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Lowell Brueckner

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26 Marzo – 1 Abril Meditaciones diarias de los Salmos

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26 de Marzo Salmo 27:1-8

1. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de
     mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
2. Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
     para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
3. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra
     mí se levante guerra, yo estaré confiado.
4. Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de
     Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová,
     y para inquirir en su templo.
5. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en
     lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto.
6. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré
     en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
7. Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; ten misericordia de mí, y
     respóndeme.
8. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová;

  La capacidad que Dios me da, eclipsa las habilidades naturales que tengo desde
mi nacimiento, o las que he adquirido más tarde. El Señor es la fuente de la
luz, la salvación y el poder. Cuando los atributos de Dios se hacen míos, el temor
a los hombres se desvanece. Puedo confiar y descansar, aunque me rodeen los
enemigos. ¿Qué enemigo podrá prevalecer contra Él?
  El Señor es Jefe de nuestro departamento de defensa, y nos deja libres para un
solo propósito. “Una cosa he demandado a Jehová” (v. 4). Pablo dijo: “Una cosa
hago…” Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios”. Cada cristiano
verdadero tiene una pasión y una meta: morar en la presencia de Dios. Hay dos
razones para hacerlo: Primeramente, para contemplarle y disfrutar de Él; ser
como los seres vivientes, llenos de ojos, para intentar ver lo más posible de Él.
En segundo lugar, queremos escudriñar la fuente de sabiduría para la revelación
de las cosas que tienen que ver con Cristo y Su reino. Éste es el tema del Salmo.
  Sentimos la atracción y escuchamos la llamada. Creo que ésta es la llamada
del Espíritu Santo hoy en día: “Buscad mi rostro”. Ésta es la única búsqueda que
estamos considerando. El espíritu nacido de nuevo responde: “Tu rostro buscaré,
oh Señor”.



27 de Marzo Salmo 27:9-14

9. No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; mi ayuda has sido.
     No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
10. Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.
11. Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa
     de mis enemigos.
12. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; porque se han levantado
     contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
13. Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra
     de los vivientes.
14. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová.

  La necesidad de tener a Dios es mucho más grande que la necesidad de tener
relaciones en el mundo. Si mi madre o mi padre me abandonan, bien, pero, oh
Dios, no escondas Tu rostro de mí. Señor, enséñame a orar desde el corazón, a
rogarte desesperadamente así: “¡No te escondas, no te apartes, y no me dejes!”
Tengo que ser una persona que reciba fácilmente las enseñanzas, así que “enséñame
y guíame”, o si no, mis enemigos me vencerán. Ningún plan o sabiduría personal
puede librarme de ellos. Tú eres mi salvación contra las intenciones crueles y
palabras malignas inventadas por testigos falsos. Quiero unir Tu camino con el
mío, y ser tan bendecido por Ti que los enemigos no hallen nada verdadero que
decir en mi contra.
  ¿Cómo puedo ser un vencedor? ¿Qué puedo hacer para tener éxito espiritual?
El salmista dijo: “Si no creyese...” O nos entregamos totalmente a la bondad de
Dios, o desmayaremos en el camino. Él es la única respuesta. Tenemos que estar
convencidos de que tenemos que esperar hasta que Dios nos de Su fuerza, pero
mientras “aliéntese tu corazón”. “Sí, espera a Jehová”, enfatiza el salmista.


28 de Marzo Salmo 28:1-5

1. A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, para que no sea
     yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro.
2. Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia
     tu santo templo.
3. No me arrebates juntamente con los malos, y con los que hacen iniquidad, los
     cuales hablan paz con sus prójimos, pero la maldad está en su corazón.
4. Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad de sus hechos; dales
     su merecido conforme a la obra de sus manos.
5. Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos,
     El los derribará, y no los edificará.

