La destrucción de Babilonia
15. Un estudio expositivo de Isaías,
capítulo 13
Las ruinas de Babilonia... foto tomada en 1932 (pulse para ver la foto en grande) |
Profecías internacionales
El conocimiento que Isaías tenía sobre cosas futuras refleja la relación
personal que tenía con Dios. En este capítulo, escribe acerca de un poder
destructivo, pero no revela su nombre hasta el versículo 17, dónde dice que el
imperio de los medo-persas se levantará contra Babilonia.
En este capítulo y en los siguientes, del 13 hasta el 23, Isaías mira hacia
fuera de Israel y profetiza acerca del futuro de otras naciones. Nos demuestra
la preocupación del Señor por toda Su creación, enviando Su palabra a la gente de
aquellas naciones que temen a Dios. Lo ha hecho desde que Israel estuvo en
Egipto, y los egipcios que aprendieron a temer a Dios por medio de Moisés,
fueron avisados e hicieron los preparativos apropiados contra los desastres que
habían de venir (Ex.9:19-20).
En los tiempos del Antiguo Testamento, aunque Dios favoreció a Su pueblo
Israel, también mostró su misericordia hacia los paganos. Son muchas las
historias que se podrían contar, pero en estas páginas sólo tomaremos un
ejemplo. El libro de Jonás nos habla de Su bondad hacia Nínive, que era enemigo
de Israel. Al terminar la historia, Él nos abre Su corazón, a Jonás y a
nosotros. Leemos: “¿Y no tendré Yo
piedad de Nínive, esta gran metrópoli, donde hay más de ciento veinte mil
personas que no saben distinguir entre su mano derecha y su izquierda, además
de muchos animales?” (Jon.4:11). Quizás también recuerdes la historia de
Naamán, el general del enemigo, Siria, que llegó a Israel para ser sanado y fue
limpiado de su lepra.
El hombre, cuyo corazón era conforme al de Dios, probablemente fue el
evangelista más grande de todos los escritores del Antiguo Testamento. En los
Salmos, David expresó el deseo de que el Dios de Israel fuese conocido en todo
el mundo. Salomón recibió la carga del corazón de su padre y pudo alumbrar a reyes
y reinas extranjeros. En el último capítulo, hemos notado que Isaías también
tenía el espíritu de un evangelista (12:4-5).
Isaías empezó sus profecías internacionales tratando la situación de
Babilonia. En el tiempo de Isaías, Babilonia no había llegado a su máximo
esplendor; de hecho, estuvo sujeto a Asiria. Después, el rey Ezequías ignoró la
amenaza de Babilonia y entretuvo a sus embajadores, mostrándoles los tesoreros
de Israel. Isaías le reprendió fuertemente por haberlo hecho. Por el Espíritu,
él pudo ver cómo se levantaría este imperio majestuoso, pero en este capítulo,
también revela su fin. Su palabra se proyecta hacia el futuro, y los israelitas
un día serían consolados por ella. ¡Qué libro tan poderoso es éste! ¿Qué otro
libro habla a las naciones del mundo, no solamente del tiempo presente, sino
también de su futuro, como si ya fuera historia? Hemos considerado un milenio
futuro, ¡pero Isaías alcanza aún más lejos, a los nuevos cielos y a una tierra
nueva! (66:22)
Un oráculo, significando una carga
La traducción literal de la palabra profecía
(RV 1960) aquí es una carga, según
el hebreo; es un mensaje pesado, no fácil de llevar (v.1). Dios no tiene placer
en la destrucción de los malvados, sino que desea que se arrepientan de su
maldad y vivan. Por eso, esta profecía es una carga para Dios, y el lector
también debe sentir como Él.
Me he referido antes al hecho de que Dios, en su soberana sabiduría, ha
designado de tal manera la profecía, que por sí misma se ordene con el tiempo.
Daniel nos escribió que, lo que Dios le había mostrado fue sellado hasta el tiempo
del fin (Dn.12:9). Como un puzle, el profeta esparce las piezas delante de
nosotros, hasta que, progresivamente, cada una tome su lugar. Antiguamente,
Dios llamó a los profetas, y durante los años se levantan intérpretes. Isaías
reveló dos advenimientos de Cristo a la tierra, y es imposible discutir que no sea
así. Se entiende claramente porque, en su primer advenimiento, solamente se cumplió
una parte, dejando el resto para cumplirse en el futuro. Isaías mismo no sabía acerca
de esta división del tiempo.
