19 - 25 Marzo Meditaciones diarias de los Salmos
19 de Marzo Salmo 24:1-6
1. De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.
2. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.
3. ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4. El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a
cosas
vanas, ni jurado con engaño.
5. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación.
6. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro,
oh Dios
de Jacob. Selah
Este Salmo dice
que toda la gente pertenece a Dios. ¿Nos está enseñando
entonces que la salvación es universal?, en ninguna
manera. El Propietario tiene
derecho a salvar o a condenar. ¿Quién, entre los seres
humanos, ascenderá a Dios?
Los que pretenden vivir más allá de este mundo, subir a
la presencia de Dios y
estar en el Lugar Santísimo, tienen que tener manos
limpias y corazones puros.
Son personas que han llegado a entender la vanidad del
humanismo, y se han
arrepentido de los métodos engañosos (por los que toda la
humanidad funciona
y gana ventaja). Se han sometido a los caminos de la
verdad y honestidad, por
lo que Dios les atribuye Su justicia y reciben la
bendición.
El último
versículo se refiere a una generación. No define a la gente en relación
al tiempo, sino a la especie o al género. Es una raza
espiritual nacida y criada
para los propósitos de Dios, que ha entrado en Su
salvación y en Su bendición,
siendo investida de atributos divinos. Estas personas no
se hacen, sino que nacen.
Han sido regeneradas siguiendo el ejemplo de Jacob (su
nombre quiere decir
engañador), quien llegó a ser Israel (príncipe de Dios) por medio
de una
transformación sobrenatural. De esta manera han sido
salvadas. Sus corazones
y manos han sido limpiados, y subirán al monte eterno y
santo de Dios.
20 de Marzo Salmo 24:7-10
7. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas,
y
entrará el Rey de gloria.
8. ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el
poderoso
en batalla.
9. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas,
y
entrará el Rey de gloria.
10. ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová de los ejércitos, él es el Rey de
la
gloria. Selah
El salmista se
concentra ahora en el Autor de la nueva creación; el Rey de Gloria
resucitado. Como precursor para todos los hombres, Él
subió primero al monte
de Dios con manos limpias, corazón puro, alma humilde y
labios honestos. Ahora
está en el Lugar Santísimo. Las puertas de la ciudad
eterna, admirables y celosas,
que nunca permitieron a un santo del Antiguo Testamento
entrar, jamás permitirán
la entrada a nada ni a nadie que la contamine. Se demanda
dos veces a las puertas
que se alcen para que entre el Conquistador, el Cristo de
Gloria. José nos enseñó
que el Espíritu Santo, para establecer algo, lo repite
(Gn. 41:32). El Rey de Gloria
ciertamente ha entrado, abriendo un camino que una
humanidad regenerada pueda
seguir. Trae con Él a una multitud que ha conquistado,
capturado (fíjate en Ef.
4:8) y esclavizado gloriosamente y para siempre.
Este Señor de
Gloria tiene que santificar nuestras manos y nuestros corazones.
¡Que la victoria del Calvario sea una realidad para
nosotros! Traerá perdón y
limpieza sobre todos nuestros hechos, pensamientos y
motivos injustos.
Este es un Salmo
poderoso. Debemos tomar tiempo para un “selah” prolongado.
21 de Marzo Salmo 25:1-3
1. A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
2. Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis
enemigos.
3. Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán
avergonzados los que se rebelan
sin causa.
El tema de los
Salmos, la confianza y la oración, es repetido vez tras vez.
“Levantaré mi alma” y “esperan en ti”, es un vocabulario
que uno tiene que usar
cuando habla de la comunión con Dios. Levantar el alma
quiere decir volver
nuestras almas hacia el cielo y presentarnos delante del
trono del Señor, para que
Él considere nuestra persona y situación. Nos permite
expresar libremente las
peticiones que traemos.
David ruega a
Dios para que venga a actuar en su caso, y el único argumento
que tiene es que está confiando y esperando en Él.