  En verdad, lo que el salmista está diciendo es: “¡Háblame Dios o perezco!” No
importa si lo reconocemos o no, la palabra de Dios es más necesaria que las
necesidades naturales, por eso tenemos que apreciarla más que a nuestra comida.
“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios”. Cuando los cristianos empiecen a creer esta palabra de Cristo, habrá más
días de ayuno y oración. Ruega fervientemente a Dios para que te hable y te
escuche en el lugar santo donde Él mora.
  Caminos torcidos e hipocresía son los atributos que distinguen a los malhechores.
La adulación es su lengua natal y su amistad es superficial. ¡Qué confusión habría,
y qué triste sería vivir en un ambiente donde cada palabra del hombre, no
solamente no vale, sino que es perversa! Al principio, sus palabras son halagadoras,
como una espada cubierta con una funda para poder atraer a la presa. Después,
ataca con las palabras, como si fueran una espada descubierta, y así conseguir
a toda costa lo que quiere. Dios nunca escucha las palabras a menos que vengan
del corazón. David dijo que hablan paz, pero la maldad está en su corazón. Él
pide a Dios que les de, no conforme a sus palabras, sino conforme a sus hechos.
  El egoísmo es la motivación que conduce al impío y es su único punto de
referencia. Está ciego a todo, menos a sí mismo y a sus metas. Se aparta de Dios
totalmente y no tiene interés en escuchar de Él, porque para él está lejos y no
tiene que ver con nada que le interese.


29 de Marzo Salmo 28:5-9

5. Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová, ni a la obra de sus manos,
     El los derribará, y no los edificará.
6. Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos.
7. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por
     lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.
8. Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio Salvador de su ungido.
9. Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréales y susténtales para
     siempre.

  Dios es Dios de los que tienen tiempo para Él y le consideran vital para sus
vidas. Los malos se entregan a un mundo de placeres, ambiciones y asuntos
egoístas, pero el justo no puede vivir sin su Dios. Solo él puede decir: “Bendito
sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos”. El Señor es su fuerza ofensiva y su
escudo defensivo. Todos los asuntos de su vida tienen que ver con Dios. Sus
salidas y entradas, sus subidas y bajadas; todo es bendecido por un toque divino.
El Señor es la causa de su gozo, y es su inspiración para la alabanza. El corazón
del incrédulo y el del justo son totalmente diferentes. Literalmente viven en
mundos distintos. Uno vive en un mundo natural y momentáneo, y el otro en un
reino eterno y sobrenatural.
  En su oración, David abraza al pueblo de Dios. Lo que Él puede hacer para
uno, puede hacerlo para todos. Nuestros corazones deben crecer en la abundancia
de Dios y derramarse en la intercesión por todo Su pueblo. Ora para que Dios dé
avivamiento a Su iglesia. Aprende los términos que utiliza el salmista: “Sálvales...
bendíceles... pastoréales, y susténtales para siempre”.


30 de Marzo Salmo 29:1-3

1. Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad a Jehová la gloria y el poder.
2. Dad a Jehová la Gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura
     de la santidad.
3. Voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de Gloria, Jehová sobre las
     muchas aguas.

  Los poderosos deben reconocer la fuente de su poder. Deben entender que han
sido investidos de un poder que no procede de sí mismos y que no tienen nada
que no hayan recibido. La gloria y el poder deben volver a la fuente de donde
salieron.
  Los cristianos de tiempos pasados tenían razón al relacionar el bautismo en
el Espíritu Santo con la santificación. Los poderosos son los que lo son en la
santidad y sólo ellos adoran en su hermosura. Dios no desea ni merece menos.
Los que no se presentan delante de Él en santidad, no pueden ofrecer nada que
Él pueda utilizar. “Levantando manos santas, sin ira ni contienda”. No estoy
hablando aquí de, sencillamente, identificarse con la santidad de Jesús, quien fue
substituido por la santidad que te hacía falta, haciendo posible que puedas aparecer
delante del trono de Dios. No, me estoy refiriendo a una santidad práctica, que
Dios obra poderosamente en tu mismo corazón y que es manifestada en tu manera
de vivir.
  Los que sacan provecho de la fuerza del Señor, han respondido a Su voz y a
Su anhelo. Han cesado de hacer sus propias obras y han entrado en Su reposo.
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (He. 4). De la misma
manera que cuando se aproxima una tormenta se oyen truenos y se ven relámpagos,
así la voz del Señor viene acompañada de amenazas de juicio. Sin embargo,
después de los estruendos, vienen las aguas en abundancia sobre la tierra seca.
Necesitamos oír Su voz, porque de ella dependen las aguas que avivan e invisten
de poder.


