El bautismo en el Espíritu Santo III
Tercera parte
El Espíritu Santo, los milagros y señales sobrenaturales en las epístolas
carbones ardientes |
“Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de
sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe
no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Co.2:4-5).
“Iré a vosotros pronto, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de
los arrogantes sino su poder. Porque el reino de Dios no consiste en palabras,
sino en poder”
(1 Co.4:19-20).
“Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros,
¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?” (Gál.3:5).
“Nuestro evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también
en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como sabéis que clase
de personas demostramos ser entre vosotros por amor a vosotros.” (1 Tes.1:5)
“¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La
cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue
confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, tanto
por señales como por prodigios, y por diversos milagros y por dones del
Espíritu Santo según su propia voluntad” (He.2:3-4).
Lo normal, sería pensar que
todos los cristianos quisieran aprovecharse de este bautismo y de los dones que
Dios ha dado a la iglesia para que funcione, pero no es así. Siempre, cuando
hay un mover del Espíritu, hay oposición, y la oposición no viene de la gente
del mundo, sino de la propia iglesia. Este ha sido el caso en todos los
avivamientos. Debemos saber que, aunque la iglesia, en gran parte, ha negado el
poder que Dios le ha concedido, el enemigo no ha cedido nada del suyo. Su reino
está amenazado por un poder que es más grande que el suyo. Las puertas del
infierno son atacadas por medio de una iglesia sobrenaturalmente activa,
apoyada por el poder, los dones y las maravillas del Espíritu Santo. Por eso,
Satanás hará lo que pueda, para provocar a quien sea contra aquellas personas,
por medio de las cuales se manifiesta el poder de Dios. Cristo, al enviar a los
doce discípulos a predicar el evangelio, “les
dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia” (Mt.10:1). Les preparó para un encuentro
sobrenatural.
Yo viví un tiempo en mi
adolescencia que jamás olvidaré. Mi padre era director de una escuela bíblica
para gente indígena, Mokahum (Salida del Sol), al norte del estado de
Minnesota, USA, durante los años 1955-1957. En ese tiempo, había grandes
manifestaciones de espíritus inmundos en la región, y los profesores, junto a
los estudiantes, pasaron mucho tiempo intentando liberar a una chica, cuyo
padre era un “medicine man” (brujo). Al final, 169 demonios fueron expulsados,
y la señorita quedó totalmente libre; vivió una vida cristiana, y pudo casarse
con un hombre también cristiano. Había otros casos y yo, con mis propios ojos,
pude atestiguar acerca de la realidad del mundo espiritual. De vez en cuando
comparto las historias para que la gente pueda saber que lo que leemos en la
Biblia sobre los espíritus malignos, sigue siendo actual en el siglo XXI… ¡no
lo dudes!
Lo que he visto y oído personalmente
Mi padre era un hombre que
conocía el poder de Dios desde que recibió a Cristo. Su relación con el Señor
era muy íntima y personal. Él contaba sus testimonios a los alumnos nativos y
quizás, por estas dos razones (es decir, la realidad del mundo espiritual y los
testimonios de mi padre), ellos decidieron dedicar los lunes, después de las
clases, a la oración. Con esta sencilla decisión, algo empezó a pasar entre
ellos. Lo que empezó siendo una disciplina terminó en pasión; era la única cosa
que les satisfacía. Terminaron las fiestas y diversiones inocentes, no por ninguna
prohibición, sino por un fuerte anhelo dentro de ellos que les obligaba a buscar
a Dios.
Sin nada organizado y ningún acuerdo
ni contacto entre ellos, había personas muy metidas en la oración por toda la
región. Dios era el promotor de ese movimiento. Sin meterme en muchos detalles
particulares de lo que sucedió en aquel tiempo, solamente diré que, además de
la salvación de muchas almas, hubo mucha restitución y unidad entre los
verdaderos cristianos, pastores y otros líderes de la iglesia: bautistas,
menonitas, metodistas, y los del grupo en el que fui criado, la Alianza
Cristiana y Misionera, quienes reconocieron su flaqueza espiritual y la falta
de poder en sus ministerios.
