad de que Dios ya no está airado con ellos. Cada uno puede cantar con gratitud una canción de testimonio personal en primera persona de singular (yo y mí).

Pienso que Isaías, quien compuso la canción, también pudo cantarla como su propia historia. Dios es su Amado ahora (5:1), pero en el pasado, él también había estado bajo Su ira: “¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios… han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos…”. El vio la oscuridad de sus pecados ante el fondo de la blanca pureza de un Dios tres veces santo. Fue una revelación de Jesucristo (Jn.12:39-41). El Santo de Israel proveyó el remedio para él y fue limpiado. El temor terrible de la condenación fue removido, y el Señor Dios fue hecho su fortaleza y canción (v.2). Así cantó María: “El Señor es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación” (Ex.15:2). Es la canción de los redimidos... de cada uno de los israelitas al cruzar el Mar Rojo; de cada uno del remanente al cruzar el mismo mar, y además el río Éufrates para volver a su patria.

No cabe duda de que es una salvación como la que tenemos en el evangelio. Isaías seguramente confió en el Mesías, nacido de una virgen, de quien había profetizado en el capítulo 7. Creyó y confió en Su obra, al entregar el mensaje a su pueblo y a todo el mundo en el capítulo 53: “Le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido, Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. ¡Aleluya! Isaías creyó el evangelio y fue salvo por la gracia mediante la fe en la persona y la obra de Cristo, el Mesías. ¡Depositó la confianza en Él!

Un avivamiento es un anticipo del Milenio

Isaías fue un recipiente de la fortaleza divina y sobrenatural del Señor Dios. El gozo del Señor le llenó y le sobrecogió, y él entregó la lírica a su pueblo, reservada para cantar en el Milenio. Me parece que podemos dividir esta canción en tres estrofas, con dos versículos para cada una. Los primeros dos versículos serían la primera estrofa, porque todo está expresado, como he dicho, en primera persona de singular. El tercer y cuarto versículo, sería una segunda estrofa, y está dirigida al pueblo de forma plural, específicamente hablando de “aquel día”.
  
“Sacaréis con gozo aguas
De las fuentes de la salvación,
Y diréis en aquel día:
Cantad al Señor, aclamad su nombre,
Haced célebres en los pueblos sus obras,
Recordad que su nombre es engrandecido.”  (vs.3-4)

Comenta Jamison, Faucett, Brown: “En el último día de la fiesta de los tabernáculos, los judíos trajeron agua en un jarro de oro de la fuente de Siloé y lo derramaron, mezclado con vino, con gran regocijo, sobre el sacrificio del altar. A eso se refirió Jesús en el ‘último día de la fiesta’. Derramar el agua significaba el arrepentimiento, como Zacarías profetizó (Zac.12:10, fíjate en 1Sa.7:6). Habrá un derramamiento tardío del Espíritu como el temprano en el día de Pentecostés.
Aquí Isaías no habla de ríos, que pueden secarse, sino de fuentes que fluyen siempre. De su ser interior (significando adentro y de sí mismo)-agua viva”.

Cuando llegue el Milenio Cristo reinará sobre la tierra y Su pueblo hará conocer Sus obras en su perfecta plenitud. A menudo se ha dicho que el avivamiento trae días del cielo a la tierra, como el Milenio traerá mil años del cielo a la tierra. Un avivamiento es un anticipo del Milenio, donde Dios “rompe los cielos y desciende” (Is.64:1).

He leído muchos relatos del mover del Espíritu en diferentes lugares. Comúnmente, en estos movimientos, la gente era atraída como si fuera por un imán, para escuchar la predicación de la Palabra de Dios. De forma especial la palabra vivía y penetraba poderosamente en el interior de los oyentes. Desde alguna parte de la congregación se escuchaba el llanto de los penitentes, rogando desesperadamente para que Dios les salvara; en otra parte había personas que ya habían sido tocadas por los carbones encendidos desde el altar celestial y ¡no pudieron contener su gozo!

Si el hombre que pidió limosna frente a la puerta de la hermosa fue al templo andando, saltando y alabando a Dios, porque apenas experimentó la restauración de sus piernas físicas, ¿qué pasará con la persona, si su alma inmortal, manchada con el pecado que merece el infierno, es curada? Isaías dijo que sacarán con gozo aguas de las fuentes de la salvación. ¡Hazlos callar si puedes! Al principio del avivamiento en Sud África, Andrew Murray intentó aconsejar a los que sabían que sus pecados habían sido perdonados que debían guardar orden, pero él se rindió enseguida. No logró callarlos para nada.

Hace tiempo, tuve el privilegio de visitar Kedgaon, Pune, en India. Es una misión nacida bajo el
Tara, una viuda de 11 años que fue herrada 
con un hierro caliente antes de buscar refugio en la misión de Pandita Ramabai.
fuego de un avivamiento del Espíritu Santo. A principios el siglo XX, una hindú, recién convertida, Pandita Ramabai, empezó a recoger a cientos de “niñas-viudas”… pequeñas niñas, esclavizadas por la familia de sus maridos, después de haber muerto sus viejos esposos. Ella escribió: “Sentí ganas de llorar de gozo y mi corazón se llenó de alabanza y gratitud a Dios, al ver a una “niña-viuda” traduciendo el mensaje en Maratí de un maestro inglés. El Señor la había librado por Su gracia de la vergüenza de la “niña-viudez”, las ataduras horribles de las reglas castas, y de las ataduras más terribles aún del pecado, y la hizo una niña suya por la adopción de Cristo Jesús”.

