Matt Luneau escribe de Brandon
Ilze, el equipo de Letonia, Matt Luneau |
Lo que sigue, es lo que escribí en 2013…
Matt Luneau y su familia ahora asisten a la iglesia en Swanton, Vermont, USA, donde nuestro hijo Daniel, es pastor. Matt ha conseguido trabajar como entrenador del equipo de baloncesto en un instituto. Ayer recibimos una carta suya, que sigue después de mis comentarios.
En
el instituto, que pertenece a una aldea cerca de Swanton, llamada
Enosburg, se sienten muy agradecidos por tener un entrenador como Matt,
que da tanta calidad al equipo. En un artículo del periódico, Brandon
Gleason, el mejor encestador del equipo, comentó: “Al principio fue un
poco diferente. Los chicos se quejaban: “¿Tenemos que hacer todo
esto?... Pero
nos ha ayudado”. Yo no diría que ha sido sólo “un poco diferente”… Matt
dijo que habían mejorado las calificaciones de todo el equipo… Matt
buscó a un chico que no había jugado desde hacía dos años, debido a su
adicción a las drogas, le dirigió a Cristo, dejó las drogas y se
convirtió en uno de los mejores jugadores del equipo. Brandon Gleason
también recibió a Cristo. ¿Un poco diferente sólo? Matt enseñó al equipo
a cantar varias canciones cristianas (aunque nunca las habían cantado
antes) y les llevó a diferentes iglesias para cantarlas. Después de un
encuentro de baloncesto victorioso, Matt escribió un mensaje de teléfono
a Brandon (citando un himno que habían aprendido) “¡Oh, victoria en
Cristo!”, y Brandon contestó citando la siguiente línea: “¡Mi Salvador
para siempre!”
¿Por
qué iba un hombre a dejar su empleo en una universidad, famosa por su
calidad deportiva, con un buen futuro y un mejor salario, para recibir
mucho menos, entrenando a un equipo de baloncesto en un instituto? No
parece lógico. Matt Luneau contesta esta pregunta en la siguiente carta,
recibida ayer, el 28 de abril de 2013:
Quisiera compartir lo siguiente:
El
jueves pasado, mi familia y yo fuimos de viaje a Syracuse (New York),
donde habíamos vivido, pensando en pasar un tiempo visitando a los
amigos. Al llegar allí, lo primero que hicimos fue ir a ver nuestra
antigua casa, que es mucho más grande que la que tenemos ahora, y
contiene grandes recuerdos del tiempo en Syracuse. Fue una experiencia
rara; sonreímos y hablamos sobre los buenos tiempos pasados. Entonces
mandé un mensaje a Dave Southwich, haciéndole saber que estábamos frente
a nuestra vieja casa y le dije, bromeando: “¿Qué nos hizo abandonar
Syracuse?” A las 4:05 pm me contestó: “Hay jóvenes en Enosburg que te
necesitan en sus vidas”. “¡Alabado sea el Señor! Gracias. Amen.” - le respondí.
El
viernes pasé el día con el pastor Parker, que hace poco tuvo síntomas
de haber tenido una apoplejía, y se retiró del púlpito. Nos dijo que los
doctores habían encontrado algo en su cerebro, y que querían removerlo
porque si no podría ser fatal. Me dijo que no iba a pasar por una
cirugía y que está preparado para irse con Jesús. Era un poco extraño
oírle hablar de morir en un futuro cercano, pero al mismo tiempo
expresarlo con tanta paz. Me dijo que podía llevarme todos los libros
que quisiera. Tengo una gran caja llena de ellos (libros cristianos) que
son nuevos para mí. Fue un tiempo magnífico con el Pastor Parker y Matt
Gantt, que si Dios quiere, estarán en Enosburg otra vez este verano
para el campamento cristiano de baloncesto inter-ciudad.