Muchos de ellos no creían en una
segunda experiencia crucial para el creyente, pero sí tenían una gran
convicción de su necesidad. El Espíritu Santo abrió su entendimiento para que comprendieran
la verdad bíblica sobre un bautismo en Su presencia. Era curioso que no había
contacto con el pentecostalismo, ni había personas pentecostales entre ellos.
Lo digo sin ninguna intención de criticar a esa rama cristiana, sino para dar a
entender que este movimiento no estaba relacionado con el de Azusa Street en
California, en 1910. Recuerdo las conversaciones sobre el avivamiento de Gales,
de las islas Hébridas y de las experiencias de los grandes hombres de Dios en
la historia de la iglesia.
Multitudes asistían a las reuniones en Gales en 1904 |
Los oscuros túneles debajo de
las minas de carbón hicieron eco de los himnos y las oraciones de los mineros.
Ante la conversión de muchísimos mineros, los caballos tenían que ser
reeducados, porque habían estado acostumbrado a reaccionar a las palabras malas
y blasfemias. Como el vocabulario de los mineros fue transformado, hubo que
enseñar a los caballos a obedecer a un nuevo lenguaje. La criminalidad cayó en
picado y los policías no tenían nada que hacer, solamente dirigir a la gente
que entraba y salía de las reuniones de oración. Las paredes denominacionales
cayeron y las Biblias se agotaron en las librerías. El clamor que dominaban las
oraciones fue “¡dobléganos, Señor,
dobléganos!” Una sociedad entera fue transformada por el poder de Dios. Se
han calculado que, en ese corto periodo de tiempo, 200.000 personas fueron convertidas y por 20 años, algunas iglesias eran tan repletas que tenían que poner asientos en los pasillos.
Dos señoras de Barvis, Hébridas, 82 y 85 años de edad, una casi ciega, que conocían al Señor y escuchaban a su voz, con él predicador, Duncan Campbell, que Dios uso poderosamente en el avivamiento. |
Hace pocos años fui por primera
vez a India. Tuve una clara sensación, al ir a mi asiento en el avión, de haber
oído la voz de Dios diciéndome: “Siéntate y relájate. En este viaje, aunque
enseñes, lo más importante será lo que aprendas”. Aprendí muchas cosas allí,
pero la más impresionante de todas fue en una misión para mujeres cerca de
Pune. La fundadora era Pandita Ramabai (1858-1922), que principió con el
intento de ayudar a las “niñas viudas”, perseguidas por sus suegros, después de
la muerte de sus maridos, ya muy mayores.
Al estar en India, tomé esta foto de la habitación de Pandita Ramabai. Ella era tan pequeña que las patas de los asientos, la mesa y la cama, tenían que ser cortadas. |
Dentro de esta habitación, el fuego del Espíritu Santo cayó sobre una chica a las 3 de la madrugada. |
Mateo citaba a Juan Bautista, quien
presentaba a Uno que “bautiza con el
Espíritu Santo y fuego” (Mt.3:11). Satanás aborrece este fuego y también el
bautismo, que destruye su obra en el interior de las personas. Algunos cambian
la conjunción ‘y’ en ‘o’, pretendiendo decir que la gente, o
será bautizada en el Espíritu o, si rechaza el evangelio, será bautizada en el
fuego del infierno.
No es así. Claramente, al ver el
cumplimiento de esta profecía de Juan en el día de Pentecostés, el Espíritu
Santo se asentó sobre cada uno de ellos como fuego. “Nuestro Dios es fuego consumidor”, declaró el escritor de Hebreos (He.12:29). Elías dijo: “El Dios que responda por fuego, ése es
Dios… Entonces cayó el fuego del Señor, y consumió el holocausto, la leña, las
piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja” (1 R.18:24 y 38). El
bautismo, en el día de Pentecostés, fue un bautismo en el Espíritu Santo y
fuego.
Un pastor menonita, recién
bautizado en el Espíritu, vino a nuestra aldea, Cass Lake, Minnesota, con una
carpa. Atraída por el Señor, la gente, tanto creyente como incrédula, empezaba
a reunirse. Él captó la atención de todos los aldeanos y fue un asunto
discutido en las conversaciones. Como puedes imaginar, también se convirtió en
un blanco para los chismosos.
