La crisis del Mar Rojo
De la serie: “El evangelio en Éxodo”
por Mike Brueckner, nuestro hijo menor y pastor de
la Iglesia de Esperanza en Elk River, Minnesota, USA
Mike y su guitarra |
La crisis del Mar Rojo
Éxodo 14
Un poco de trasfondo para nuestro estudio de hoy…
El pueblo de Israel, por fin, ha sido puesto en libertad. Egipto quedó atrás,
el futuro es brillante, y se encaminan hacia la Tierra Prometida, donde Dios
quiere que vayan. No hay más ataduras, no hay esclavitud, ¡qué emoción ha de
llenar sus corazones!
Sin embargo, Dios hace algo aquí, endureciendo el
corazón de Faraón para que persiga a los israelitas de nuevo, dice en Éxodo
14:4. Faraón reúne a sus siervos y dicen entre ellos: “¿Por qué hemos soltado a
los israelitas? Vamos a traerles otra vez”. Se hizo una operación militar: Faraón
reúne el ejército para una guerra. Seis cientos de los mejores carros y los
capitanes que los van a conducir, son llamados al servicio. Él está muy en
serio.
Que Dios reciba el honor sobre los ídolos de la sociedad
En el versículo 4, Dios dice a Moisés: “Seré glorificado en Faraón y en todo su
ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová”. He dicho, desde el comienzo de este estudio, que leeremos vez tras
vez… “Para que sepan los egipcios que Yo
soy el Señor”. Los egipcios sabían que Él era Señor por medio de Sus
juicios y los israelitas sabían que era Señor de su salvación, así que todos
sabían que Él era el Señor.
Va a haber momentos, cuando pases por las
Escrituras, que encontrarás asuntos que no te caen muy bien. Habrá cosas que no
entiendas, y quiero animarte, cuando esto te suceda, que está bien luchar con
ellas. Pero no las rechaces, ni inventes nuevas ideas sobre su significado,
para que se adapten a tu teología. Que Dios sea veraz y que lo demás sea
mentira. Que Dios te presente cómo es Él en verdad. Queremos aceptar todo el
consejo de Dios, y no estar eligiendo y rechazando según nuestro criterio. Hay
predicadores que solamente escogen y hablan lo que la gente quiere escuchar. El
resultado es que alimentan la carne y hacen que sus oyentes se sientan bien por
un tiempo, pero al final estos predicadores tendrán que estar delante del mismo
Dios de la Biblia para dar cuentas.
La única manera de que pueda ocurrir una
transformación en tu vida, es aceptando a Dios como se presenta en Su palabra. Tienes
que abrazarle, creerle y confiar en Él. Él sabe lo que hace en cada situación.
Sí, Dios es amor; sí, es misericordioso; es benévolo, pero la Escritura nos
enseña que también Dios es justo, recto y santo. Es un Dios de juicio y de ira…
la palabra nos lo dice. ¡No lo descartes! Por descartar la verdad que ves en la
Escritura y por enfatizar solamente las cosas que son las más fáciles de aceptar,
terminas creando un dios en tus propios pensamientos. Esto es lo que se llama
idolatría y adoración falsa. Es la verdad la que te hará libre.
La cosa más importante que podemos hacer es
humillarnos bajo la poderosa mano de Dios diciendo: “Dios, Tú eres el que Tú
dices que eres. Confieso que no estoy alineado contigo, pero soy yo quien
necesito cambiar y no Tú. Tú eres el mismo ayer, hoy y para siempre. Yo me
arrepiento, abandono mis caminos y me entrego humildemente a Ti”. Para la
persona que lo hace, hay buenas nuevas, porque la Biblia nos dice que “todo aquel que invoque el nombre del Señor
será salvo” (Ro.10:13, citado de Joel 2:32).
Dios ya estaba ganando la gloria sobre todos los
dioses falsos en que los egipcios esperaban y confiaban. Dios demostró: “¡Soy
mucho más grande que ellos!” Él destruyó toda la sabiduría de los que los
servían. Una vez más, Él va a mostrar Su superioridad, y ésta será la última
vez que los israelitas verán a los egipcios.
