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Lowell Brueckner

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La lluvia tardía

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Zacarías 10 tiene que ver con el regreso de los judíos a la tierra prometida: Dios les ha llamado y han escuchado el silbido (v.8). Millones han llegado y continúan llegando. ¡Cómo aborrecen el mundo y el diablo el movimiento sionista! Capítulo 10 cuenta de un pueblo que no tiene verdaderos pastores: “Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes”. Jesús lloró por el rebaño porque estaban como ovejas sin pastor. Tenían gobernantes, pero no tenían verdaderos pastores… Este artículo desafía el pueblo de Dios sobre su entendimiento de la Biblia: Mateo dice al lector, refiriéndose a la abominación desoladora: “el que esté leyendo, entienda”. ¿Entiendes tú estas cosas? He oído que el entendimiento de la Biblia no es para todos, solamente para los maestros. He oído también en cuanto de los que “saben mucho de la Biblia” pero que no lo viven. ¡Olvídate de tales cosas!... son excusas para cubrir la ignorancia y no es el mensaje que debemos escuchar… En verdad oímos muy pocos estudios bíblicos. Lo que oímos normalmente son ideas relacionados con un tema y el que comparte halla versículos para apoyar tales ideas.



Un estudio expositivo de Zacarías


“Vosotros pues, oh hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, siendo paciente con él hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”.   Santiago 5:7

Zacarías, capítulo 10

¡Pedid!

¡Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía! (v.1) La lluvia tardía. ¿Qué es? Tenemos que ver la Biblia dentro del contexto en que fue escrita. No solamente ver el versículo en su contexto, sino poniendo el contexto escritural dentro del contexto del tiempo y el lugar en que fue escrito. No podemos ver este versículo en un contexto español, porque fue escrito según el clima de Israel. Si tenemos hambre y sed verdaderos de la palabra, investigaremos tales cosas, como Lucas, el gentil, investigó los asuntos judaicos al escribir su Evangelio. Me admiro del conocimiento que tuvieron Isaías y Ezequiel de la situación geográfica y política de su día. De marzo en adelante era el tiempo de la lluvia tardía. La lluvia temprana tenía que llegar en otoño para poder sembrar y esperar a que los granos sembrados brotaran. La lluvia tardía maduraba el grano en la espiga para la siega.


Seguramente estos acontecimientos naturales simbolizan algo espiritual, y las cosas naturales fueron creadas para ilustrar las cosas más importantes, como lo son las espirituales. Las bendiciones naturales tipifican las bendiciones espirituales. Lo tenemos en Santiago 5:7, con una lección en los versículos 17-18: “Elías era un hombre sujeto a pasiones, igual que nosotros, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto”. Aplicándolo a todo el periodo de la historia de la iglesia, la lluvia temprana espiritual cayó en el día de Pentecostés y continuó cayendo durante el libro de los Hechos. Fue el tiempo de sembrar la palabra en todo el mundo. Las palabras de Jesús también simbolizaban estas cosas (por ejemplo, la parábola del trigo y la cizaña). Pero nos falta la lluvia tardía antes de la siega.

Primeramente, el profeta nos manda ¡pedid!” Es un llamamiento a la oración. Cuando la iglesia se llena de oración, Dios derrama Sus bendiciones. Cuando Dios piensa en hacer algo en la tierra, mueve a Su pueblo a la oración. Vedlo en el Pentecostés: “Todos estos estaban unánimes, dedicados constantemente a la oración…” (Hch.1:14) El pueblo estaba orando. Estudia la historia de los avivamientos y verás que ninguno sucedió sin que antes el pueblo experimentara un tiempo especial de oración.

Pedid que Dios derrame un espíritu de oración. Cuando yo era niño, mi padre era director de Mokahum, una escuela bíblica para la gente nativa americana al norte del estado de Minnesota. Los estudiantes decidieron ayunar y orar cada lunes. Lo que empezó como una disciplina, llegó a ser una pasión. Oraban a veces hasta las dos de la mañana y la oración tomó el lugar de las pequeñas fiestas que antes hacían para divertirse. Después supimos que otros grupos, con los que los estudiantes no tenían ningún contacto, estaban orando al mismo tiempo. Como resultado, el Espíritu de Dios se movió sobre ese territorio. Al mismo tiempo, al sur de Minnesota, la comunidad de Betania estaba orando. Dios también derramó allí Su Espíritu y Betania llegó a tener fama por publicar libros cristianos.