Nuestro pastor, Earl Quesnell, de Cass Lake (1923-1997) |
En menos de cinco minutos, al
estar allí, observó a este menonita transformado, y pudo ver que aquel hombre
tenía diez veces más evidencias de la presencia de Dios sobre su ministerio,
que la que él pretendía tener. Reflejaba la gloria de Dios y además no había
algún desorden allí. Por un nuevo estudio de la palabra de Dios y con su
corazón abierto, nuestro pastor pudo ver la enseñanza de una segunda
experiencia en la Biblia. También sentía su propia necesidad para el ministerio
que, hasta entonces, aunque muy elocuente, había sido muy insípido y débil. En
su despacho habló con Dios y dijo: “Cristo, ahora estoy consciente de mi
necesidad. Por favor, bautízame ahora mismo en Tu Espíritu”. La respuesta vino
a su corazón… “¡En ninguna manera! Tú criticabas injusta y públicamente a ese
buen hombre menonita. Ahora irás tú a él públicamente, y le pedirás que ore por
ti, para que recibas el bautismo”. Entonces, obedeció y Dios le bautizó.
Este pastor fue íntimo amigo mío
durante muchos años, y era una persona muy cuidadosa y organizada. Se había
preparado para el ministerio con cuatro años en la escuela bíblica y tres años en
el seminario. Tenía dos colecciones idénticas de cartas, sobre las que tenía
escritas todas las anotaciones de sus sermones. Guardaba una colección en un
local y la otra en otro lugar. Por si acaso había un incendio, ¡él no iba a perder
su ministerio! Al siguiente domingo, después de la nueva experiencia en el
Espíritu Santo, antes de predicar, no pudo hallar sus anotaciones. Las buscó en
su Biblia y debajo de su asiento. Como no estaban, fue al púlpito sin ellas.
Ese día predicó el mensaje más ungido de todo su ministerio. Siguió como pastor
en los Estados Unidos y misionero en Méjico, llevando un evangelio de poder,
que resultó en la salvación de muchas almas y la bendición y edificación de muchos
cristianos.
El pastor bautista, ungido para enseñar |
Son demasiadas historias para
contar, aunque solamente añadiré lo fascinado que yo estaba con aquellos
acontecimientos, en los que parecía que todos los días había pruebas de la obra
de Dios entre nosotros. Por eso, nunca estaré satisfecho con menos. Dios se movía
salvando a los perdidos, muchos de ellos religiosos; bautizando con el Espíritu
Santo; sanando a los enfermos; dirigiendo a Su pueblo como Él quería… Sus dones
eran comunes. El hombre tenía que ponerse a un lado y dejarle obrar. Como en
Gales, las paredes denominacionales se cayeron y hubo un reconocimiento de todo
el cuerpo de Cristo; el amor de Dios llenaba los corazones.
Pero, como dije al principio,
siempre hay oposición. En nuestro caso, los chismes llegaron a la central de
mando del distrito de la Alianza Cristiana y Misionera, y el superintendente
llamó a mi padre para pedirle cuentas. Mi padre era el responsable de esa área
en el norte de Minnesota, y el superintendente le preguntó por qué no usaba su
autoridad para detener ese movimiento. ¿Cómo podría pararlo, si fuera de Dios?
— respondió mi padre. También le dijo que lo que estaba pasando en nuestro
territorio, era lo mismo que él había experimentado en la Alianza, hacía muchos
años, cuando él era un nuevo creyente.
Para no extenderme más, sólo
diré que mi padre, al igual que los profesores de la escuela bíblica, Mokahum, tuvo
que renunciar a su posición. He leído, no hace mucho tiempo, lo que la
denominación había escrito en sus documentos sobre la renuncia de mi padre como
director de la escuela. Decía que, por la enfermedad de su hija (mi hermana
Jean murió de leucemia durante ese tiempo), mi padre no podía seguir con sus
obligaciones, y que también por el estado de las finanzas, dejó su posición.
