Irlanda te hace meditar
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Aunque
en un rincón de mi mente me acuerdo haber compartido la palabra alguna vez en
la ciudad de (London)Derry, al viajar allí con nuestro hijo, David, creo que
fuera la única ocasión de haberlo hecho en Irlanda Norte. David vivía en Cork,
así que fuimos a visitarle muchas veces y siempre había la oportunidad de
predicar en las iglesias allí y además habíamos viajado por Irlanda Norte de
Escocia rumbo a la republica.
El
10 de mayo abordé el avión RyanAir en O Porto para Dublin. Allí me esperó a la
medianoche David Johnston, él que junto con su esposa, Monica, me habían invitado
a Irlanda Norte y me hospedaban por la semana que estaba visitando. Era ya las tres de la mañana cuando llegamos a su
casa en Ballyhalbert, una aldea en la costa oriental del país. David y Monica
tienen tres hijas y un hijo, Sara Louise, Naiomi, Abigail y David III
(posibilidad de no estar correctamente escritos los nombres), y era un placer
estar en su hogar. El domingo por la mañana compartí en su iglesia, con una vista al mar, sobre la
cruz. No pude ir a la reunión en la tarde por un malestar en el estómago, pero
después un buen grupo de jóvenes llegaron a la casa y les hablé de cosas Dios
está haciendo en estos días.
Los
Johnston habían organizado reuniones para todos los días, menos el martes, la mayoría
en la iglesia en Ballyhalbert. El lunes por la mañana llegaron más gentes que
yo pensaba que pudieran llegar a esas horas a una reunión sobre la familia. El
miércoles fuimos a Larne para visitar a una familia rumana que conozco bien.
Que pena que el marido tuvo que estar en Rumania y no le vimos, pero varias
personas llegaron a la casa de ellos para cantar y escuchar un poco a la
palabra. Después fuimos a una iglesia en la ciudad, donde compartí sobre “La fe
que glorifica a Dios”. El anciano fue autor de biografías. El jueves estuvimos otra vez
en Ballyhalbert, donde
hablé sobre Abraham e Isaac y el viernes compartí en el mismo lugar con los jóvenes
sobre la realidad de Dios y la importancia de reconocer los días en que estamos
viviendo. Casi
nunca puedo tomar el papel de turista en los viajes, pero en este los David
Johnston, padre e hijo, tuvieron grandes planes que yo conociera toda la parte
noreste del país. Les debo mucho, porque verdaderamente fui enriquecido por lo
que aprendí. Primeramente fuimos a ver al monte Stewart casa y jardines, finca
rural de generaciones de duques y duquesas. Mientras un guía nos estaba
mostrando la pintura de una de las duquesas del pasado, pasó una señora alta y
delgada de la edad de unos 60 años, y el guía declaró, “Y allí va la nieta de
esta.” La 10a duquesa aún vive allí, aunque el gobierno ha tomado
responsabilidad por el mantenimiento de la propiedad. Los jardines eran preciosos
y mi cámara tenía que trabajar como nunca en el intento de captar todo posible
para mis recuerdos.
El anciano y autor, Noel, su esposa y una familia rumana |
También
fuimos al astillero donde el famoso Titanic
fue diseñado y construido. Mi imaginación se calentó en gran manera, esforzándose
a percibir todos los eventos y personas involucrados en aquellos días al
principio del siglo 20. Yo creo que el barco representaba la gran arrogancia
del hombre en esos tiempos cuando apenas fue inventado y utilizado el
automóvil y justo adelante empezaría viajes por el aire. Como en Babel, el
hombre estaba diciendo a su Creador, “No te necesito y aunque no quieras, haré
todo lo que deseo hacer.”Ahora tienen los detalles de la cubierta del barco dibujada en el lugar donde el barco fue construido. Los dueños no creían que los botes de emergencia fueran necesarios. Por eso, el barco tenía muy pocos.
Marqué atrás uno de los pocos botes de emergencia |
El
mismo día, fuimos a la costa del norte para ver lo que los irlandeses llaman la
octava maravilla del mundo… las formaciones de lava que empiece en esa costa y
va debajo del océano hasta llegar a las islas Hébridas. En el museo entrando al
lugar, los
creacionistas habían puesto un expositor con una explicación suya a
este fenómeno, pero ya los evolucionistas la habían quitado.
Fuimos
también a la gran exposición de agricultura Balmoral, donde según me parecía,
todos los granjeros de Irlanda, además de Escocia, Inglaterra y Francia habían
congregado. Se aparcaron miles de coches sobre varias hectáreas y adentro había
cientos de animales, especialmente vacas, caballos y ovejas de distintas razas.
Hubo competición de saltos de caballos, y algo muy interesante… competición de esquilar
ovejas.
Algo
que fue para mí de gran interés: fuimos a ver la sepultura de San Patricio en
el pueblo Downs. Cruzamos por transbordador el Strangford Lough Patricio nació más o menos en el año 400, solo
cien años después que la iglesia romana fue fundada por Constantino. Patricio
fue un verdadero cristiano, un predicador del evangelio de Jesucristo, y llegó
a ser el primer misionero a la isla Irlanda. Por un mapa verás el territorio
que el cubrió, evangelizando a los irlandeses paganos.
Termino
este reporte con una pequeña biografía: Patricio nació en el norte de Britania
acerca de 400 y fue criado en una familia cristiana. Como
adolescente, fue secuestrado
de un estilo de vida privilegiado por una banda saltadora de irlandeses y
vendido como un esclavo pastor de ovejas en Irlanda.
Patricio
pastoreaba ovejas en las montañas Slemish en County Antrim, y finalmente, como
un joven frio,
hambriento, solitario, descubrió de nuevo su fe cristiana. Creyó
que Dios le mandó escapar y así huyo de su cautiverio, halló un barco y volvió
a su casa.
Patricio
llegó ser un obispo, pero nunca olvidó su tiempo en Irlanda y una noche tuvo la
visita de un ángel que le rogó volver a Irlanda con una misión de salvar a los
irlandeses. Volvió en el año 432, fundó la primera iglesia en Irlanda en Saul,
y siguió estableciendo muchos sitios cristianos en la parte norte de la isla,
incluso Armagh que sigue siendo el capital eclesiástico de Irlanda. Al morir, el
cadáver de Patricio fue llevado a la colina Downs, donde ya hay un catedral, y
fue sepultado. En el principio del siglo 20, una roca granita fue puesto en el
cementerio para marcar el lugar de sepultura.
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