Juicio contra Babilonia (Parte I)
Las ruinas de la antigua Babilonia |
Capítulo 50
El valor de informar fielmente
1. Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos, por medio del profeta Jeremías.
2. Anunciad en las naciones, y haced saber; levantad también bandera, publicad, y no encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es confundido, deshecho es Merodac; destruidas son sus esculturas, quebrados son sus ídolos.
3. Porque subió contra ella una nación del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron.
Hay algo que aprender en este capítulo del juicio contra Babilonia, ya que Dios había llamado a Nabucodonosor Su siervo, y a los caldeos Su espada. Ellos fueron usados para ejecutar el juicio contra las naciones y utilizados como disciplina para Judá, por su desobediencia y pecado. El profeta aconsejó a su pueblo que si se sometían al emperador hallarían protección, e incluso prosperidad en Babilonia. Pero ¿crees que porque Nabucodonosor sirvió y exaltó a Dios y Su justicia, será excusado por sus propios hechos pecaminosos? Veremos que no, porque los capítulos 50 y 51 hablan de Su juicio.
En su carta a los romanos, Pablo expone: “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él (Dios)” (Ro.3:20). Algunos de los judíos vieron esta enseñanza como contraria a la justicia de Dios, ya que Pablo estaba diciendo que los cristianos no tenían que hacer ningún esfuerzo para guardar la ley. Argumentaban que ser justificado sin hacer buenas obras, significaba: “Hagamos males para que vengan bienes” (Ro.3:8). No podían entender el perdón de Dios por la pura gracia. ¿Y qué tal si un malvado como Nabucodonosor sirviera al propósito de Dios al castigar a Sus enemigos? ¿Podría Romanos 3:8 justificar tal barbaridad? Consideremos las siguientes preguntas: ¿Puede el pecado promocionar la gloria de Dios? ¿Si es así, entonces, debe el hombre ser considerado culpable por su pecado? ¿Si se entregara a pecar todo lo posible, podría hacer que Dios fuera glorificado más? Pablo aclara bien que tal enseñanza no es evangélica, sino ridícula y condenable, y continúa diciendo que Dios juzgará justamente el pecado. Es verdad, hasta cierto punto, que el pecado acentúa la santidad de Dios. Por ejemplo, debido a que Dios es santísimo, Él no tolera el pecado, aunque nosotros lo consideramos muy pequeño e inocente. Podemos ver la santidad de Dios en que Él mandara a Su Hijo para ser castigado de la peor manera, muriendo por los pecados de la humanidad. Pero, de ninguna manera lo excusa, sino que lo juzgará.
Intentaremos entender por qué Dios ha permitido que, incluso su archienemigo, Satanás, siga existiendo, y por qué tiene razones al consentirlo. Por ejemplo, leemos que le fue permitido probar a Job (Job 1:12; 2:6). Dios también le dio a Pablo un mensajero de Satanás para que le abofetease: “… para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente” (2 Co.12:7). En 2 Tesalonicenses 2, Pablo enseña que el Señor permitirá que el Anticristo engañe a todo el mundo, “para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad” (2 Tes.2:11-12). Pero después de cumplir su papel, el Anticristo será lanzado al Lago de Fuego (Ap.19:20). Dios permitió que un espíritu de engaño indujera a los profetas de Acab para destruir al rey maligno (1R.22:20-22). El Señor es soberano sobre el reino de las tinieblas; lo utiliza para ejercer Su voluntad, pero después lo condenará en el fuego eterno.
Dios quiere que Jeremías proclame lo que Él ha hablado contra Babilonia, y que la palabra circule entre las naciones (vs.1-2). De la misma manera que el Señor esperaba un fiel y verdadero informe por parte de los medios de comunicación en aquel día, continúa esperándolo hoy. Podemos ver cómo los medios desafían la verdad de Dios con sus prejuicios y noticias humanistas.
