El amor que cubre pecados
Sobre todo, queremos ser la gente del Libro |
Pedro escribió de la necesidad de estimular la memoria de
los creyentes, repitiendo cosas que los creyentes ya habían aprendido (2 P.
1:12, 13, 15; 3:1). Es necesario especialmente, cuando un error es escuchado
comúnmente. Solamente por haberlo oído tantas veces y por diferentes maestros, los
cristianos fácilmente puedan creer que tiene que ser la verdad.
Una frase de la Biblia que he oído muchas veces
malinterpretado es del “amor que cubre a
muchos pecados”. Equivocarse sobre este asunto dirige uno a muchos errores
doctrinales, abre la puerta a malas relaciones y estorba grandemente la
disciplina sana y necesaria que hace falta entre los creyentes. Por eso, aunque
colgué un artículo sobre este asunto el día 13 de septiembre, 2013, voy a
renovar el artículo, porque “no dejaré
de recordaros siempre estas cosas” y para que “estéis confirmados en la verdad.” Favor de estudiarlo
cuidadosamente, para no ser engañado por una falsedad muchas veces
repetida.
Vemos gente evangélica llevada por el
corriente de la tolerancia. No hace mucho escuché una entrevista con
el nuevo líder de una organización evangélica muy conocida, en la
cual él dijo que el cristiano conservador tiene fama de ser rígido y duro, y
que tenemos que intentar entender más a la gente que han tenido abortos o tiene
tendencias hacia la homosexualidad. Tenemos que ser más tolerantes de gente que
no está de acuerdo con nosotros. Uno de los cantantes más famosos del mundo de
habla español dijo en una entrevista con CNN, que sus conciertos tienen el
propósito de unir la gente sobre bases comunes, incluso unir los cristianos con
los musulmanes. Otro cantante en España ha predicado que desde que nació
Cristo, no tratamos más con la ira de Dios, y ahora tenemos que presentar, no
la ira, sino el amor de Dios al mundo.
¿Qué está pasando? Estamos muy convencidos
que la Biblia no ha cambiada para nada, pero el maestro que interpreta la
Biblia, en los casos ya mencionados, ya es otro. No es el Espíritu Santo, sino
un “espíritu de tolerancia”. Este espíritu no es santo y está preparando la
población completa para la apostasía y el reino del anti-cristo. Pero ¿no es
cierto que debemos presentar el amor de Dios al mundo? Mi amigo, primeramente
tenemos que tener un idea de lo que es el amor de Dios. Favor de leer el
siguiente artículo en lo cual intento de aclarar que el amor de Dios, no es el
amor que el mundo conoce. No es el amor humano, sino algo muy distinto. Es un
amor santo que no se rinde ante el pecado. Este es lo que la Biblia y el
Espíritu Santo nos enseña:
El amor que cubre
pecados
“Teniendo ante todo
ferviente y constante amor entre vosotros, porque el amor cubre multitud de
pecados”. 1
Pedro 4:8
El amor de Dios
apenas puede empezar a comprenderse, porque es más profundo y vasto que un
océano. No puede compararse a nada porque es único, y tampoco se puede mejorar,
añadiéndole algo, porque es perfecto. Siempre hace lo que es mejor para avanzar
los propósitos de Dios y para bendecir a la persona que es llamada a
involucrarse en ellos. Es la motivación tras cada hecho que pertenece a la
voluntad de Dios.
Las cosas de Dios
son únicas y superiores a todo lo demás. Cuando los discípulos pidieron a Jesús
más fe, Él contestó: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza…”, que
es una semilla muy pequeña. Les hizo poner su atención en el tipo de fe,
no en su tamaño. Marcos 11:22 puede ser correctamente traducido como: ¡“Tened
la fe de Dios”! De igual manera, el amor de Dios tiene que ser entendido
como algo muy diferente al amor humano. Warren Wiersbe aclara: “Dios es
amor. Esto no quiere decir que ‘el amor es Dios’… alguien dijo
correctamente que ‘el amor no define a Dios, sino que Dios define lo que es el
verdadero amor’”.