En un campamento llamado Elim en Rumanía, pude conocer a un joven cristiano de la ciudad de Suceava. Mi compañero de habitación me dijo que teníamos otro compañero en la habitación que oraba constantemente con lágrimas para que Dios enviara un avivamiento. Con el tiempo pude estar con él y un grupo de jóvenes que se reunían cada mes, durante un fin de semana, en Vatra Dornei. Después de la última reunión de la noche ellos seguían en oración hasta la una o las dos de la madrugada, también derramando muchas lágrimas. En ese tiempo algunos pastores y ancianos de diferentes iglesias se reunían para orar en Suceava. Es una maravilla contemplar cómo Dios ha contestado esas oraciones y cómo Sus propósitos se han desarrollado en ese territorio, incluso el hombre mencionado empezó una editorial que publica excelentes libros.

Dios usa medios para hacer Su obra, para que este espíritu sea suelto entre el pueblo. ¿Qué puede usar Dios? Bueno, muchas veces, si estudiamos la historia de los avivamientos, vemos manifestaciones y demostraciones muy claras de la potestad del enemigo ocurriendo antes. En la escuela, en Minnesota, por ejemplo, fue descubierto que una alumna estaba poseída por demonios. Si ves la película de los avivamientos que han ocurrido en nuestros tiempos, verás a un brujo poderoso en Uganda que se oponía a los cristianos. Entre los esquimales, al oriente de Canadá, había muchas manifestaciones de demonios, suicidios y horribles borracheras. Dios toma estas situaciones y las cambia en un medio para despertar a Su pueblo y llamarlo a la oración.

El principio de la cruz

Fíjate en el principio espiritual tras las situaciones que he contado. En 2 Corintios 13:4: “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios”. Podemos llamar a esta enseñanza espiritual “el principio de la cruz”, algo que, en verdad, describe la vida cristiana… ¡La fuerza que hay en la debilidad es el secreto del éxito verdadero!... y Dios sabe como ponernos en un estado débil. Mira cómo Pablo menciona su caso en el mismo versículo: “Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con nosotros”.

Vemos como, en forma práctica, Dios le debilitó: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia: porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” (2 Co. 12:7).

El pueblo de Dios, humillado y debilitado frente a tales ataques, acude a la oración. Por fin cree y acepta lo que Jesús dijo: “Sin mí, nada podéis hacer”. No recuerdo quien escribió de ser reducidos a la oración. Habiendo estos dos elementos, la oración y el conocimiento y entendimiento de la Palabra, Dios mandará relámpagos, lluvia abundante y hierba verde en el campo de cada uno.

El estudio Bíblico

En la estación tardía. Una anotación en la Biblia Textual dice “lluvia primaveral”. Hay muchas condiciones relacionadas con la oración. Una tiene que ver con el tiempo, es decir,  la estación. Daniel oró al estudiar la profecía de Jeremías sobre 70 años de cautiverio y vio que los 70 años ya se habían cumplido. Hay que pedir en el tiempo correcto; en otras palabras, hay que orar según la voluntad de Dios revelada en Su palabra (1 Jn.5:14). Esto requiere un estudio y entendimiento de las escrituras.

Profesamos ser creyentes, dirigidos por la Biblia, pero yo opino que el gran problema entre los cristianos hoy en día, es una ignorancia de las Escrituras y, porque es así, uno oye muchas excusas. He oído que el entendimiento de la Biblia no es para todos, solamente para los maestros. He oído también en cuanto de los que “saben mucho de la Biblia” pero que no lo viven. ¡Olvídate de tales cosas!... son excusas y no es el mensaje que debemos escuchar.