Bel y Merodac, dioses de Babilonia, han quedado avergonzados por la derrota de la nación que confiaba en ellos, y el Señor quiere que esto se publique entre las naciones. Los siervos de Dios, los profetas, son fieles en su relato. Isaías vio la derrota de Babilonia cien años antes de que la viera Jeremías (Is.46), y el apóstol Juan escribió en Apocalipsis que la ciudad sería una habitación de demonios (Ap.18:2). Bel es el mismo que Baal, más conocido en la Escritura, y Merodac es el guardián de Babilonia. Nabucodonosor llamó a su hijo Evil-merodac, incluyendo el nombre de su dios en su nombre. Los comentaristas dicen que él fue igual que Bel, y existió hasta los tiempos romanos como Júpiter, “rey del cielo y la tierra”.
La profecía condenó a Babilonia con una invasión del norte, dirigida por Persia, que devastó toda Caldea (v.3). Su ejército acabó con Babilonia y continúa en ruinas hasta el día de hoy, en el año 2023, en lo que hoy es Iraq. Isaías lo había informado en el capítulo 13: “Como animales salvajes y como ovejas sin pastor, los babilonios se esparcirán como delante de un cazador. Cualquiera que sea hallado y capturado, será ejecutado en el mismo lugar” (vs.14-15). Isaías 13:16 es demasiado terrible para contar, ya que habla de hogares destruidos, bebés asesinados y mujeres violadas.
Los invasores persas no aceptaron soborno ni rescate porque era más fuerte su amor por la violencia (v.17). Mataron a los jóvenes, abortaron a los bebés en el seno de su madre, y no tuvieron misericordia de los pequeños (v.18). ¡Ah!, pero si vuelves a estudiar la conquista babilónica, verás que Nabucodonosor hizo lo mismo contra Judá. “El día de la venganza está en mi corazón y el año de mis redimidos ha llegado” (Is.63:4).
El quebrantamiento, remordimiento y arrepentimiento de Israel
4. En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán a Jehová su Dios.
5. Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que jamás se ponga en olvido.
6. Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.
7. Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No pecaremos, porque ellos pecaron contra Jehová morada de justicia, contra Jehová esperanza de sus padres.
8.
Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de
los caldeos, y sed como los machos cabríos que van delante del rebaño.
Jeremías profetizó el retorno de los hijos de Israel al reino norteño, y a Judá, en el sur. Lo predicho es hermoso; promete que ellos volverán con remordimiento, arrepentimiento y quebranta-miento, y vendrán buscando a su Dios, Jehová (v.4). Muchos de los nacidos en Babilonia y los que eran nativos de Israel, después de 70 años de cautiverio no recordarán el camino de vuelta a su tierra y tendrán que preguntar por el camino a Sion. Ve la inspiración del Espíritu Santo en cómo les describe: “Volverán sus rostros, diciendo: Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que jamás se ponga en olvido” (v.5).
A Dios le duele el corazón igual que le dolió a Jesús en Su día, viendo al pueblo como ovejas perdidas sin pastor. Los reyes, los sacerdotes y los profetas, no solamente no se preocupaban en dirigirles, sino que, a propósito, los guiaban en dirección contraria. El rebaño vagó lejos, entre montañas y colinas, porque no sabía volver a su redil (v.6).
Fueron expuestos a las fieras salvajes, es decir, a las naciones enemigas, que se justificaron por su explotación, apuntando al pecado de Israel contra Dios, y pensando que estaban haciendo justicia a la causa del Señor. Su argumento incluía a los patriarcas, diciendo que los israelitas habían abandonado el pacto de esperanza de Abraham, Isaac y Jacob (v.7).
Varias veces en la Biblia, incluso en el libro de Apocalipsis, Dios llama a Su pueblo a salir de Babilonia. Mandó a los líderes que condujeran al resto del pueblo a su casa (v.8). Podemos leerlo desde el libro de Esdras: “Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén” (Esd.5:1). En Apocalipsis, Dios les advirtió que salieran para no tomar parte en Su juicio contra Babilonia (Ap.18:4).
Una terrible maldición contra Babilonia
9. Porque yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes pueblos de la tierra del norte; desde allí se prepararán contra ella, y será tomada; sus flechas son como de valiente diestro, que no volverá vacío.