Agapeo o phileo
Desafortunadamente,
la mayoría de las traducciones del Nuevo Testamento no hacen una diferencia
entre las dos clases de amor expresadas en la conversación entre Jesús y Pedro,
después de la resurrección de Jesús y la negación de Pedro. Jesús le preguntó dos
veces si le amaba con el amor agapao, que es la palabra griega
usada para expresar el amor de Dios. Pero Pedro contestó usando la
palabra phileo, que significa amor fraternal. Al oír por
tercera vez a Jesús preguntarle: “¿Me quieres (phileo)?”, condesciendo
al nivel de Pedro, él se entristeció, ya que algo menos que el amor divino no
será suficiente para desarrollar la obra divina de alimentar a los corderos y a
las ovejas del Señor. Pedro aprendió muy bien esto, y durante el tiempo que
escribió su epístola, enseñó acerca del ferviente amor (agapeo) entre
cristianos.
El amor de Dios hará
todo lo necesario para transformar a sus “vasos” escogidos y para salvar a los
pecadores. “De tal manera amó Dios” que envió a José a Egipto
como esclavo y prisionero, de igual manera que envió a Su Hijo al mundo para
sufrir y morir. Isaías revela que Jesús fue “azotado de Dios” y
que “complació al Señor quebrantarlo y someterlo a padecimiento”.
Igualmente, José tuvo un claro entendimiento de que había sido la voluntad de
Dios la que le había enviado a Egipto, con el buen propósito de salvar a su
gente y a un mundo que moriría, de no ser por la persona a la que Dios estaba
preparando para ayudarle en la crisis que estaba por venir (fíjate en Gn.45:5,7,8). Los trece años de
prueba que pasó en Egipto, siendo un esclavo, sirvieron de preparación para
moldear y refinar a José, a fin de hacerle un gobernador útil delante de Dios.
El salmista observó que “hasta la hora que se cumplió su palabra, el
dicho de Jehová le probó” (Sal.105:19).
Ver lo que Pablo
dice en 1 Corintios 13:3 en cuanto a lo que uno puede llegar a hacer sin el
amor de Dios, causa verdadero asombro. Con una entrega semejante a la de la
Madre Teresa, la gente puede llegar a dar todas sus posesiones para alimentar a
los pobres. En Orissa, India, me dijeron que algunas personas que profesaban
ser cristianas, al saber que se aproximaban los hindúes radicales, buscaron
seriamente al Señor para saber si sus corazones estaban limpios, porque de no
ser así, iban a ser golpeados y asesinados simplemente por ser solamente cristianos
“de nombre”. Pablo añadió: “Si entregara mi cuerpo para ser quemado, y
no tengo amor (agapeo), de nada me sirve”.
La perfección del
amor de Dios no permite ningún contrapeso que lo equilibre. Si ese amor es
presentado correctamente, no hará falta nada más, y no habrá peligro de que al
enfatizar mucho el amor de Dios, el oyente quede privado de otros atributos,
como la justicia o la verdad. En la cruz, el amor de Dios no se equilibró con
otros atributos, sino que se unieron a él, y la obra de Cristo se
llevó a cabo hasta la perfección. Como el salmista reveló: “La
misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron” (Sal.85:10).
Además de plantear
una importante pregunta, intentaré tratar con un malentendido bien creído y
practicado entre los que presumen estar “cubriendo multitud de pecados”. ¿Cómo
pueden ser cubiertos estos pecados y cómo puede el amor ferviente, del que
Pedro escribe, tratar con el pecador o con los pecados entre creyentes? Me
acuerdo de algunas declaraciones, muchas veces repetidas, sobre cómo tratar con
casos difíciles que llegan a los círculos cristianos: “Queremos tratar con amor
a esta persona; queremos mostrarle que le amamos. Tenemos que ser tolerantes;
reconocemos sus errores, pero los pasamos por alto, para tratarle con respeto,
cuidadosa y bondadosamente.” ¿Es esta tu interpretación de nuestro texto y el
Proverbio 10:12, que es casi idéntico?
¿Cómo se cubren los
pecados?