Hace tiempo vi un video con la historia de cómo el evangelio había entrado en una aldea en Nueva Guinea (tú lo puedes ver en este blog). El misionero era un hombre con familia… si recuerdo bien, él y su esposa tenían tres hijos. Algunas misiones rechazaron su solicitud por su edad, porque ya tenía hijos, y otras, demandaban que estudiara durante años en una escuela bíblica. Además, su esposa no estaba bien de salud. La Misión de Nuevas Tribus (que Dios la bendiga por su confianza en el Cristo de la Biblia que no cambia) fue la única misión que proveyó un curso de seis meses y le envió al campo de la cosecha. El video demuestra una aldea entera recibiendo el evangelio, sacando con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Los hombres rodearon al misionero y le lanzaron al aire, mientras su esposa observaba con lágrimas fluyendo por sus mejillas. ¡De eso estuvo escribiendo Isaías! Así será el gozo sin medida del Milenio.   

Sobre todo, la meta más importante de la salvación, es traer alabanzas a Dios. La obra más importante de un misionero es hacer recordar “que su nombre es engrandecido”. Él puede hablar a las gentes de Sus obras, pero más bien, debe demostrarles Sus obras. El evangelio tiene que ser predicado hoy en día tanto como en los días de los apóstoles, acompañado con la obra sobrenatural del Espíritu Santo.

Por favor, escucha esta verdad declarada en las epístolas: “No osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios…” (Ro.15:18-19). “Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder” (1Co.2:4).  Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros…” (Ga.3:5). “Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre” (1 Tes.1:5). “Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo…” (He.2:4).

Luz para las naciones

Israel fue separado para Dios y asentado sobre un monte para ser una luz a las naciones. Una vez más, durante el reinado de Cristo en la tierra, ellos serán esa luz, pero de una manera más perfecta. Como los salmistas y el escritor de los Proverbios, Isaías tenía un corazón para el evangelismo mundial y la estrofa final de su himno tiene que ver con la proclamación del evangelio entre todas las naciones de la tierra. En el Milenio, “la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (11:9):   

“Cantad salmos al Señor, porque ha hecho cosas magníficas;
Sea sabido esto por toda la tierra.
Regocíjate y canta, oh moradora de Sion;
Porque grande es en medio de ti el Santo de Israel”. (vs.5-6)

Una vez más, vemos la semejanza de este cántico con el de María, en Éxodo 15:21: “Cantad al Señor, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete”. Repito, es un cántico de gratitud por la liberación que Dios les ha dado. Existen tanto alabanzas verticales como alabanzas horizontales… Isaías nos enseña a alabar horizontalmente. Tu voz puede levantarse hasta el cielo o esparcirse entre las naciones. Dile a todas las naciones lo que Él puede hacer; ¡demuéstrales lo que puede hacer! No les digas que te ha dado gozo; demuestra el gozo, regocijándote y cantando.

En el tiempo de los gentiles, en esta época del evangelio y del Espíritu Santo, obrando y moviéndose por medio de Su pueblo aquí en la tierra, Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder… Id y haced discípulos a todas las naciones… enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Desde ese día hasta ahora, en el siglo XXI, el Santo de Israel está con nosotros, y Jesucristo es el mismo ayer, hoy y para siempre.

Ojalá haya otra vez un pueblo que pueda demostrar que Jesucristo es grande en medio de ellos. La tristeza de mi corazón se debe al tan bajo concepto de Dios en el pensamiento de los que se llaman “cristianos” en el día de hoy, que hacen compromisos con el mundo, y que tienen muy poco para darle, aparte de lo que han recibido del mundo mismo. Yo no predico cosas negativas porque tenga una actitud amarga, lo hago porque veo una manera diferente en la Biblia, que es poderosa y efectiva.

Un día veremos a Cristo en Su radiante gloria, como los tres discípulos le vieron en el monte. Así brillará al sentarse en Su trono en Jerusalén. Ahora, con los ojos de mi espíritu, puedo ver al Santo de Israel moviéndose en un ambiente glorioso de avivamiento entre Su pueblo, y veo a Su pueblo con hambre y sed de justicia. Lo veo como una verdadera iglesia en el significado literal de la palabra… un pueblo llamado aparte… llamado aparte como una posesión de Dios. Veo a Cristo como la cabeza sobre ellos, realmente encargado de todas las movidas.

Ellos han sido salvados de esta generación corrupta y perversa. Veo una convicción poderosa sobre los que son atraídos a ellos, y ven una gran diferencia entre ellos y cualquier otra cosa que hayan experimentado antes. Es un pueblo único, no terrenal, brillando con la gloria de Dios. El resultado será: “Entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado; lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros” (1 Co.14:24-25).








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