10. Y Caldea será para botín; todos los que la saquearen se saciarán, dice Jehová.
11. Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como novilla sobre la hierba, y relinchasteis como caballos.
12. Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal y páramo.
13. Por la ira de Jehová no será habitada, sino será asolada toda ella; todo hombre que pasare por Babilonia se asombrará, y se burlará de sus calamidades.
14. Poneos en orden contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó contra Jehová.
15. Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
16. Destruid en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz en tiempo de la siega; delante de la espada destructora cada uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.
En el versículo 9, Él les anuncia que los medos y los persas vendrán desde el norte, y les atacarán y les vencerán. Babilonia caerá totalmente y las flechas de sus adversarios darán en el blanco. Será la venganza por haber derrotado a Judá de forma tan horrible y con tanto regocijo, y además por las ganancias que obtuvieron por medio de lo que habían saqueado a los judíos (v.10). Mencionamos antes a los arqueros expertos de Persia y, en el versículo 9, vemos su victoria. Caldea será saqueada tal y como ellos habían saqueado a Judá (v.11).
Babilonia, la ciudad madre de Caldea, que hizo prosperar a toda la nación, ahora experimenta la pobreza. Aunque había llegado a ser la emperadora del mundo, fue convertida en lo que llamaríamos, en términos modernos, “una ciudad del tercer mundo (v.12).
La ira del Señor dura perpetuamente; podemos ver hoy cómo Babilonia ha sido convertida en un desierto, y así permanecerá hasta el tiempo del fin. Hace varios años empecé a reunir algunos artículos interesantes de Albert Barnes, escritos por diferentes viajeros que habían visitado Babilonia desde el tiempo de Barnes o antes (v.13):
‘En varios lugares existen muchas guaridas de bestias salvajes.’ ‘Hay cantidad de puercoespines.’ ‘En la mayoría de las cavidades hay un sin número de murciélagos y búhos.’ ‘Estas cavernas, sobre las cuales podrían haber estado los salones de su majestad, ahora son refugios de los chacales y otros animales salvajes. Frente a las entradas están desparramados huesos de ovejas y cabras; y la repugnante peste que sale de muchas de ellas fue suficiente para que no siguiéramos adelante.’ – (“Los viajes” vol.ii. p. 342 del señor R.K. Porter).
‘El montículo tenía muchos hoyos grandes; nos metimos en algunos donde estaban desparramados los cadáveres y esqueletos de animales matados recientemente. La peste del excremento de las bestias silvestres era tan fuerte que la prudencia ganó sobre la curiosidad, porque no tuvimos duda de la naturaleza salvaje de los habitantes. Nuestros guías nos dijeron que las ruinas estaban repletas de leones y otras bestias; se ha cumplido tan literalmente la predicción divina, que las bestias del desierto dormirán allí’ – (“La Narración” de Keppel, vol.i.pp. 179,180.)
Del testimonio de Rauwolff sabemos que, en el siglo XVI, ‘no había ni una casa’, y ahora el ‘ojo pasa sobre un desierto inhabitado, en el cual, solamente las ruinas de la ciudad indican que alguna vez han sido habitadas. Es imposible observar esta escena y no recordar cómo las predicciones de Isaías y Jeremías se han cumplido, incluyendo la predicción de que “nunca más sería habitada”, y comprobadas por la desafortunada apariencia que la Babilonia actual presenta. (“La Narración” de Keppel, p. 234)
‘Babilonia es rechazada por el talón del otomano, los israelitas, y los hijos de Ismael.’ (“Los Viajes” de Mignan, p.108.)
‘Es una metrópoli desolada y sin inquilinos.’ – (“Sobre la profecía” de Keith, p.235, 221)
‘Ruinas formadas por montículos de basura y compuestas de nitrato de potasio, como las de Babilonia, no pueden ser cultivadas’,– (“Memorias” de Rich, p. 16.)
‘Los materiales en descomposición de la vieja
estructura babilónica, condenan la tierra a una esterilidad duradera. En este
territorio, en el que hay edificios deshabitados en ruinas, todo parece
desprovisto de vegetación; el suelo parece haber sido lavado vez tras vez por
las aguas derramadas, hasta haberse borrado cada trozo de tierra; su
superficie, mitad barro, mitad arena, parece como las orillas del mar después de
que la marea se retira.’ - (“Los Viajes” del Señor R.K. Porter, vol.ii. p.