Según la cultura de la sociedad de hoy… ¿Piensas
tú que Dios obrará de otra manera contra la maldad que hemos observado y que ha
sido aceptada en el mundo? ¿Crees tú que Dios inspiró la idea que presume que,
como estamos en el siglo XXI, debemos actuar según los estándares del tiempo en
que vivimos? ¿No piensas tú que Dios va a demostrar el honor de Su nombre,
trayendo juicio sobre estas cosas? Por mi parte, quiero declarar enfáticamente
que sí, ¡lo va a hacer!
No descartaré la enfermedad y muerte involucradas
en el covid19; sin embargo, ¿sabías tú que, desde primeros de enero hasta
ahora, se han abortado más que 12 millones de bebes sobre el planeta? ¿Piensas
que Dios va a hacer la vista gorda hacía estos seres humanos, creados a Su
imagen, que la sociedad ha rechazado y tirado a la basura, bajo el nombre de derechos de la mujer o la elección parental? Aunque a la
sociedad no le importan los derechos de Dios, Dios sí va a hacer llover
justicia y juicio contra todo ello. Es tiempo de arrepentirnos y clamar para que
Dios tenga misericordia.
Vivimos en una sociedad pervertida sexualmente. El
sexo fuera del matrimonio es abrazado y mantenido como algo recto y bueno. La
homosexualidad, bisexualidad y el asunto transgénero, todo lo que la Palabra de
Dios considera abominación, la sociedad lo considera normal… ¿Crees tú que Dios
hará la vista gorda a estas cosas? ¡Absolutamente no! Él va a traer Su juicio y
a demostrar que Él es verdaderamente el Señor.
No importa la popularidad de estas cosas, ni que
la mayoría estén caminando en dirección contraria, pensando que Su Palabra es
anticuada y no tiene que ver con los tiempos presentes; Él seguirá siendo fiel
a Su Palabra. Como individuo, ¿qué
debes hacer tú?
¿Estás involucrado en la
corriente de tu alrededor? Entonces, arrepiéntete y clama para que Dios tenga
misericordia de ti.
Que vengan las acusaciones
Ahora, intentaremos ponernos en la situación de
los hebreos al dejar Egipto. El futuro parece brillante y están muy
emocionados, viendo las joyas que tomaron de sus vecinos egipcios. Pero ahora, en
la distancia, ven una polvareda, y deducen que es el ejército de Faraón; no
cualquier ejército, sino su mejor ejército. Entonces, su actitud cambia
drásticamente, y pasan de estar sintiéndose gozosamente aliviados a un pánico
total. El Mar Rojo está por delante y el ejército de Faraón está detrás. No
tienen dónde escapar.
Dirigiendo la alabanza en una convenión misionera europea |
Estoy seguro de que Moisés reconoce la expresión de
los rostros del pueblo. Retrospectivamente, se acuerda del tiempo cuando,
después de estar 40 años en el desierto, vino a ellos. Les entregó el mensaje
que Dios le había dado para ellos, y ellos se sintieron muy emocionados y
animados. Después, él y Aarón se presentaron delante de Faraón y, después del
primer enfrentamiento, Faraón les oprimió más. Esto no cayó bien al pueblo y
dijeron: “Moisés, sería mejor que nunca hubieras venido. No has hecho que las
cosas mejoren, sino que empeoren. Pensábamos que nos traías alivio”.
En verdad, estaban acusando a Dios, porque Moisés,
sencillamente, se movía bajo Su mando. ¿Qué están cuestionando? Es la bondad de
Dios hacia ellos. Como la serpiente en el Jardín de Edén, que tentó a Adán y a Eva:
“¿Ha dicho Dios…?” Ellos pensaban
que Dios estaba contra ellos, así que se rindieron a esa tentación. Hoy en día,
cuando una persona se enfrenta con un poco de dificultad por las pruebas en su
vida, instantáneamente juzga la bondad de Dios.
¿Qué tal si la acusación viene por medio de nuestro
estudio de la Biblia? Leemos algo y reaccionamos mal: “Esto no me parece bien.