El mensaje para nosotros debe concentrarse en nuestra ignorancia de la Biblia. En verdad oímos muy pocos estudios bíblicos. Lo que oímos normalmente son ideas. Sólo fíjate cómo empiezan los que comparten: “He estado pensando mucho sobre…”, relacionados con un tema y hallando versículos para apoyar tales ideas. Entonces otros repiten estas ideas y además añaden las suyas propias. Pero, a veces, tanto en las ideas originales como en las repetidas hay falsedades.

Perdonadme si os ofendo, pero no sé como vamos avanzar si no empezamos por ser muy sinceros acerca de nuestra situación. Hace poco tiempo, un amigo, muy buena persona, me habló de la advertencia que da Jesús para el que está en la azotea, de que “no baje a tomar lo de su casa” (Mt.24:17). Lo relacionó con lo que Jesús dijo a Sus discípulos de proclamar lo que escuchan al oído desde las azoteas. ¡Pensaba que Jesús quiere que nos quedemos en la azotea proclamando el evangelio durante la persecución! Le dije: “¡No!, Jesús está hablando de huir frente a una tribulación y se lo está diciendo a los que están en Judea, exclusivamente (v.16). Además ocurre en el tiempo de ‘la abominación desoladora’ (v.15). ¡No abandones a este pobre hombre predicando en la azotea!” Mateo dice al lector, refiriéndose a la abominación desoladora: “el que esté leyendo, entienda”. ¿Entiendes tú estas cosas? Nuestro hijo, David, me habló de cómo, cuando vivía en España, algunos cristianos de tiempo no sabían bien las historias bíblicas que un niño aprende en la escuela dominical.

Un estudio bíblico se hace tomando una porción, un capítulo, un libro entero y enseñándolo versículo tras versículo, sin tomar en cuenta nuestra situación, costumbres o programa. Enseñamos así la Biblia por lo que ella misma dice, ajustando nuestra situación a la de la Biblia y no ajustando la Biblia a nuestra situación. Solamente intentamos entender lo que su Autor, el Espíritu Santo, quiso decirnos desde el día en que esas Palabras fueron escritas.

No hace mucho tiempo escuché a un doctor de teología, profesor del Antiguo Testamento en una universidad cristiana. Él es bautista y estuvo predicando en una iglesia bautista sobre hablar en lenguas. Normalmente los bautistas no hablan en lenguas, ni creen que es un don para nuestros días. Habló fuertemente contra los cristianos que solamente repiten lo que han oído en su denominación, y no investigan la Biblia con sinceridad, con un corazón abierto. Preguntó y habló más o menos como lo pongo aquí: “¿Crees que tú sabes o vosotros sabéis la verdad y que los demás están equivocados? Pues sí, nosotros somos los preferidos de Dios y si Dios hace algo o enseña algo, seguramente lo hará con nosotros primeramente. ¡Qué arrogancia!” Fingió escupir. ¡Me gustó cantidad!

La visitación del Señor de los ejércitos

¿No manifestaban los fariseos y saduceos la misma arrogancia? El profeta declaró: “Porque los terafines (dioses en las casas) han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor” (v.2).  Al hablar así Dios está manifestando su enojo. Dios no se avergüenza por enojarse y nosotros no debemos tener pena por hablar de la ira de Dios. “Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes” (v.3). Todas estas debilidades, autoridades falsas y manifestaciones diabólicas, de las cuales escribí antes, cosas que pueden ocurrir antes de un avivamiento, conmueven al pueblo para pedir lluvia en la estación tardía; pedir que Dios visite a su rebaño.

Jesús lloró por el rebaño porque estaban como ovejas sin pastor. Tenían gobernantes, pero no tenían pastores, y Pedro les dijo a ellos: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch.5:29). Jesús volverá como el Señor de los ejércitos y fortalecerá a Su pueblo para que combata bajo Su mando. Fíjate en la diferencia que hay cuando el pueblo tiene un verdadero pastor. Cuando Dios derrama su Espíritu el pueblo lucha como un caballo de guerra. La Piedra Angular es puesta en Su prominente lugar, y todo lo que es edificado es puesto encima de esta piedra. Toda la tienda de Dios depende de la estaca, y a Él sea la gloria. Él es el arma de guerra que da fuerza a cualquier arco, honda o vara que el pueblo tenga en su mano. Él es quien llama y suple para cada ministerio bajo Sus órdenes (v.4).