392.)
“No levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada”.
La gente atraviesa estas
ruinas de día sin miedo; pero por la noche, el temor supersticioso de espíritus
malignos les detiene. ‘El capitán Mignan fue acompañado por seis árabes bien
armados, pero “no pudo convencerles para que se quedaran a pasar la noche allí,
por temor a los espíritus malignos. Es imposible quitar esa idea de la mente de
esta gente tan supersticiosa… Y cuando el sol se metió tras el Mujelibe, aunque
la luna podía alumbrar su camino, él, con mucho remordimiento, tuvo que obedecer
a las súplicas de sus guías y retirarse de las ruinas’” – (“Los Viajes” de
Mignan, citado por Keith, pp.221, 222.)
‘Toda la gente de ese territorio afirma que es extremamente peligroso acercarse al montículo’ (el montículo en Babilonia llamado Kasr o Palad) ‘después de anochecer, debido a la multitud de espíritus malignos que lo hechizan.’ – (“Las Memorias” de Rich sobre las ruinas de Babilonia, p.27.)
Joseph Wolff, hablando de su visita a Babilonia, dice: ‘Yo pregunté a los Yezeedes, si los árabes habían levantado alguna vez sus tiendas entre las ruinas de Babilonia. —No, —dijeron—, los árabes creen que el espíritu de Nimrod anda entre ellas en las tinieblas y ningún árabe se aventurará a un experimento tan peligroso.’
Jardines colgantes de Babilonia, 24-06-50 |
Estos relatos aportan suficiente testimonio de toda la retribución que el Señor ha traído sobre Babilonia. Él mandó al arquero que tirase hasta que fuera deshabitada; alentó a los que dañaron a los caldeos para que se vengaran, y lo mismo vemos en Apocalipsis 18:2,4,6. Dios todavía mira hacia una Babilonia espiritual en Apocalipsis, el mismo espíritu que estaba en Nimrod al edificar la ciudad. Leemos acerca de Babel en Génesis, que llegó a convertirse, con el paso de las generaciones, en el gran imperio, del que estamos estudiando. Una vez más, se manifestará espiritualmente al final del tiempo, mucho tiempo después de que la Babilonia física fue destruida. Entonces, de una vez y para siempre, su espíritu será apagado, el mundo clamará consternado y los santos de Dios se regocijarán: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible… Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas… Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.”
Israel y Babilonia
17. Rebaño descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó después.
18. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiria.
19. Y volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en el monte de Efraín y en Galaad se saciará su alma.
20. En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.
21. Sube contra la tierra de Merataim, contra ella y contra los moradores de Pecod; destruye y mata en pos de ellos, dice Jehová, y haz conforme a todo lo que yo te he mandado.
22. Estruendo de guerra en la tierra, y quebrantamiento grande.
23. ¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡cómo se convirtió Babilonia en desolación entre las naciones!
24. Te puse lazos, y fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuiste hallada, y aun presa, porque provocaste a Jehová.
25. Abrió Jehová su tesoro, y sacó los instrumentos de su furor; porque ésta es obra de Jehová, Dios de los ejércitos, en la tierra de los caldeos.
26. Venid contra ella desde el extremo de la tierra; abrid sus almacenes, convertidla en montón de ruinas, y destruidla; que no le quede nada.
27. Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡Ay de ellos! pues ha venido su día, el tiempo de su castigo.
28. Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en Sion las nuevas de la retribución de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo.
29. Haced juntar contra Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; acampad contra ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con ella; porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el Santo de Israel.
30. Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de guerra serán destruidos en aquel día, dice Jehová.
31. He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré.
32. Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré todos sus alrededores.
33. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá juntamente; y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; no los quisieron soltar.
34. El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.
35. Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y contra sus sabios.
36. Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán quebrantados.
37. Espada contra sus caballos, contra sus carros, y contra todo el pueblo que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra sus tesoros, y serán saqueados.