En el tiempo de Isaías, Babilonia era una nación grande, pero no tanto como
para dominar al mundo. Sin embargo, Dios le mostró que Babilonia alcanzaría esa
posición. Iba a bajar, sitiar a Judá, quitar el gobierno de sus manos y llevar
a su gente más distinguida al cautiverio. Él vio que Dios iba a levantar a los
medas contra Babilonia e iban a destruirla. Lo que Isaías no supo es que su
profecía no sería totalmente cumplida hasta los últimos tiempos, y que describe
a otra Babilonia que ayudará al anticristo a entrar en el mundo. Después esa
Babilonia será destruida.
Dios armará a los medas y a los persas
En este capítulo, la ira de Dios es quitada de los asirios, que
conquistaron al reino norteño de Israel, y cae sobre los babilonios. Los
babilonios quitaron de encima su dependencia de los asirios y conquistaron todo
su territorio. Incluida en sus conquistas era la del reino del sur de Israel,
llamado Judá. En primer lugar, ve cómo el Señor de los ejércitos llamará a los
medo-persas para pelear contra Babilonia. Es evidente que, como Señor de las
Huestes, no solamente manda a los ejércitos angelicales, sino que también es
soberano sobre los ejércitos de la tierra.
El rollo de Ciro en el museo Británico en Londres |
Dios enfatiza que los medos y los persas son consagrados específicamente
para Sus propósitos y todo tiene que ver con Él. Está motivado por Su ira, incitada
por la crueldad babilónica hacia Israel. Ha llamado al ejército más poderoso
del día para lograr derrotarlo (v.3).
Belsasar, en verdad, era nieto de Nabucodonosor, y el padre de Belsasar,
Nabonido, era poco popular en la ciudad. Por eso dejó encargado a Belsasar mientras
él fue a la guerra. Así que, Nabonido fue el primer señor del reino, Belsasar
el segundo, y a Daniel le ofreció la posición de tercer señor (Dn.5:16).
La Babilonia apocalíptica
Ahora empezamos a ver la semejanza entre la Babilonia literal y la gran
ciudad de los últimos tiempos (vs.4-5). Ciro unió a los medos y a los persas con
el propósito de vencerla, y en el tiempo del Apocalipsis, una fuerza unida,
dirigida por el anti-cristo, vendrá contra una entidad económica, política y
religiosa, llamada Babilonia. Juan la vio como “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”, que en el
día de Juan ciertamente fue Roma (Ap.17:18).
El imperio medo-persa se extendió hacia el norte y el este, mucho más allá
de las fronteras de Babilonia. Aunque la profecía empezó a cumplirse, tendrá un
cumplimiento absoluto cuando “el gran
día de su ira (la del que está
sentado sobre el trono y del Cordero) ha
llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Ap.6:17). El día del Señor es un día de ira, juicio y temor. La profecía se
enfrenta con temor y es descrita en los versículos 7 y 8: “Toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, y se
llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores
como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus
rostros, rostros de llamas”. De
parte del Señor, el día es “terrible, y
de indignación y ardor de ira” (v.9). Nadie que tenga un carácter estable o
normal, puede sentir placer al escuchar tales noticias, y por eso esta palabra
se llama la carga; es acompañada por
el aullido (v.6). Sin embargo, mientras que toda la tierra llora sobre
Babilonia, Dios manda al cielo, a Sus santos, a los apóstoles y profetas, alegrarse
por la justicia de Dios que se lleva a cabo (Ap.18:20).
Ahora, claramente, vemos más allá de la derrota y destrucción de la
Babilonia literal, a la turbulencia cósmica de los últimos tiempos. Los
pecadores serán destruidos, y el sol, la luna y las estrellas no darán su luz a
la tierra. Esta es la Gran Tribulación (v.10), cuando toda la tierra será
castigada. Fíjate en la gran abominación de la raza humana mientras Dios trata
con ella: “maldad… iniquidad…
arrogancia… altivez” (v.11). Como siempre, encabezando la lista de la
maldad del pequeño hombre, está su arrogancia, y Dios, absolutamente, no la
tolera. Su ira cae, diezmando la población de la tierra. Tendrás que buscar
para hallar a una persona, como se busca el oro, mientras los cielos se estremecen
y el mundo es removido (vs.12-13).