No es correcto lo que Dios hizo, no puede ser que yo esté equivocado”. Fíjate
lo que están diciendo, en los versículos 10-12: “Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus
ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de
Israel temieron en gran manera y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés; ¿No
había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?
¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?” ¿Qué,
no había sitio en los cementerios de Egipto? “¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a
los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros
en el desierto”.
Recuerda, este es el mismo pueblo que vio la
protección de Dios y Su mano sobre ellos durante todas las plagas. Dios
continuó siendo fiel a Su palabra, vez tras vez. Sin embargo, al enfrentarse
con la adversidad, no confiaron en Dios. Lo que estaban diciendo, en verdad, es:
“Dios nos aborrece. No piensa hacernos bien. Dios miente; nos trajo aquí para
matarnos”. ¿No
te molestan estas palabras, sabiendo todo lo que Dios ha hecho por ellos? ¡Qué
desprecio manifiestan al tirar la toalla y decir: “Todo lo que nos ha pasado
hasta ahora, ¡fue un desperdicio!”
Que la gracia de Dios sea demostrada por medio de nosotros
¿Cómo responde Dios frente a esta actitud? ¿Cómo
respondemos tú y yo? Pienso que sé cual sería mi reacción: “Ha llegado la hora
de enseñar a estos desagradecidos egoístas una buena lección”. Quizás estés de
acuerdo y digas: “Sí, es lo que merecen”. Pero veremos que no fue esto lo que
recibieron. Recibieron la gracia. Fíjate en el versículo 13: “Y Moisés dijo al pueblo: No temáis”.
¿Cuántas veces habló Jesús así a Sus discípulos, cuando
temblaban de miedo? Jesús diría: “No temáis. Sois mi pueblo. Estoy cuidándoos y
protegiéndoos. No tenéis por qué vivir en temor”. “Estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros;
porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová
peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”.
Tenéis que estar tranquilos, como el Señor os
instruye. Dios siempre es el que hace la obra, y ahora va a pelear por vosotros.
Sólo tenéis que estar firmes. ¿Te hace recordar del Salmo 46:10?: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré
exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. Esto fue, exactamente, lo que el Señor
estaba haciendo. La gracia no les dijo lo que merecían oír. ¿Era un pueblo fiel,
merecedor de Su gracia? No, Dios lo hizo, porque Él es grande y digno de
recibir honor y gloria de parte de todas las naciones. Puedo mostraros, a
través de toda la Biblia, a un pueblo que, vez tras vez, era indigno y, sin
embargo, Dios continuó derramando Su gracia sobre él.
Cuando en la eternidad, la gracia sea demostrada,
nadie dirá: “Ah, mira esta gente maravillosa”. No, sino que dirá: “Dios es
asombroso y benévolo”. ¿Cómo demuestra Su gracia al manifestarse en nuestras vidas? Podemos verlo cuando
alguien sabe que merece un mal trato, pero no recibe lo que espera.
Quiero contaros la historia de un hombre, Afshin
Ziafat, un ex-musulmán. Hoy es un creyente en Cristo, nacido de nuevo. Cuenta cómo
se mudó con su familia, desde Irán a los Estados Unidos. En ese tiempo, el
gobierno de Irán había secuestrado a un grupo de americanos. Entonces, la gente
americana, enfadada por el hecho, culpaba injustamente a cualquier persona
iraní; rajaron los neumáticos de los coches de la familia de Afshin, tiraron
piedras a las ventanas de su casa y les decían que volviesen a su tierra. Debido
a esta injusticia, de gente que decía ser cristiana, Afshin dijo: “Si un
americano trata de darme una Biblia, la tiraré a la basura”.
Sin embargo, una señora ofreció a la familia enseñar
inglés al joven. Ella leía libros con él y le mandaba de tarea leer libros. Un
día, le trajo un Nuevo Testamento y le dijo que la prometiera que iba a leerlo cuando
fuera más mayor. Él lo aceptó, pero lo tiró en un rincón de su habitación y se
olvidó de ello. Diez años después, jugaba al baloncesto en un equipo del
instituto. En una ocasión, pronunció el nombre de Jesús, blasfemando. Un colega
le enfrentó, diciendo: “Oye, estás hablando de mi Dios”. Afshin contestó: “No,
será quizás tu profeta”. Pero el compañero de equipo insistió que Jesús era su
Dios. Cuando Afshin se fue a su casa, encendió la televisión y, como Dios en su
soberanía actúa, había un documental sobre Jesús. En él se comentaba que algunas
personas, llamadas cristianas, adoraban a Jesús como un Dios.