38. Sequedad sobre sus aguas, y se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes.
39. Por tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales, morarán también en ella polluelos de avestruz; nunca más será poblada ni se habitará por generaciones y generaciones.
40. Como en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.
41. He aquí viene un pueblo del norte, y una nación grande y muchos reyes se levantarán de los extremos de la tierra.
42. Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán compasión; su voz rugirá como el mar, y montarán sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh hija de Babilonia.
43. Oyó la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron; angustia le tomó, dolor como de mujer de parto.
44. He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la morada fortificada; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel pastor que podrá resistirme?
45. Por tanto, oíd la determinación que Jehová ha acordado contra Babilonia, y los pensamientos que ha formado contra la tierra de los caldeos: Ciertamente a los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos
46. Al grito de la toma de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.
De nuevo la profecía tiene en cuenta a Israel, porque el pecado y el juicio contra Babilonia tiene que ver con su crueldad y conquista del pueblo de Dios. Los enemigos han esparcido a Israel. Asiria se llevó cautivo al reino del norte y Babilonia se llevó a Judá. Durante todos los tiempos y, hasta el día de hoy, los imperios del mundo han fomentado el antisemitismo, que se ha incrementado en este siglo, mientras que Israel se goza y prospera en su Tierra Prometida (vs.17-19).
La profecía de Jeremías ahora apunta al tiempo del fin, cuando Israel, por medio de su Mesías, encontraráperdón y una completa extinción de su pecado, que será echado a las espaldas de Dios y sepultado en el más profundo mar, y jamás resurgirá. Durante los siglos Él ha preservado a Su pueblo, a pesar de todos los ataques, y seguirá haciéndolo hasta el fin. De parte de Dios y Su palabra, no existe ninguna indicación de que la iglesia haya reemplazado o desplazado a Israel. Ahora, Él está claramente involucrado con el Israel físico y no puede romper Sus promesas hacia él (v.20). Merataim significa amargura doble y simboliza el amargo fin de Babilonia. Pecod, que significa visitación, ha sido visitado por el Señor en juicio. Igual que el mundo se maravillará por la destrucción de Babilonia en Apocalipsis, también la destrucción y desolación del gran imperio fue motivo de asombro en tiempos antiguos (vs.21-23).Dios no pudo permitir que siguiera existiendo, por ello puso trampas y lazos, y la divina justicia cayó sobre la rebelión de Babilonia (v.24). Como dice el versículo 25, Dios sacó Su armamento de Su tesoro para destruirla efectivamente. El mundo debe reconocer que allí sucedió algo más allá de la intervención del hombre, y debe atribuir la devastación a Dios (vs.26). Los nobles fueron como novillos al matadero (v.27) y los judíos escaparon y testificaron de la venganza de Dios contra la nación que destruyó Su templo (v.28). Una vez más, los famosos arqueros de Persia pudieron demostrar su gran puntería, porque Dios no dejó que el orgullo de Babilonia continuase (v.29).
Imagina la calamidad que observaron los que realmente estuvieron presentes para atestiguar cómo se cumplió esta profecía la misma noche en la que Belsasar celebró su fiesta, en la cual usó los vasos de oro del templo de Jerusalén, en Daniel 5. La mano del Señor escribió en la pared del palacio y Belsasar llamó a Daniel para que interpretase lo que fue escrito. Esa misma noche, Belsasar fue matado y Darío de Persia recibió el reino. Jeremías profetizó con detalles para que Israel tuviera conocimiento de su destrucción años antes de que llegara la noche, cuando, en verdad ocurrió.
Los mejores de entre los jóvenes caerán en las plazas, incluso los soldados caldeos, quienes habían conquistado tantas tierras (v.30). Nadie puede seguir viviendo más allá del tiempo que el Señor haya determinado que sea castigado (v.31). Como hemos aprendido, el Señor ha tratado con el orgullo de otras tierras, y ahora está tratando con el orgullo de los conquistadores, que tropezarán y caerán. Aprendí una pequeña poesía en el colegio que tenía un significado más allá de lo que pensábamos cuando la memorizábamos siendo niños. Decía: Todos los caballos y todos los hombres del rey no pudieron componer a Humpty otra vez. Humpty era un huevo que, después de su caída, fue irreparable, y Jeremías nos dice que nada sobrevive a los estragos del fuego; todo se transforma en ceniza (v.32).