Zacarías ve al pueblo como a valientes en la batalla, en pie sobre el suelo, pero tirando a los jinetes enemigos de sus caballos (v.5). Esto ilustra lo que se repite vez tras vez por toda la Biblia. El que es débil confía en el Pastor y recibe fuerzas sobrenaturales para vencer al enemigo. Es el principio de la cruz, el mensaje del Antiguo Testamento perfeccionado en el Nuevo bajo el evangelio, fortalecido por el poder de lo alto.

La promesa del versículo seis no es solamente para Judá, sino también para José. Judá representando al reino del sur y José representando al del norte. Hablamos hoy en día de “las 10 tribus perdidas de Israel”, por haber desaparecido tras su cautividad por los asirios. En el versículo siete habla de Efraín, el hijo menor de José, quien con su hermano, Manasés, constituían las dos tribus principales del norte. Además todos los documentos de nacimiento y genealogía se perdieron cuando los romanos destruyeron el templo en Jerusalén, pero el Señor no ha perdido nada. Dice el Señor: “Serán como si no los hubiera desechado”. Serán perfectamente reconciliados y volverán a una relación sin reservas con el Señor. Dios sabe la genealogía de cada cual perfectamente. Habla de la siguiente generación, los hijos de Efraín, y así generación tras generación hasta el final. Dios no se ha olvidado de Su pueblo. En el libro de Apocalipsis vemos 12.000 de cada tribu de Israel sellados.

El mejor hasta el día final

Estos se levantarán de nuevo en el día final. Dios les ha llamado y han escuchado el silbido (v.8). Millones han llegado y continúan llegando. ¡Cómo aborrecen el mundo y el diablo el movimiento sionista! Lee desde el versículo 8 hasta el 12 y regocíjate, cristiano, por la fidelidad de nuestro Dios. No los trae porque son justos y buenos, sino porque Él no puede negarse a Si mismo. ¡Él es fiel! Esta gente puede ser tan pagana como lo fue el emperador Ciro, pero el Dios soberano le llamó Su pastor en Isaías 44:28, y en el 45:1, Su ungido. ¡Es tiempo de que la iglesia sepa quien reina en los cielos! El judío moderno es gente mala, atea, ciega, ortodoxa o totalmente secular, pero ha escuchado el silbido y está reuniéndose. Están multiplicándose “como fueron antes”.

Pues sí, Dios reserva lo mejor para el final. Es otro principio bíblico: “Los primeros serán los postreros, los postreros primeros”. Pedid la lluvia tardía. No esperes a que sea cumplida esta profecía… ¡está siendo cumplida delante de nuestros ojos! ¿No debemos saberlo? Están llegando desde países lejanos. Estuve charlando con un judío en el aeropuerto de Londres. Pude ver el deseo en su rostro y la pasión en su voz mientras me contaba su sueño… vivir con su esposa e hijos en Israel. Alabo al Dios de Israel por haberme dado el privilegio de ver en una persona lo que Dios está haciendo en muchas otras.

Pablo nos habla de esto en el libro de Romanos, pero en forma general. Pablo sabía los detalles que estamos estudiando del libro de Zacarías. El Antiguo Testamento era la única Biblia que él y Jesús tenían. Los discípulos gentiles del primer siglo tenían que estudiar el Antiguo Testamento. ¿Te has preguntado alguna vez para quién fue escrito el Antiguo Testamento?  No fue para Abraham, él apenas sabía acerca de la creación y el diluvio; no fue para David, él nunca leyó de Isaías o Jeremías; no fue para Isaías, él no había leído del cautiverio; no fue para Ezequiel, él no vio cómo volvió el pueblo del cautiverio. Dios ha reservado todas las riquezas del Antiguo Testamento para esta época de gracia (He.11:40). Somos privilegiados por poder poseer toda la revelación de Dios, y además nos es muy fácil obtenerla y tenerla en casa. Podemos leérsela a nuestros hijos todos los días. No tenemos que temer porque nos vayan a descubrir y llevarnos a la cárcel o matarnos. ¡Que lo aprovechemos!



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