Afshin nunca había oído tal cosa, pero se acordó
del Nuevo Testamento que había recibido 10 años antes. Fue a su habitación y lo
encontró en el suelo de su armario…
empezó a leerlo. Cada día, leía un poco, pero sólo usaba la información
para debatir contra cristianos a favor del islam. Sin embargo, en poco tiempo, los
cristianos le invitaron a acudir a una reunión especial y allí se rindió a
Cristo.
Compartiendo en Ripollet, Barcelona |
Añadiré a esta historia algo relevante, referente
al poder de la oración. Había un grupo de jóvenes en su escuela que habían
hecho un pacto entre ellos; iban a orar juntos cada día, durante un año, por
Afshin. En ese mismo año, Afshin no solamente nació de nuevo, sino que asistió
a un campamento cristiano con ellos. Habló de la mujer que le enseñó inglés
cuando era pequeño, y que trataba a su familia de una manera diferente que los
demás. No esperaban que alguien les tratara así. Esta es la manera en la que la
gracia se demuestra a través de nuestras vidas.
Seguramente, has oído la historia de Elizabeth
Elliot… otro gran ejemplo. Ella volvió a la jungla de Ecuador para llevar el
evangelio a la misma tribu que había asesinado a su marido y amigos. Años
atrás, ellos habían alcanzado a esta tribu en un área remota de la jungla, pero,
en lugar de recibir el evangelio, varios de ellos les perforaron con sus
lanzas. Elizabeth no guardó amargura ni rencor en su corazón, sino que
aprovechó la oportunidad para demostrarles lo que es la gracia. Tomó a sus hijos
con ella y se fue a vivir entre la misma tribu. Los trató de una forma muy
diferente a lo que ellos merecían o esperaban. Algunos de los homicidas que mataron
a los misioneros, doblaron sus rodillas ante Jesucristo y fueron transformados
por el poder del evangelio.
Que el Reino de Dios avance
Trataremos un principio bíblico que es muy
importante. Versículo 15: “Entonces
Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que
marchen”. Para Israel era una
movida física, pero hay algo espiritual que se encuentra en toda la Biblia, y
enseña que el Reino de Dios siempre va adelantándose. Os daré unos ejemplos: 1)
Lot y su familia tuvieron que huir de Sodoma y Gomorra, porque el juicio de
Dios estaba para caer. No debían mirar atrás, pero la mujer de Lot no obedeció
y se convirtió en una estatua de sal. 2)
En Lucas 9, Jesús habló con tres personas. Uno le dijo: “Te seguiré adondequiera que vayas”. Jesús dijo: “Las zorras
tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no
tiene donde recostar la cabeza”. Entonces
Jesús dijo a otro: “Sígueme”. El segundo contestó: “Señor, déjame que primero vaya y entierre
a mi padre”. Pero Jesús dijo: “Deja que los muertos entierren a sus
muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios”. El tercero dijo: “Te
seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa”, pero Jesús respondió: “Ninguno que poniendo su mano en el arado
mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.
Pablo, en Filipenses, enseñó: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que
está delante”. La prioridad que
Jesús insiste que Su pueblo mantenga, es que cumplan primeramente Sus
propósitos. Nada debe tomar prioridad sobre esto ni una posición más alta que
el Reino de Dios. El Reino siempre va delante. Por eso, si alguien mira para
atrás, no es apto para el Reino.
La misión de Dios no cambia. No importan las
circunstancias ni lo que pase en el mundo, Dios no cambia. ¿Cambia el covid19 la
misión de Dios? ¡Absolutamente no! Y Su misión es nuestra misión, de manera que
nuestra misión no cambia. ¿Cuál es Su misión? Es hacer “discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que
os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo”. Muévete adelante en esta
dirección y conviértelo en el centro de todo lo que hagas.