La destrucción total de la Babilonia histórica
La profecía se extendió como una tormenta feroz desde la Babilonia del
Antiguo Testamento hasta la destrucción de todo el mundo, pero ahora es
contraída otra vez. Una vez más vemos lo que Dios hará después del día de
Isaías y del cautiverio de Israel. Como animales salvajes y ovejas sin pastor,
los babilonios se esparcirán como ante un cazador. Los que sean hallados y
cautivados, serán ejecutados allí mismo (vs.14-15). El versículo 16 es
demasiado horrible como para contemplarlo, porque las casas serán destruidas,
los niños estrellados y las mujeres violadas.
Los invasores son los medo-persas que, según el versículo 17, no podrían
ser comprados ni sobornados por ninguna nación que les ofreciese sus tesoros
para que no les atacaran. No, los persas, sobre todo, tenían sed de derramar
sangre e iban a matar a los jóvenes, abortar a los bebés en el seno materno y a
no tener misericordia de los pequeñitos (v.18). Ah, pero si vuelves a estudiar
la historia de la conquista babilónica contra Judá, verás el mismo comportamiento
en Nabucodonosor. Los persas administraban la venganza de Dios contra ellos. “Porque el día de la venganza está en mi
corazón, y el año de mis redimidos ha llegado” (Is.63:4).
Los alemanes empezaron obras en el siglo XX |
La tremenda maravilla del mundo, descrita por Nabucodonosor mientras se paseaba
“en el palacio real de Babilonia… ‘¿No
es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi
poder, y para gloria de mi majestad?’” (Dn.4:29-30), …se hizo como Sodoma y
Gomorra. ¿Ha existido alguien que haya descubierto las ruinas de estas dos
ciudades? El poderoso Señor de Huestes ha hablado y Babilonia está deshabitada,
ni siquiera vale como refugio para los pastores nómadas. Las ruinas de las casas,
donde una vez la gente festejaba y descansaba, solamente valen como cuevas de
animales silvestres (vs.19-21).
La destrucción viene pronto, avisó Isaías, entendiendo que la profecía era
para consolar a los judíos en el cautiverio, muchos años después. En verdad,
para los que estuvieron presentes, cuando Daniel interpretó lo que fue escrito
en la pared, ocurrió esa misma noche (v.22). Dios demostró Su brazo poderoso y
cumplió Su palabra 174 años después de que Isaías pronunciara estas palabras.
Hasta la fecha, en 2016, Babilonia sigue siendo como está descrita aquí, y
jamás ha sido reedificada.
Relatos interesantes
Albert Barnes provee varios relatos interesantes, escritos por personas que
visitaron Babilonia en su tiempo (siglo XIX) e incluso antes:
‘En varios lugares existen
muchas guaridas de bestias salvajes.’ ‘Hay cantidad de puercoespines.’ ‘En la
mayoría de las cavidades hay un sin número de murciélagos y búhos.’ ‘Estas
cavernas, sobre las cuales podrían haber estado los salones de su majestad,
ahora son refugios de los chacales y otros animales salvajes. Frente a las
entradas están desparramados huesos de ovejas y cabras; y la repugnante peste que
sale de muchas de ellas nos indica suficientemente no proseguir más.’ – (“Los
viajes” vol.ii. p. 342 del señor R.K. Porter).
‘El montículo tenía
muchos hoyos grandes; nos metimos en algunos, y los estaban desparramados con
los cadáveres y esqueletos de animales recientemente matados. La peste del
excremento de bestias silvestres era tan fuerte que la prudencia ganó sobre la
curiosidad, porque no tuvimos duda de la naturaleza salvaje de los habitantes.
Nuestros guías, en verdad, nos dijeron que las ruinas abundaban con leones y
otras bestias; tan literalmente se ha cumplido la predicción divina, que las
bestias del desierto dormirán allí’ – (“La Narración” de Keppel, vol.i.pp.
179,180.)