Estando
todavía en Syracuse, el viernes por la noche, a las 2:30 de la
madrugada, recibí una llamada telefónica de nuestro jugador Wyatt
Larose, diciendo que otro jugador, Brandon Gleason, había muerto en un
accidente de tráfico. ¡No podía creerlo! Me quedé en shock. Me acuerdo
repetir vez tras vez: “¡Ay, ay, ay!” Cinco minutos más tarde volvió a
sonar el teléfono, y esperaba que fuera de nuevo Wyatt para decirme que
estaba mal informado. Pero no, era… era nuestro director de deportes,
Chris Brigham, diciéndome que Brandon sí había muerto. Todavía no lo
puedo creer. No pudimos dormir, y un par de horas después recibimos un
mensaje diciendo que mi madre había sufrido un ataque cardiaco y había
sido transportada rápidamente a Burlington.
Entonces,
esta mañana temprano salimos de Syracuse hacia el hospital Fletcher
Allen en Burlington. En el mismo accidente estaba David “Twinkie”
Perron, que también fue llevado al hospital Fletcher Allen. Aunque
necesita ser operado de la cadera el lunes, él va a estar bien.
“Twinkie” y Brandon eran grandes amigos. Al llegar al hospital
encontramos que “Twinkie” estaba en la planta de encima de mi madre, y
nosotros pasamos el tiempo entre las dos plantas, con mi madre y
“Twinkie”.
Mi
madre ya está bien y la darán de alta el lunes. Mientras estaba con
“Twinkie” en su habitación, él me pidió oración, así que yo invité a
todos los que estaban en el pasillo a que entraran. Como 40 personas
llenaron la habitación y parte del pasillo. Yo oré y pedí que se
volviera a Dios y no se alejara de Él. Doy gracias a Dios que me dio la
oportunidad de llevar esta situación a Él y hacer que todos entendieran
que todo tenía que ver con Él. Había mucha gente lastimada y llorando.
La tristeza era mucha.
De
esta forma Brandon va a seguir siendo utilizado aquí en gran manera y
yo voy a asegurarme de utilizar estas oportunidades para Dios y también
para Brandon. Doy gracias a Dios que nos ha traído aquí por Brandon. Él
dio su vida a Jesucristo este invierno en nuestra cocina, y yo vi el
cambio y el entusiasmo que él tenía para Jesús. Otra vez digo: “Gracias,
Dios, por habernos traído aquí”. Tenemos mucha paz sabiendo que Brandon
está con Jesús, aunque le echamos mucho de menos… lloramos mucho.
La
mayoría de los del equipo de baloncesto y otros amigos del equipo irán
con nosotros a la iglesia mañana para escuchar de Dios. Si no fuera por
lo que le pasó a Brandon no irían. Espero que Dios me de la oportunidad
de hablar esta semana en el instituto. Orad por estas oportunidades. (Cantó el equipo entero, Victoria en Jesús, en el funeral… incluso “Twinkie” que le trajeron
del hospital en una ambulancia y le pusieron al lado del ataúd en su cama
hospitalaria.)
Quiero
decir unas cosas sobre Brandon… Era una de las personas más amables que
jamás he conocido. Dios se manifestó en él… amaba a todos. Es como si
Dios hubiese traído a Brandon a mi vida y a la de otros para decirnos:
“Así debe amar uno”. ¿Qué mejor cosa se puede decir sobre otra persona?
Todos los que conocieron a Brandon sabían que era muy especial. Pudiera
decir mucho sobre él, pero lo que me hace sentir sumamente feliz es
saber que Brandon recibió a Jesucristo como Señor y Salvador. Gracias
por vuestras oraciones. Seguid orando. Orad por la comunidad de
Enosburg. Orad por la comunidad cristiana.
El campamento para jóvenes en Vermont |
¿Por
qué salimos de Syracuse? Gracias a Dios, fue Su voluntad. Fue por
Brandon Gleason, el equipo de baloncesto, y la comunidad de Enosburg.
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