En este tiempo, uno oye muchas teorías de conspiración,
y puede que algunas sean correctas. No dudo de que haya cosas que acontecen tras el escenario de las que no nos
damos cuenta, pero sea lo que sea ¿qué debe estar haciendo el pueblo de Dios?
El enemigo intentará apartar nuestros ojos de la misión, para seguir cosas
secundarias. Vamos a mantenernos fieles a lo que Dios nos ha llamado. Si
estamos involucrados en nuestra propia agenda, edificando un reino egoísta,
debemos arrepentirnos y entrar en Su misión.
Si queréis ver conmigo Mateo 24:1-14… quiero que
este pasaje sea un aliento para vosotros como lo es para mí. Los discípulos
preguntaron a Jesús acerca de las señales de Su venida. En primer lugar, Jesús
dijo que habría gran engaño, pero les dijo que no debían turbarse. Habla de
rumores, pero no quiere que ellos permitan que los rumores les estremezcan o
les atemoricen. ¿Por qué? Porque en Cristo tienen una nueva identidad y no
pertenecen al sistema del mundo. Pertenecen al Señor y Él cuida a los Suyos.
Tienen un futuro maravilloso, porque estarán con Él para siempre.
No les dice esto porque las cosas vayan a mejorar,
porque la verdad es que van a empeorar. Sigue hablando, ya no de rumores, sino de
guerras, pestes y terremotos que van a ocurrir. Después, Jesús dice que
solamente son el principio de dolores. Las cosas van de mal en peor... Todas
las naciones les aborrecerán hasta tal punto que los matarán por ser
cristianos.
Cuando nos enfrentamos con obstáculos, tenemos
oportunidad de ver cómo Dios peleará Sus batallas por nosotros en esas
situaciones. Dios hace todo, como siempre, para recibir la máxima gloria. Por
eso, el evangelio florece y se esparce bajo la persecución. Los obstáculos
empujan el Reino de Dios adelante y la gente confiesa: “Dios, Tú eres
asombroso”.
Jesús dice que habrá engaño y que se levantarán falsos
profetas. Pablo escribe, en 2 Tesalonicenses, capítulo 2, del hombre inicuo, y
lo que pasará con las personas que no reciban el amor de la verdad para ser
salvas. Estos no son verdaderos cristianos. Piensan que lo son, pero no aman la
verdad. Tienen comezón de oír y quieren ver señales y maravillas, pero, por no
tener amor a la verdad, tampoco aman a Dios. El hecho de que algunos permanezcan
fieles hasta el fin, es la evidencia de que Dios guarda a Su pueblo por medio
de estos tiempos de tribulación.
Rachel y sus hijos en el Día de las Madres |
Otra vez, en Mateo 24, versículo 14, Él dice algo
que yo veo espectacular: “Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas
las naciones; y entonces vendrá el fin”. Cuando las cosas van de mal en peor, es solamente el principio de
dolores. Jesús avisó a Sus discípulos que, así como le aborrecían a Él, iban a
aborrecerles a ellos. No van a ser populares por ir en contra de la corriente. Debemos
prepararnos y no sorprendernos por lo que vendrá.
Hoy, en la reunión, oramos por la gente no
alcanzada. Decimos no alcanzada,
porque no tienen acceso al evangelio. En nuestra región la gente es alcanzada,
aunque esto no quiere decir que hayan nacido de nuevo, pero sí que tienen
acceso al evangelio. En el caos de los últimos tiempos, el evangelio será
predicado a todos, y entonces vendrá el fin.
¿Sabes porqué este hecho me emociona? Porque habrá
un pueblo que no se distraerá en medio de rumores de guerras, guerras actuales,
pestilencias, falsos profetas, mártires y el amor de muchos enfriado. Dios está
guardando un pueblo fiel, enfocado en Jesucristo y en la misión que Él les ha
dado… entonces vendrá el fin.
¿En qué campamento quieres estar? ¿En el que se
distrae por lo que pasa en el mundo, o en el que se emociona por el evangelio?
¿Quieres estar involucrado con la misión que no cambia, sin importar las
circunstancias, hasta que lleguemos al fin de esta época? Yo quiero ser parte
de este grupo y espero que tú también.