Volviendo al Salmo
85, tras haber mencionado que es un Salmo que nos dirige a la cruz, fijémonos
en el versículo 2: “Cargaste con la iniquidad de tu pueblo, cubriste
todo su pecado”. Pablo cita el Salmo 32:2, enseñando: “Bienaventurados
aquellos cuyas iniquidades fueron perdonadas, y cuyos pecados fueron cubiertos.
Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputa pecado” (Ro.4:7-8). ¿Está presentando Pablo una
salvación sin condiciones, que perdona y cubre pecados, debida a la benignidad
de Dios? ¿Es éste el significado y la obra manifiesta del amor de
Dios? ¿Es un amor fraternal que tolera y convive con los pecados del prójimo el
amor que tenemos que demostrar?
Iremos a Santiago
para hallar la respuesta a estas preguntas: “Hermanos míos, si alguno
entre vosotros se extravía de la verdad, y alguno lo hace volver, sepa que el
que haga volver a un pecador del extravío de su camino, salvará su alma de la
muerte y cubrirá multitud de pecados” (Stg.5:19-20). Estos son pasos
tomados más allá de la buena voluntad y la tolerancia. Menciona un volver
del error por parte del que se ha extraviado de la verdad,
y volver es sinónimo de arrepentimiento. El arrepentimiento
está involucrado en cubrir los pecados, y es necesario para salvar esa alma de
la muerte. Según Santiago, los pecados no son cubiertos sin arrepentimiento y
sin recibir por fe la salvación cristiana. Dios estaba demostrando Su amor y
misericordia a Su pueblo, los judíos, al demandar de ellos un arrepentimiento,
mientras que los gentiles fueron entregados a una mente reprobada (Ro.1:24,26,28). Pero en este
tiempo de gracia, Dios da la misma oportunidad a los gentiles que a los judíos
(Hch.17:30).
El amor que castiga
con vara
Los padres cristianos
necesitan el mismo amor ferviente para corregir a sus hijos y cubrir así sus
pecados: “Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol (infierno)” (Pr.23:14). Mi padre decía que un cristiano,
para criar hijos, tiene que ser lleno del Espíritu Santo, quien le llena con el
amor de Dios para que pueda hacer lo necesario para el bien de sus hijos: “El
que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano
lo corrige”(Pr.13:24).
Antes mencionamos a
José y otra vez veremos cómo trata con sus hermanos en Génesis 42, “hablándoles
duramente” (v.7), y después… “él se apartó, y lloró” (v.24).
José amaba a sus hermanos fervientemente. Tenemos delante a un hombre que ha
aprendido el amor de Dios por medio de trece años de esclavitud, y ahora puede
apacentar a Sus corderos y ovejas. Al estudiar la historia, uno puede ver que
José lleva a sus hermanos hacia un arrepentimiento asombroso.
Cuando Adán y Eva pecaron, Dios sacrificó
un animal y les cubrió con su piel. El pecado no es cubierto por medio de un
amor que no se basa en la sangre de Jesús. “Sin derramamiento de sangre
no hay remisión (perdón)” (He.9:22). Los escritores del Antiguo Testamento
podían hablar de tener los pecados cubiertos, porque el sacrificio de Cristo no
es controlado por el tiempo, y por eso sirve tanto para cubrir el pecado de Sus
santos del Antiguo Testamento como de los del Nuevo. En ese sacrificio se llevó
a cabo el juicio divino para que la justicia divina quede satisfecha. La
santidad no puede ser comprometida y la ira divina tiene que ser aplacada. Sólo
la sangre preciosa del Hombre-Dios, Jesucristo, quita el pecado que separa al
hombre de Dios. Por la necesidad de la fe en Su sangre, como una doctrina
esencial, no puede haber comunión entre un cristianismo verdadero y los
cristianos hipócritas y otras de las religiones del mundo. Trata este tema como
quieras, pero reconoce que es una enseñanza fundamental de la Palabra de Dios.
Nuestra generación, con su mentalidad humanista, el ecumenismo, y su
“evangelio” deficiente, tan popular y atractiva ahora, pronto será historia,
pero los fundamentos bíblicos seguirán fieles a través de los siglos.
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