¿Existe alguna posibilidad de
que Dios se niegue a responder a alguien que ora de esta
manera? ¿Puede rechazar
al indefenso e impotente que se fija únicamente en Él?
Los enemigos de Dios
observan a la persona que está en esta posición de
dependencia. Así es que Dios,
para demostrar Su fidelidad delante de los ojos de los
hombres, tiene que actuar.
Sin embargo, lo que es más importante y en lo que el
Señor se deleita, es en hallar
a hombres que confíen en Él. Él se compadece de los que
no tienen otro recurso,
por eso nunca permitirá que se desilusionen por no haber
recibido una respuesta
Suya.
22 de Marzo Salmo 25:4-15
4. Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas.
5. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi
salvación;
en ti he esperado todo el día.
6. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son
perpetuas.
7. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
conforme
a tu misericordia acuérdate de
mí, por tu bondad, oh Jehová.
8. Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el
camino.
9. Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su
carrera.
10. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que
guardan
su pacto y sus testimonios.
11. Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es
grande.
12. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha
de escoger.
13. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra.
14. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará
conocer
sus pactos.
15. Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la
red.
Los ataques
exteriores del enemigo caen mucho más pesados sobre nosotros,
cuando al mismo tiempo sentimos culpabilidad e
indignidad. David reconoce su
pecado, pero aun en un estado imperfecto, sigue confiando
y esperando. La
respuesta a la oración no es el derecho del que es
perfecto espiritualmente. Nuestro
enemigo, el diablo, quisiera decirnos que no podemos obtener
ayuda de parte de
Dios porque somos menos que correctos. Nosotros tenemos
que contar con la
rectitud del Señor y no con la nuestra.
Este Salmo es una
petición de enseñanza divina y David la establece, no sobre
su dignidad, sino sobre su confianza. Pide ayuda e
instrucción. Aunque es un rey,
mantiene un espíritu humilde como el de un niño.
“Muéstrame”, ora él, “enséñame
y encamíname”. En nuestra relación con Dios, es muy
importante confesar que
nuestro entendimiento es muy limitado. Cuando hemos malinterpretado
el mapa
de Su palabra y hemos perdido el camino, tenemos que
rogarle que nos enseñe
otra vez. A menudo estamos afligidos porque hemos errado.
No importa cuanta
preparación del mundo hayamos conseguido o hecho nuestra,
porque el camino
de Dios va en dirección opuesta y tenemos que esperar ser
instruidos por Él
constantemente (v. 5 y 15). Requiere mucho tiempo, pero
vale la pena porque es
vital. El Señor es tan bueno que nos quiere enseñar. Este
Salmo nos informa que
enseña a: 1) los pecadores, 2) los mansos, 3) los que
guardan Su pacto y
testimonios, 4) los que le temen.
23 de Marzo Salmo 25:12-22
12. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha
de escoger.
13. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra.
14. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará
conocer
su pacto.
15. Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la
red.
16. Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido.
17. Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas.
18. Mira mi aflicción y mi trabajo, y perdona todos mis pecados.
19. Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, y con odio violento me
aborrecen.
20. Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21. Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado.
22. Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias.
A menudo los
Salmos mencionan a gente que teme al Señor. Cuando alguien
tiene esta característica, Él le mira con una atención
especial. Hay cuatro o cinco
ventajas que Dios mismo le enseñará. Primeramente, le
demuestra como escoger
el camino correcto para que pueda involucrarse en el
propósito para el cual ha
nacido. Como resultado directo, experimentará un éxito
verdadero acompañado
de bienestar, que hasta sus hijos heredarán. En su
relación con el Señor, Él le
comparte secretos íntimos que, generalmente, no son
conocidos; también parte
de Sus pactos, los cuales la gente superficial y
descuidada pasan por alto.