31 de Marzo Salmo 29:4-9

4. Voz de Jehová con potencia; voz de Jehová con gloria.
5. Voz de Jehová que quebranta los cedros; quebrantó Jehová los cedros del
     Líbano.
6. Los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos.
7. Voz de Jehová que derrama llamas de fuego;
8. Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto
     de Cades.
9. Voz de Jehová que desgaja las encinas (Lit. hace a las ciervas retorcerse en
     parto), y desnuda los bosques; en su templo todo proclama su gloria.

  Para poder andar en Su poder, primeramente tenemos que ser quebrantados.
La voz del Señor quebranta el orgullo. El viento viene obedeciendo a Su voz,
golpeando y rompiendo los hermosos cedros, tan altos y fuertes. Estos árboles
gigantes con raíces profundas se mueven como cañas, y hasta parece que la
montaña vive. Es demostrado el poder de Dios, el cual hace que los fuertes salten
como becerros, con una energía sobrenatural y poco sofisticada. La confianza
humana es estremecida, y el poder de Dios nos deja casi desesperados, como los
marineros en el barco con Pablo.
  Entonces vienen las llamas de fuego, repartidas a cada uno en particular como
Él quiere, “asentándose sobre cada uno de ellos”. El Señor es soberano y comparte
el fuego celestial como y sobre quien Él quiere, sin que ningún ser humano se lo
esté dictando.
  El desierto se despierta de un sueño y tiembla, porque una presencia viviente
pasa sobre la superficie. “Y vino gran temor sobre todos los que oyeron estas
cosas”. La voz del Señor truena y las almas renacen. “Y el Señor añadía cada
día los que habían de ser salvos”. Nosotros no podemos salvar a nadie. Tenemos
que pedir las lluvias, acompañadas por la voz vivificadora del Señor. Las cosas
escondidas son expuestas a la luz. La voz del Señor las descubrirá.


2º TRIMESTRE

  Este trimestre, además de a otros Salmos, vamos a echar un vistazo al Salmo
36. De hecho, vamos a meditar sobre este capítulo desde el día 18 de abril hasta
el 14 de mayo. Es un estudio que nos informa acerca del estado actual de un
incrédulo. Aprenderemos, no lo que él quisiera que pensáramos de él, sino lo
que, según Dios, es la verdad en cuanto a su mentalidad y manera de vivir.

  ¿Por qué debemos pasar tanto tiempo fijándonos en esta materia? ¿Por qué
será tan importante? Acordémonos que los Salmos nos están enseñando a orar.
Nuestra oración tiene que ajustarse de manera progresiva a la oración bíblica.
Muchos de nosotros tenemos seres queridos por quienes estamos orando, pero
para poder orar efectiva y bíblicamente, tenemos que aprender todo lo posible
en cuanto a sus motivaciones, manera de pensar y, lo más importante de todo, lo
que ellos son en el mero centro de su ser. El salmista, observando con ojos
espirituales, pudo penetrar en sus corazones y aclararnos lo que vio. Es un
privilegio poder ser enseñados por David y el Espíritu de Dios, quien le inspiró.
¡Que seamos alumnos muy ávidos!



1 de Abril Salmo 29:9-11

9. Voz de Jehová que desgaja las encinas (Lit. hace a las ciervas retorcerse en
     parto), y desnuda los bosques; en su templo todo proclama su gloria.
10. Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre.
11. Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.

  Cuando Dios habla con poder, da muchos motivos para que Su pueblo también
hable. Hay tiempos especiales en la historia cuando Dios está muy cerca. Cuando
los cristianos publican las buenas nuevas en todas direcciones, reciben un refuerzo
celestial y se avivan con alabanzas.
  Su bendición, como un diluvio, corre fuera del control humano y Jesús toma
Su lugar como Cabeza suprema (v. 10). Él solo, sin necesidad de ayuda, gobierna
los eventos. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu”, dice la voz
del Señor. En verdad, el Espíritu Santo es la única fuente de poder para el pueblo
de Dios, y el efecto que produce es inmenso. Su acercamiento puede ser tan
temible como el trueno, pero Sus fines y propósitos son pacíficos. Los santos,
de quienes Él se ha apoderado, adoran a Dios.
  ¡Oh Señor!, los cielos son de bronce, el sol brilla implacable y la tierra está
reseca. Manda frescura y ven con nubes de gloria. ¡Que tu voz truene y vengan
las aguas!, más Tú ¡oh Dios! preside el diluvio. Ésta es la súplica de labios secos,
cansados de hablar a un desierto de oídos que no reaccionan.


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