Que cantemos la canción de los redimidos
Debes leer toda la historia de cruzar el Mar Rojo,
pero voy a contarte algunas de las partes más importantes. Dios mandó a Moisés extender
su vara; el mar se dividió y el agua tomó forma como de dos muros. Los
israelitas pasaron por el medio y cruzaron por tierra seca. Los egipcios les persiguieron,
intentando alcanzarles. Al otro lado, cuando todos los de Israel habían cruzado,
Dios mandó a Moisés extender la vara de nuevo, y las aguas, con todas sus
fuerzas, descendieron sobre los egipcios. Después, los cadáveres de los
capitanes y todo el ejército de Faraón aparecieron en las orillas. Lo que Dios
dijo que haría, lo hizo. ¡Qué tremenda liberación!
Después de esta experiencia brotó la canción de
los redimidos. Lo tenemos en el capítulo 15. No vamos a leerlo, pero es un gozo contemplar
las palabras que cuentan los detalles de la muerte de los egipcios, relatando cómo el Señor echó al caballo y al
jinete al mar. Creo yo que, en las canciones modernas, hay algo que los
compositores deben aprender, fijándose en esta canción. Debemos cantar todas
las cosas que son ciertas sobre Dios. El pueblo se regocija. También, en
Apocalipsis, vemos una ofrenda de alabanza después de Sus juicios (Ap.19:1-5).
Absolutamente, sí, debemos alabarle por Su amor, pero también debe ser alabado
por Su ira. Debe ser alabado por Sus juicios, porque son verdaderos y justos.
Demuestra quien es Él, así que debemos alabarle en la plenitud de Su persona.
Esta canción habla de cómo Dios ganó la victoria,
y es muy semejante a la oración de Ana en 1 Samuel 2, donde declara que todas
las naciones han escuchado de Su nombre asombroso. En esta canción, declara que
escucharán de Sus obras, serán temerosos y temblarán por lo que Dios ha hecho por
Su pueblo redimido. Habla de Su Reino eterno.
En el versículo 20, dice: “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y
todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas”. Quizás no os guste a muchos de
vosotros, pero esta reacción era completamente apropiada por la gran liberación
que ellas habían experimentado. A veces pensamos que una respuesta emocional a
lo que Dios hace es un desorden, pero no lo es. Al poder captar verdaderamente
la grandeza de quien es Dios y lo que ha hecho, debemos responder de la misma
manera.
Alguien podrá decirme: “Bueno, Pastor, si yo viera
el Mar Rojo en frente y al ejército de Faraón atrás y, de repente, Moisés
levantara su vara y las aguas se dividieran y formaran dos muros, hasta que
todos pasáramos por tierra seca…. Si el ejército de Faraón nos siguiera en el
mar y después de que todos pasáramos, Moisés, otra vez, extendiera su vara y el
agua cayera encima de ellos…. Si viéramos después sus cadáveres en la orilla y
supiéramos que el enemigo ha sido totalmente derrotado… Sí, entonces quizás yo
danzaría y cantaría.” Pero te quiero preguntar ahora: ¿Es tu salvación un
milagro menos emocionante? Piensa sobre esto: Las olas de la ira de Dios caían
sobre ti, un pecador, y Jesús entró a tu favor, recibiendo esa ira en tu lugar. Lo hizo
para que tuvieras vida eterna.
Rachel, Emily, Elayna, Jaykin, Erica, Mike |
Un cantante dijo: “Los cristianos siempre están al
otro lado del Mar Rojo y por eso siempre tienen una canción que pueden cantar”.
Es apropiado estar totalmente sobrecogido con la revelación de quien es Dios y
lo que Él ha hecho para redimirte. Debes ser conmovido hasta tener una
respuesta emocional, pero que salga desde el corazón, glorificando Su asombroso
nombre. No sería insensato hacerlo; significaría que tú estás captando siempre
más de la grandeza de Dios. Captarás que tu salvación no es menos que un
milagro y que, por eso, te regocijarás en Dios para siempre. Regocíjate en la
realidad de quien es Dios y lo que Él ha logrado.
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