Dios no instruye
a los Suyos en un aula, sino en situaciones de la vida. Sus
lecciones suelen causar heridas, y es por eso que vemos
un “¡oh!” frecuentemente
en las oraciones de David. Fíjate en las pruebas por las
que ha pasado; habla de
estar solo, afligido, angustiado de corazón y acongojado,
con muchos enemigos
crueles.
Los tres últimos
versículos nos resumen este Salmo. El escritor, que confía en
Él, pide con pasión que Dios le guarde para no ser
expuesto por sus enemigos
a la vergüenza. Tiene que aprender a esperar, para que
ande paso a paso en el
camino del Señor, no atreviéndose a proceder solo. El
alcance de su oración
abarca más que necesidades personales. Incluye a todo el
pueblo de Dios, que
también experimenta los mismos problemas que él.
24 de Marzo Salmo 26:1-5
1. Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado
asimismo en Jehová sin titubear.
2. Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y
mi corazón.
3. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad.
4. No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan
simuladamente.
5. Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté.
Jesús nos enseñó
a orar así: “Padre nuestro”. El cristiano tiene que reconocer
que no puede tener éxito personal si no se considera
miembro de un cuerpo más
grande. Este Salmo tiene que ver con el compañerismo.
Al empezar su
oración, David se abre a la luz penetrante de Dios, invitándole
a examinar sus motivaciones. Quiere estar bien con Dios y
no vivir bajo una falsa
ilusión. Él es honesto, sincero y no egoísta. Además,
anda en un camino seguro
de confianza en el Señor, donde no hay tierra
resbaladiza. De la misma manera
que es su confianza, así será su justicia. Los ojos de
David son atraídos por la
misericordia de Dios, y él dirige sus pies hacia la
verdad.
Sobre estos
principios edificamos una relación verdadera con el pueblo de Dios.
Al mismo tiempo que el corazón aprueba los atributos
piadosos, rechaza la vanidad
y la maldad de los impíos, es decir, amará unos
(atributos piadosos) y aborrecerá
los otros (vanidad y maldad). Evita la reunión de los
malignos. Jesús se escondió
de ellos y David no quería entrar por sus puertas ni
sentarse en sus sillas. ¿Qué
tiene que ver el hombre honesto con el engañador? ¿Qué
tiene que ver un buscador
de la verdad con los hipócritas? Tal compañerismo le da
asco.
25 de Marzo Salmo 26:6-12
6. Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh
Jehová,
7. Para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus
maravillas.
8. Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu
gloria.
9. No arrebates con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres
sanguinarios,
10. En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos.
11. Mas yo andaré en mi integridad; redímeme, y ten misericordia de mí.
12. Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré a Jehová.
David lava sus
manos del libertinaje sofisticado y las filosofías que excusan al
pecado, y se acerca al altar de Dios con la sencillez e
inocencia de un niño.
Con esta actitud, Dios puede obrar y manifestarse. El
corazón se levanta y derrama
un testimonio público de gratitud y asombro. David ama la
casa que honra a Dios,
donde el pueblo, con sinceridad, pronuncia la siguiente
oración: “Santificado
sea tu nombre”. Es el lugar donde se reúnen los justos y es el ambiente
de los
puros de corazón.
Debemos asumir
que, los que se apartan de la comunión con los buscadores
de Dios para unirse a la multitud de mala conducta que
soborna y adula, ellos
mismos no son puros de corazón. Se entregan para
satisfacer deseos superficiales.
Si uno ama a Dios, ¿podrá estar cómodo entre gente que le
profana?
Señor, ésta es
nuestra oración: “Nuestra meta es tu sonrisa y queremos que tu
misericordia esté siempre delante de nuestros ojos. Los
cristianos mártires creyeron
que “tu misericordia es mejor que la vida”, y por
eso murieron quemados atados
a una estaca. Queremos que nuestra entrega sea firme,
para poder decir en medio
de una generación perversa y adultera: “En cuanto a mí,
yo andaré en mi
integridad”.
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