Faraón rehusó permitir que los israelitas salieran de Egipto y los explotó como esclavos. Ahora Babilonia los va a guardar durante 70 años (v.33) pero, como tantas otras veces en el pasado, Dios desnudará Su santo brazo… “el redentor de ellos es el Fuerte.” Él redimió a Su pueblo de la cautividad física y le redimirá de la servidumbre espiritual. “Abogará la causa de ellos” … Él es el abogado defensor y, en el juzgado de la justica eterna, Él ha ganado para nosotros el veredicto de “no culpable”. Ha dicho: “Rogaré al Padre, y os dará otro abogado defensor (paracleto)” (Jn.14:16), que seguirá protegiéndonos del acusador, quien nos acusa día y noche delante de Dios (v.34).
En los versículos del 35 al 37 habla cinco veces de la espada, la misma que sale de Su boca en Apocalipsis; con Su palabra, Él vence a Sus enemigos. La espada se levanta contra los caldeos, contra los ciudadanos de su ciudad, Babilonia, y contra el liderazgo. Ataca a los adivinos, a los brujos, inspirados por los demonios de Babilonia, y vence a sus defensores. Además, se levanta contra los caballos y los carros, y también contra los extranjeros (LBLA) de la ciudad y contra sus tesoros.
Las aguas que habían llevado vida y protegido a Babilonia, literalmente se secaron, porque los persas desviaron el lecho del Éufrates que fluía contra los muros de Babilonia. De esta manera, no hubo obstáculo para que el enemigo entrara por debajo de sus murallas. Los babilonios eran religiosos e idólatras fanáticos (v.38). La ciudad perderá su gobierno humano, al haber quedado totalmente deshabitada, y será gobernada por la ley de las bestias que entrarán a ocuparla. La ruina será total e infinita (v.39).
La destrucción de Sodoma y Gomorra, que la Escritura nos trae a la memoria desde el libro de Génesis, ahora está acompañada por la de los babilonios (v.40). Dios no solamente utiliza ejércitos, sino que los entrena. En el norte, Dios está formando una gran nación: los persas con sus líderes. Podemos observar la mano de Dios sobre algunos de ellos en la Biblia, especialmente Ciro y Asuero (v.41). Relacionados con Persia, el Señor siempre pone énfasis en sus arqueros, y aquí añade a los lanceros. Igual de crueles que fueron los caldeos, lo fueron estos. El rey Belsasar, por ejemplo, fue arrastrado por un caballo por las calles de la ciudad, hasta morir (v.42). Los atalayas que vigilaban le informaron de lo que se aproximaba, y sus manos se debilitaron (v.43). Cuando el Señor le informó escribiendo en la pared, sus rodillas se daban una contra la otra (Dn.5:6).
Los versículos del 44 al 46, repiten lo que leímos en el capítulo 49:19-21, pero ahora se aplican a Babilonia como la víctima: Babilonia había sido el agresor en el capítulo anterior. Dios obrará por medio de los persas como obró por medio de los babilonios contra Edom. Los agresores pueden ser diferentes, pero las maneras como el Señor obra son las mismas.
Son los persas, en lugar de los babilonios, los que ahora se levantan como un león airado por tener que salir de su guarida. Ahora los defensores babilonios se levantan para desafiar a los atacantes, pero pronto se dan la vuelta y huyen. Repetiremos los comentarios sobre Edom: ¿Quién puede desafiar a Dios por lo que Él ha determinado en estas situaciones? Él determinará quien gobernará en la tierra y ¿qué líder podrá argumentar contra Su propósito? Las noticias sobre los edomitas llegaron al Mar Rojo, pero ahora las noticias sobre los babilonios llegan más allá del mar. Esta es la caída de un gran imperio, y el relato alcanza a todo el mundo conocido en aquel tiempo.
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