Del testimonio de
Rauwolff parece que en el siglo XVI ‘no había ni una casa’ y ahora el ‘ojo pasa
sobre un desierto inhabitado, en el cual, solamente las ruinas de la ciudad
indican que alguna vez había sido habitada. Es imposible observar esta escena y
no recordar cómo las predicciones de Isaías y Jeremías se han cumplido, incluyendo
la predicción de que “nunca más sería habitada”, comprobada por la desafortunada
apariencia que la Babilonia actual presenta.-
(“La Narración” de Keppel, p. 234)
‘Babilonia es rechazada
por el talón del otomano, los israelitas, y los hijos de Ismael.’ (“Los Viajes”
de Mignan, p.108.)
‘Es una metrópoli
desolada y sin inquilinos.’ – (“Sobre la profecía” de Keith, p.235, 221)
‘Ruinas compuestas, como las de Babilonia, de montículos de
basura, impregnadas con nitrato de potasio que no pueden ser cultivadas’ –
(“Memorias” de Rich, p. 16.)
‘Los materiales de la vieja estructura babilónica,
descomponiéndose, condenan la tierra a una esterilidad duradera. En este
territorio, donde hay edificios arruinados, y donde no hay ninguno, todo parece
desprovisto de vegetación; todo el suelo parece como si hubiera sido lavado vez
tras vez por las aguas, derramadas y desvanecidas, hasta que cada trozo de
tierra fue borrado; su superficie, la mitad barro, la mitad arena, parece como
las orillas del mar después que la marea se retira.’ - (“Los Viajes” del Señor
R.K. Porter, vol.ii. p. 392.)
“No levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí
majada”.
(La gente) atraviesa
estas ruinas de día sin miedo; pero por la noche, el temor supersticioso de
espíritus malignos, les detiene. ‘El capitán Mignan fue acompañado por seis
árabes bien armados, pero “no pudo convencerles para quedarse a pasar la noche,
por temor a los espíritus malignos. Es imposible quitar esa idea de las mentes
de esta gente, tan llenas de superstición… Y cuando el sol se metió tras el
Mujelibe, y la luna podía alumbrar su camino, fue con mucho remordimiento que
él obedeció a las súplicas de sus guías para retirarse de las ruinas.’” – (“Los
Viajes” de Mignan, citado por Keith, pp.221, 222.)
‘Toda la gente de ese
territorio afirma que es extremamente peligroso acercarse al montículo’ (el
montículo en Babilonia llamado Kasr o Palad) ‘después de anochecer, por la
multitud de espíritus malignos que lo encantan.’ – (“Las Memorias” de Rich
sobre las ruinas de Babilonia, p.27.)
Joseph Wolff, hablando
de su visita a Babilonia, dice: ‘Yo pregunté a los Yezeedes, si los árabes alguna
vez han levantado sus tiendas entre las ruinas de Babilonia. No, dijeron, los árabes
creen que el espíritu de Nimrod anda entre ellas en las tinieblas y ningún
árabe se aventurará a un experimento tan peligroso.’
La versión de los
setenta, (donde en español, R.V. 1960, dice: “saltarán
las cabras salvajes” (v.21), y en la BTX, en las anotaciones, dice: “satires,
demonios personificados, mitad hombre y mitad macho cabrío”) lo traduce Daimonia – ‘demonios, o diablos’ La
Vulgata, Pilosi – ‘Animales enmarañado o peludo.’ El Caldeo, ‘Demonios’. La
idea esencial es que tales animales, se supone, moran entre las ruinas o
lugares devastados, y así en los palacios abandonados y desolados de Babilonia
hacen sus fiestas. Las siguientes observaciones de Joseph Wolff pueden alumbrar
este pasaje: ‘Entonces yo fui al monte Sanjaar, que es habitado por muchos
Yezeedes. Hace 150 años, ellos creyeron en la doctrina gloriosa de la trinidad
y adoraban al Dios verdadero; pero al ser perseguidos severamente por los
Yezeedes en su rededor, se han juntado a ellos y se han convertido en adoradores
del diablo. Esta gente frecuenta las ruinas de Babilonia, y danzan alrededor de
ellas. En cierta noche, la que ellos llaman La Noche de Vida, hacen sus danzas alrededor
de las ruinas desoladas, honrando al diablo. El pasaje que declara que ‘los
sátiros saltarán allí’, evidentemente tiene que ver con esta práctica. La
palabra original, según el testimonio de los rabís más eminente de los judíos,
es “adoradores del diablo”’.
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