Era cierto que mi hermana enfermó y murió, pero no fue por eso ni por las
finanzas, que mi padre renunció a su cargo. Sé muy bien por qué fue. ¿Cómo se
explicaría que, al mismo tiempo, los profesores también abandonaran Mokahum y
renunciaran a su membresía en la Alianza? Como en el caso de otros pastores en
toda la región, pudimos ver la manipulación de los líderes religiosos, buscando
cómo excusar su oposición a la obra del Espíritu Santo.
Quisiera contar también que, al
sur del estado de Minnesota, el Espíritu de Dios estaba obrando en una
comunidad, llamada Betania. Era una escuela para entrenar, especialmente, a
misioneros. Estaba presente en las instalaciones el muy conocido predicador
Leonard Ravenhill, que había experimentado un avivamiento en Inglaterra. Había
cruzado todo el país a pie dos veces, evangelizando al aire libre en los
pueblos. Igual que en el norte, en el sur de Minnesota, donde estaba la escuela
Betania, una llama espiritual fue encendida. Ravenhill avivó la llama y
también, de vez en cuando, llegaba A. W. Tozer, amigo y mentor de Ravenhill. También
había contacto con los que experimentaban lo que pasaba en el norte y oraban
unos por los otros. Con el tiempo, la editorial Betania fue útil para llevar muy buena literatura a diferentes
partes del mundo. Mi esposa, antes de conocernos y antes de ir a Méjico para la
obra misionera, fue entrenada en la escuela Betania.
Gerardo Zabel, también puede
contar acerca del movimiento de Dios en la iglesia bautista, donde fue criado.
Contará cómo su propia vida, y la de sus amigos y parientes, fue transformada.
También puede hablar de la oposición que se levantó dentro de la iglesia.
No contaré más, sólo
recomendaría a los lectores de estos párrafos que investigaran la historia de
otros avivamientos que han acontecido, algunos en la antigüedad y otros en
tiempos más modernos. Especialmente interesante es el avivamiento entre los
moravos, en el año 1727, que resultó en el comienzo del movimiento misionero,
como lo conocemos en tiempos modernos. Otro, es uno de los más recientes entre
los esquimales canadienses. En los dos verás las mismas características.
Un intento bíblico
Para terminar, quiero decir que
he querido presentar estos tres artículos bíblicamente. A mí me interesa, sobre
todas las cosas, que lo que acontezca en la iglesia sea confirmado por la
Palabra de Dios. Me atrevo a decir que los oponentes de los avivamientos y del
bautismo en el Espíritu Santo, no están en lo correcto en su intento de anular
y apagar el Espíritu. Malinterpretan la Biblia al hacerlo, y eso… ¡es sumamente
peligroso!
Pedro dijo a los judíos en el
día de Pentecostés: “Esto es lo que fue
dicho por medio del profeta Joel” (Hch.2:16). Es esencial que podamos decir
que esto,
lo que está sucediendo entre nosotros, sea lo que fue dicho, bíblicamente.
Si no, no me interesa. Cualquier cosa que pase que no se encuentre en la
Escritura, no tenemos ninguna obligación de aceptarla. ¿Es bíblica la falta de
manifestación de un Dios real y verdadero entre la iglesia hoy en día? ¿Nos
atreveremos a decir que somos una iglesia neotestamentaria? ¿Podemos
respaldarlo por lo que vemos en el libro de los Hechos, o estamos excusándonos
orgullosamente con doctrinas débiles e incluso torcidas? Después de estos
artículos, dejaré que cada uno llegue a su propia conclusión.
Hechos 2:16-21
16. Esto es lo
que fue dicho por medio del profeta Joel:
17. Y sucederá
en los últimos días, dice Dios, que derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne;
y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán
visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;
18. y aún sobre
Mis siervos y sobre Mis siervas derramaré de Mi Espíritu en esos días, y
profetizarán.
19. Y mostraré
prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra: Sangre, fuego y
columna de humo.
20. El sol se
convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande y
glorioso del Señor.
21. Y sucederá
que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.
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